27 Heredero de Silla
Las semanas siguientes fueron frenéticas. Habían mandado avanzadillas de rastreadores para averiguar el lugar desde el que partirían las tropas de Goguryeo. Hasta ahora nada. Tan ocupados estaban YoonGi y JungKook que a penas habían podido tener un rato de calma para acompañar a sus esposos. NamJoon y JungKook no habían vuelto a hablar de JiMin. Tampoco querían hacerlo. Pero el rey sí se había fijado en que su esposo estaba más distraido que de costumbre, suspiraba mirando por la ventana, apartaba la mirada cuando se cruzaba en el camino del general, comía menos que nunca... todas ellas eran señales de un corazón roto. A JungKook le costó asimilar que él no fuera suficiente para JiMin. Tardó en comprender que no era que a JiMin le faltara un trozo de sí mismo si NamJoon no estaba con él. No estaba desgajado o incompleto. Sólo era que su corazón era demasiado grande. Sí, el corazón de JiMin estaba lleno de amor y si no le dejaban amar, se marchitaba. Como una rueca que no se usa y se llena de polvo olvidada en una esquina. A pesar de todo, el rey estaba tan ocupado que no era capaz de sacar un momento para pensar en cómo solucionarlo. Al menos había podido decirle a Jin que le mantuviera ocupado y que se asegurara de que comía bien hasta que pudiera solucionarlo. El mayor de los consortes reales había hecho equipo con TaeHyung y, a veces, con HoSeok para entretener a JiMin de forma disimulada. O, al menos, para no dejarle solo demasiado tiempo. HoSeok no siempre estaba con ellos. Puesto que le habían educado como soldado, había insistido en ayudar a YoonGi. Además, conocía a su padre y su forma de luchar. YoonGi se había negado al inicio, alegaba que no era su deber como consorte del príncipe. Sin embargo, al final accedió. Trabajar con YoonGi era un placer. No sólo por las caricias distraidas en su mano bajo la mesa de reuniones, ni por lo atractivo que se veía cuando estaba concentrado en algo. HoSeok sintió que sus palabras eran escuchadas por primera vez. En su reino sólo era un hermano más considerado de los más débiles sólo por su orientación sexual. Así que nadie le prestaba demasiada atención. No era así con YoonGi, ni siquiera con el general o el rey. Ellos le escuchaban e incluso pedían su opinión incluso si sabían que no tenía experiencia real en combate.
El que parecía un día cualquiera, el poderoso rey de Silla hizo venir a su hijo.
- Me habéis llamado, padre.
- Sí, YoonGi. - Era algo extraño que en el salón del trono sólo estuviera el rey. Normalmente, los consortes reales siempre le acompañaban allí. - Tengo algo importante que decirte. Un asunto urgente.
- ¿De qué se trata?
- Ven. Siéntate. - YoonGi tenía un lugar cerca del trono. Un poco más atrás de su padre. El lugar del consejero. El príncipe ocupó su lugar. - Ya pueden pasar. - Anunció el rey. Uno de los sirvientes que estaba allí caminó hacia una de las puertas de la sala y el general entró conduciendo a tres chicas jóvenes. YoonGi las miró espectante. No tenía idea de por qué su padre le había convocado allí. - Ellas son nobles hijas del reino del reino de Silla. - Proclamó JungKook. Entonces YoonGi lo entendió. Las nobles hijas de Silla era como se solía llamar a las hijas de las buenas familias de Silla, ya fueran así por reputación, dinero o linaje. YoonGi se giró a su padre y habló bajo.
- Pronto vamos a entrar en guerra. - Le recordó. - ¿Crees que es momento para esto?
- Sí. - Respondió en voz alta levantándose. - Tengo que dejaros claro esto a los cuatro. - Dijo refiriéndose a YoonGi y a las tres muchachas. - La guerra iniciará en no más de dos meses. Y pase lo que pase, el reino no puede quedar sin un heredero al trono a merced de cualquiera que quiera usurparlo. - Explicó. - Así que tienes dos opciones y creo saber cual será tu respuesta. - Anunció a su hijo. - O dejas embarazada a una concubina antes de partir, o no irás a la lucha. - Sentenció.
- ¡Padre! ¡Las cosas no pueden hacerse así tan de repente! - Opinó el príncipe algo exaltado.
- Lo sé. Debería sencillamente no dejarte ir, pero sé que no me harás caso. - Expuso JungKook. - ¿O sí?
- Iré a luchar por mi país y volveré con vida para reinar y concebir un heredero. - Aseguró el príncipe.
- ¿Y si vas y mueres? - Le dijo su padre. - Sabes bien lo fácil que es morir en una batalla. Si mueres sin un heredero todo nuestro linaje acabará.
- Si eso pasara, vos aún sois jóven como para...
- ¡YoonGi, basta! - Le pidió el rey con voz potente. - El tiempo y el esfuerzo que han dedicado todas las personas de este palacio en tu formación como próximo rey de Silla tiene más valor que cualquier otra cosa. - Alegó. - Es tu hijo el que debe reinar tras de ti o tras de mí si tu mueres, no un hermano tuyo. Siempre ha sido así en Silla. Además, si tu mueres en batalla, lo más seguro es que yo también.
- ¿Y si dejo embarazada a una de ellas y el bebé no sobrevive al alumbramiento? - Propuso YoonGi. Esa era una situación que podía darse. JungKook también había pensado en eso, pero no tenía respuesta o solución.
- Es un riego que tendré que asumir.
- Y entonces, ¿por qué no me ordenas quedarme?
- Porque no es lo que deseas. No eres esa clase de hombre que huye de la lucha. Nunca lo has sido. - Aseguró el rey. Sabía que si se lo ordenaba, YoonGi no le perdonaría jamás. Intentó calmarse. - Tienes aproximadamente un mes y medio para embarazar a una de las tres jóvenes. - Dijo dejándose caer en el trono.
- Entonces, ¿qué hago? ¿Tengo que elegir a una o qué? Ni yo sé como va esto. - Le recordó.
- Hubiera querido tener más tiempo para formarte. Aunque me temo que Jin ya te instruyó en artes amatorias. - YoonGi se quedó blanco y con la garganta seca. ¿El rey sabía de sus noches lascivas con el consorte real? - No te alarmes ahora. Ya lo sabía desde hace mucho. - Dijo sin darle importancia. Sabía que Jin y él sólo lo hacían por placer. Por mero divertimento. Eso no le molestaba en lo más mínimo. - No es lo ideal, pero no hay tiempo para ariesgarse con una. Tomarás a las tres como concubinas.
- ¿A las tres? ¿Y si dejara emabarazada a más de una? - JungKook ya sabía que había demasiado inconvenientes en hacer las cosas tan aceleradamente, pero había otra forma. - Silla nunca debe tener más de un heredero.
- Lo sé. - Supiró el rey. - En ese caso se determinará que quien nazca antes será el herdero al trono. Todas las familias de nuestras nobles hijas de Silla han aceptado ese acuerdo. - Anunció. - Confío en que entiendas la importancia de esto, YoonGi. - Finalmente, el príncipe asintió.
- Lo comprendo, padre. - Aunque no por ello iba a ser fácil.
Hola!!!! Aquí os dejo el nuevo capítulo!!! Espero que os guste mucho!!!
¿Y ahora qué pasará???
Un besazo!!!!
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro