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56 Regalo o condena

El reino resurge. Cuando la primavera   llega y las flores se abren, las almas de los subditos se alegran. Y, si el pueblo es feliz, el palacio brilla con luz propia. Es un sentimiento que se transmite de manera mutua. El palacio se llenó de vida cuando los pequeñis nacieron y el país recuperó su alegría al ser conocedor de la gran noticia.

- ¿Dónde está la niña de papá? - Haciéndole carantoñas a su hija mientras su hijo dormía profundamente.

- Así no la dejas dormir, YoonGi. - Rió TaeHyung. - Mira a JiHoon, durmiendo tan plácidamente.

- Sunny es más despierta. El pequeño es más tranquilo. - Aseguró HoSeok.



Pero, a pesar de la alegría de palacio y del reino, todos sabían que aquel nacimiento significaría algo más. Algo que un padre cegado por el amor no podía ver.

- ¿Y ahora qué? -  Quiso saber Jin.

- Deja que yo me encargue de lo que viene ahora. - Pronunció JungKook.

- Él no nos dejará en paz. - Intervino JiMin. - Ahora que todo el reino conoce la noticia, se extenderá entre reinos rápidamente.

- Él quiso tener un heredero conjunto y así quedarse con Silla. - Le recordó Jin. - Ahora que hay una princesa en Silla, querrá...

- Sí, lo sé. Es carne de cañón para proposiciones como la que insinúas. - Se apresuró a decir JungKook. - Por eso voy a adelantarme.

- ¿Qué quieres decir? - JiMin entrercerró los ojos sospechando algo malo.

- Voy a enviar una carta al rey de Baekje.

- ¿Que vas a hacer qué? - Se enervó Jin. - No. Ya sé lo que estás pensando y no. Rotúndamente no. - JiMin no estaba seguro de qué era de los que Jin estaba pensando, pero se hacía una idea.

- Necesitamos un aliado. - Expresó el rey. - Con Baekje de nuestro lado, Goguryeo no se atrevera si quiera a intentar retarnos de nuevo.

- ¡No vas a entregar a mi nieta a nadie! - Pronunció. - ¡Es un bebé y ya estás pensando en hacer negocio con ella! ¡No te puedo creer, JungKook!

- ¿Negocio? ¡Es mi nieta también! - Golpeó la mesa enfurecido. En otras circunstancias, el rey se hubiera sentido enfermo al exaltarse, pero últimamente tenía más fuerzas. Las dos nuevas presencias de palacio habían tenido un efecto altamente positivo en él. Era increíble que  . - ¿¡Quién crees que soy!? ¡No intento hacer negocio con ella! ¡Intento protegerla a ella, este reino y a todos sus habitantes! - Exclamó. - ¿Prefieres que  haya una guerra de nuevo? ¿O prefieres que esta guerra no se acabe nunca? No harías un trato así, pero condenarías a todo el reino a pasar por otra guerra. A que los hombres mueran en la batalla, las madres queden sin hijos, las mujeres sin esposos y los niños sin padres. ¿Eso quieres, Jin?

- Sabes muy bien que no. - Pronunció. - Pero...

- La última vez te recuerdo, Jin, esposo mío, que YoonGi, nuestro hijo, el heredero de todo el reino de Silla, casi acaba muerto. ¿Buscas eso?

- Claro que nadie quiere eso pero... la niña...

- No voy a dejar que le pase nadie a mi niña. - Aseguró. - Y nadie se la va a llevar de aquí. Pero un enlace estratégico en el futuro sería una buena oportunidad de unir lazos.

- ¿Y que hay de eso de que las hijas de Silla son para los hombres de Silla? - Formuló JiMin.

- Ella no será reina. JiHoon será el rey. Pero ella es nuestra princesa. Siempre será de la realeza.

- Todo eso suena fatal aunque creas que parece un buen plan. Y antes de todo, ¿cómo vas a decirle algo así a YoonGi? - Quiso saber Jin.

- YoonGi tendrá que entender. - Sentenció. No era plato de buen gusto para nadie, pero cualquiera comprendería que era un buen plan. - YoonGi tampoco se casó por amor. Ninguno de nosotros lo hicimos. No dejaré que la bendición del nacimiento de mi nieta se convierta en un inconveniente para la nación. Es nuestra decisión que sea visto como un regalo. En vez de dejar que sea Goguryeo quien dé el primer paso y nos intente dañar con Sunny, pidiendo su mano para uno de sus hijos y así compensar, o más bien vengar, la muerte de su primogénito, debemos ser rápidos y hacer que Sunny sea nuestro as en la manga. Actuar más rápido que ellos. ¿Entendéis eso?

- Sea como sea, JungKook. - Interpuso JiMin. - No le hables a YoonGi como si su hija fuera una carta de tu baraja. - Pidió.

- Ya lo sé. Pero, de verdad es lo único que se me ocurre. Para salvar al reino, y salvarla a ella.



- Entonces... - Empezó a decir TaeHyung pensativo. - ¿Nunca ha habido una mujer descendiente de un rey de Silla?

- Las concubinas reales se escogen según la descendencia qur hayan tenido sus familias. La madre de BoRa tuvo siete hijos, todos varones excepto BoRa. Y ella misma fue la única hija de una familia de cinco hermanos. En la familia de su padre eran todo varones y en la de su abuelo también. - Explicó YoonGi. - Igual pasa con NoRan o con JaYan. Fueron escogidas como mis concubinas, entre otras cosas, porque en su linaje han nacido mayoritariamente varones. Además, es muy singular que hayan nacido gemelos. Ni en mi familia ni en la de BoRa había sucedido antes.

- Es fruto de tu gran virilidad. - Declaró HoSeok.

- ¡Oh! - Exclamó YoonGi. - Eso ha sonado como si quisieras disfrutar tu también de mi virilidad. - Se insinuó jocosamente caminando de forma ridículamente sensual hacia su esposo.

- No me importaría. - Rió HoSeok reconociéndolo, dejándose abrazar por YoonGi.

- Yo también quiero. - Pataleó TaeHyung.

- Pareces más un bebé que ellos cuando haces eso, mi TaeHyugnnie. - Alargó el brazo con el que no abrazaba a HoSeok para indicarle al menor de sus esposos que se acercara. TaeHyung se apresuró dando saltitos y se abrazar primero y besar después, por los dos.

- Haré que se lleven a los bebés. - Susurró YoonGi mientras jugueteaba con las lenguas de sus esposos. - Igualmente ya es hora de dormir para ellos. Ya se despertarán en un par de horas queriendo mamar. - Se separó para dirigirse a la puerta y llamar a unos sirvientes. - Lleven a los infantes con su madre. - Ordenó dándoles paso. - Quisiera disfrutar de mis esposos a solas. - TaeHyung enrojeció.

- Eso no era necesario decirlo en su presencia, alteza. - Pronunció quejicoso.

- Es la verdad y no hay nada de malo en ello, mi querido consorte. - Los sirvientes estaban todavía en la habitación cuando fue a abrazarle. También cuando besó a HoSeok con vehemencia. Y aún estaban cerrando la puerta cuando los tres cayeron torpemente en la cama devorándose a trompicones.

- Creo que... me acabo de dar cuenta... - Decía YoonGi entre beso y beso. - De que hacía mucho que no os hacía el amor como es debido.

- Yo sí que me había dado cuenta. - Aseguró HoSeok.

- Yo también os echaba de menos. - Reconoció TaeHyung abrumado por la necesitada boca de su esposo y las atrevidas manos de los amantes.

Esta vez se hizo tardísimo pero conseguí publicarlo hoy. Espero que os guste. Lo hizo que mucho amor!! 💜💜💜

Un besazo!!!😘😘😘

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