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47 Noche de desvelo

- Majestad. - Un sirviente entró en el gran salón donde el rey esperaba a que su hijo despertara. HoSeok, Taehyung y Jin también estaban allí, pero se habían quedado dormidos en los sofás. El rey le pidió al sirviente con un gesto que bajara la voz. El hombre quería que la tierra se lo tragara y habló en un susurro. - Mi rey. - Se inclinó haciendo una reverencia completa. - Lamento la intromisión.

- Estoy cansado. Me da igual lo que hagas mientras no entres pegando voces. - Declaró JungKook.

- Mi señor. Venía a informarle de que la herida del general no le causará mayor trastorno que unos cuantos días de reposo en la cama. Se pondrá bien.

- Una buena noticia al fin. - Formuló el rey.

- También quería decirle... bueno... su... el cons...

- Acabo de decirte que estoy muy cansado. - Dijo frotándose los ojos. - No tartamudees. Suéltalo ya.

- Quería decir que el consorte real JiMin...

- Está durmiendo con el general.

- Sí, señor. Justo eso. Lamento ser yo quien se lo diga. Pero no podía no decírselo, señor. Yo...

- Vete de aquí y no vuelvas a meterte en los asuntos del consorte real. Quien crees que eres para... - Se frotó los ojos de nuevo. Estaba agotado. - Lárgate. - Ordenó. Y acto seguido salió corriendo de la estancia. No gastaría las pocas fuerzas que tenía para ocuparse de estupideces como esa cuando su hijo estaba debatiéndose entre la vida y la muerte. Continuó moviéndose por la sala deambulando. - Jin, querido. - Desde la parte de atrás del sofá, el rey pasó la mano delicadamente por el cuello de su adormecido esposo. - Ve a la cama. Vas a hacerte daño en el cuello si sigues en esa postura, cariño.

- Pero YoonGi sigue dentro. - Dijo frotándose los ojos. - Quiero estar aquí cuando despierte. - Tenía los ojos medio cerrados. Dejó que siguiera acariciándole un poco más, metiendo su mano por debajo de su lujosa camisa, mientras otros dormían a su alrededor, tanteando la piel de su pecho con los dedos. - Había echado de menos el tacto de tus manos.

- Mis manos son ásperas y toscas.

- Eso no me importa. - Abrió un poco los ojos, sacó la mano de JungKook de debajo de su ropa y la besó. - Ve tú a dormir. Estás agotado. Lo sé.

- Ojalá pudiera hacer eso ahora, pero es mi hijo el que está ahí dentro.

- Es mi hijo también. - Le habló Jin. - Quizá no tenga mi sangre, pero le he criado también. No lo vayas a olvidar.

- Lo sé. Pero alguien tiene que velar su sueño. Y ese debo ser yo.

- No, tu eres quien tiene que descansar realmente. - Opinó. - ¿Cuánto tiempo llevas sin dormir? ¿Y sin ducharte? - Le sonrió. - ¿Cuánto tiempo lleva si darse un buen baño, mi rey? - Se burló. JungKook se inclinó hasta el oído de su esposo y le abrazó por los hombros, metiendo esta vez las dos manos bajo su camisa.

- Si fueran otras circunstancias... - Susurró con voz seductora. - ...dejaría que fueras tú quien me bañase.

- Si me disculpa, majestad. - La silenciosa concubina real se presentó en la sala infartando a los dos. El rey se incorporó de golpe sacando las manos de debajo de la ropa de su consorte. - Creo que yo podría ayudar si me lo permite.

- ¡HyoJin! - Exclamó intentando no gritar demasiado. La concubina real no parecía conmocionada por sorprender al rey y al consorte real Jin en esas circunstancias. - No sabía que estuvieras ahí. - HyoJin hizo una elegante reverencia antes de hablar.

- Acabo de llegar, majestad. - Aseguró. Si era verdad o mentira no importaba. Ella era tan silenciosa como discreta. - Decía que creo poder ayudar con su dilema. Los consortes reales han trabajado mucho para preparar a la capital para su llegada. Y su majestad estará agotado por tanta guerra. Les ruego que dejen que sea yo quien me quede a velar el sueño del príncipe y rece por él. Les suplico que vayan a descansar a sus aposentos. - JungKook se acercó a su concubina. No había actuado como tal desde que YoonGi había nacido, pero no por ello dejaba de ser la madre de su hijo. No por el hecho de que ya no se hubiera acostado con ella dejaba de ser la mujer que había dado a luz al príncipe de Silla. La sostuvo por los hombros con suavidad.

- Tú debes cuidar de la  concubina de YoonGi. Ella mantiene al futuro de Silla en su vientre.

- Ella está en perfecto estado de salud y muy bien cuidada siempre. - Declaró HyoJin. - Y el futuro de este reino está en esa sala luchando por sobrevivir. - Dijo molesta y justo después se tapó la boca. - Lo siento mucho. No debí.

- Perdóname tú a mí, HyoJin. - La detuvo con un gesto. - Todos estamos cansados e irascibles. Quizá sea una buena idea que te quedes tú. Yo ya no puedo ni mantener los ojos abiertos.

- Déjenmelo a mí. Les avisaré con cualquier novedad. - JungKook suspiró cansado.

- Está bien. - Se acercó a la concubina y besó su frente. - Gracias, HyoJin. - Luego le tendió la mano a Jin. - Vamos. - Le ayudó a levantarse del sofá y miró a su alrededor. HoSeok estaba durmiendo placidamente ocupando todo un sofá, pero TaeHyung se había quedado dormido estando medio sentado. - Espera un minuto. - Se acercó a los consortes de su hijo sin saber muy bien qué hacer. Se suponía que estaban donde tenían que estar, velando por su esposo, pero no era lugar para que dos príncipes durmieran, ni había necesidad de que se quedaran allí si ya estaba HyoJin. Por otro lado, estaban sus sentimientos por TaeHyung. - ¿Cuidarás de HoSeok?

- Por supuesto. - Alegó la concubina real. Se acercó a TaeHyung y lo cargó en sus brazos. Ni siquiera se despertó.

- No sé si esto es correcto. - Dijo en voz alta, aunque hablaba para sí mismo.

- Lo es. HoSeok se pondrá furioso si despierta y le ve en tus brazos, pero nada de eso importa ahora. TaeHyung necesita descansar bien y te necesita. - Acurrucado contra su pecho, TaeHyung dormía cálidamente. Salieron de la sala.

- Lo llevaré a su cuarto. - Comentó JungKook.

- No dejes que despierte solo. - Le pidió Jin. - Tráelo a dormir con nosotros, ya que JiMinnie sigue con NamJoon.

- ¿Estás seguro? No me parece muy bien. - Jin sólo sonrió.

Entraron al cuarto y dejó a TaeHyung acostado en la cama. Jin le arropó con cariño.

- Duerme también. Yo iré a lavarme. - Anunció. - No quiero acostarme tan sucio como estoy.

- Dijiste que querías que fuese yo quien te bañase. - JungKook rodó los ojos.

- No estoy de humor, mi amor.

No importó lo que JungKook dijera. Jin se adelantó y preparó su baño. JungKook se metió en la bañera y Jin comenzó a acariciar su piel.

- He añorado tanto tu piel. - Le masajeó los hombros. - ¿Te has sentido tan solo como yo en ese horrible lugar? - Se hizo el silencio. - ¿JungKook? - Jin se asomó y le miró a la cara. El rey estaba completamente dormido en la bañera. El consorte sonrió y le acarició el rostro. - Despierta, mi rey. - JungKook bostezó y se frotó los ojos. - Vamos a la cama, vida mía.

- Eso suena bien.


Hola!!! Empezamos con fuerza el lunes y en esta tediosa cuarentena volvemos a hacer un pequeño maratón para que se nos haga más leve. Tendréis un capítulo de cada una de mis obras esta semana. En total, publicaré un capítulo cada dos días. Espero que lo disfrutéis, que os sirva aunque sea para olvidaros unos pocos minutos de todo este gran problema y que valoréis el esfuerzo que supone, ya que dedico gran parte de mi tiempo libre en ello.

Espero que os haya gustado el capítulo!!! ¿Cómo creeis que va a acabar esta situación con YoonGi y los demás?

Un besazo!!!!

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