Capítulo 1. Familia Windsor.
—¿Queridos amos? —Se cuestionaron los amigos.
Aquella silueta estiró su brazo hacia el lado derecho y pulsó un interruptor, de un momento a otro la habitación fue iluminada por completo.
—Este... ¿Quién...? —Juan intentó realizar una pregunta, pero fue silenciado por Fernando con un golpe en la cabeza.
—Mejor no digas nada, idiota. Gracias a ti estamos en este lugar.
—L-lo sien-to. —Respondió Juan de manera aguda mientras se sobaba la cabeza.
—En fin, ¿Quién eres tú? —Preguntó Eric.
—Disculpen mis malos modales, queridos amos.
«Lo volvió a decir» Pensaron los cinco de forma sincronizada.
—Mi nombre es Emma y soy su "Maid". —Contestó una joven chica de preparatoria mientras inclinaba la cabeza levemente hacia la derecha. Al parecer la chica intentó realizar una sonrisa adorable, sin embargo, su rostro permaneció en un estado de completa seriedad.
«Que adorable» Pensaron David y Juan en una manera sincronizadamente rara. De forma inesperada, Juan y David corrieron hacia donde estaba parada Emma, y después comenzaron a analizar detenidamente toda la figura y vestimenta de Emma.
—Hum... un vestido de una sola pieza color negro que apenas llega a las rodillas. —Como si de un experto en la materia se tratase, David dijo mientras medía con una cinta métrica el largo del vestido.
—No te olvides de ese delantal blanco que le queda tan elegante. Ah, mira también usa una banda katyusha. ¡Qué adorable! —Comentó Juan mientras miraba de arriba abajo todo el conjunto de ropa que llevaba puesto Emma.
Aunque estaba siendo analizada de pies a cabeza, Emma no mostró ningún tipo de expresión, más bien solo inclinó ligeramente la barbilla mientras la sujetaba con su mano derecha.
—¿Realmente soy adorable? —Les preguntó Emma a sus analizadores mientras inclinaba la cabeza hacia el lado izquierdo.
En ese momento David y Juan cayeron noqueados al suelo mientras se desangraban por la nariz. Eric y Fernando se morían de la vergüenza al ver a sus compañeros en ese estado.
—Así que una "Maid". —Mientras decía esto, Raúl analizó la situación en su cabeza—. «Creo que ella se refiere a que es una sirvienta, pero por alguna extraña razón lo pronuncia como Maid. No importa, habrá que seguirle la corriente» —Con una mirada demasiado seria, como para el momento en el que estaban, Raúl complicó la situación.
—Está en lo correcto, querido amo.
—Vaya, vaya. Sabes, quizás te ganaste a esos dos idiotas, pero a mí no me convences. ¿Crees que eso te convierte en una buena Maid? ¡Claro que no! Tú solo eres una imitación barata, ese traje solo es un vil cosplay para engañarnos. Solo con decir "querido amo" y esas cosas, no me convencerás. Tendrás que esforzarte mucho para que yo pueda llamarte Maid.
«Mierda, Raúl se lo tomó muy personal» Pensó Eric.
—Ya veo. —Respondió Emma sin expresión alguna.
Emma lentamente se dirigió hacia una mesa de noche y abrió el primer cajón. De ese cajón sacó un limpiador de oídos y se sentó en el suelo al estilo seiza (básicamente consiste en doblar las piernas sobre el piso y sentarse sobre las rodillas, recargando los glúteos sobre los talones).
—Listo. Acuéstese en mi regazo, Goshujinsama. —Dijo Emma mientras se golpeaba levemente las piernas.
Sin mucha confianza, Raúl se acostó en el regazo de Emma.
—¿Eh? Si crees que esa técnica tan simple me va a ganar es... —Repentinamente Raúl dejó de hablar, ya que Emma comenzó a limpiarle el oído—. Listo, tienes mi autorización para proclamarte oficialmente como una Maid.
—¡Espera un segundo! ¡yo también quiero eso! —Celoso gritó David.
—Yo igual. —Replicó Juan.
—¡Cállense los dos! Es mi momento de relajación.
Raúl y los demás estaban discutiendo, ya que ellos también querían acostarse en el regazo de Emma. Claramente esos tres habían olvidado que se encontraban en un mundo diferente, sin embargo, aún quedaban dos personas del grupo que mantenían la cordura.
—Ejem... Oigan, podrían dejar de hacer estupideces, ¿acaso ya olvidaron en donde estamos? —Comentó Eric frotándose la cabeza debido a que ya se estaba irritando.
—Eric tiene razón. Oye, Emma, ¿Cómo volvemos a nuestro mundo? —Preguntó Fernando mientras se sentaba en una mitad de la cama partida.
—¿Volver? Eso es imposible.
—¡¡¿...?!!
—¿A qué te refieres? Esa dizque ángel, dijo que podríamos regresar. —Regresando a la realidad comentó Juan.
—¿Eh? Pues parece que no les explicó todo. La única forma de volver es cumpliendo una misión. —Todos seguían confundidos así que delicadamente Emma retiró la cabeza de Raúl de su regazo y se puso de pie—. Serían tan amables de acompañarme.
Los cinco siguieron a Emma, quien los llevaba a una habitación especial. Los jóvenes miraron con mucha curiosidad cada parte del pasillo en el que estaban. Ese pasillo era decorado por varias pinturas: las cuales parecían tener un alto costo. La alfombra era roja con decoraciones geométricas, al igual que había un par de mesas decoradas con jarrones de cerámica.
—¿De quién es la casa, señorita Emma? —Preguntó Fernando con respeto.
—De ustedes desde luego, querido amo. Ah, y no es necesario que utilice el "señorita", debido a que nosotros no estamos en la misma categoría. Así que solo dígame Emma.
—Claro, si es lo que quieres lo haré... Emma. ¿Podrías explicar nuestra misión y todo eso?
—Claro, querido amo. Existen dioses muy poderosos los cuales ordenan que los ángeles envíen héroes de otros mundos a salvar un mundo diferente. Al parecer lo hacen con el fin de crear una armonía mediante la cooperación de mundos. Normalmente envían a un solo héroe, este mismo debe de tener una vida muy desafortunada en su mundo, esto con el fin de que esté más motivado para viajar a otro y vivir una aventura.
—Hum, ya que estamos aquí, suena interesante el poder ir a explorar un nuevo mundo. —Expresó interesado Eric.
—Ah, lo siento, querido amo, pero ustedes no fueron enviados a un mundo "normal" de aventureros. Esos mundos son lugares hostiles y peligrosos... ustedes llegaron a un mundo en paz.
—Pero ¿Por qué? Me hubiese gusta...
Antes de terminar su frase, Juan recordó las palabras de Senko, "puedo usar algo de mi poder para mandarlos a un mundo no tan peligroso. También serían dotados de poderes mágicos y armas encantadas".
Juan puso sus manos en la cabeza y comenzó a gritar enojado.
—¡Mierdaaa! Esa idiota nos envió a un mundo aburrido. Si nos iba a enviar a un mundo diferente me hubiese gustado que fuera uno de fantasía medieval... Oye, Emma, ¿Cuál es la misión? Necesito realizarla rápido, tengo una cuenta pendiente con una aspirante a ángel.
—Bueno, normalmente sería la misión de acabar con el Rey demonio, pero aquí ya no existe eso.
—¿A qué te refieres, Emma? —Preguntó intrigado Eric.
—El mundo en sí no necesita ser salvado, ya que las guerras terminaron hace años. Sin embargo, su misión sigue siendo parecida... deberán de salvar la vida de alguien, cada uno tendrá que salvar la vida de una persona. Al hacerlo desaparecerá esa marca que tienen en su mano derecha.
Los chicos, aún más confundidos, miraron sus manos y en efecto tenían una marca, aunque cada marca era diferente. Las marcas tenían un extraño parentesco a flores, parecía que simbolizaban algo muy importante, pero no les interesó preguntar.
—Parece que llegamos. —Comentó Emma mientras se detenía de golpe enfrente de una puerta.
Al llegar se encontraban frente a una puerta de madera ya algo vieja. Emma cerró los ojos y movió los dedos en el aire de arriba abajo y con el dedo índice tocó delicadamente el manojo de la puerta. Al hacer esto, la puerta cambió de color café a blanco en un segundo y sin perder tiempo Emma abrió la puerta.
—Listo, pueden entrar.
Los cinco estaban sorprendidos y algo asustados. Entraron a la habitación, dentro de ella los chicos pudieron observar varios estantes con libros algo viejos, pero lo que más llamaba la atención era que al fondo estaban colocados en repisas varias armas muy peculiares. Los chicos miraron sorprendidos, pero antes de decir algo, sin poder hacer nada fueron adsorbidos por una luz proveniente del suelo.
De la nada, otra luz en el techo abrió un agujero de donde fueron expulsados los chicos, aunque ahora lucían diferentes, ahora vestían un traje de cortesano color vino, muy al estilo de la realeza inglesa, todos lucían un largo cabello negro mientras que detrás de este brillaban sus ojos con un intenso color a rubí. Cada uno traía consigo un arma, la cual al principio estaban en las repisas. Al principio los amigos eran muy diferentes entre sí, pero ahora lucían muy similares, parecían quintillizos.
Rápidamente uno de ellos miró al que tenía al lado y comentó.
—¿Juan? ¿Eres tú?
—S-sí, ¿Por qué no sería yo? —Juan respondió a una pregunta que le parecía demasiado estupida, y después miró en dirección en donde se encontraba Emma, quien se encontraba sosteniendo un espejo largo. —¡¡¡¿¿AAAAAAAAAAAAAHHHHHH??!!! P-p-pero ¿Qué me pasó? ¿Por qué mis ojos son rojos? Además ¿Desde cuándo tengo el cabello tan largo?... Y yo no soy tan delgado, ¿Y qué le pasó a mi cara?
Tantas preguntas, las cuales no parecían tener respuestas, hicieron que Emma intentara expresar confusión, sin embargo, siguió con su rostro sin expresión alguna, solo dio un suspiro muy largo y luego dijo.
—Parece que no les explicaron nada, mis queridos amos. Este es un hechizo utilizado por una familia de este mundo, el cual otorga alguna habilidad hereditaria derivada de esa familia, y como era de esperarse al fusionar sus genes anteriores y los nuevos, sus rasgos físicos y genéticos se verán cambiados, dando como resultado su nueva apariencia.
—Espera un segundo. Mencionaste que mayormente solo enviaban a un solo héroe. ¿Qué pasará con todos después de ser adsorbidos? —Preguntó Eric preocupado.
Y sin expresión alguna Emma respondió.
—Básicamente se convertirán en hermanos.
Aunque se encontraban muy confundidos por inesperadamente convertirse en hermanos, a ellos no les disgustó la idea. Después de digerir un poco toda la información, los nuevos "hermanos" notaron que portaban un arma en las manos.
—¿Eh? ¿Qué es esto? —Preguntó David.
—Son armas legendarias que solo pueden portar aquellos que sean dignos sucesores, mis queridos amos, ahora en sus genes corre la sangre Windsor, cuna de grandes y poderosos guerreros.
—¿Armas legendarias? «Algo no cuadra. Si se supone que fuimos enviados a un mundo "pacifico", entonces, ¿Por qué se toman la molestia de otorgarnos genes de una familia de guerreros?» —Cuestionando la situación, Eric estaba inquieto debido a que probablemente los estén engañando.
Eric formuló varias hipótesis en su cabeza sobre que rayos estaba sucediendo, mientras que Emma sacaba de su delantal un viejo pergamino, el cual desenrolló y con unas suaves, pero frías palabras ella explicó algo que los chicos se preguntaban.
—Muy bien, mis queridos amos, como pueden apreciar cada uno recibió un arma diferente al resto. Estas armas están diseñadas para un tipo de combate en específico. Ahora son hermanos de sangre, en orden les diré como se llaman sus armas y su función, empezaré con el menor de ustedes mis queridos amos, hasta terminar con el que será llamado hermano mayor.
—Ojalá no por el día de cumpleaños o seré el primero. —Comentó nervioso Juan con una sonrisa fingida.
—Amo Juan, usted ahora posee el hacha Laevateinn. Un hacha de 50 cm que al recibir impactos logra hacer más grande y filosa con cada golpe. Aunque parezca de los mas normal, no cualquiera puede levantar el hacha. Se necesita de una fuerza abismal para levantarla en su última fase.
«Un hacha que posee la habilidad de adquirir mas poder en batalla, además de que solo unos cuantos pueden portarla...Hmph, parece que poseemos un atacante directo.» Mientras que Emma mencionaba las arma que cada uno porta, Eric comenzó a realizar varias estrategias para futuros conflictos que surgiesen.
—Amo, David. Usted obtuvo el escudo de Genbu, este escudo es indestructible e impenetrable. Además... —Emma se acercó a David y lo miró directamente a los ojos—. Esto es muy interesante. Al parecer, además de su escudo, recibió una técnica muy poderosa, pero letal para su estado actual. Esfuércese y podrá dominarlo. —Explicó Emma con entusiasmo, sin embargo, su rostro mantenía una gran seriedad.
—Ni siquiera en otro mundo mi mala suerte me deja en paz. —Expresó David cabizbajo al mismo tiempo que Juan intentaba consolarlo dándole suaves palpadas en la cabeza.
—Amo Raúl. Usted es poseedor de la Katana de Hachiman. Su creador le quitó el filo a esa Katana, ya que el filo era excesivo. Se decía que podía cortar el cielo solo con un movimiento, por tener tanto poder Hachiman decidió quitarle el filo, sin embargo, la Katana de manera inexplicable puede cortar casi cualquier cosa.
«David no posee un arma tan "poderosa" a simple vista, sin embargo, Emma mencionó algo sobre un poder... debo de estar atento sobre eso. Además, Raúl recibió un arma que puede cortar casi cualquier cosa... Casi... eso quiere decir que tiene sus límites, tal vez el escudo de David se "eso" que no pueda cortar... Si estoy en lo correcto significa que lo poderes siempre serán equilibrados de alguna u otra forma.» Eric parecía desconfiar de más del nuevo mundo, sin embargo, era algo normal hacerlo.
—Amo Fernando, usted recibió una empuñadura mágica, son realmente raras. Estas empuñaduras utilizan el poder mágico de la piedra elemental que tienen dentro, con el cual forman una especie de sable. A ver, intente decir Aniki.
—Aniki... —Al terminar de decir la palabra una especie de luz azul emanó de la espada logrando formar una especie de sable de energía mágica—. Interesante, realmente me gusta.
—Querido amo, si usted perfecciona su arma podrá cambiar su forma a su voluntad.
Las palabras sacaron una sonrisa tan en Fernando como en Eric.
«Eso pensé, aunque nos regalen los poderes debemos entrenar con ellos para perfeccionarlos. Un trato justo si me lo preguntas.»
—Por último, pero no menos importante, querido amo Eric. Usted posee magia de electricidad. Aparte recibió las armas de John Wesley, un gran alquimista, y de quien usted recibió esa misma habilidad. Él también fue el que creó esas armas capaces de ser utilizadas varias veces en la alquimia, con la ventaja de que vuelven a su estado base cuando la alquimia es cancelada. Al parecer también obtuvo una magia conocida como magia de cristales, este tipo de magia puede ser de mucha utilidad a la hora de realizar alquimia.
—Soy yo o Eric recibió más poderes que todos nosotros juntos... —Cuestionó Juan mientras miraba a Eric con envidia.
—Claro que no, querido amo. Ustedes igual poseen más habilidades, pero estas son descritas en una guía que está en su habitación.
Después de calmar la envidia de Juan y de explicar los chicos las habilidades de sus armas, Emma les mostró a los chicos sus respectivos dormitorios en el segundo piso. La casa era gigante, similar a una mansión o un castillo de la realiza. Ya era de noche y antes de que cada uno se retirara a su habitación Emma se despidió de la manera más cálida y fría posible... aunque suene extraño eso sucedió.
—Bueno, mis queridos amos, eso es todo por hoy. Ya se está haciendo muy tarde, es mejor que vayan a dormir, mañana tendrán escuela.
—Está bien, Emma tiene razón, chicos. Mañana tendremos escue...
Todos se quedaron un tiempo en silencio y en su mente hicieron un esquema que parecía dibujado con crayones. (No ha pasado ni un día- además acabamos de salir de vacaciones- mañana hay escuela). Había algo que no cuadraba.
—¡Espera un segundo! Apenas iniciaron nuestras vacaciones. —Exclamó Fernando con la voz temblorosa.
—Él tiene razón, estuve esperando la segunda temporada de uno de mis animes favoritos que se estrenaría en las vacaciones. ¡¿Cómo que mañana hay clases?! —Comentó David furioso y confundido.
—Esa es la misión. Al no haber un rey demonio al que vencer, necesitan algún sitio para cumplir su misión. El lugar más parecido a eso es la escuela. De hecho, ya están inscritos y sus uniformes están en sus habitaciones. —Emma comenzó a retirarse y antes de bajar las escaleras dijo. —Felicidades, mañana será su primer día como estudiantes de la preparatoria Izanagi.
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Al día siguiente...
El amanecer había llegado y nuestros héroes estaban muy "emocionados" por asistir a la escuela, aunque realmente ellos ya deberían de estar disfrutando de sus vacaciones.
—¡¡¿Por qué mierda debemos de levantarnos temprano en vacaciones?!! —Con un fuerte golpe en la mesa exclamó Juan, mientras que un cansado y somnoliento David se sentaba junto a él.
—Mejor cálmate, no podemos hacer nada. Además, ¿Qué le pasó a tu cabello? —Comentaba David al mirar de cerca a su nuevo "hermano".
—La verdad es que casi no me gusta tener el cabello tan largo, así que lo corté con unas tijeras que encontré en el baño ayer. —Respondió Juan como si cortarse así mismo el cabello no fuera gran cosa—. Siendo sinceros el cabello largo se ve bien si lo peinas así que... ¿Conoces los peines, David? Tú cabello está hecho una porquería.
—¿Eh? Oye, que pereza arreglarse... eso solo quitaría tiempo para dormir. Prefiero seguir durmiendo a intentar no verme mal. —Comentó David.
—¡Tienes razón! ¡Nadie nos puede obligar ir a la escuela! ¡Somos libres y podemos decidir qué hacer y lo que no! ¡Nadie podrá detenernos! ¡Tengo que ser siempre el mejor! ¡Mejor que nadie más! —Juan estaba tan motivado que al final comenzó a gritar las letras de sus canciones favoritas de la infancia, perdiendo el hilo de la conversación en el proceso.
—¿Sabes que sería lo mejor? Lo mejor sería que te calmes. Recuerda que es tu culpa, Bik. —Del otro lado de la mesa, con disgusto, comentó Fernando al sentarse junto a Eric quien hasta el momento se mantuvo sin decir nada.
—Oye... no te ves algo... no sé... ¿Diferente? —Juan miró y analizó con detenimiento el rostro de Fernando y después de un tiempo aplaudió en señal de victoria—. Ya sé, te cortaste la barba.
—¿Eh? Enserio no notas lo diferente... Mira a Raúl y dime que le ves de diferente. —Con una expresión de "Juan es más idiota de lo que creí", Comentó Fernando.
Juan dirigió su mirada hacia Raúl, sin embargo, este no se encontraba en la mesa.
—Un segundo, ¿Y Raúl? —Preguntó Fernando.
—Espera. —Eric, quien también se había cortado el cabello, pero nadie le tomó importancia, estiró su brazo por debajo de la mesa y de la nada sacó a Raúl de allí—. Al parecer se quedó dormido debajo de la mesa. Hey, Raúl, despierta.
—¡Ah! Ya sé el cambio que tienen ustedes dos es que se peinaron el bigote. —Emocionado, como si hubiera obtenido la respuesta del siglo, expresó Juan.
—¡¡Claro que no, idiota!! —Con un gritó ensordecedor, Fernando destruyó los tímpanos de Juan.
—Entiéndelo, Fernando. El pobre sufrió un sabotaje interno en el evento de hamburguesas y después de la nada fuimos teletransportados, aparte nos convertimos en quintillizos y para rematar debemos de ir a la escuela. Es obvio que debido al estrés su cerebro este colapsando. —David intentó que Fernando entrara en razón, sin embargo, Fernando desvío la mirada mientras cruzaba los brazos. Al ver esta acción, en su mente David se preguntaba: «¿Acaso Fernando es un Tsundere?»
—Como sea, uuaaahhh. Solo hay que ir y contestar presente. Mayormente es lo que hacíamos en el otro mundo. —Aún con las sabanas pegadas y con el cansancio de levantarse tan temprano, comentó Raúl.
—Podrías no bostezar en la mesa, Raúl. Eso es de mala educación. —Comentó Fernando.
—Oye, Fer. ¿Qué le pasó a tu cabello? —Preguntó Raúl.
—¿Qué le pasó al tuyo? —Respondió de manera irónica Fernando.
Aunque quizás Juan no pudo identificar algo obvio, tanto Raúl como Fernando habían cambiado su color de cabello, en vez de negro ahora Raúl tenía el cabello blanco y Fernando se inclinó por un color castaño.
—Oye, no sé si lo notaste, pero en el baño habían varios tintes. No entiendo, tenías la posibilidad de obtener un nuevo color y te fuiste por lo más básico. Sí que eres un idiota. —Comentó sin rodeos Raúl.
—Hmph. No es de tu incumbencia. Prefiero eso a tener el cabello de un anciano. Además, ahora eres mi hermano menor, así que trátame con respeto. —Sin miedo a nada replicó Fernando.
—Prefiero que una lanza atraviese mi estomago antes que llamarte hermano. —Al igual que Fernando, Raúl no tuvo miedo y con sus declaraciones retó a la suerte. Ojalá no se lamente en el futuro por lo que dijo.
En un gran comedor, parecido al de la realeza inglesa, se encontraban los chicos discutiendo mientras esperaban a Emma. Por lo que saben, Emma fue a buscar el desayuno a la cocina, la cual aparentemente se encontraba a lado de ese comedor, separado solo por un par de puertas con decoraciones de oro.
De la nada, el comedor quedó en completo silencio. Aunque no duró mucho, ya que Fernando comenzaría a quejarse otra vez, pero ahora sus quejas iban dirigidas a los uniformes.
—¿A ustedes les gusta el uniforme? —Luciendo un uniforme escolar, de camisa blanca con pantalón de vestir negro y corbata negra, preguntó Fernando.
—Realmente no me importa. ¿Qué esperabas de un uniforme escolar? —Tan serio y calmado como de costumbre respondió Eric.
De un momento a otro, las dos puertas que se dirigían a la cocina se abrieron, de ellas salieron varios mayordomos que traían el desayuno y detrás de ellos se encontraba Emma.
—Lamento la espera, mis queridos amos. Aquí tienen sus desayunos.
En vez de parecerse al desayuno que ellos siempre comían en su mundo, a los chicos este nuevo desayuno les parecía un bufet de la nobleza. Se sentían asustados por ver tanta abundancia.
—¿No debemos de pagar por esto o sí? —Comentó nervioso David.
—Claro que no, querido amo. —Emma sacó un antiguo reloj de bolsillo que tenía en el delantal—. La hora de entrada es hasta las 8. Apenas son las 6:30 así que pueden tomarse su tiempo.
Al terminar de decir esto los mayordomos se retiraron y Emma se paró junto a una de las 7 sillas que se encontraban vacías y permaneció de pie. Eric la miró fijamente mientras trataba de comprender por qué no se sentaba en ella y después le dijo.
—¿No piensa sentarte?
—¿Sentarme?... querido amo, soy su maid, no tengo autorización para hacer eso.
—¿Y de quién necesitas autorización, Emma? —Preguntó Raúl
Emma se quedó pensando unos segundos y después respondió de manera fría.
—De su madre.
—Pffff, cof, cof, ¿D-d-de cof quién?
David se percató que Juan se estaba atorando con el desayuno y para ayudarle comenzó a golpearle levemente la espalda mientras decía.
—¿Madre? No es por nada, pero si tuviéramos una madre, ¿no se encontraría desayunando con nosotros? Además, ¿Cómo que una madre? Entiendo lo del hechizo y eso de los genes, pero lo que no comprendo es el que debamos de llamar madre a alguien que no conocemos.
—¿Recuerdan qué les hablé sobre los héroes que son enviados por los ángeles? Pues bueno, ellos también se encargan de otorgar los poderes y armas especiales, pero con ustedes fue diferente. Normalmente los habitantes del mundo solo otorgan ayuda monetaria a los héroes y les dejan que vayan libres por ahí. En su caso, fueron el lazo de confianza que existe entre los dioses y los habitantes de este mundo.
Los chicos estaban confusos y en silencio mientras analizaban la situación. Emma caminó lentamente en dirección hacia una ventana y dijo.
—Les contaré una historia. Hace miles de años el mundo era habitado por distintas razas, las cuales por cosas de la vida entraron en guerras. Como era de esperarse solo dos razas dominaban de forma absoluta el campo de batalla. Esos eran los ángeles y los demonios. Al ver que sus razas habían tenido varias perdidas, cada raza dominante adoptó a las demás razas, lo que generó una unificación absoluta... Esta unificación tardó muchos años, pero al final, en el mundo solo quedaron dos razas, las razas conocidas como ángeles y demonios, Sin embargo, las siguientes generaciones derivadas de estas eran mestizos de todas las razas que habitaron el mundo... Para mantener un orden cada bando pasó a dividirse en clanes y junto con ellos se dividieron los territorios, esto generó una paz entre los bandos.
—Espera un segundo, Emma, ayer mencionaste que no existe el rey demonio o un gobernante supremo. Entonces, ¿Quién gobierna este mundo? —Comentó intrigado Eric.
—En este mundo es más importante el linaje de los clanes, la cual en esta época se les conoce como familias, así que las 11 familias más importantes del mundo crearon un consejo especial nombrado como "La hermandad". 5 familias provenientes de la raza de los demonios y 5 de los ángeles.
Juan comenzó a contarse los dedos, ya que sentía que algo no cuadraba y al notar la inconsistencia dijo.
—Pero solo hay diez miembros.
— Ahí es donde entra su linaje. Su madre es descendiente del único mestizaje entre humanos, ángeles y demonios, razas las cuales se mezclaron cuando aún eran "puros", lo que derivó a un linaje muy poderoso, ya que los humanos, son consideraros la raza más ruin y manipulable que alguna vez existió. Lo que ocasiona que su familia sea poseedora de una técnica sanguínea conocida como "manipulación de genes". De la cual se derivan muchas técnicas y una de las importantes es la técnica "adopción", técnica que solo hereda una persona cada 100 años, con el fin de adoptar a seres que no poseen magia, para así regalarles los genes Windsor, para preservar el linaje puro. Lamentablemente, hoy en día es muy difícil encontrar seres que no posean magia... Por ese motivo los dioses le otorgaron unos hijos adoptivos a una gran devota de ellos... Esa mujer nunca podría haber dejado descendientes en este mundo, ya que es infértil. Sin embargo, ella nació con la técnica "adopción", así que egoístamente rogó a los dioses un hijo propio o al menos a algún ser que pudiera adoptar, y por ser de buen corazón los dioses la bendijeron con 5 hijos.
Al escuchar toda la historia, los chicos solo permanecieron en silencio y con la mirada perdida en sus desayunos.
—Magia ¿eh? —Cuestionó Eric. —Me he de imaginar que existen diferentes tipos de magias.
—Ofensiva, defensiva, curativa y otros tipos de magias así. —Adjuntó Raúl.
—Emma, ¿Cómo se dividen las magias en este mundo? —Preguntó Eric.
—Cierto, creo que es algo que se me olvidó añadir a sus guías. Bien, resumiendo, las magias se dividen en dos grupos importantes, las hereditarias que al ser utilizadas el hechizo comienza con un "Magia única", después están las magias madre. Un tipo de magia que utiliza todo lo que se encuentra existente, ya sea agua, fuego, madera, oscuridad o hasta la misma luz. Sus hechizos comienzan con "Magia de".
—Humm... Supongo que dentro de estas categorías se dividirán en según su función. —Comentó Fernando.
—Así es. Existen hechizos que sellan, otros que curan, otros que teletransportan y hasta magias que crean vida.
De repente Eric se puso de pie mientras sus manos temblaban sin cesar, los demás lo miraron y sonrieron.
—Parece que esto será emocionante. —Expresó Raúl al ponerse de pie, sin embargo, Raúl sospechaba algo más. «Como suponía. Eric se percató de que no nos están contando todo. Pareciera que todo estuvo planeado por alguien con un poder superior que ni siquiera todos los magos de este mundo podrán detener... Estoy muy emocionado. Y parece ser que Eric igual... normalmente es sereno, pero cuando pierde la compostura es por que algo lo logra emocionar.»
—Nos vamos... —Expresó Eric con una voz temblorosa, la cual tenía oculto algo que solo los chicos pudieron entender.
—¿No piensan terminar su desayuno, queridos amos?
—La verdad es que perdimos el apetito. —Comentó Eric.
—Una pregunta más, Emma. ¿Cuál es el nombre de nuestra madre? —Lleno de dudas e intriga, preguntó David.
Emma miró fijamente a los chicos quienes poseían una mirada de determinación.
—Su madre se llama Catalina Windsor. Uno de los cuatro pilares de la familia Windsor.
Eric solo realizó una leve sonrisa y se retiró de la sala junto con sus hermanos. Los chicos salieron del comedor en dirección a sus habitaciones.
—Así que Windsor... Eric, ¿tienes planeado algo, no es así? —Preguntó David.
—David, ¿podrías investigar más sobre este mundo?
—Claro, ayer antes de dormir encontré un salón lleno de libros. Quizás haya algo que nos sea útil.
—Muy bien, vayan por sus mochilas. Nos veremos en la puerta principal. Creo que este será un interesante ciclo escolar. —Con una gran sonrisa, de emoción e intriga, comentó Eric a sus hermanos.
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Después de buscar sus mochilas, los chicos quedaron de verse a fuera de la casa. Algo que estuvo inquietando a los chicos era sobre lo grande que es por dentro, sin embargo, para su sorpresa en el exterior dicha casa se veía mucho más grande de lo normal.
—Woow, esta casa es realmente gigante. —Comentó Juan.
—Pues es lo normal, somos hijos adoptivos de una familia con dinero al parecer. —Dijo Fernando mientras observaba con detenimiento cada detalle de la casa.
—David, ¿encontraste algo que nos pueda servir? —Preguntó Eric.
—Un par de libros, pero habrá que analizarlos a profundidad. También descubrí que, además de hablar esta lengua gracias a la técnica "adopción", podemos leer y escribir sin dificultad.
—¿Cuál es el plan, Eric? Hablaste sobre que sería interesante ir a la escuela, pero sigo sin comprenderlo. —Comentó Fernando ya algo estresado por lo que han estado viviendo.
—Escucha, cuando llegué a mi habitación encontré un cuaderno con el nombre de Catalina en el bordado. En ese cuaderno había una hoja que tenía escrita unas cuantas cosas, al parecer era un recado de nuestra nueva madre. En primer lugar, menciona que tratemos de ser muy cautelosos e intentemos pasar desapercibidos. Al llevar el apellido Windsor será más complicado así que nos desea suerte... Cuando leí la carta, cada palabra parecía que había sido escrita con mucha emoción... Cuando sean las vacaciones habrá que ir a visitarla. —Eric se quedó en silencio y miró al cielo por unos segundos—. También escribió que diéramos nuestro mayor esfuerzo en la escuela, que ella siempre nos estará apoyando.
Raúl se acercó a Eric y lo golpeó levemente en la espalda mientras le decía.
—Trata de no ser tan susceptible la próxima vez.
Juan comenzó a darse palmadas en las mejillas, como si esto activara un interruptor para realizar alguna acción.
—Ok, modo cauteloso activado. Por cierto, ¿Dónde está Emma?
De la nada, como si de una estampida se tratase, los sonidos de los cascos de caballos impactando contra el suelo comenzaron a retumbar muy cerca del lugar, lo que trajo consigo un temblor repentino que movió bruscamente a los hermanos.
—¿Alguien más lo siente o solo soy yo siendo afectado por no comer bien? —Preguntó asustado David.
Repentinamente, un gran carruaje negro tirado por dos unicornios blancos se estacionó de forma brusca enfrente del portón principal.
—A eso le llamo "no llamar la atención". —Comentó con un tono burlón Raúl.
—¡Buenoooooos díaaaaas! —En la parte del conductor se escuchó una voz con un acento algo raro—. Es un gusto conocerlos, mis honorables y queridos amos.
De aquel carruaje descendió un tipo vestido con un chaqué negro. Por la primera impresión que dio, parecía alguien muy energético. Aquel tipo abrió las puertas del carruaje y comenzó a gritar de forma grave terminando con un sonido agudo.
—¡Poor favor suban, mis honorables y queridos amos!
—Yo no pienso subirme a esa cosa. —Dijo Fernando mientras daba una media vuelta—. ¿No pasará nada si falto el primer día o sí?
Al terminar de darse la vuelta Fernando observó como Emma salía de la casa con dos cámaras de video y dos maletas de gran tamaño, también traía colgado del cuello una cámara de última generación.
—Imposible, querido amo. —Contestó Emma de manera fría.
—¿Para qué es todo eso, Emma? —Preguntó Fernando.
Con una mirada de confusión, Emma inclinó la cabeza y dijo.
—Su madre dijo que no quería perderse ningún detalle de su vida escolar, así que retrataré todos los momentos que pueda. Al final de cuentas su madre quiere ver como sus pequeños niños crecen.
—¿Pequeños dices? Para tu información ya casi cumplo los 18 años. —Comentó de forma engreída Fernando.
—Lamento decirle que está en un error. Al entrar por el agujero sufrieron un cambio de edad para poder cumplir con su misión. En estos momentos tienen 15 años y son estudiantes de primero.
—¡¡¿¿Q-quuueeeeeeeeeeeé??!!
—No, no, no. Debe ser un error, ¿Por qué volvimos a tener 15? Eso es ilógico. —De manera muy energética Fernando quería que Emma negara todo lo que había dicho.
—Bueno, es que con su edad antigua no podían comenzar adecuadamente el año escolar.
—¿Acaso no hay transferencias o cosas así en este mundo? —Preguntó Raúl.
—No, no es eso. Es que uste... —El sonido de un reloj hizo que Emma dejara de hablar. —Se nos hace tarde.
Emma intentó cargar el montón de artefactos que llevaba consigo, pero eran demasiados para ella sola.
—Emma, ¿Por qué mejor no llevas menos cosas? —Comentó David.
—No se preocupe. Sebastián me ayudará con esa labor.
Los chicos estaban confundidos, ya que no conocían a ningún Sebastián. De la nada, aquel que conducía el carruaje dio un saltó por encima de los chicos, parecido al salto jeté usado en el ballet. Después del aterrizaje el sujeto se giró lentamente y se presentó.
—Mi nombre es Sebastián, y soy su chofer personal. Un gusto conocerlos, mis honorables y queridos amos.
Sebastián se inclinó ante los chicos y al mismo tiempo se quitó el sombrero de copa que llevaba puesto. Al realizar esta acción, Eric y Raúl se percataron de que Sebastián tenía características muy diferentes a Emma y a los mayordomos. Para empezar Sebastián tenía el cabello blanco, pero esto no era lo que más llamaba la atención, aunque Sebastián se mantuvo siempre con los ojos cerrados, Eric logró verle los ojos, que eran intensamente rojos, al igual que también notó que poseía un par de cuernos en la cabeza.
—Es un gusto conocerlo. —Respondieron los cinco de manera unánime.
—Bueenooo, suban al carruaje, mis honorables y queridos amos.
—E-espera un segundo, no pensarás que iremos en esa cosa. —Apenado comentó Juan.
—Juan tiene razón, preferimos ir caminando. —Apoyó Fernando.
—No, no, no. No puedo dejar que mis honorables y queridos amos, caminen como unos simples plebeyos. Además, la escuela está muy lejos y llegarían tarde si se van caminando.
Después de pasar un rato discutiendo con Sebastián, al final los chicos subieron al carruaje en dirección a la escuela.
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—¡Llegaaaamos, mis honorables y queridos amos! —Gritó de manera eufórica Sebastián.
Antes de partir los chicos habían hablado con Sebastián para que los dejara a unos cuantos metros de la escuela y este aceptó a duras penas. Al parecer los chicos no querían pasar vergüenza.
Ya en frente de la escuela, los chicos se notaban sorprendidos.
—Diablos, si pensaba que la casa ya era enorme, la escuela acaba de aplastarla completamente. —Comentó Juan al observar una gigantesca escuela, la cual estaba siendo decorada por hermosos arboles de cerezo. Además, con la iluminación tan cálida del sol, parecía una escuela llena de recuerdos nostálgicos, recuerdos de la adolescencia y estudiantes felices.
—Ya estamos aquí, sin embargo, llegamos muy tarde. —Dijo David.
—Miren, aquellos deben de ser estudiantes. —Señaló Fernando a un par de chicos que estaban adelante del portón principal de la escuela.
Los hermanos se acercaron a ellos y Eric preguntó.
—Este, disculpa. Somos alumnos de nuevo ingreso. ¿Podría decirnos a donde debemos ir?
—Claro, será un placer, al final de cuenta como sus superiores debemos de ayudarlos... A ver, tengan. —El joven entregó una especie de mapa a Eric—. Tienen que ir al auditorio para la ceremonia de nuevo ingreso. Se podrán guiar con este mapa. Sean rápidos, ya que van muy retrasados.
—Sí, lo sabemos, es que hubo algunos problemas en el desayuno. Bueno, gracias y adiós... —Agradeció Eric, aunque lo último le costó decirlo con naturalidad.
—Adiós chicos. Buena suerte en su primer día.
Los chicos se despidieron de sus superiores y se juntaron para revisar el mapa, pero repentinamente los chicos fueron empujados y tirados al suelo.
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