Dios Falso
"La religión esta en tus labios, incluso si es un Dios falso, aun lo adoraríamos... El altar son mis caderas, incluso si es un Dios falso..."
"Aun lo adoraríamos." Responde Chuuya, observando lenta y devotamente la figura de la cruz detrás y arriba del altar. Kouyou esta junto a el, tejiendo una bonita muñeca de lana, morena y de ojos castaños. "Incluso si todos los humanos fueran malvados, aun necesitan algo en lo que creer para sanar la fatiga que trae el conocimiento de tu propia corrupción, aun necesitan pensar que pueden salvarse porque crecieron pensando que todos sus pecados serán borrados si terminan en el cielo."
Kouyou sonríe, le gusta probar a Chuuya con ese tipo de preguntas. Se acerco a el, quien rezaba, y soltó "Chuuya, si toda la humanidad no tuviera salvación, ¿creerías en Dios?" Sus respuestas no dejan de ser fascinantes.
"Los pecados no pueden borrarse, solo pagarse y luego lavarse." Sentencia Kouyou. Añadiéndole un par de botitas a su muñeca de lana. "Nadie es una excepción, pecamos con nuestro cuerpo, con nuestro corazón y con la mente."
Chuuya se tensa.
La mente.
Todo esto es absolutamente inconcebible.
Eso es lo que Chuuya piensa, susurrado en el fondo de su mente.
Esto es una farsa, escucha en el silencio de la iglesia saturada de gente, con las manos metidas religiosamente todo el tiempo en las mangas contrarias como signo de conservación y constante oración mientras mira a las monjas y monaguillos arrodillados frente al altar con considerables separaciones entre si, murmurando cosas. Ruegos, supone. Está última palabra ya no suena tan santa como era antes para el.
Porque, siempre estuvo ese bendito (maldito) niño ahí.
El, a diferencia de los otros estudiantes de teología, se le puede cruzar paseando, recitando en murmullos ridículos oraciones en latín que ni siquiera necesita aprenderse. Pero el lo hace. Debe ser la razón por la cual es el mejor de su clase. Memoriza todo lo que lee.
Chuuya solo opina que le falta espíritu. Religioso, por supuesto. El chico es bastante entusiasta para otras cosas.
(El de ojos morenos levanta tentativamente la vista a través de sus pestañas jodidamente adorables, rodea su longitud con una mano, y el próximo tramo que recorre su lengua desde abajo es simplemente....)
Caliente. El día es caliente en la escuela de teología hoy.
Originalmente, era solo un templo con bastante espacio alrededor para ser lo que es; Una iglesia. Sin embargo, los fundadores han sabido darle un buen uso. Toda la parte trasera está ocupada por las aulas no tan llenas de estudiantes, aunque la gran escuela solo debe verse vacía en proporción a su alocado tamaño.
Hay muchos escondites recónditos, quiere decir Chuuya. Eso fue lo que le dijo el chico.
Chuuya creía que sus pensamientos no tenían precedentes cuando miraba al mocoso castaño pararse de puntillas y volver a su estado normal por los nervios mientras intentaba recitar una oración en cuatro idiomas diferentes, y si, el pensaba que estaba mal encontrarlo lindo.
Pensaba que debería apartar la mirada cada vez que el estudiante estuviera mordiendo su labio inferior o la punta de su lápiz.
(Pero Chuuya no puede apartar los ojos de el, es enloquecedoramente erótico de rodillas...)
A veces creía que el menor estaba jugando con el cada vez que lo miraba con ojos de cierva al otro extremo del pasillo, y cuando Chuuya desviará la mirada nerviosamente, para segundos después devolverla a el, este estaba sonriendo burlonamente.
Supone que el empezó a darse cuenta de su ansiedad cada vez que estaba cerca, porque pronto empezó a recitar sus lecciones en Hebreo sin sudar ni una gota. En cambio Chuuya rebotaba su pierna, su mirada apuntaba indisimuladamente a los labios del menor alrededor de cada palabra y se preguntaba cómo se verían alrededor de algo diferente.
(¿Justo en este momento? Ya no tiene ni que imaginárselo. Está justo frente a el.)
Si, Chuuya piensa en muchas cosas que no deberían si quiera cruzar su mente en determinados momentos. Pero el epicentro del desastre se encuentra en esa persona.
El chico se pasea constantemente por los pasillos con su encantadora sotana blanca y roja, mientras sus ojos ámbar lo encuentran y brillan atravesándolo a metros de distancia, como si hundiera los dedos en su carne y sacará un puñado de pétalos de rosa balanceándose tímidamente hasta el caer al suelo.
El puede hacer eso con tan solo una mirada descuidada aunque no hayan cruzado una palabra antes. Chuuya no esta ansioso por saber las formas en las que el moreno podria hacerlo temblar una vez que caiga en la tentación.
Es difícil no doblegarse ante esos ojos hipnotizantes. Pero la vida de Chuuya, por ocho años desde que empezó a estudiar para ser un sacerdote, se ha tratado de abstenerse. Ayunar. Orar. Fervorosamente.
Es la vergüenza que entra con furor cada vez que intenta hacer sus plegarias, y una imagen del mocoso con su sonrisa demoníaca entra a se mente contra su voluntad.
¿Qué es lo que quiere de ese chico? ¿Qué quiere el chico de el?
(Este último parece tener claras sus ambiciones, porque suelta un gemido extasiado una vez que la punta toca la parte posterior de su garganta, lleva la mano de Chuuya a su cabello y avariciosamente se sumerge por mas.)
"Carajo" sisea Chuuya al tropezar con lo que probablemente es un utensilio de limpieza. No están lejos del armario. El cree que es un buen lugar.
Bueno, la pequeña paloma no tan santa de la que está hecho Dazai Osamu, no parece creer lo mismo. Le dirige la mirada sobre el hombro, con iris fundidos visiblemente en caramelo aún en la oscuridad de la noche. Toma su mano, llamando su atención con un gesto que le pide silencio.
Chuuya se avergüenza de si mismo, asintiendo. Es peor, es terriblemente recompensado con pequeño beso azucarado. Antes de seguir con su camino.
Bueno, para ser un mocoso, no besa como uno, Chuuya no solo cree que cruzar los límites de su relación lo arrastre al infierno más tarde, es más bien el hecho de que perfectamente le saca cuatro años a la paloma. Y no es virgen. Así que tampoco tendrá una bonita estadía allá abajo.
Naturalmente hablando de cosas bonitas, es fácil recalcar el pequeño oscurecimiento en las mejillas del menor ante la mala iluminación de esta especie de oficina abandonada. Sus manos suaves acunando los pómulos de Chuuya mientras lo atrae a otro beso rápidamente más sucio que dulce.
De todas formas, Chuuya ya se estaba empalagando.
Las manos de la paloma lentamente bajan hacia su pecho. Y Chuuya siente un escalofrío por poseer lascivamente a un inocente ser que se sostiene temerosamente de el mientras lucha por meterle la lengua hasta la campanilla. El moreno suelta una risita ante su desesperación cuando Chuuya lo toma lo de los muslos y lo carga hasta que se sienta en el escritorio empolvado.
Evidentemente sin dejar de besarlo. Eso le recuerda que no esta tratando con un inocente ser, pero la culpa esta ahí. Su acto convincente funciona, pero el subconsciente de Chuuya se culpara y se responsabilizara del contrario hasta que las intenciones malvadas del pequeño monstruo debajo de el lo golpeen en la cara.
Chuuya no está seguro de si los descubrirán, no está seguro de si se martillara a si mismo el resto de sus días por hacer esto, no está seguro. Es un simple humano, sacerdote escéptico y actualmente solo determinado a devorar los labios de un estudiante de teología. Antes se le consideraba determinado para lo sacro. No podrá verse a si mismo otra vez de esa forma nunca más.
Pero, carajo, no importa, ¿verdad? Un toqueteo en su paladar lo descoloca por completo, sintiendo sus ojos girar sobre su mismos. Este chico.
Rápidamente el mocoso controla el beso, ladeando su cabeza y conduciendo sus manos a los costados de Chuuya, tomando sus bíceps a cada lado de su cuerpo. El se balancea ansiosamente hacia delante, en lo que Chuuya ingenuamente creyó que era una búsqueda de fricción. No es tal cosa.
Una vez el chico está al borde del escritorio mientras sus brazos obligan a Chuuya a estar quieto mientras recibe sus jadeos y caricias húmedas en sus labios, es apresado por las piernas largas del más joven y...
¡¿Cómo carajo le dió la vuelta...?!
Rápidamente, las cosas se invierten, el moreno le da una sonrisa que transmite tranquilidad angelical mientras toma uno de los muslos de Chuuya sobre su hombro, ni siquiera sudo para hacer eso, es extraño por su complexión delgada y...carajo, si, angelical. Bonita y encantadora. Pero esto no es para nada angelical. Es una pose muy sexual, de hecho.
"¿Puedo chuparte?"
Oh, su voz. Es un silbido bajo como la cuna de un bebé dormido. Terriblemente grave para su apariencia pero lo suficiente aguda como para ser molesto todo el tiempo. O como para gemir igual que una estrella porno. La comparación es una ligera exageración, Dazai no es molesto todo el tiempo, pero definitivamente sus gritos son obscenos.
"Joder" Chuuya presiona sus palmas contra sus párpados, con una sonrisa avergonzada. Pero de todas formas, ya no hay tiempo que perder. Pronto sera de mañana, o bueno, hoy durante el día, y todos se despertarán terriblemente temprano para comenzar con los preparativos de siempre.
"Hazlo"
Porque, ¿Qué tiene que perder? Solo su título, su dignidad y el respeto que todos le tenían (o tienen), su propia integridad psicológica en el mejor de los casos.
Pero, ¿Algo de eso importa cuando se trata de, santo cielo, ese par de labios carnosos y suaves alrededor de su eje?
No, no lo cree. Y cree en muchas cosas.
La duda sobre las cosas que sabe quiere es una ocurrencia tardía y extraña en Chuuya. Teme pecar soberbiamente en esta ocasión.
(De todas formas iba a pecar)
"Espera, carajo-" De los dos, la paloma parece ser el menos escéptico. Traga la cabeza de su longitud sin contemplaciones a su propia capacidad, arrancándole un primer gemido vergonzoso que fácilmente puede interpretarse como si Chuuya fuera sensible, o fácil, o como si pudiera venir con unas ridículas caricias torpes. Excepto que Dazai no es tan torpe, pero Chuuya es lo suficientemente orgulloso como para evitar venir en los primeros cinco minutos.
Es un pensamiento secundario, lo que realmente ocupa su mente es cuando se deja caer mas sobre el escritorio, disponiéndose a disfrutar de esto a pesar de todo lo que conlleve después, solo para que al menos valga la pena, eso es hasta que algo se clava incómodamente en su espalda.
"¿Que carajo...?" Jadea.
A primera instancia una vez lo inspecciona, descubre que es una placa metálica con madera. Una inscripción.
"¡¿Esta es la oficina de alguien?!" Grita Chuuya en un susurro. Los ojos color chocolate del mas joven lo miran desde abajo con curiosidad.
Su voz es áspera cuando responde desinteresado.
"De un tal Yukichi Fukuzawa, o algo." Murmura, añadiendo lo ultimo aunque sabe que ese es el nombre. Pero a la gente le gusta pensar que eres humilde cuando dejas un margen de error. No sucede tal cosa cuando se trata de Dazai. El pelirrojo se levanta súbitamente y suelta la inscripción como si ardiera. "¿Chuuya lo conoce?"
Chuuya no solo lo conoce. Recuerda al arzobispo Fukuzawa porque es el bendito hombre que fundo la iglesia y la estúpida escuela en primer lugar. Fue quien lo acogió y le dio este hogar hace ocho años, cuando era solo un mocoso de dieciséis sin hogar. Y el... carajo.
"¡Mierda! ¡Señor...!" Chuuya toma el cabello del menor, quien suelta un chillido ahogado en su longitud, había decidido seguir con lo suyo debido a la falta de respuesta de Chuuya, y asi es como le pagan. "...Perdoname por mis p-pecados."
Dazai lo mira a través de sus pestañas, pero Chuuya mantiene sus ojos cerrados, evitando su mirada divertida hasta que el mismo castaño cierra los ojos.
"He profanado el, oh, lugar sagrado que me ha conferido..." Chuuya frunce el ceño, como si fuera posible concentrarse en otra cosa mientras tiene uno de sus monaguillos entre sus piernas. Pero evita pensar en eso. Esta haciendo un esfuerzo. "De rodillas suplico el... ¡Joder, Dazai!" gime desesperadamente.
El castaño se detiene con una ultima succión.
"¿Chuuya olvido que soy yo el de rodillas? Tal vez debería detenerme" Dice divertido, aunque no lo hace del todo, da algunas caricias perezosas de arriba abajo y lamidas pequeñas de gatito. Su plétora de oraciones como excusas ridículas solo lo calman un poco, pero...
"Joder, por supuesto que no." Su mano vuelve a guiar al menor a continuar, este ultimo ya estaba listo para eso, ahogando un gemido de satisfacción con la garganta ocupada. "No puedo creer que este haciendo esto..."
Dazai preguntaría, pero el pelirrojo no parece haber terminado.
"...C-contigo" Suspira, conteniendo su gemido. Aunque suena como un quejido, el mayor revuelve su cabello como si estuviera muy estresado. "Eres un lobo vestido de oveja, mocoso. Nada bueno puede venir de alguien metido en un convento a la fuerza"
El castaño frunce el ceño, ¿Chuuya piensa que hay algo malo con el? Eso es un insulto, no hay nada bueno en Dazai. Vuelve a conducir la mano de Chuuya a su cabello para demostrarle que puede perfectamente poseerlo porque no es como si el se fuera a molestar. Esta encantado. No se ha metido una polla en la boca desde que sus padres descubrieron que era transgénero. Es frustrante.
"Chuuya debería callarse de una vez" El castaño se apoya en la rodilla del mayor y encuentra que su pie esta atrapado entre sus muslos. El escritorio es bajo, asi que llega hasta el suelo, oh, parece que encontró un lugar divertido para frotarse. Empieza a moverse lentamente. Repartiendo lamidas a lo largo de la polla de Chuuya.
"Es molesto no poder follar sin que te recuerden porque estas follando en un convento en primer lugar. Si vas a degradarme, será mejor que seas mas creativo."
El pelirrojo esta quieto, viendo como simplemente se muele contra su zapato, suelta una risa escéptica, acariciando el cabello de Dazai donde mantenía su mano estática.
"No me gustaria hacerte sentir mal cuando haces algo que te gusta" Y bueno, Chuuya no planeaba sonar tan santulón, pero la mirada aburrida de Dazai le demuestra que si lo fue, y mucho. "No es mi estilo" Añade, esto ultimo llama la atención de la paloma. Jadeando mientras mira expectantemente a Chuuya.
"Levantate de ahí"
Chuuya cree que es su turno de devolver el favor, no puede ser demasiado agradable permanecer de rodillas por mas de diez minutos, asi que recompensara a su bonita paloma por el esfuerzo.
Cabe recalcar que el castaño aun esta con su sotana blanca y roja aunque no lleve las medias que debería llevar debajo, siempre ha sido un poco rebelde.
Es agradable porque Chuuya no tiene que ponerse de rodillas para lo siguiente, toma la barbilla del contrario y deja un beso suave y contemplativo en el cuello del moreno, instándolo lentamente a sentarse y dejarse caer lentamente de espaldas y cambiar lugares.
Chuuya se acomoda entre sus piernas hasta que la túnica del contrario se arruga en su regazo. Lleva bragas a pesar de que todos los artículos que se le dieron eran para hombre. Debe haberlas robado. La paloma es cada vez mas gris.
"Eres bastante bonito para ser el pequeño demonio que eres, ¿sabes?" dice Chuuya despreocupadamente, aunque el corazón de Dazai se acelera. Bonito.
Los dedos de Chuuya tiran de la cintura de sus bragas, mientras se inclina para dejar otro beso en su cuello, la prenda esta casi fuera saliendo de sus piernas cuando Chuuya baja súbitamente para lamer la humedad.
"Siempre fingiendo que eres un tonto mojigato..." Murmura Chuuya, interrumpido por uno de sus gemidos. "Pero ambos lo sabemos bien, ¿no es asi?"
Una repentina oleada de calor desde su vientre le hace retorcerse, enreda sus dedos en el suave cabello pelirrojo entre sus muslos, sus bragas aun cuelgan ridículamente de una de sus piernas. "¡Ah! ¡Espera, Chuuya! No puedo... no-"
"Pero, ya que fuiste lo suficiente bueno como para preocuparte incluso después de traerme al lugar donde fue mi conversión, seré amable contigo. Aunque no podria decir lo mismo sobre detenerme"
El castaño solloza, no es como si realmente quisiera que se detenga, pero, joder, ¿bonito, mojigato? Todas esas tonterías están haciendo su sangre correr cada segundo a su corazón.
"¿Por que?" lloriquea. "Fui bueno, seré bueno, por favor" Su rostro se sonroja furiosamente. "¡Tampoco digas esas cosas de mi a la ligera!"
Chuuya ríe, besando el interior de su muslo hasta volver a bajar, succionando su clítoris para seguir descendiendo.
"¿Por que? ¿No te gusta saber lo lindo que eres?" El castaño desvía la mirada allá arriba, no logra contener sus jadeos ante cada succión aunque lo intente valientemente. "Creo que estabas empezando a volverme loco las ultimas semanas."
Chuuya chupa brevemente dos de sus dedos, intentando fácilmente con uno gracias a toda la humedad alrededor. El menor frunce el ceño con el rostro sonrojado para evitar un gemido.
Aunque no lo diga verbalmente, Chuuya sabe que a la palomita le interesa saber porque, asi que sonríe burlonamente y se aventura a otro dedo.
"Tu... y tus tontos tartamudeos mientras declamas, luego muerdes cosas para llamar la atención. Pero ahora ya se como te ves con algo grande que realmente te mantiene ocupado. Es una buena vista, por cierto. Luces adorable."
El castaño gruñe, apoyándose en sus codos para no estar completamente acostado, Chuuya embiste lentamente con sus dedos mientras mira atentamente el rostro del moreno. Con ese gesto parece un gatito enojado.
"Callate, Chuuya. Hazlo mas rápido" Patea la espalda del pelirrojo buscando una reacción, pero el contrario simplemente sostiene su muslo y sonríe.
"¿No dijiste que serias bueno?" Su tono busca la condescendencia, abriendo mas las piernas del castaño antes de inclinarse. "Supongo que no necesito ser amable a cambio"
Chuuya empuja experimentalmente sus dedos una vez, entonces los dobla un poco y sigue embistiendo duramente, a eso le sigue una succión poco misericordiosa. El rápido cambio de ritmo, de un suave manto de placer suave pero presente, a estocadas duras e inmanejables le hace apretarse alrededor de los dedos empapados del mayor, mordiendo su mano para evitar gritar con todas sus fuerzas.
"¡Chuuya, yo no...! Ah..." Sus ojos se cierran antes de voltearse sobre si mismos, aprieta sus dedos alrededor del cabello del pelirrojo con abandono, sin tirar, porque en realidad no tiene las fuerzas para hacerlo. Sus tobillos se cruzan en un movimiento desvanecido detrás de la cabeza de Chuuya. "¡P-por favor, detente, por favor!" Su mente grita demasiado, demasiado. Porque lo es.
Chuuya baja el ritmo, dejando un ultimo beso antes de enderezarse.
"Esta bien, me gusta cuando usas tus palabras, pequeño demonio" La expresión jadeante del menor no parece divertida. Chuuya saca sus dedos, y sube para dejar un beso en los labios de la, en su opinión, tonta palomita para que se relaje. "Abre la boca" Murmura, besando su mandíbula.
Se retira para ver que el castaño lo hizo obedientemente. Entonces lo premia con una probada de su propio sabor. Los labios de Dazai se cierran alrededor de sus dedos pegajosos, con los ojos igualmente cerrados y parcialmente concentrado en eso.
Disfraza un jadeo con satisfacción. "Buen chico." El contrario abre los ojos, atravesándolo implacablemente con un par de orbes ámbar a través de pestañas largas.
Chuuya empieza a sentir la humedad contra su sotana.
Cuando el castaño termina, Chuuya sonríe encantadoramente y saca la prenda entera por su cabeza, desabrochando la camisa de botones que lleva debajo de eso. Esta estación es no es lo suficiente fría durante la noche como para no sufrir calor con tanta ropa.
La camisa queda abierta colgando de el mientras se vuelve a acomodar entre los muslos de Dazai, acariciando de arriba a abajo ante la mirada expectante del contrario.
"Esto es lo que esperabas ansiosamente, ¿no es asi, cariño?"
El castaño envuelve sus piernas alrededor de su cintura, dejando que una sonrisa malévolamente inocente florezca en sus labios.
"Por supuesto que si" gorgotea. "¿Prefieres follarme como a una puta o como a la pequeña princesa tal como me tratas? Solo para saber si debería vomitar, por supuesto." Dientes blancos acompañan la ultima cruel afirmación. Chuuya no se ve afectado por ella, acomoda la pierna izquierda del castaño sobre su hombro. Dazai debería aprender que no siempre ganara, aunque sea su propio juego.
Chuuya ríe. "Como a una princesa, por supuesto." Sus dedos se flexionan alrededor del hueso de la cadera de Dazai, trazando el camino pensativamente. Se pregunta si alguien notara el cojeo que planea dejar en Dazai después de esto. "Pero que te trate como a una princesa no significa que no seas una puta"
Concluye en que en realidad, acordó en hacer que esto valga la pena, ¿verdad? La ingeniosa palomita sabrá como arreglárselas con una excusa si alguien pregunta. Solo espera que esto pase por su mente al hacerlo.
Deja un beso en el tobillo de la princesa, entrando lentamente mientras el contrario gime y lo atrae hacia abajo, aunque no sea tan flexible, el ardor con la mezcla de placer le hace gemir en la oreja de Chuuya.
"Me gustaria ser tu puta" Susurra, mordiendo su cuello y luego soltando. "Asi que muéstrame el cielo, Reverendo Chuuya."
.↭.
¿Chuuya? Chuuya se siente como otra persona.
Ser un ministro le exige supervisarlo todo para que todo vaya en orden, en especial en las fechas importantes, pero la importancia de las ocasiones se resume a la ostentosidad de la decoración, para la Monja Superiora Ozaki. Asi que Chuuya y su utilidad son rápidamente descartados en el momento en el que aparece en el salón para ayudar.
Durmió, y al despertar, la tensión filtrada por sus músculos como un chorrito de vodka por el asiento de una botella, y el dolor agradable pero poco familiar de esa liberación se instalo en el cuerpo de Chuuya. Dejándolo en un adormecimiento feliz en el que no contemplaba otra cosa mas que ser perezoso un par de minutos entre las sabanas después de despertar.
Al levantarse y caminar hacia la ducha, se pregunta si todas las mañanas posteriores al sexo esencialmente pecaminoso e indebido siempre son jodidamente satisfactorias. Supone que es algo del pecado; te hace pensar que todo esta bien después de todo. Pero Chuuya no es tan ingenuo.
Aunque tampoco demasiado táctico como para que le importe. Ha pasado un mes desde la ultima vez que estuvo a solas con Dazai Osamu, pero este nunca deja de llamar la atención con sus particularidades. En especial la atención de Chuuya. Ha sido lo suficiente astuto como para ignorar sus provocaciones.
Es entonces cuando algunos golpes desafortunados prácticamente pretenden tumbar la puerta. Chuuya apenas termino de bañarse. Carraspea, ajustando la toalla alrededor de su cadera, y descarta la otra mas pequeña con la que secaba su cabello.
Abre la puerta levemente, asomando su cabeza, y justo cuando esta listo para decir que en realidad necesita unos minutos, la puerta es empujada bruscamente.
"¡Reverendo Nakahara!" Exclama una de las monjas, una castaña de ojos azules que Chuuya recuerda vagamente que se llama Margaret. Una de las aspirantes a Monja Superiora. Y a su lado esta.... "Me avergüenzo de tener que presentar ante usted esta desgracia...oh."
A su lado esta Dazai, bebiendo de la vista de toda la piel expuesta de Chuuya con avidez, con ojos brillosos y una sonrisa traviesa. Chuuya esta feliz de que haya pasado el tiempo indicado para que todos los chupetones hayan sanado.
"¡Lamento interrumpirlo, pero creo que esto es de carácter urgente!" Espeta Margaret, carraspeando y disimulando su sonrojo con el ceño fruncido. "Tiene que acompañarme a la habitación de este chico"
La mirada de Chuuya viaja del desaventurado incidente que conforma a Margaret Mitchel creyendo que Chuuya planea ir a la habitación de ese mocoso desfilando desnudo, hasta el engendro del mal que fue meticulosamente construido por Satanas concentrado en Dazai Osamu, aparentemente metido en un problema (no es que sea algo novedoso). Sus hombros están rígidos cuando carraspea antes de responder.
"Creo que... tendría que tener la decencia del pudor antes de ayudarla con eso, señorita"
"Personalmente, ni siquiera creo que sea necesario..." Murmura el castaño, extendiendo sus dedos cerca del abdomen de Chuuya y, eh- no, absolutamente no. Chuuya le envía una mirada que espera que le comunique que no puede hacer eso aquí.
Tal vez mas tarde.
Dazai cojea mientras la monja lo tira del brazo, antes de salir por la puerta. Chuuya no se toma demasiado tiempo para ponerse algo de su ropa habitual, y cuando finalmente abren la puerta a la habitación del mocoso de Dazai Osamu, Chuuya perfectamente puede decir que esta horrorizado, pero no impresionado.
"¡El esconde este montón de inmundicia indecente en un hueco del techo!" Chuuya mira hacia arriba, donde hay un enorme hoyo y justo debajo de el hay una extensa colección de juguetes sexuales.
"Y, por las lluvias de la temporada azotando el techo, todo se ha caído por el peso. ¡No tengo idea de lo que debería hacer! ¡Si la Superiora Kouyou se entera de esto, la deshonra ensombrecerá nuestro humilde instituto!" Mas que molesta, Mitchell suena nerviosa. Su trabajo es supervisar esta clase de cosas. El de Chuuya es algo asi como una figura de autoridad.
Chuuya suspira.
"Esta bien, me encargare de esto, señorita Mitchell, no tendrás que preocuparte por... nuestro nombre o algo asi"
Por pura autoconservación, el pelirrojo evita la mirada de Dazai hasta que Margaret se santigua y sale murmurando algo santulón.
"Bueno, ¿Cuál deberíamos probar primero?" Es lo que dice Dazai, una vez que estan solos, señalando los juguetes de tamaños y apariencias grotescas en el suelo. Chuuya lo mira como si le creciera otra cabeza.
"Estas jodidamente loco" Insulta Chuuya, en contra de sus principios. Ve al castaño agacharse para recoger sus juguetes de forma tan calculadora pero inocente que fácilmente podria confundirse con un niño recogiendo sus bloques de construcción. "¿Por que tienes toda esta mierda? Estoy seguro de que no necesitas tanto para simplemente masturbarte"
"Bah, de todas formas, ninguno es mas grande que tu" Dazai descarta rápidamente todas las opciones que parece que estaba considerando. Chuuya no tiene la suficiente noradrenalina en su sistema como para fruncir el ceño. En cambio su mirada se posa en el leve cojear de Dazai cuando se dirige a su mesita de noche.
Existe un fenómeno conocido como la hora dorada, que sucede normalmente cuando el sol aun no ha terminado de salir. Sucede que es algo supuestamente mágico. La iluminación cálida sin ser abrumadora del sol acariciando tranquilizadoramente a la tierra después de dejarla en la oscuridad.
Dazai Osamu tambien podria ser considerado como otro fenómeno. Pero Chuuya no tiene la exacta certeza de que es lo que lo hace especial. Podria ser todo lo que vive dentro de Dazai Osamu, todo lo que oculta y saca a relucir que es falso pero a la gente parece encantarle. Como flores falsas o actuaciones de estrellas del cine.
Pero tambien podria ser todo lo que hace Dazai Osamu lo que lo vuelve especial, sus acciones, lo que en realidad es capaz de hacer como si nada que camuflajea perfectamente el hecho de que esta un nivel arriba de los demás, pero su holgadez lo hace parecer no tan perfecto.
Dazai Osamu es el fenómeno de la no humanidad.
Sus actuaciones son la encarnación de lo que no es normal como tal, y es jodidamente difícil entenderlo.
A el no parece importarle lo mucho que alguien pueda romperse la cabeza tratando de descifrarlo. Brilla suavemente como el plástico de una flor falsa reflejando el sol en los momentos arduos y calurosos del día. Pero bajo esta luz, esta luz dorada, Chuuya puede verlo diferente.
Puede verlo floreciendo como si algo de lo que hay adentro fuera real, como si se preparara para esa próxima brillante actuación. Y en lugar de reflejar, el acoge. El se deja acariciar por la luz como un gatito callejero.
Esa clase de desafortunados gatitos con cicatrices.
Permitiendo que una mano extraña se extienda con docilidad, en un silencioso llamado de auxilio que probablemente no sabe que necesita, porque, ¿Cómo podrías saber que la forma en la que vives esta mal, si siempre ha sido de esa forma?
Pero es reconfortante estar en el suelo, cuando sabes que no puedes caer mas. Es fácil subir cuando tienes esa apariencia, cuando eres Dazai Osamu, un tonto gatito callejero herido, sabes que una vez empieza, no importa cuantas veces caigas, siempre hay una salida hacia arriba.
Y, joder, Chuuya es de la clase que rescata gatitos callejeros. En especial cuando estos no saben que necesitan un rescate.
"Creo que Chuuya lo entiende, después de todo" La hora dorada brilla detrás de Dazai, anunciando una nueva oportunidad para ser Dazai Osamu, la flor falsa que fascina a los demás. "Sin importar lo que pienses al respecto. Ya no hay un escape."
¿Volverte el mundo de otra persona, inevitablemente no te encadena a esa persona?
"Estas atrapado conmigo, Reverendo Chuuya. "
Es algo un poco aterrador, sentir como si fuera el quien pone los pensamientos en su mente ahora.
"Pero, ¿no dijiste que te encargarías de esto, después de todo? Es algo reconfortante de escuchar cuando estas acostumbrado a que todos se vayan" Envuelto en luz absoluta, Chuuya podria decir que se ve angelical. Dándole la espalda a la ventana mientras se apoya en la mesita de noche. "Podria acostumbrarme a eso"
Chuuya observa la sonrisa encantadoramente falsa en los labios del castaño. Como si creyera que Chuuya no sabe que todo es un acto, pero aun asi, se acerca, ignorando impecablemente los juguetes sexuales en el suelo.
Y de cerca, Chuuya espera la decepción de descubrir el plástico, Chuuya espera el sentimiento de no encontrar el olor cautivador de las flores porque estas son falsas.
Pero nada de eso lo abruma cuando inspecciona los ojos del castaño, el cual se inclina imperceptiblemente mas hacia atrás, y el sol ilumina solo la mitad de su cara ahora, permitiéndole a Chuuya observar el fondo del precioso tarro de miel que le ofrece iluminación dorada. Y sonríe.
El castaño frunce el ceño, y al inspeccionar tan profundamente dentro de el en mas de una ocasión, Chuuya puede anticipar cuando este planea escapar, por su lenguaje corporal. Asi que su mano viaja hasta tomar delicada pero rápidamente el mentón del mas joven. Obligándolo a verlo mientras se deleita con la vista que podria valer mas de mil millones que consiste en un Dazai Osamu decodificado.
Es algo espectacular, cuando logras apreciarlo, el pequeño atisbo de miedo recorre el iris de Dazai y se convierte en algo frio y calculador con la misma rapidez. Desafiando a Chuuya.
Oh, Dazai Osamu, cruel y fascinante, tentador y angelical. Un completo rompecabezas brillante construido en la oscuridad, tan difícil de armar sin el menor atisbo de conocimiento de su psiquis.
Una flor falsa que florece aberrante en la noche. Una estrella del cine que se disfraza para el espectáculo. Y un Dios Falso e inmaculado creado por el calor del Averno.
Aunque tan cautivador como uno real, con un altar esculpido maravillosamente en lo físico, atrayente, delgado y bonito. Una biblia llena de su labia tentadora y como oblea un par de orbes morenos que se asientan en lo profundo de un alma ante la primera degustación.
"No podria esperar menos" Después de todo, Chuuya sabia en que se estaba metiendo. Aunque el reconocimiento de que esto no le molesta no es grato para su consagración eclesial ni para Dazai, que planeaba engancharlo por sorpresa como un demonio súcubo. Ahora esta acorralado como un pequeño animal salvaje. Pero, ¿Cómo es que reaccionan las criaturas ante el peligro...? "Si no puedo cambiar lo que eres, estoy seguro de poder contenerlo por tu constante necesidad de corromper lo que es sagrado."
"Puedes tomar todo lo santo en mi, Dazai, pero no te dejare ir ahora que se lo que puedes hacer."
La mandíbula del contrario se tensa entre sus dedos, Chuuya no reacciona. Pueden ser de la misma altura, pero Chuuya puede fácilmente consigo mismo y con Dazai.
Este ultimo desvía la mirada hacia abajo, contemplando melancólicamente su actual posición. Toma con cruda solemnidad el brazo de Chuuya. Suspira, y pasan los segundos.
Tararea un poco. "¿Que puedo decir?" Ríe un poco, y ahí. Esta el brillo que Chuuya ha bautizado como el atisbo de la maldad. No es tan gracioso como suena. "Si lo que Chuuya quiere es que nos arrepintamos juntos en el infierno, debería hacer que lo que nos queda previo a eso, valga la pena, ¿no es asi?"
Dazai camina hacia adelante, un paso, toma la mano de Chuuya y la conduce lascivamente para que pasee por su cuello y pecho con un agarre imponente empero lo suficiente suave como Dazai, para que Chuuya pueda escapar. Es divertido que sea posible contemplar esa posibilidad, porque no es como que Chuuya la quisiera.
"A Chuuya le gusta todo esto, después de todo, ¿hm? " Se burla, y la parte posterior de las rodillas de Chuuya flaquea ante el golpe del filo del colchón, al caer, inmediatamente tiene a Dazai contra su regazo. Frena sus propios movimientos, cuando la mano de Chuuya cae y le permite tomar su solapa. "Es frustrante que una pequeña cosita necesitada de atención sea la que arruine mis planes. Pero me gusta que te acostumbres a esto, porque voy a usarte como quiera."
Chuuya tartamudea, tomando instintivamente la cadera del menor y presionándolo en su lugar, sus caderas se contraen en busca del calor justo encima de su pelvis.
Tampoco es sorprendente, Dazai no lleva nada debajo de su sotana, la cual saca rápidamente por la cabeza. Las manos de Chuuya se acercan para tocar su cuerpo, pero el las atrapa a cada lado de su cabeza para inclinarse sobre el.
Sus ondas caen grácilmente sobre Chuuya, haciéndole cosquillas, pero no siendo capaz de reír rápidamente atrapado en el encanto del rostro porcelánico del contrario. Sobre el, su mirada viaja hasta sus labios, los cuales ataca rápidamente. Dejando un mordisco peligroso.
"No quiero que toques"
Chuuya parpadea, aun asi, Dazai hace circulos abortados sobre su polla vestida pero semi erecta.
Dazai suelta sus manos, ahora levantando su propia sotana para después deshacerse torpemente de su ropa interior.
El sonido húmedo del calor de Dazai empapando su falo con pequeños saltitos es difícil de procesar sin soltar un gemido, mientras la sangre corre al sur.
"¿Acaso no es grato para tu estúpido complejo de salvador?" Se burla el castaño, inclinándose hacia Chuuya para dejar besos igualmente húmedos en su cuello. La intención es que vaya directamente a su cabeza cuando se acerca a su oído. "¿Ser utilizado como la perra necesitada que escondes? Apuesto a que no serias mas que eso si la iglesia no te hubiera pescado."
Sin misericordia para ninguno de los dos, Dazai se hunde rudamente en su polla con un salto audaz. Sonriendo arrogante y dejando escapar un jadeo pequeño y bonito como si en este momento el fuera algo de eso.
"D-dazai" Jadea Chuuya, apretando los puños, intenta mover sus manos para conducirlo a moverse pero es contenido otra vez.
"No, no. Tonto y sucio Chuuya. No es necesario que te lances a salvarme ahora, solo tienes que ser útil quedándote quieto para que te use aquí." Un dedo condescendiente viaja por la mejilla del pelirrojo mientras se endereza. Sus caderas se mecen y le arrancan un suspiro de placer.
Entonces empieza a moverse, claramente disfrutando la profundidad alcanzada mientras salta moderadamente. Sus gemidos tartamudean, se balancea hacia adelante y aprieta sus rodillas alrededor de Chuuya.
"Que buen chico, a-ah" Encuentra un punto de apoyo en el pecho de Chuuya. Solloza. "Tan grande, listo para que lo use"
Finalmente encuentra un ritmo mas rápido y agradable, Chuuya tira su cabeza hacia atrás, apretando los dientes.
"Eso parece ser lo único que quieres, ¿verdad? Que alguien se de cuenta que estas ahí para ser útil, en especial si es una pobre damisela en apuros." Espeta, mas irritado que burlón. Pero parece totalmente fuera de si en este momento. "¿Crees que con un par palabras bonitas tendrás a tu damisela en la palma de tu mano? Prefiero verte retorcerte debajo de mi. Una polla grande para mi y un par de ojos bonitos que usar."
Un empujón duro le obliga a flaquear, arañando los costados de Chuuya como forma de sobrellevarlo.
"Chuuya" Tartamudea, subiendo y bajando a un ritmo enloquecedor. "Chuuya, Chuuya" Gime descaradamente, frotándose contra la humedad antes de volver a encontrar el ritmo. "Es perfecto, eres perfecto para mi" Chuuya no cree poder manejar eso, un gemido bajo le hace empujar sus caderas hacia Dazai. Este ríe. "Pero apuesto a que sonarías mejor si decidiera follarte con alguno de mis consoladores. Debe haber algún gemido adecuado para una perra como tu en algún lado"
Chuuya estrecha sus ojos, no, no parece contento con eso.
Dazai aun sonríe socarrón. "¿No te gustaria? Parece que solo te gusta cuando puedes devorar y cogerte a tu damisela como recompensa. Pero creo saber mejor que eso, ¿prefieres grueso o lar-?"
No puede terminar su oración, Chuuya lo toma desprevenido con un cambio de lugar.
El grito que saca de el a la primera dura y profunda embestida es algo que probablemente no reconocería de el si no estuviera siendo follado repentinamente, sin aviso ni descanso.
"Cierra la boca de una vez, mocoso estúpido." Espeta Chuuya, abriendo las piernas contrarias con fuerza y manteniéndolas separadas para que el contrario sienta cada embestida en lo profundo sin obstáculos. "Parece que te gusta abrir tu boquita sucia para cosas que no deberías decir, creo que sabes que se como callarte, ¿pero eso no te gustaria aun asi, puta lamentable?"
"No..." Jadea Dazai, tomando los brazos de Chuuya para arañarlos, una estocada particularmente certera le envía un escalofrió atronador, gime agudamente. "No quiero tu ridícula polla en mi boca, estúpido santulón"
Chuuya sonríe, perforando en el castaño mientras lo mantiene fácilmente quieto en su lugar, esto, por supuesto, ayuda a que las sensaciones sean difíciles de sobrellevar para el menor.
"Entonces" Se burla, envolviendo fácilmente su cintura y reconociendo un empujón hacia sus caderas enterradas entre los muslos de Dazai proveniente de este ultimo, alguien parece ansioso. "Abre bien las piernas para mi, muñeco"
"¿Dijiste que querías ser mi puta, no es asi?" Chuuya sube sus manos hasta que atrapan las muñecas de Dazai. "Creo que prefiero verte a ti, pequeño demonio, quieto y bueno debajo de mi para llenarte como quiera. Casi pareces un lindo angelito."
El rostro de Dazai esta rojo, un pequeño rubor cubre parte de su torso de igual forma. No parece fácil para el tomar un cumplido como toma una polla del grosor de su puño.
"Me gustaria verte intentar levantarte mas tarde, o..." Chuuya embiste mas profundo, subiendo una de sus piernas hasta su hombro. "¿Lo que quieres es un lindo bebe? Seria tan lindo y demoniaco como tu. Ojos bonitos, ¿no es asi?"
Algo que puede fácilmente con Dazai es usar sus propias palabras contra el. El solloza, arqueando la espalda cuando está lo suficiente cerca de su orgasmo, pero en ese momento Chuuya baja la velocidad, justamente para arruinar su clímax. Vuelve a su ritmo poco misericordioso de antes apenas cumple su cometido.
"Entonces no me detendré hasta que tengas un puto bebe o el vientre hinchado y lleno de todos ellos" Dazai solloza sin resistirse a su agarre, soporta cada embestida sin gracia, envolviendo sus piernas alrededor de su cintura y empujándose mas cerca.
"Un bebe de Chuuya" Repite, balbuceando torpemente, su rostro esta sonrojado ante la idea, pero lo que dice a continuación no es tan lindo como eso. "Prefiero morir antes que eso"
"Cierra la boca" Chuuya se burla de sus pezones endurecidos y toca el abdomen del castaño. "Dime qué tan profundo lo sientes"
Dazai se ahoga con otro gemido, siente los dedos de Chuuya presionar inútilmente, buscando alguna abultacion sospechosa.
"¿Que tal aquí? ¿Es lo suficiente grande para ti?" Señala un punto justo arriba de su clítoris, haciendo círculos electrizantes en la zona. Otra vez, Chuuya baja la velocidad y detiene sus movimientos lo suficiente para arruinar su orgasmo. Dazai balbucea y lloriquea, apretándose alrededor del pelirrojo como una súplica.
"Y-yo..." Solloza, soltando las sábanas en las que mantenía un agarre de hierro y no tenía idea, sus piernas caen inultamente a los lados de Chuuya. Abiertas para su fácil acceso, pero temblando débilmente por la estimulación insuficiente, necesita venir.
"Lleno. Chuuya me hace sentir lleno." Toma desesperadamente los brazos del contrario, que estaban vagando por su cintura. "Solo necesito-" sus dedos se crispan ante la posibilidad de alcanzar finalmente la liberación, Chuuya se burla de el con movimientos circulares de sus caderas.
"Tienes razón" gime Chuuya, tomando uno de sus muslos como punto de apoyo y regresando otra vez a la perdición de Dazai. "Mi intención es que jamás olvides lo bien que voy a follarte".
Las estocadas húmedas y casi violentas lo marean hasta que se siente cerca, cerca del borde, aprieta a Chuuya y le ruega.
"¡No te detengas! ¡por favor, por favor! Ah.." Cierra sus ojos antes de ponerlos en blanco. Encerrándolo entre sus piernas. "Chuuya, Chuuya, por favor"
Una vez alcanza el límite, en realidad se convierte en una saturación y mezcla imposible de sus anteriores orgasmos fallidos, llevándolo a la enloquecedora sobre estimulación como una picazón que no puede rascarse, persistente e inútil de resistir.
Chuuya no baja el ritmo no por un momento, a pesar de su colapso de sensaciones y falla temporal, es difícil aceptarlo, pero lo que desciende por sus mejillas es llanto pristino y humano.
Es lo más fascinante que ha sentido en su vida. Solo aprende que necesita mucho para sobrellevarlo.
"¡Ch-chuuya! ¡Espera!" Su mirada se pierde vagando tontamente mientras Chuuya lo folla sin sentido a través de su orgasmo, o orgasmos. Muchos en uno solo. Cada embestida errática le arranca pequeños gemidos abortados.
Lo que debería sentirse como satisfacción por una liberación ansiada y merecida, en realidad es algo parecido a la tortura, Chuuya continua fallándolo a través de su orgasmo, y debería sentirse satisfecho. Pero no se siente asi, es enloquecedoramente demasiado pero insuficiente. Lleva demasiado llorando por un orgasmo y ni siquiera se siente como debería.
Necesita, necesita tanto que Chuuya deje de bajar la velocidad mientras el mismo se corre y que le de su justa liberación.
Pero Chuuya no hace eso, Chuuya observa su agitación y sus mejillas sonrojadas, en una mezcla de irritación y vergüenza. Luego toma inclementemente su mentón.
"Sera mejor que te des la vuelta sin dejarlo salir, amor. Aun no he terminado contigo."
Dazai, honestamente ya lo veía venir. Se maravillara mas tarde, con un Chuuya dormido a su lado, de que su vientre realmente se sentirá pesado e hinchado por cada carga. La emoción lo ataca inexorablemente, porque no es como si existiera otro sentimiento que fuera capaz de experimentar ante la idea de que Chuya lo toque.
"Se que el cielo es real, voy ahi cuando me tocas"
False God, Taylor Swift.
***
¿Por que no puedo escribir porno normal?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro