50 Padre e hijo
YoonGi depertó una vez más. JungKook estaba allí.
- Hola, hijo. - Su dulce voz le acunó mientras se desperezaba. JungKook solía ser bastante brusco la mayor parte del tiempo. Suele ocurrir cuando todo son decisiones que tomar y una vida ajetreada en la que no puedes ni pararte a tomar aire, pero cuando llegaba se trataba de su hijo, el amor de padre le había enseñado a ser cuidadoso, amable y sutil. Como cuando le mecía entre sus brazos siendo sólo un bebé y le cantaba nanas para que se durmiera. Pocos habían oído cantar al rey, pero era tan melodiosa su voz que había conseguido dormir a su pequeño príncipe, quien ahora se encontraba entre la vida y la muerte, millones de veces.
- Padre. - Susurró aturdido. - Abre las cortinas padre. Quiero luz.
- Es de noche, YoonGi. - Le dijo acariciando su frente y apartando así algunos mechones de cabello de su rostro. - Llevas muchas horas durmiendo. Por lo visto eso es bueno aún. Tienes que recuperar energías.
- ¿Dónde están? - Quiso saber.
- ¿Tus esposos? Descansando. - Aseguró. - Perdóname. Querían pasar la noche contigo, pero se lo impedí. Llevaban muchas horas velando tu sueño.
- Está bien. - Cedió sin mucho ánimo. Lo comprendía, por supuesto, pero aún se sentía agotado como para mostrarse despejado.
- Es mentalmente muy duro para ellos estar esperando a que despiertes. - Declaró. - La mente además tiene poder sobre el cuerpo. Deben estar agotados. - YoonGi no respondió. Se concentró en respirar. - ¿Te duele mucho?
- No. - Mintió.
- He hervido estas hierbas en un té. Te calmarán los dolores. - Le dijo, sin embargo, claramente no creyendo su afirmación. Se inclinó con la taza en su mano y sostuvo su cuerpo entre su brazo y su pecho. Era curiosa la delicadeza con la que podía moverle un hombre con tanta fuerza. - Bebe despacio, está tibio.
- Padre. - Formuló tras un pequeño sorbo. - ¿Se lo dijiste a HoSeok?
- Sí. Ha sido un duro golpe para él, pero no te preocupes. Estará bien. Con TaeHyung a su lado será capaz de sobrellevarlo. - Opinó.
- No estoy tan seguro. - Declaró. - ¿Vas a decirme ya por qué HoSeok estaba tan enfadado con él?
- Deberías dormir. - No fue muy hábil al evadir su pregunta.
- Sé que lo sabes. - Insistió.
- No estás en condiciones para...
- Padre. - Jadeó interrumpiéndole. JungKook cedió a cambio de que bebiera un sorbo más del té.
- Debes permanecer calmado. - Le advirtió antes de hablar. Volvió a recostarle en el mullido colchón y fue a dejar la taza en la mesilla.
- ¿Estás enamorado de él? - Le preguntó directamente. El corazón del rey se encogió. Lo sabía. ¿Desde cuando? No necesitó esperar a la respuesta. - Maldita sea.
- YoonGi... ¿cómo...?
- Este es mi hogar también, padre. Desde el día en que nací. Por amplio que sea el lugar, es difícil que ocurra algo sin que tú y yo nos enteremos. - Aseguró. Tomó una fuerte y ahogada bocanada de aire. - Pero mi corazóm no quería creerlo aunque la razón me decía que era la única posibilidad. - Decía despacio.
- No sigas hablando. - Le pidió su padre. - Te haces daño.
- Tenía la esperanza de poder enamorarles antes de que sucediera algo como eso. Como hiciste tú con Jin y JiMin. Aunque, la verdad es que no imaginé que fuera contigo. De todas las personas que había en palacio...
- Hijo... lo siento. - YoonGi le miró directamente por primera vez desde que habían empezado a hablar de ese tema.
- TaeHyung no sabía nada del amor. Él solo no pudo... Algo hiciste. Te sobrepasaste. No debiste... - Tosió llevándose la mano al pecho.
- Intenta calmarte. No hables más.
- Es mi esposo, padre. - Mencionó con dolor.
- Tú tampoco sabías lo que era el amor, hijo. Es cierto que pude pararlo y no lo hice. Dejé que ocurriera. - Asumió su responsabilidad. Si JungKook hubiera ignorado por completo al joven príncipe consorte, seguramente no hubiera ocurrido nada. - Pero ya está hecho y no puedo decir que me arrepienta. Sé que suena horrible, pero jamás fue con intención de perjudicarte. Le amo. - Formuló con seriedad. - Y él me ama. Lo lamento, hijo, pero es la verdad. Ya no es algo que pueda negar u ocultar.
- ¿Y ahora qué? - Quiso saber YoonGi bastante agotado..
- Haré lo que tu quieras. Pero no hagas daño a TaeHyung. - Fueron sus únicas palabras. Ahora entendía por qué HoSeok se había mostrado tan enfadado y ahora era él quien tenía que lidiar con esos sentimientos. No se sentía traicionado por el menor, sin embargo, se sentía decepcionado consigo mismo por no haber podido enamorarle primero. Y terriblemente molesto con su padre por haber dado rienda suelta a sus sentimientos y dejar que TaeHyung desarrollara los suyos. Tal y como había dicho, alguien tan sabido en el amor como era el rey, habría sabido evitarlo. Por otro lado, las palabras de su padre dejaban clara una cosa, ya estaba hecho y era irremediable. Su padre sólo anhelaba lo mejor para TaeHyung, lo que significaba que realmente le amaba. Y él no quería que nadie sufriera. Al fin y al cabo se trataban de su padre y su esposo. Un esposo por el que se le encogía el corazón. Quizá él era quien menos sabía del amor, porque en cuanto partió a la guerra y se separó de sus dos esposos, supo que estaba enamorado de ellos. De ambos. Pero TaeHyung no le correspondía. ¿Qué haría ahora? ¿Se suponía que él tenía ahora la responsabilidad de tomar una decisión? ¿Qué iba a hacer él? Y, en realidad, ahora sólo quería dormir. Le dolía todo el cuerpo. Si no era por la herida era por la permanente postura. - La culpa es mía, YoonGi. Castígame a mí. - Le rogó. - No a él.
- Me temo que si hago eso él también sufrirá. - Declaró. - Él te quiere. Tú lo has dicho. Si tú sufres él también.
- ¿Y qué propones? - Quiso saber angustiado. Aunque ya sabía lo que YoonGi estaría pensando, porque él le había criado. Era capaz de tragarse su dolor y ser él mismo el que se sacrificara y sufriera. Pero era su culpa. Él había provocado todo aquello. No había medido las consecuencias de sus actos. Y todo eso, en realidad, era el menor de sus problemas. El rey de Goguryeo debía ya estar enterado de que su primogénito estaba muerto y no sabía cuál iba a ser su reacción. Además, su propio primogénito estaba muy herido. Todo aquello empezó con la intención de que el amor hiciera de Silla un país más fuerte. Por esa razón, los hijos de Baekje y Goguryeo habían acabado bajo su amparo. Pero, de pronto, su reino se podía derrumbar por amor.
YoonGi no respondió a la pregunta de su padre. Torció la cabeza hacia un lado y cerró los ojos hasta quedarse dormido. No quería seguir pensando más en todo aquello. Con el corazón roto, YoonGi se durmió de nuevo. Su herida aún dolía muchisimo, pero no era la razón por la que su pecho se encogía esta vez.
Hola!!!!! He estado un poco desaparecida estos días pero ya volví. ¿Cuál creeis que YoonGi deba hacer? ¿Cuál debería ser su reacción y conclusión?
Espero que os haya gustado el capítulo!!
Un besazo!!! 😘😘
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