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62 Decisiones difíciles

No había parado de llorar en toda la noche. Para colmo se sentía terriblemente culpable por no haber podido dejar dormir a JungKook, quien le había abrazado cálidamente todo ese tiempo. JiMin estaba durmiendo con NamJoon y Jin había decidido ido a dormir a otro lado para dejarles espacio e intimidad. TaeHyung quería parar, pero no podía detenerse. JungKook no había dicho nada, porque conocía el motivo por el que lloraba y porque, en realidad, no quería oírlo ni obligarle a decirlo en voz alta. Pero, al fin y al cabo, no dejaba de pensar en ello mientras se limitaba a abrazarle. ¿Qué debía hacer si ahora sentía que estaba haciendo algo dañino para él manteniéndole a su lado?

- Mi amor... - Acarició su pelo con cariño. No se sentía con el derecho a decirle que se calmara o que todo saldría bien. Lo único que podía hacer era darle su silencioso apoyo. Era el rey y pocas veces se había sentido tan impotente. ¿Qué se suponía que debía hacer? Lo que sentía TaeHyung no era muy distinto. No tenía ni idea de qué hacer para solucionar aquello. Sólo estaba seguro de una cosa y así la expresó.

- Duele mucho. - Lloró.

- Lo sé, pequeño. El amor puede doler más que nada en el mundo. - Aseguró. Tenía que hacer algo. No podía seguir viéndole sufrir así.

El rey estaba sentado en el escritorio que estaba en la sala del trono, con un montón de desgastados pergaminos esparcidos por la mesa. Prefería estudiar complicados textos filosóficos de antiguos sabios antes que estar reconcomiéndose pensado en qué debía hacer para aliviar el sufrimiento de TaeHyung. ¿Estaba siendo demasiado egoista? ¿Acaso lo quería todo para él? Jin llegó primero a él. ¿Debería haberse quedado sólo a su lado? No aceptar a nadie más en su  cama y, lo más importante, en su corazón. JiMin había sido otro matrimonio concertado y el pequeño ángel se había colado en su corazón igual que lo habia hecho el mayor. Y ahora TaeHyung. JungKook conocía muy bien lo que era el amor y no lo practicaba por lascivia u obsesión, sino por un impulso más cercano a su corazón.

Levantó la cabeza un instante. Jin estaba allí, junto a él, tendido con suma elegancia en su diván junto al trono leyendo un libro con la cubierta de piel y filigranas de oro.

- ¿Ocurre algo, querido? - Le preguntó su consorte cuando le descubrió observándole.

- No. - Susurró para volver a metener la cabeza en sus pergaminos, pero no tardó el levantarla de nuevo.

- ¿Sí, esposo mío? - Se adelantó Jin, quien le conocía muy bien. - ¿Qué te preocupa?

- Jin... ¿consideras que... soy una mala persona?

- No. - Dijo con tranquilidad y obviedad, sin intentar apaciguar su pena, pues sabía que aún no había hecho la verdadera pregunta.

- ¿Entonces por qué tanta gente sufre por mi culpa? - Preguntó alicaído.

- Eres un rey. Tus decisiones son relevantes para mucha gente y siempre traen consecuencias. Tu responsabilidad y tu deber es buscar el bien de la mayoría, pero nunca llueve a gusto de todos y no siempre se pueden tomar las decisiones correctas. Incluso un sabio y buen rey como tú puede equivocarse. - Formuló Jin. - Pero todo eso tú ya lo sabes. - Le dijo. - Pregunta de una vez lo que de verdad quieres saber de mí. Eres más valiente que esto, mi amado rey.

- Oh... mi precioso e inteligente esposo... me conoces demasiado bien. - Pronunció enternecido buscando su consuelo.

- Es mi deber, si quiero aconsejarte bien. - Respondió con una sonrisa amable.

- ¿Crees... - Hizo una pausa pues le costaba mucho formular aquello. Decidió ser radicalmente directo. - ¿Qué crees que debería hacer con TaeHyung? - Preguntó. - No es feliz sólo con YoonGi ni sólo conmigo.

- Quizá deba estar con los dos, entonces. No es la primera vez que te enfrentas a eso.

- Pero YoonGi es mi hijo. Tener una relación así, como la que tengo con JiMin y NamJoon, sería demasiado raro. Además, YoonGi no lo aceptará. TaeHyung es su esposo inicialmente. Ya suficiente ha hecho renunciando a él y entregármelo así. - Suspiró pesadamente y se frotó los ojos. - No sé qué hacer.

- Quizá, mi amado rey, el problema sea que esta decisión no debas tomarla tú. - Declaró. - Por todos los dioses, ¿le habéis preguntado a TaeHyung lo que él quiere? Sé que es una conversación incómoda, pero los tres debéis hablar como los adultos que sois. Eres el mayor, eres el rey y  eres su padre. ¿Quién crees que debería ser el que inicie esa reunión? - JungKook sabía que su esposo hablaba con sabiduría. Quizá esa era la única forma de solucionarlo todo, pero no sería ni fácil ni indoloro.

- ¡Majestad! - Un emisario les sorprendió entrando a trompicones por la puerta de la sala del trono. Sabía que aquello que tenía en mano era urgente. - ¡Un mensaje de Baekje!

- Al fin. - El rey se levantó de un salto de la silla y Jin se incorporó en el diván. JungKook tomó la carta sellada, hizo un gesto para que el emisario se marchara y la abrió con ansiedad.

- Ábrela, vamos. - Le apremió aún sabiendo que no podía hacerlo más deprisa. JungKook leyó con rápidez, por encima. Quería saber lo esencial, ya lo leería después con más calma. Al leerlo, se dejó caer en la silla de nuevo. - ¿¡Qué!? - Jin no supo, por su expresión, si eran buenas o malas noticias. - ¿Qué dice?

- Aceptan. - Dijo sin mucho ánimo.

Jin suspiró aliviado, pero no veía ese alivio en JungKook.

- ¿Acaso no éramos lo que queríamos? - Preguntó el consorte. JungKook asintió. - ¿Entonces? ¿Qué sucede? - Extendió un brazo hacia Jin invitándole a que se sentara con él. Jin se acercó y se colocó sobre sus rodillas, dejándose abrazar por la cintura.

- Tres años, Jin. - Formuló JungKook de pronto.

- ¿Tres años? - Pronunció confundido sin saber a qué se refería JungKook.

- Si queremos formar una alianza y que su ejercito se una al nuestro para evitar definitivamente la guerra con Goguryeo, debemos entregarles a Sunny en tres años. - Explicó con un nudo en la garganta. Jin abrió mucho los ojos entendiendo por completo a JungKook sientiendo como la misma angustia se formaba en su pecho. Aunque, en verdad sabían que era justo en cierta medida. El plan era que Goguryeo no se atreveria a entrar en batalla cuando Silla y Baekje se unieran. Eso seria lo lógico, pero el rey de Goguryeo podía reaccionar de una forma distinta. Enfrentarse a una posible guerra no es un juego y Baekje necesitaba, a cambio, una prueba de lealtad. Silla le estaba pidiendo a Baekje que hiciera un sacrificio por un reino ajeno así que ellos exigían lo mismo. - Si queremos salvar al reino sin más derramamiento de sangre, ese es el tiempo que tenemos para estar con nuestra nieta, Jinnie. - Habló con el corazón roto.


Hola!!!!!
¿Os gustó el capítulo? Ojalá que sí.
Como os estareis imaginado ya queda poco para el final de esta historia. Quiero que me dejeis en comentarios si os está gustando leerla tanto como a mí escribirla. Además, como tengo varias ideas para siguientes historias y me apetece esceibirlas todas creo que voy a dejar que decidais vosotros por votación cuál será la siguiente. ¿Qué os parecería? Pero eso será en un futuro, no muy lejano.

También quería deciros que hace poco publiqué un micro-fanfic erótico llamado "RAPSODIA". Es un YoonMinKook y os invito a leerlo, ya que es una de las cosas que me ha mantenido un poco ocupada últimamente, ya que quise hacerlo bien y se me hizo un poquito largo jejeje.

https://my.w.tt/vcWZ135pk9

Ojalá os guste. 💜💜💜

Un besazo!!! 😘😘😘

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