heeseungie. ♡︎
acuérdate de estar listo a las siete 👺
18:03

wonie bbsito🌱
Sí hees, ya se.
¿Paso a buscarte?
18:05

nO señor, hoy paso yo ;))
18:05

Esta bien, amor.
Te dejo, los chicos ya terminaron de dibujar
Besos 💕
18:07

Heeseung mentiría si dijera que no estaba nervioso. Había salido de casa treinta minutos antes para pasar a comprar un regalo para Jungwon y llegar a tiempo a su casa. A suerte de Heeseung, no tardaba tanto si iba caminando rápido.

Tocó el timbre y esperó a que Yang le abriera, encontrándose al castaño aún en pijama y con la toalla en la cabeza. El mayor sonrió avergonzado y lo dejó pasar, dejando un tierno beso en los labios del menor.

— Espérame cinco minutos y vamos.

— Está bien, pero me olvidé decirte que necesito que me prestes tu auto. — Heeseung hizo un puchero mientras miraba a Jungwon, quien pronunció un "bueno" y desapareció por las escaleras.

Lee se quedó jugando un rato con la perrita del mayor, quien la había bautizado como maeumie. Yang bajó ya vestido y con su mochila en las manos.

— ¿A dónde iremos? — Preguntó el castaño acomodando su billetera y abrigo dentro del bolso.

— Iremos al cine, a comer y luego es sorpresa. — Sonrió el menor mientras dejaba a Maeumie en el sillón y así poder ir a abrazar al chico. Dejó un beso en sus labios y fue en busca de las llaves del auto. — En cinco salimos.

Salieron del cine con las manos entrelazadas y empezaron a buscar un lugar en donde comer, encontrándose una pequeña tienda en donde vendían comida totalmente natural. Ambos pidieron arroz salteado, una botella de jugo y Jungwon pidió un pedazo de tarta de manzana para el postre.

Al terminar de cenar estuvieron caminado un rato, paseando por varias tiendas de ropa y librerías.

Al tocar las diez de la noche emprendieron su viaje a la sorpresa de Heeseung. Jungwon puso una de sus listas de canciones y por los parlantes se podía escuchar Can't help falling in love de Elvis. El menor sonrió y tomó la mano del castaño, dejando un beso en sus nudillos. El mayor sonrió y besó el cuello de Lee.

— ¿Me vas a decir a dónde vamos?

— Nop.

Jungwon hizo un pequeño puchero y se echó en el asiento. — Vamos, Seungie, una pista."

— Nop.

— Ash..

Después de estar alrededor de una hora conduciendo, Heeseung estacionó el auto frente a una pequeña cabaña y despertó a Jungwon, quien en algún momento del trayecto se quedó dormido.

Con sus mochilas a mano, ambos empezaron a caminar hacia la puerta. Yang simplemente seguía al menor sin entender nada. Lee sacó unas llaves de su mochila y entró a la casa. Por dentro era muy acogedora, con varias plantas, un comedor grande, una habitación con baño y una cocina espaciosa, todo decorado con madera y telas color beige y blanco a juego.

— Deja las cosas en el cuarto y vayamos afuera. — Dijo Heeseung. Jungwon le hizo caso y cuando fue a dejar las cosas y volvió al comedor para así poder salir al patio. No vio al menor, por lo que decidió salir directamente.

Una vez afuera, se quedó paralizado. Todos los árboles de alrededor estaban decorados con pequeñas lámparas chinas de colores y una pequeña manta en el piso. El menor se encontraba de espaldas, por lo que no se enteró que estaba ahí hasta que se dio vuelta.

— ¡Sorpresa! — Heeseung estiró los brazos y sonrió. — Anda, ven a darme un abrazo que se me duermen los brazos.

Jungwon corrió a abrazarlo, haciendo que ambos cayeran en la manta. — Eres un bobo. Comentó entre casi lágrimas el castaño, dándole cortos besos en toda la cara.

— Para, para, tengo algo importante que decirte. — Lee se sentó, levantando también a Jungwon, y tomó las manos del mayor. — Se que no nos conocemos desde hace mucho tiempo, aunque sea relativo, pero en estos meses nunca me sentí tan feliz comparado a antes de conocerte. Si no es ninguna molestia, ¿Te importaría si compartiéramos vidas?

— No me importaría compartir esta vida, la que sigue a esta y hasta que nuestras almas ya estén desgastadas. — Jungwon tomó entre sus manos la cara del menor y empezó un suave y lento beso. Cayeron, una vez más sobre la manta y al separarse sonrieron.

— Menos mal, si decías que no esta cabaña se iba a desperdiciar, al igual que esto. — Alcanzando su mochila, Heeseung sacó dos collares, uno con una pequeña constelación y el otro con una brújula. —  Los vi la semana pasada y recordé lo mucho que te gustan las estrellas. La brújula es tuya, ya que eres quien me guía a ser el hombre en el que me quiero convertir. Y como sabrás al estudiar historia, antes de que existieran las brújulas, los navegantes se guiaban con las estrellas, aunque sea más incierto. Al igual que esas estrellas quiero ayudar a guiarte en tu vida.

Jungwon escondió su cabeza en el cuello del menor y lo abrazo fuertemente. Entre sollozos pudo susurrar un — Realmente eres lo mejor que me pasó en la vida. — Y se secó las lágrimas para que el pelirrojo pudiera ponerle el collar y viceversa.

Se acostaron tomados de la mano, mirando al cielo infinito que estaba sobre ellos. Heeseung conectó su celular a un pequeño parlante y la música empezó a fluir entre ellos mientras viajaban más allá del infinito.

— ¿Vas a seguir sonriendo para mí, aunque ya esté hecho una pasa de uva? — Preguntó Heeseung, mirando atento a su, ahora, novio.

— Hasta hecho una pasa de uva todas mis sonrisas serán tuyas. — Jungwon sonrió y el menor le dio un dulce beso en la frente.

— No sabría que es respirar sin tus bonitos y tontos hoyuelos apareciendo en tu linda y estúpida carita. — Rió y se ganó un golpe en el hombro de parte del mayor.

— Ya vamos a dormir, ¿Quieres? pero por favor no te quedes despierto mirándome dormir, es raro.

— ¡Yo no hago eso!

Jungwon sonrió y le revolvió el cabello, ignorando completamente la respuesta de Heeseung, dirigiéndose hacia la cabaña para así poder dormir. Lee no tardó en seguirle el paso una vez de haber apagado todas las luces y ordenado el patio.

Al llegar al cuarto, el castaño ya estaba dormido y, dicho y hecho, Heeseung se quedó observándolo dormir, memorizando cada rasgo de Jungwon porque, después de todo, Heeseung realmente no podía creer que tenía a su lado a la mejor persona del mundo.

— Heeseung a dormir. — Ordenó Jungwon con los ojos cerrados, a lo que el nombrado respondió un "está bien". Ambos se abrazaron bajo las sabanas y compartieron un beso de buenas noches.

Fin.

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