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016.

Lee saerom

Mi espalda se mantenía todo el tiempo contra la pared, sintiendo las manos desesperadas de Taehyung. Era tan inhumano que estuviese en esta situación.

Quedé completamente a su disposición, rendida ante él, a sus caricias, a sus besos húmedos por mi cuello, sus dedos traviesos, introduciéndose en mi camisa para tomar mis senos, haciéndome jadear.

Tan imponente, tan desesperado. No podía quedarme cruzada de brazos, por qué yo también quería tocar, quería ver más. Así que, le ayudé a quitarse su chaqueta y que caera al suelo. Tenerlo solo con su camisa blanca y corbata, me recordaba a la vez que entré a su casa, y vi como se aflojaba la corbata, siendo tan atractivo.

Puede ser que desde ese día, notara cierta atracción, pero mi odio por Taehyung era más grande. Justo ahora, no sabría describir lo que siento, no sé como me hace sentir sus besos, ni como cruzábamos miradas de vez en cuándo, poniéndome nerviosa.

Separé mis labios, soltando un leve gemido. Había metido su mano dentro del pantalón, todo para tocar mi trasero. El tacto frío de su mano, me sorprendió e hizo que mi piel se erizara. Masajeaba suavemente, mientras volvía a mis labios para besarme. Por mi parte, la parte coherente de mi cabeza, quería detener esto.

—Taehyung.

Susurré en medio del beso. Hice que sacara su mano dentro de mi pantalón.

Era tan tonta por querer eso que dijo, que no había estado con otra mujer después de que me besó. Una persona que siempre ha sido así, jamás cambiaría. Ni siquiera se inmutó a querer responderme, solo quiso volver a besarme, pero coloqué ambas manos sobre su pecho, para que se detuviera.

—Taehyung, ¿por qué mientes? Seguramente ayer estuviste con alguien, y ahora tus labios me besan.

Parecía desorientado.

—No suelo mentir cuándo se tratan de estas cosas. Es verdad, Saerom, no he podido acostarme con otra mujer —Suspiró—. He de admitir que he estado tocándome, recordando tus besos, tu piel, tu olor...

Cada que hablaba, se acercaba más a mí, y su voz se volvía grave. Mi respiración me hacía falta, pero gracias a Dios podía tener un buen razonamiento en estos casos, o eso creo.

Pero es que es tan ilógico. ¿Este idiota sentirá algo por mí? Bueno, tal vez solo quiera follar una vez conmigo, tampoco tendría todo el sentido. Me ha hecho la vida imposible, me ha insultado hasta el punto de llamarme zorra, y fea.

Volví en mí cuándo me tomó de la barbilla, subiendo así mi mirada hasta él.

—Te deseo, y sé que tú también a mí, lo siento en tu piel.

Estaba demasiado cerca, y me rendí cuándo sus labios volvieron a juntarse con los míos. Siendo ahora más lento, más dedicado que podía apreciarlo hasta dulce como su lengua buscaba a la mía.

Separó sus labios, para después pasar su dedo por mí labios.

—No sabes nada de mí.

Murmuré.

—Entonces, permita que lo sepa.

Tragué saliva viendo sus intenciones y todo en mí tembló. Sin previo aviso, metió su mano en mi pantalón, por la parte de enfrente, para tocar por encima de mis bragas. Me sentía confusa, pero las ganas de que siguiera moviendo su dedo, aunque sea por encima, era más grandes.

Jadee cuándo sus dedos traviesos movieron la tela, para tocar mi parte sin pudor. No podía permitirme cerrar los ojos, simplemente me quedé viendo los suyos, esos negros, que blasfemaban solo con mirarme tan lascivamente.

No fue para nada reseco que moviera sus dedos en mi vagina, ya que estaba tan mojada por su culpa. Puse mis manos sobre sus hombros, cuándo simulaba que en cualquier momento introduciría sus dedos en mi entrada.

—No sigas más.

Quería que siguiera, la coherencia se había ido.

—Pero muñeca, cada vez estás más mojada. Tus fluidos han empapado mis dedos, ¿acaso no quieres que siga?

Sus palabras chocaron contra mis labios, y mi respiración agitada. Coloqué mi mano detrás de su cabeza, empujándolo hacia mí para que me besara, lo necesitaba, más cuándo sus dedos no dejaban de masturbarme.

Tocaba tan bien aunque no estuviera viendo, se deslizaba tan indecorosamente. Abracé su cuello, metiendo mis dedos en su cabello, apretando con fuerza en el momento en que dos de sus dedos me penetraron. Separé nuestros labios, dándome la oportunidad de gemir.

Era tan confuso acariciar su cabello, su cabeza, y no ser capaz de saber lo que pensaba en realidad. Simples extraños que se odiaron desde el primer día, donde repartíamos los mejores insultos, y ahora aquí, compartiendo la escena más íntima, gimiendo por la forma en la que me toca, por sus besos húmedos, por su mirada, por estar tan dispuesta a él.

No somos amigos, solo nos estábamos volviendo amantes, amantes descarriados en busca de encender más el fuego que habita alrededor de nuestros cuerpos.

Apreté con fuerza sus hombros y gemí entre sus labios cuándo lo empezó a hacer más rápido, provocando que mis piernas apretaran su mano por el orgasmo que estaba teniendo.

Era como si hubiese corrido un maratón, me sostuve sobre su pecho. Apenas podía respirar y entrar en razón. Su mano salió de mi pantalón, y solo me pude sentir sucia. Mis piernas aún temblaban, así que traté de ser comprensible aunque sea en eso.

Tomó mi rostro, para verme y querer besarme, pero puse mis manos sobre las suyas, para que las quitara. Un nudo en mi garganta apareció, invadiéndome de pensamientos sin fin.

Vi como en medio del pasillo estaba la bolsa con mi ropa, así que como pude me alejé de él para tomarla e irme. Dios mío, era una completa locura lo que he hecho, no tuve que hacerlo. ¿Acaso alguien puede reprimir sus deseos sexuales? O mejor dicho, ¿acaso alguien pude reprimir las ganas de pecar?

Mierda. Llegué hasta la salida de la casa, ignorando el llamado de Taehyung. Dejé las zapatillas que llevaba a un lado, tomando mis tacones que me daba igual que estuviesen mojados. Me los puse y recogí mi chaqueta que había dejado, para meterla en la bolsa.

—¡Lee! Espera —Me di la vuelta para verlo—. No te vayas, quédate.

—Dejó de llover, así que puedo regresar a mi casa.

Y antes de que pudiese hablar o detenerme, salí.

Ahora no podría sacarme esa imagen de la cabeza. Seré razonable. Cometemos errores, hacemos cosas que tal vez se nos salió de las manos, bien, pues no lo volvemos a hacer y olvidamos el pasado. Eso haré. ¿Quería que el idiota de Kim me besará, me tocara? Pues ya ocurrió, así que mi cabeza debería dejar de buscar el disfrute carnal.

Al vivir al lado, fue una fortuna por qué llegué rápido. Lo primero que hice, fue meter la ropa mojada a la lavadora y luego yo meterme a duchar. Tenía demasiadas cosas en la mente, pero no quería pensar en ninguna de ellas, me atormentaba.

Y más me atormentaba tener la ropa de Taehyung, al menos me la quité, por qué olía a él.





Apenas podía moverme, si no la chica que me maquillaba me mataría. Hoy era el día en que me harían la entrevista, y después de descubrir que tenía esta semana muy ocupada, decidí que se hiciera en la sala donde hacían los anuncios comerciales.

Esta era el primer descanso, ya que la mujer que me entrevistaría tenía un par de cosas mal. Un ruido nos despabiló, haciendo que la maquilladora diera un último retoque en mis labios, y se alejara.

—Lo lamento ingeniera Lee, no me percaté del error que tenía.

—Todo en orden, señora Kahn.

Volvió a sentarse enfrente de mí, gracias a Dios no había muchas cámaras, solo una, quien grababa ciertas cosas. El periódico, o mejor dicho la revista que hacía la entrevista era GWQ, toca diferentes temas, y en el apartado de comida, y grandes empresarios, saldría nuestra empresa. Tomarían fotos que había una baja posibilidad que la colocaran encima de lo que dijera.

Escuché a alguien hacer una cuenta regresiva, y de pronto la periodista empezó a hablar.

—Buenas tardes, ingeniera Lee. Hemos dedicado tiempo en investigar sobre usted antes de venir, ya que por lo visto la contrataron sin pensarlo al ver su excelente experiencia laboral. Es fascinante descubrir tantos talentos, y que nuestro país los obtenga, por el hecho de que ha estado toda su vida en Australia, pero sus raíces son Surcoreanas. ¿Qué hizo que tomara la decisión de venir a la gran Royal Liquor Shinsegae?

—Muchas gracias por invitarme en primer lugar. Tiene la razón, he vivido en Australia toda mi vida, es un lugar apreciado para mí. Me vio crecer, convertirme en lo que soy ahora. Formé mi futuro como lo que anhelaba, y sigo luchando por conseguirlo. Entonces, vi la oportunidad de ampliar mis conocimientos y sobre todo llevar a otro sitio lo que tengo por ofrecer. Venir a mi tierra natal, fue más que un orgullo para ser reconocida como una gran enóloga y agrónoma.

Había hecho esto otras veces. No me sentía para nada nerviosa, era casi de costumbre hacerlo en mi ciudad, ya que yo me encargaba de promocionar los vinos a la vez que los presentaba.

Al menos, gracias a Jiheon, pude estudiar un poco lo que diría, porque la entrevistadora me dio un breve resumen.

—Guau, es fantástico. Lleva poco tiempo trabajando aquí, pero por lo que he visto, es reconocida, que se ha adaptado muy bien. Entonces, ingeniería Lee, cuéntenos ¿Como representar Royal Liquor Shinsegae a la sociedad y la importancia de su filosofía?

Había repasado toda la noche lo que diría, así que no me costó nada responder, a esta ni a las siguientes preguntas. Normalmente, las empresas tienen su fallo en lo que se debe mejorar, es lo primordial. Aprendí que esta empresa, siendo una subsidiaria, tenía mucha importancia para su consumidor, y viceversa.

Tiene buenos ingresos, lo que no era un problema con utilizar recursos de alto valor para cuidar la tierra, usar los mejores fertilizantes, etc. Así como a los trabajadores, el trato era bueno desde los jefes, la relación de compañeros era otra cosa, un poco mierda a la vez, ya que eran tan ambiciosos.

La ambición podía ser un problema para la comunicación, pero eso no hacía que nos esforzáramos por conseguir lo mejor, hasta para nuestros socios. Era una cosa que admiraba de la CEO Kang, una mujer tan resta y decidida, le gustaba que todo fuese tan perfecto, sin error, que hubiese buena relación.

Nos detuvimos unos segundos, para descansar. Retocaron el maquillaje de la presentadora, mientras que yo me giré un poco, para mirar a Jiheon quien levantó ambos pulgares en señal de aprobación. Pero mi atención se dirigió hasta un hombre que se acercaba, se me hacía bastante familiar.

Dejé de prestar atención ante todo, para continuar con la entrevista. Gracias al cielo no quedaba mucho, solo era para platicar en detalle sobre los nuevos vinos, colección que teníamos en nuestras bodegas y la sustentabilidad que impartimos.

Me percaté como había alguien viendo la entrevista, aquel hombre que había entrado, entonces recordé quién era. En la bodega que tiene RLS en Busan, nos recibió Ahn Bomin, quien era el hermano del dueño y encargado de la bodega, Ahn Bohyun. Me pregunto que estará haciendo aquí.

Escuché las últimas preguntas, y después de responderlas, al fin acabamos. Me levanté de mi asiento, dando las gracias nuevamente y para hacer una reverencia.

—Muchas gracias ingeniera Lee, fue bastante linda y respetuosa después de que insistí bastante en un par de cosas.

Sonreí.

—Ningún problema, un gusto.

Me giré, viendo a Jiheon acercarse a mí.

—Vaya que es usted famosa. Además, se ve hermosa.

Me halagó y solo solté una sonrisa avergonzada.

—Deja de decir esas cosas, que luego mis mejillas estarán rojas.

Al mismo tiempo, nuestra atención fue hasta la entrada, donde alguien había entrado. Se trataba de la mismísima CEO Kang. Todos en la sala hicimos una reverencia. Venía directamente hacia nosotras.

—Veo que llegué un poco tarde.

Si a mí me decía hermosa, nuestra directora lo era más. Lo diré, me parecía una gran mujer y con gran porte. Tenía gran sonrisa, que iluminaba a todos, ojalá ser como ella algún día.

—Buenas tardes, señora Kang. Justo terminamos.

—Seguro lo ha hecho increíble. He estado recibiendo muchos halagos gracias a usted, ingeniería Lee. Veo que no me equivoqué con aceptar su transferencia aquí, es nuestro gran orgullo.

Evité fruncir mis labios, podría llorar ahora mismo, o saltar de alegría. Que me dijeran todas esas cosas, era un gran triunfo. Me hacía entender que iba por un buen camino.

—Muchas gracias, señora Kang. Seguiré esforzándome cada día, para no decepcionarla y demostrar que aún no han visto nada. Así como lo dije ese día, estoy en camino para convertirme en la mejor enóloga.

—Lo conseguirá, de eso no tenga duda. Persevere hasta conseguirlo —Asentí con una amplia sonrisa. Era tan cálido hablar con ella, cuándo no estaba enfadada, claro—. Bueno, espero leer luego su entrevista ingeniera Lee, me retiro, ya que solo echaba un vistazo.

Su mirada se desvió hacia el hombre de atrás, que me fijé que era Ahn Bohyun. Aquella mirada no fue para nada cálida, hasta podía asegurar que Jiheon lo sintió. La señora Kang salió después de despedirse y luego aquel hombre.

—Ingeniera —La escuché hablar mientras seguía viendo lo evidente que fue que el hombre la siguió—, tengo que decirle algo sobre ellos.

—¿Qué?

La miré de prisa.

—Así es. La CEO Kang Hanna, es la exesposa del Ahn Bo hyun, dueño de la bodega más grande de RLS.

Quedé boquiabierta. Era increíble que cada vez que Jiheon tenía algo para decir, fuera una gran bomba para mí, que era ignorante de todo los chismes de aquí.

—Ahora que has empezado, tendrás que acabar de contarme todo.

Sonrió. Dios, por culpa de Jiheon me estaba volviendo chismosa. Nos despedimos de la entrevistadora y de todos, para salir de la sala, en camino a mi oficina.

—Lo que le decía, la señora Kang se casó obligatoriamente con Ahn, cosas de negocios. Apenas duró tres años, muchos dicen que eso estipulaba en el contrato. Cuándo yo ingresé a trabajar, ella ya llevaba apenas unos meses de divorciada, y había tantos rumores. Dejando de lado de que era un simple contrato, se les veía discutir fuertemente.

Estaba tan hipnotizada escuchándola, que cuándo guardó silencio le iba a reclamar. Detuve mi andar para preguntarle que por qué paró, hasta que noté la presencia de Hoseok.

—Hola, ¿qué tal? No te he visto estos días.

Tenía razón. Oh, vaya, me sentía mal. Desde el lunes que ocurrió eso con Taehyung, ni siquiera había pensado en él. Me encontraba tan absorta queriendo olvidar todo, que me olvidé de él, del único que no quería olvidar.

—He tenido mucho trabajo, ya sabes.

Y lo peor era, sentir como si fuese todo tan distinto, no me gustaba ese sentimiento.

—¿Vas para tu oficina? —Asentí— Las acompaño.

La última vez que no vimos fue anteayer, no ha pasado mucho, pero para mi corazón era como un huracán hubiese derrumbado todas las palabras. El momento que pasamos él y yo ese domingo fue tan mágico, tan cercano, que anhelaba volver a tenerlo.

Los tres caminamos por el pasillo, nos subimos al ascensor y apenas hablamos. Este casi siempre iniciaba la conversación, y me sentía tonta hablando cortante.

—Jiheon, ¿qué tengo que hacer hoy?

—Acabar unos informes para entregar y revisar algo de la vendimia.

Cierto.

—-Si solo tienes que hacer eso, ¿te apetece ir a tomar un café después? Podríamos hablar de la vendimia, me llegaron unos archivos que te pueden servir.

—¿En serio? —Sonreí viéndolo— Me encantaría.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Era esto, esto era lo que sentía con él. Es que, me ponía tan nerviosa, solo lucia con su traje azul, frente descubierta y siendo tan guapo.

Salimos del ascensor, para tener el mismo camino. Su oficina estaba en el mismo pasillo que la mía, un poco más alejada, claro. No voy a negar que me ponía tímida darme cuenta de que no dejaba de verme, Dios, era una loca. Solo me hacía recordar cuándo me dio de comer en la boca, las risas interminables.

—Ahora que lo pienso, ¿estás seguro de que no te enojarás si voy a la vendimia?

Nos detuvimos justo enfrente de mi oficina.

—No debería enfadarme. Eres parte de la empresa, muchos van ese día a la vendimia. Además, de todo el proceso me he encargado siempre yo, por eso fue un tanto sorprendente que dos personas fueran conmigo ese día.

—Entonces, será genial que vayamos juntos a la vendimia.

Mencioné. Sus ojos eran tan bonitos y brillantes, me gustaba mucho el ingeniero Jung. El problema era, que no sabía como averiguar lo que él sentía, peor cuándo había alguien estorbando. El idiota de Kim.

De pronto, apareció frente a nosotros. Y solo con ver su rostro, la escena obscena de nosotros dos, en el pasillo de su casa, lleno de mis gemidos, volvieron a perturbarme. Me sentía estresada e incómoda, así que es preferible ignorarlo.

—Necesito hablar con usted, ingeniera Lee.

—¿Qué tienes hablar con ella, Kim?

Mi corazón empezó a ir rápido. Tragué saliva nerviosa, queriendo pedirle ayuda a Jiheon, pero ella ni siquiera sabía.

—Bueno, creo que eso es algo que no te interesa, Jung.

—Si tienes algo que decir, puedes hacerlo enfrente de todos. Lo que pasa, es que no tengo buenos recuerdos sobre ti.

La tensión estaba haciendo que me hiciera falta el aire. No podía permitir que esto continuara, más porque me incomodaba, desde siempre me han parecido absurdas este tipo de discusiones. Además, no sé cuál de los dos me daba miedo por la forma en como se miraban.

Justo cuándo miré a Kim, este me miró, y alzó una ceja. Este tipo era tan idiota, que podía imaginar lo que quería, y era tan hijo de puta, que era capaz de decir algo sospechoso delante de todos.

—Tengo la agenda ocupada, si es algo del trabajo, podemos entrar a mi oficina.

Me di la vuelta, viendo de reojo a Jiheon confusa, tendría que explicarlo luego. Abrí la puerta, yendo directamente a sentarme a mi escritorio después de quitarme mi chaqueta y colocarla sobre el perchero.

Suspiré. Traté de encender la computadora, para luego ver como se sentaba en la silla enfrente del escritorio.

—¿Que es lo quieres?

Dije, y hasta después de varios segundos respondió. Parecía que esperó a que lo viera para que hablara.

—Te estuve buscando ayer. Pareciera que te escondes de mí.

Resoplé, cansada. Me iba a sacar de quicio.

—¿Esto es laboral?

—Esto es muy importante. Quiero invitarte esta noche a cenar.

—No.

Respondí sin más. Quería dejar todo atrás, me estaba sintiendo desesperada.

—Quiero hablar contigo.

—¿No estamos haciendo eso?

—¿Qué es lo que sientes? Me gustaría saberlo, por qué casi pareces bipolar escapando de mí y cayendo a mis brazos a la vez.

A esto me refiero cuándo digo que me saca de quicio. Si parezco bipolar, todo es su mera culpa.

—Estás muy equivocado. Deberías ver como eres tú, igual o peor.

Bufó, para luego sonreír.

—No muñeca, yo no juego con tus sentimientos. Yo dejo las cosas claras desde el principio, por ello quiero saber lo que tú sientes ahora. Por qué te aseguro que te deseo tanto, y así como el vino, quiero probarte y sentirme hasta descubrir cada parte oculta de ti.

Mi corazón se saldría. De repente empecé a tener calor, a pesar de que me quité mi chaqueta. Seguramente el aire se apagó.

—No me interesa.

—-Ah, pues cuándo metí mi mano dentro de tu pantalón, no decías eso.

Me puse de pie, confusa. Estaba en el pico de la vergüenza, quería matarlo, ahora me va a perseguir el recuerdo de lo que ocurrió ese día. Quería dejarlo en el pasado, simple pasajero y ya, pero este no parecía querer eso.

Di un par de pasos para llegar hasta la puerta, quería que se fuera, solo me abrumaba, me confundía.

—Puedes irte.

Se puso de pie también, se dio la vuelta y caminó hasta quedar enfrente de mí, viéndome.

—Soy un caballero, aunque no lo creas. Pero este deseo sexual que hay entre nosotros, no es un juego, no es solo eso, y deberíamos hacer algo.

—No tengo nada que hacer contigo, así que vete.

Me miró por última vez, para luego salir. Fui hasta mi silla para sentarme. Solo pude cerrar mis ojos, aturdida por lo que sucedió. Quería llorar, y eso me molesta aún más. ¿Por qué debería llorar? ¿Por qué debía sentir esto? ¿Por qué debía gustarme Taehyung cuándo también sentía lo mismo por Hoseok?

Lo odiaba, lo odiaba tanto por entrar tan agresivamente a mi cabeza, lo odiaba por ser él, lo odiaba por no dejarme en paz, lo odiaba porque tiene la culpa de ser un idiota y tenga que odiarlo.

Si tan solo no fuera así, tan egocéntrico, tan parecido a mi madre, todo el rechazo que siento hacia él, desvanecería. 

Solo para decir que podéis seguirme en mi Instagram. Ahí hablo, aviso o muestro cositas de mis historias.

Gracias por leer. Espero estéis bien.

Dios les bendiga.

xoxo

Herbst

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