Capítulo 12. Aún no podemos irnos.
—Claro que sí, Eric.
—Vaya, así que tienes algo con que comunicarte con tus hermanos. Interesante. —Comentó el niño mientras se ponía de pie en la rama del árbol.
—Al igual que tú. —Comentó Fernando mientras separaba las piernas, alzaba su brazo izquierdo arriba de su cabeza y con su mano dominante empuñó su espada dejando la punta de manera paralela a su rostro—. Al menos ninguno de mis compañeros está muerto.
—Hmph. Fanfarronea todo lo que quieras. Ellos tomaron la decisión de divertirse en vez de atacar. Eso los llevó a la derrota... Pero contigo será diferente.
De un momento a otro un par de cuerdas envueltas con magia de oscuridad surgieron de la tierra. Sin perder su postura en la parte superior Fernando solo movió sus pies para girar y retroceder a la par que cortaba las cuerdas que lo intentaban atrapar. Sorpresivamente varias cuerdas volvieron a surgir debajo de los pies de Fernando, sin pensarlo tanto este último comenzó a retroceder dando un giro hacia atrás.
—Si solo huyes no ganarás.
Las cuerdas surgían y surgían del suelo, pero Fernando siempre las esquivaba. Aunque todo era una trampa, en el último salto que Fernando ejecutó las cuerdas lo rodearon y estas al unirse formarían una esfera que lo aprisionaría. La única salida era intentar saltar hacia el único lugar donde las cuerdas tardarían en cerrar, lamentablemente no existía superficie en donde apoyarse para saltar.
«Esto se termina aquí.» Pensó el niño al ver como las cuerdas casi formaban toda la esfera.
—Estilo de pelea Shizukesa. Forma 3: Rocío.
De aquel orificio que aun existía en la esfera Fernando escapó de las cuerdas con ayuda de un gran salto. Rápidamente el niño movió sus manos para que las cuerdas cambiaran de dirección.
«No comprendo como saltó. La tierra y los lados estaban cerrados. La única salida era arriba, sin embargo, no había donde apoyarse, si tocaba las cuerdas estaría perdido.» Analizó el niño mientras observaba como las cuerdas intentaban atrapar a Fernando el cual aún seguía en el aire y sin salida, sin embargo, un sonido parecido al que surge cuando una gota impacta con el agua se escuchó debajo de los pies de Fernando. Normalmente este sonido sería imperceptible para una persona normal, pero gracias a la audición aguda del niño este lo notó. A la par del sonido, Fernando volvió a saltar escapando de las cuerdas. Ese movimiento brusco era imposible de realizar en el aire, por lo que el niño estaba sorprendido.
Sin pensarlo mucho Fernando comenzó a saltar entre los árboles, tras cada salto el sonido de las gotas resonaba en los oídos del niño. Naturalmente con cada salto se debería escuchar el impacto de los pies con la madera, sin embargo, grande era la sorpresa para aquel niño cuando se percató de que Fernando nunca tocaba los árboles.
El quintillizo permanecía escapando entre los árboles de las cuerdas que lo perseguían, a la par de que tras cada salto el sonido de las gotas dejaba de escucharse hasta que de un momento a otro las gotas dejaron de sonar.
—¿Dónde está? —Comentó el niño observando al bosque con cautela—. No hay forma de que escapara.
Fernando había desaparecido entre los árboles, debido a que sus pisadas no se escuchaban su enemigo no podía saber si estaba corriendo o se detuvo. Lo único que podía seguir a Fernando eran las cuerdas, las cuales fueron cortadas por él impidiendo que el niño tuviera alguna forma de saber en dónde estaba.
«No quería llegar hasta este punto, pero no queda de otra.» Pensó el niño mientras que de la palma de su mano comenzaba a surgir un bulto negro el cual se transformó en una espada peculiar. La espada era casi del tamaño del niño, con la singularidad de que la parte inferior cercana a la empuñadura, la hoja era más ancha de lo habitual, dicha anchura iba disminuyendo conforme la hoja llegaba a la punta de la espada.
—Magia única: Vista maldita. —Comentó el niño a la par de que su espada se envolvía con magia de oscuridad.
Inesperadamente Fernando salió de entre los árboles con una velocidad sorprendente, buscando finiquitar con el combate realizando un golpe horizontal con su Katana, sin embargo, sorpresivamente su enemigo detuvo el golpe con ayuda de su peculiar espada. El impacto provocó que la rama se quebrara ocasionando que comenzaran a caer. Rápidamente, Fernando realizó un golpe con su mano derecha generando una gran onda expansiva que arrojó a su oponente estrellándolo con varios árboles que se partieron en el proceso.
Antes de que cayera al suelo, nuevamente Fernando saltó sin apoyarse en algo. Corrió hasta su oponente el cual apenas se estaba poniendo de pie y con veloces estocadas Fernando intentaba perforar el corazón del niño, sin embargo, el niño se cubría formidablemente de cada ataque. Las espadas impactaban con una fuerza destructiva, cada uno se movía rápido, pero sin perder la gracia. Tras cada estocada de Fernando el niño respondió con golpes consecutivos con su gigantesca espada, pero al quintillizo tan solo le bastaba levantar su espada en diagonal para cubrirse.
Ningún peleador cesaba sus golpes, no les importaba nada, ni los árboles, ni las plantas, ni siquiera las rocas de su alrededor, las espadas eran capaces de cortar de un tajo lo que se encontrara en su camino. Es por ello que dejarse golpear por su rival significaba la muerte.
Después de varios minutos atacando sin ver resultado, se desesperó el niño el cual materializó de su mano una lanza imbuida con magia de oscuridad. Sujetó con fuerza la lanza y con un golpe sorpresivamente rápido intentó perforar el pecho del quintillizo, quien instintivamente golpeó el aire provocando otra onda expansiva que alejó a su oponente evitando así el peligro de aquella lanza.
Enfadado por no poder asestar ningún golpe, después de tanto intentar e intentar el niño estaba a su límite.
—Ahora sí que estoy enfadado. —Juntando sus manos y creando una cortina de oscuridad, comentó el niño al ver que no podía tocar a Fernando.
De la cortina de oscuridad surgieron varias dagas imbuidas con un espeso manto de magia, dichas dagas fueron lanzadas, después de un chasquido, a Fernando quien sorpresivamente esquivaba todas las dagas. El niño no entendía como esquivaba cada daga, era como si Fernando pudiera predecir la dirección que recorrerían las armas. Técnicamente era similar a esto, realmente lo que Fernando hizo fue crear una esfera invisible con ayuda de su telequinesis.
«Bien, parece que la esfera funciona. Me hubiese gustado poder detener los ataques con esta esfera, pero eso requiere más concentración.» La técnica que Fernando estaba utilizando servía como un sensor de aproximación. La esfera mantiene un tamaño de 3 metros de diámetro, debido a esto Fernando puede sentir las armas y ataques dentro de ese rango mucho antes de que pudieran tocar su cuerpo. Gracias a esta técnica el quintillizo puede esquivar todos los ataques sin dificultad, pero existe un límite. «Tal vez ese niño aun no lo nota, pero solo puedo mantener esta técnica en lapsos cortos de tiempo. Si continua con esa lluvia de dagas por más tiempo estaré acabado.»
Tras varios fallos en los ataques la mirada del niño cambió rotundamente de arrogancia a ira. Estaba furioso de que Fernando pudiera evadir todos los ataques sin dificultad.
—Imbécil. Te acabaré. "Cuerpo mío, libera tu verdadero ser. No importa si mi cuerpo se destruye en el proceso, es mi responsabilidad. Si muero, es mi decisión. Cuerpo mío, consume hasta la última gota de mi ser como pago y otórgame a cambio lo que en el pasado fui." Ritual maldito de las razas- Libe...
Segundos antes de que el pequeño niño pudiera terminar su hechizo, con las pisadas más silenciosas del mundo Fernando se acercó con cautela y de un movimiento rápido le cortó la cabeza a su rival.
—Discúlpame, pero tu muerte era necesaria.
Tras haber acabado con su rival Fernando desactivó su espada de luz quedando simplemente el cilindro. Al mismo tiempo Fernando bajó la guardia desactivando todos sus hechizos, creyendo que la pelea había terminado, sin embargo, la pelea recién comenzaba.
De la cabeza cortada se comenzó a segregar un líquido negro muy espeso que al contacto con la vegetación esta se derretía. Lentamente, desde el suelo, se comenzó a formar una masa semilíquida de este material, la cual cada segundo se hacía más grande. Rápidamente Fernando se puso en guardia, pero antes de que pudiera activar su Katana una garra golpeó a Fernando arrojándolo varios metros impactando varias veces con los árboles.
Debido al golpe el quintillizo quedó aturdido y en el proceso perdió su arma quedando vulnerable a cualquier ataque. A duras penas Fernando se pudo poner de pie, levantó la mirada y lo que observó lo dejó sin palabras. Una bestia, que ante los ojos de Fernando podía opacar el sol, oscura y con una afilada hilada de dientes en su cráneo esquelético que se asemejaba a la de un ciervo, apareció en el campo de batalla.
La presión en el aire aumentaba tras cada segundo que pasaba, los animales huían despavoridos mientras emitían un sonido de desesperación. Las plantas y árboles que yacían debajo de la bestia, la cual tenía una complexión muy delgada y un cuerpo similar al humano, se comenzó a pudrir.
«¿Q-qué...qué es esa cosa? Tiene cuerpo de una persona, pero su cabeza es el de un animal... Además, el aire está muy pesado... Mi garganta arde... No puedo ganar... Estoy perdido.» Fernando se había desesperado, quizás era por el miedo o la impotencia, o eso era lo que él pensaba.
Al final de cuentas esos pensamientos no eran propios del quintillizo con uno de los egos más grandes del grupo. Sucumbir tan rápido en la desesperación no era común en él, más bien, esta desesperación era transmitida de aquella bestia, pues no era para menos, al final en el vientre del monstruo podía verse y escucharse como pequeñas manos y rostros intentaban escapar desesperadamente. Los intensos gritos de agonía y desesperación eran la causa principal del comportamiento de Fernando.
Mientras que Fernando estaba siendo atormentado por las voces, aquella bestia aun y teniendo un cuerpo humano no podía erguirse, simplemente podía mantenerse hincado mientras sostenía todo su peso con sus largos brazos. Aquel niño Wendigo, ahora transformado en un ser sacado del infierno, levantó uno de sus largos brazos y juntó sus filosas garras formando así una especie de lanza lista para asesinar al quintillizo.
El cuerpo de Fernando seguía sin responder, estaba acabado, su enemigo comenzó su ataque con una gigantesca estaca que le atravesaría el pecho. Lo único que podía hacer era observar a aquellos huecos vacíos donde deberían de estar los ojos de la bestia, más solo encontró oscuridad, una oscuridad que nubló todo a su alrededor, sin embargo, todavía existía una luz de esperanza.
—Magia arbórea: Murallas de Deméter.
Varias murallas comenzaron a surgir del suelo, estas murallas alcanzaban una altura de 4m y estaban elaborados de un material similar al roble con un grosor de 20 cm. Aun que, con la suficiente fuerza para detener un tren en movimiento, el ataque del Wendigo pudo atravesar la mayoría de estas murallas siendo las dos últimas las únicas que sobrevivirían.
—Hmph. Creé 10 murallas y solo un par resistió. Esa cosa es impresionante. Me sorprende que sigas con vida, Windsor.
Aquel que invocó las murallas fue Odak, quien, al oír el disturbio generado, llegó hasta donde estaba Fernando. Aunque el quintillizo estaba a salvo su cuerpo seguía temblando, debido a esto Odak se acercó a él y lo abofeteó.
—Reacciona ya.
Por alguna extraña razón el golpe ayudó a que Fernando regresara en sí. Su cuerpo ya no sentía miedo o desesperación. Luego de unos segundos se quedó mirando a Odak preguntándose en qué momento había llegado.
—¿Qué haces aquí?
—Ayudo a los demás.
—¿Eh? —Cuestionó confuso el quintillizo. Realmente Fernando no comprendía como la persona que lastimó sin remordimiento a Suzuki ahora estaba diciendo que ayudaría a los demás.
—Se que es muy difícil de creer, pero es cierto. Al principio lo que dijo esa chica sobre que el verdadero poder proviene de defender a otro solo me parecía ridículo, pero... —Odak, quien vestía el uniforme escolar, se descubrió el abdomen, en este estaban incrustados varios fragmentos de hielo—. Al parecer su verdadero poder realmente me hizo mucho daño. Ahora debo de consumir pastillas para que los cristales no sigan creciendo y perforen mis órganos internos... Es por eso que quiero descubrir en carne propia que es cierto que el verdadero poder proviene de algo tan estúpido como ayudar a los débiles. Es por eso que te ayudaré.
—No sé si sentirme alagado o insultado... —Fernando todavía tenía sus dudas, pero no tenía más opción que depender de la ayuda de Odak—. Muy bien, te pondré al tanto de la situación.
—No hace falta.
—¿Qué? No es tiempo de hacerse el orgulloso conmigo. Escucha lo que te voy a decir...
—Ya te dije que no hace falta. Gracias a mi audición más o menos escuché que utilizó el modo ritual. Entonces, regresó a los orígenes.
—¡¡Escúchame, idiota!! ¡No sabes a lo que te enfrentas! Ni yo entiendo por qué cuerpo no reaccionó.
—Tal parece que los rumores eran ciertos. Ustedes nunca salieron de casa ¿no es así? Bueno te lo explicaré, tu cuerpo fue inducido por la desesperación debido a los gritos de agonía de los niños dentro del Wendigo.
—¿Niños? —Preguntó preocupado Fernando.
—Los Wendigos son la acumulación de emociones generadas a lo largo de la vida. Alegría, amor, odio, desesperación son los detonantes para la creación de estos seres. Ese que ves ahí nació de la desesperación de los niños a los cuales se les arrebató el derecho de vivir. Niños que fueron asesinados de forma cruel e injusta. No es la primera vez que veo algo como eso. Normalmente la escuela debe de prepararnos para enfrentar a esas bestias, las emociones por las cuales son creadas pueden ser trasmitidas, es por eso que tu cuerpo no respondía... No te culpo por sucumbir, la primera vez que me enfrenté a uno tan solo tenía 7 años... Fue realmente traumatizante.
—¿Entonces sabes cómo derrotarlo? —Cuestionó Fernando.
—Solo hay 3 formas de acabar con un Wendigo. La primera es purificando las almas que yacen en él. La segunda es exorcizarlo aniquilando las almas. Y la tercera es destrozando el núcleo de maná. ¿Al menos conoces cual es el nucleó, Windsor? —Preguntó con altanería Odak.
—Claro que sí, imbécil. El corazón.
—Exacto. El corazón es el núcleo donde se guarda el maná, pero eso es el caso de algunos seres vivos. Los Wendigos son solo acumulaciones de emociones y su núcleo se encuentra en su cráneo. Aunque si te soy sincero este tipo es muy diferente a los que me he enfrentado. Normalmente los Wendigos tienen cráneos de animales varios. Los antiguos y supuestamente extintos tienen el cráneo de ciervo. Así que por lo visto tendré que utilizar al menos un 20% de mi poder.
—Aunque no creo que podamos purificarlo. Eso que ves allí tal parece que solo es un vil clon. Siendo objetivo creo que debes de purificar el original en sí. Así que por el momento debemos de romper el núcleo.
—Hmph. Entonces, eso cambia las cosas. ¿Qué tal una apuesta, Windsor?
Esta repentina oferta llamó la atención del quintillizo, sin embargo, no era momento para jugar. Si no derrotaban a esa bestia los demás estarían en peligro.
—No gracias. Pídeme lo que quieras, solo necesito que me ayudes. —Dejando su orgullo atrás, Fernando conteniéndose la rabia que estaba sintiendo comentó—. Si no lo derroto, esta bestia podría dañar a inocentes. Solo necesito que me ayudes a contenerlo. He estado trabajando en una técnica, pero requiere tiempo de preparación.
—Tch. ¿Acaso no entiendes el concepto de una apuesta? De nada sirve que me des algo sino te gano. Aunque si lo vemos por otro lado, el que tú me hayas pedido ayuda cuenta como una derrota para ti. Así que me sirve.
—¡¡Maldito imbécil!! Tienes suerte que no tenga otra opción.
—Si, si, si claro. —Comentó Odak mientras caminaba hacia el Wendigo.
«Hijo de perra, pero no tengo otra opción» Pensó Fernando al subir a la copa de uno de los árboles más altos. Al llegar a la copa del árbol Fernando posicionó su rodilla derecha en el suelo mientras juntaba las manos y cerraba los ojos.
«Elma mencionó que al crear un hechizo propio debes de darle un nombre . Al no tener mucha practica esto ayudará a la hora de realizarlo. Muy bien, es hora de ver que tanto he progresado. También debo de tener en cuenta que al ser algo creado el tipo de magia será registrado como magia única.»
—Magia única: Expansión de los sentidos.
En menos de un segundo un manto transparente se comenzó a desprender del cuerpo de Fernando, dicho manto logró ser expandido por alrededor de 2km de diámetro, creando una perfecta esfera transparente. Luego de ser activada Fernando podía ver, oler y sentir hasta lo más minúsculo dentro de la esfera. Sus sentidos recibían tanta información en tan poco tiempo que el cerebro de Fernando no podía procesarla.
«Aunque esta es una técnica similar a la que usé con anterioridad, esta vez no soy capaz de asimilar todo. Además, mi sistema nervioso se siente como si me estuvieran dando descargas eléctricas con un gran voltaje... Maldita sea, resiste, resiste, ¡resisteee!»
Mientras que Fernando intentaba asimilar tanto poder, Odak se acercaba cada vez más, de manera descuidada, hasta su enemigo.
—De cerca eres más feo ¿sabes?... —Odak intentó entablar una conversación con el Wendigo, pero este solo gruñía como un perro rabioso—. Mala mía. Lo olvidaba, tu ni siquiera me entiendes... Magia arbórea: Corona de espinas romana.
Desde la tierra surgieron gruesas ramas las cuales envolvieron por completo el cuerpo del Wendigo, y en cuestión de segundos hiladas de espinas crecieron de las ramas, las cuales e incrustaron en la bestia, inmovilizándola por completo.
«Lo siento, Windsor, pero tal parece que tu ayuda será innecesaria... O quizás no.»
Repentinamente las espinas que atravesaron al Wendigo comenzaban a desintegrarse al contacto con la bestia.
—Esto será más difícil de lo que esperaba. —Comentó Odak mientras cambiaba drásticamente su semblante a uno más serio. La ideología de Odak siempre ha sido la de despreciar a los débiles, más nunca el de subestimar a sus rivales. Esta vez se enfrentaba a algo que superaba sus expectativas—. "Cuerpo mío, libera tu verdadero ser. No importa si mi cuerpo se destruye en el proceso, es mi responsabilidad. Si muero, es mi decisión. Cuerpo mío, consume hasta la última gota de mi ser como pago y otórgame a cambio lo que en el pasado fui." Ritual maldito de las razas- Liberación.
En el cuerpo de Odak se comenzó a formar una armadura creada por raíces de roble, a la vez en que se formaba su casco vikingo en su mano se formó una gigantesca e inusual espada de madera.
Odak analizó con detenimiento la estructura de su rival, mientras que de reojo se mantenía atento a los movimientos de Fernando. Después de comprender los pro y contras de luchar está batalla en solitario, el orgulloso guerrero no tuvo otra opción que simplemente servir como distracción debido a que podía sentir una especie de presión que envolvía no solo al quintillizo sino a una porción del bosque.
«Aunque no es mi estilo... esta vez reconoceré que no soy rival para este enemigo... Ahora bien, algunos animales huyeron, no, más bien solo se alejaron un par de cm de una perfecta área. Deduzco que es obra de Windsor. Por lo que aquellas cosas que mis sentidos perciben son animales enfermos, viejos y crías. Los cuales fueron abandonados... Qué pena por ellos.»
El orgulloso guerrero, quien se dispuso a pelear con todas sus fuerzas, se vio envuelto por las palabras tan lindas, pero asquerosas para su ideología dichas por Suzuki. "La fuerza verdadera surge al proteger a los que no pueden protegerse." Así mismo las extrañas palabras de una mujer hicieron eco en los pensamientos del joven. "Mi hermoso bebe, serás un gran hombre, si los hombres fuertes pueden cuidarse a sí mismos, los más fuertes como tú protegerán a los demás. Odak, debes de ser el más fuerte de todos."
Tras esa tormenta de emociones que siempre reprimía, detonadas por las palabras de Suzuki, Odak sujetó con fuerza su gran espada y la clavó en la tierra. El guerrero juntó sus manos y después de unos segundos posicionó su mano derecha en la hoja de la espada mientras recitaba.
—Magia arbórea: "Escudo de las mil laminas."
Tras estas palabras varios escudos comenzaron a envolver aquellas especies de animales que aún permanecían en el bosque. Esta técnica conocida como "Escudo de las mil laminas" sirve para proteger con un grueso caparazón el cuerpo del usuario evitando que cualquier tipo de magia o técnica pueda entrar. De esta manera Odak logró proteger a varios animales del cambio de presión que Fernando estaba realizando.
Al mismo tiempo Fernando sufría de dolor, tanto los músculos de su cuerpo como su sistema nervioso se envolvieron de un dolor punzante, que no le dejaba concentrarse, parecía que no lograría realizar su técnica. Sin embargo, Fernando no estaba dispuesto a caer, quizás orgullo, quizás simplemente estupidez, había algo intangible que puso de pie a Fernando quien con dificultad recitó el hechizo.
—Magia única: Fuerza G 5
Repentinamente el cuerpo de Fernando y Odak comenzaron a sentirse cada vez más pesados, tanto así que cayeron al suelo sin poder moverse. Odak quien parecía tener más fuerza estaba sufriendo al no poder levantarse. Además de ellos, aquel Wendigo que tenía un cuerpo gigantesco era el que más sufría, debido a su gran tamaño y peso, sus piernas no eran lo suficientemente fuertes como para levantarlo. Aunque la ventaja era para los chicos al lograr inmovilizar a la bestia, ellos no podían dar el golpe final.
«Maldición, tan cerca... pero... Si tan solo esta técnica no afectara a Odak o a mí.»
—Wow realmente asombroso. Lograste cambiar la atmosfera de la batalla. Siento que mi cuerpo pesa alrededor de 5 veces de lo normal.
De la nada una voz familiar se escuchó detrás de Fernando, este último sorprendido intentó voltear la mirada, pero le resultó imposible.
«Ese es... ¿Profesor Yami? Impresionante. Ni siquiera se ve afectado por mi técnica.»
—Veo que están en serios problemas, pero no hay nada que temer por que ya estoy aquí... —Comentó con una voz llena de orgullo y poder, pero después comenzó a reír a carcajadas—. Jajajajaja siempre quise decir eso.
A unos metros Odak, quien había logrado ponerse de rodillas, también reconoció la voz. Sabía que aquel que llegó era alguien de temer. En su familia reconocen el poder de aquel que se alza por encima del poder de varias familias de gran renombre, no solo eso, se dice que aquel sujeto es el único bajo los cielos que puede enfrentarse a los 4 pilares Windsor y matar a 2 en el proceso, aunque el costo de esta temeraria acción le costaría la vida.
«Los rumores eran ciertos.» Pensó Odak alegremente. «Se decía que el famoso "Demonio de las estrellas" intentaba reformarse, más nunca imaginé que buscaría ser profesor.»
En un parpadeo Odak pasó de estar frente de la bestia a estar detrás de Fernando. La confusión de ambos no se hizo esperar, a lo que el profesor comentó.
—Les felicito. Enfrentarse a un ser de alto nivel y sobrevivir es de admirarse. —De reojo Yami observó a los jóvenes aspirantes que se encontraban confundidos—. Como sea, como profesor debería darles algunas observaciones de su combate. Odak, buen trabajo al cubrir a los animales expuestos, pero algo que debes tener en mente es la existencia de víctimas de guerra. En una batalla contra alguien de mayor poder primero se prioriza tu bienestar, ya que al morir los civiles corren peligro y tu esfuerzo será en vano. Fernando, me sorprende tu gran capacidad de reacción y tu madurez para reprimir tu orgullo. Solo una cosa, si es posible preferiría que las víctimas de guerra fueran 0.
Estas palabras dejaron pensativos a los chicos, quienes bajaron la mirada, Yami los observó y comentó.
—Bien, dejando de lado la teoría pasemos a la práctica. Magia única: Combinación de moléculas. Magia única: "Creador de gravedad" —Tras esto algo extraño comenzó a suceder en la punta de un dedo que Yami levantó lentamente, sin perder tiempo una fuerza invisible moldeó una esfera en aquel dedo, la pequeña esfera resplandecía una luz hermosa y brillante—. Magia espiritual: "Combinación avanzada". "Nacimiento de una estrella".
«¿Qué rayos es eso?» Pensó con temor Fernando. «Recuerdo que su poder estaba ligado con la fortuna. ¿Acaso nunca usó todo su poder ante nosotros? »
No solo Fernando estaba impresionado, Odak observó con detenimiento a Yami, recordando todo lo que sabía de este. Se dice que el poder de Yami es tan grande que puede destruir un planeta si lo quisiera. Con esto en mente miró la esfera, la cual era muy pequeña, y con una ligera sonrisa forzada Odak pensó. «Aun necesito ser más fuerte.»
Yami por su parte observó al Wendigo y con una sonrisa maquiavélica encerró la esfera en su mano derecha, al destaparla aquella esfera se encogió hasta ser del tamaño de una canica. Sin perder tiempo, el profesor acomodó la canica entre sus dedos apuntando a la bestia.
—Desaparece. —Con unas frías palabras la esfera fue arrojada a gran velocidad, impactando y perforando el duro cráneo de la bestia.
En cuestión de segundos la cabeza de la bestia se iluminó mientras lentamente se desintegraba. Los gritos de dolor no se hicieron esperar, lamentos de almas atrapados en el cuerpo del Wendigo se retorcían y clamaban piedad. Sin poder mover su cuerpo, el Wendigo tuvo una lenta y dolorosa muerte.
Incapaces de procesar lo que habían visto, los jóvenes aspirantes tragaron saliva e instintivamente sintieron temor. Un temor natural hacia un profesor que reía alegremente por su grandiosa victoria, debido al miedo que Fernando sentía en su cuerpo, sin percatarse, deshizo el hechizo en área que había utilizado. Al fin Odak se podía mover, pero debido al impacto de haber visto tan diferente escala de poder, este bajó la mirada para reflexionar sobre lo que era la fuerza.
—Gra...Gracias, Profesor Yami. —Comentó exhausto Fernando intentando ponerse de pie—. Si me disculpan iré por mis...
De la nada Fernando cayó inconsciente, instintivamente Odak colocó su hombro evitando que el quintillizo cayera al suelo y se lastimara aún más de lo que estaba. Esta acción dibujó una sonrisa sínica en el rostro del despreocupado profesor.
—Veo que también tienes un lado compasivo, Odak.
—... —Sin decir nada, con una mirada repleta de varias emociones Odak miró al profesor.
—¿Te sientes bien para continuar con el examen? —Preguntó el profesor a Odak con indiferencia.
—Obviamente.
—Pues entonces dame a ese quintillizo. —Tomando despreocupadamente a Fernando el Profesor comentó—. Así como él, los demás Windsor están cayendo inconscientes. Todos ellos batallaron con rivales con técnicas muy superiores que los dejaron acabados, Fernando y Eric consumieron gran parte de su energía en técnicas de alto nivel.
Odak se puso de pie y comenzó a alejarse del Profesor que cargaba a Fernando.
—Supongo que para ellos esto se acabó.
—Bingo. Es una pena, ellos realmente tienen talento.
Odak se alejó del lugar de combate sin ningún rasguño físico, solamente su orgullo fue herido. Tras ver una escala de fuerza tan abominable el orgulloso Odak se replanteó el significado de fuerza mientras que recordaba las palabras de Suzuki.
Mientras tanto, algunos profesores fueron a recoger a los hermanos Windsor que cayeron inconscientes por tan brutales peleas que tuvieron. Los quintillizos fueron rápidamente llevados con Tanabe, quien curó sus heridas y observó con pena a los hermanos, pues no era para menos, aquellos chicos fallaron en sus objetivos, debido a que no pueden continuar automáticamente son descalificados del examen de colocación. Sin poder hacer nada para evitarlo, para ellos el examen había terminado.
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Domingo en la mañana, el sol irradiaba calidez, dentro de una gran habitación con varias camas individuales, en ellas descansaban los quintillizos, a un lado estaba sentada en una cómoda silla de madera Suzuki pelando unas cuantas manzanas.
Con calma, pero preocupada por los hermanos, Suzuki estaba al lado de Fernando, este último despertó exaltado mirando por todos lados.
—¡¿Dónde estoy?! ...¿Suzuki?
—Al fin despiertas. Me alegro mucho. ¿Cómo te encuentras? —Mientras hablaba con Fernando Suzuki comenzó a cortar una manzana y la colocó en un plato.
—Bien... Creo. —Comentó confundido Fernando. Sin perder tiempo miró a su alrededor y notó a sus hermanos durmiendo y a una solitaria Suzuki—. Supongo que es mi casa... Mierda, también supongo que el examen terminó—. Aunque intentó esconder su ira, instintivamente Fernando apretó su puño con rabia—. Oye Suzuki, respóndeme con sinceridad. ¿Por qué no continuaste el examen?
Después de un silencio que pareció eterno, con una sonrisa fingida Suzuki contestó.
—Pues tras la pelea junto a David quedé muy herida. Debería hacerme más fuerte ¿no crees? Jajajaja.
—Hmph. Lo mismo digo... ¿Te quedarás a desayunar?
—Gracias por tu gentileza, pero no puedo. Debo ir con mi madre. A decir verdad, estuve durmiendo en tu casa sin avisarle y está preocupada.
—Vaya, es una pena.
—No te preocupes, vendré más al rato para ver como siguen. Toma, son manzanas, ya están listas para comer. Si me disculpas yo me retiro—. Amablemente Suzuki entregó el plato a las manos de Fernando, luego se despidió del quintillizo y se retiró de la habitación.
Fernando dejó a un lado las manzanas y se acostó mirando al techo reflexionando sobre lo sucedido.
«Es obvio que está mintiendo. Su cuerpo no presenta un desgaste tan agobiante como para abandonar. Tch. Parece que seguimos siendo muy débiles.»
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Después de unos minutos Emma despertó a los hermanos restantes y junto a Fernando bajaron hasta el comedor. Allí fueron atendidos por sus sirvientes quienes les prepararon un desayuno de reyes, sin embargo, los hermanos no estaban de humor para comer. Se sentían inservibles. Las caras largas y con enojo se dibujaron en los hermanos los cuales no decían ninguna palabra. Luego de que los platillos fueron retirados de la mesa, Emma se acercó a los hermanos y les comentó.
—Alguien está pidiendo ser recibido, mis señores.
Este comentario dejó extrañados a los Windsor quienes aceptaron dejar pasar a la persona. Los hermanos esperaron al sujeto en un salón con muebles de alta calidad, cortinas de las más finas telas y decoraciones con oro incrustado.
Emma entró al salón mientras comentaba.
—Con su permiso, el director de la escuela Izanagi vino a verlos.
Este extraño acontecimiento produjo demasiado confusión a los hermanos quienes esperaban sentados en un gran sofá. Como era de esperarse el más preocupado por esta visita era Eric quien comenzó a esperar lo peor.
El director pasó mientras se quitaba su sombrero de copa, tomó asiento en un sofá que estaba delante de los quintillizos mientras cruzaba las piernas. Al mismo tiempo el ambiente cambió drásticamente, el aura que envolvía al director era para desconfiar, cosa que presentían los quintillizos.
—Lamento la repentina visita. Como sabrán debido a su estado fueron descalificados del examen, por ende, no lograron entrar a la preparatoria. —Estas palabras del Director despertaron miradas de ira hacia él—. Antes de que el examen iniciara la familia Windsor había logrado subir al puesto 5 en el ranking de las familias, sin embargo, debido al repentino fracaso de los herederos de Catalina Windsor bajaron al puesto diez.
—E-espere un segundo. ¿Por qué tanto? —Cuestionó David.
—Ese no es el problema. El verdadero problema es el por qué bajaron. —Reclamó Juan.
—Parece que no lo saben así que lo explicaré. Las familias suben debido al prestigio y popularidad. Por ese tan aplastante fracaso su prestigio disminuyó. Esto ocurre porque la gente se entera y divulga todo.
—Un momento, ¿cómo es que se sabe en todo el mundo? —Cuestionó irritado Fernando.
—Fácil. Las escuelas de magia manejan un periódico en conjunto, las noticias más importantes aparecen allí. —Lentamente el Director sacó de su traje un periódico y con una voz burlesca comenzó a leer el encabezado—. "¡Sorpresa en examen! Misteriosamente los hermanos Windsor fueron descalificados del examen. No se sabe mucho al respecto, pero continuaremos investigando." —Después de que el Director leyera eso los hermanos sintieron pena y culpa, pero a la vez sentían ira hacia ellos mismos—. Ah, y no termina allí.
—¿Un segundo periódico? —Cuestionó Fernando.
—No es cualquier periódico. Es el periódico que se publicará mañana. Además, el encabezado les encantará. "¡Impactante! Los "poderosos" herederos Windsor fueron apaleados por unos clones que los dejaron fuera de combate en pleno examen."
—Quizás eran clones, pero su fuerza era extremadamente alta. —Refutó Raúl.
—Parece que no lo saben. Los originales si son extremadamente fuertes. La técnica que usaron tenía limitaciones. Los clones apenas eran una porción del verdadero poder de estos. Quizás eran Rango C.
—Imposible. Miente.
—Cree lo que quieras, pero si esto sale a la luz el prestigio de los Windsor descenderá abismalmente. Es por ello que les vengo a proponer un trato.
—Sabía que tras esa cara de anciano amigable se escondía una audaz bestia de caza. ¿Qué es lo que quieres?—Comentó Eric con altanería.
—Si los hijos de Catalina estudian en mi escuela eso sería una avalancha de prestigio, y como Director es algo que no puedo dejar pasar. Tienen potencial, pero hay que pulirlo.
—Allí están los colmillos que buscaba. Realmente no quieres ayudarnos, solo buscas beneficiarte. Los quintillizos Windsor estudian en tu escuela. Serás la envidia de las demás escuelas.
—Exacto. Veo que también portas tus colmillos. Que les parece esto. "Los hermanos Windsor se enfrentaron a varios enemigos de Rango A. Dando hasta su último aliento, ellos protegieron a los demás estudiantes de los peligrosos Wendigos que buscaban saciar su hambre."
—Hijo de perra. No solo mientes a la prensa, sino que también la manipulas a tu beneficio, además de eso encubres la verdadera razón por la que los Wendigos estaban allí. Supongo que tienes el poder suficiente como para proponer esto.
—Con tan solo ordenarlo se cambiará todo el periódico. Además, puedo darles unas imágenes donde se muestre su "gran" poder. ¿Qué dicen? Si aceptan el trato los 5 entrarán a la escuela y no solo eso, tendrán mucho prestigió por "proteger" a los alumnos. Aunque nunca les interesó eso.
Los hermanos estaban entre la espada y la pared. No había ruta de escape. La opción más viable significaba venderle sus almas al demonio que tenían enfrente. Los chicos se miraron unos a otros, pero la respuesta era obvia, si buscaban regresar a su mundo sin perjudicar este tendrían que aceptar el trato.
—Muy bien, anciano. Solo una condición. —Comentó Raúl mientras junto a sus hermanos se ponían de pie.
—No estás en lugar de poner condiciones, niño.
—No es algo que suponga una pérdida para tus ambiciones. Solo queremos que la chica llamada Suzuki entre también a la preparatoria.
—Ya veo, la chica que estuvo desde el inicio con ustedes. Tiene talento, pero no vale como ustedes.
—Esa es la única condición que tenemos. —Expresó Eric.
—La verdad ella da igual. Está bien. Ella también entra. —Comentó con desinterés el Director mientras estiraba la mano derecha a los quintillizos—. Tenemos un trato.
Los hermanos habían aceptado el trato del Director. Aunque lograron que Suzuki entrara a la preparatoria, el costo fue algo que tocaba mucho el orgullo de los hermanos.
Después de que el director se retiró de la casa de los quintillizos Suzuki llegó a la casa de los Windsor, quienes estaban afuera esperándola.
—Oigan, ¿Qué hacen afuera? Deberían de estar descansando.
—Te estábamos esperando. —Respondió Juan con entusiasmo.
—El director vino a nuestra casa. Dijo que observó todo y que nos agradece que luchamos con esas cosas. Es por eso que como agradecimiento nos permitió estudiar en su escuela.
—Eso te incluye a ti, Suzuki. —Expresó alegre Juan mientras saltaba de alegría—. ¿No estás contenta?
—¡¿Enserio?! No lo puedo creer. —La emoción en Suzuki no podía ser contenida, aunque lo intentaba ocultar no podía.
—Bien, Sebastián no tardará en traer el carruaje. Así que prepárense. —Comentó Fernando al acercase a Suzuki.
—¿A dónde vamos?
—Iremos a comprar lo necesario para ir a la escuela. Ah, y no te preocupes nosotros compraremos tus cosas. Tómalo como agradecimiento por las manzanas. —Expresó Raúl.
Aunque parecía cruel mentirle a Suzuki, era lo más adecuado, después de conocer al director, los quintillizos se dieron cuenta del tipo de mundo en el que estaban. De primera el mundo parecía pacifico, lleno de paz e igualdad. Sin embargo, la realidad era muy cruda, aquí los ricos y poderosos tienen el control del mundo, lo moldean a su conveniencia. Si antes el intentar irse de este mundo parecía un trabajo difícil, ahora con lo que saben el regresar se ha vuelto una misión casi imposible.
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