Capítulo 1
–Buenos días, amor, decidí venir ya que parece que tú solo no te levantas– dijo Bill a su pareja, Dipper Pines mientras le acariciaba el cabello, había entrado por la ventana ya que el moreno siempre la dejaba abierta para él.
–Pense que hoy no vendrías– dijo el menor besando al mayor.
–¿Y perderme como le explicas lo nuestro a tus tios? Ni loco.
—Bill... Yo no estoy seguro de querer contárselo, es que, probablemente intenten matarte y yo no quiero eso.
–Ya lo hemos hablado, pino, hay que hacerlo, ¿o quieres que me descubran de una forma peor?
–Claro que no, esta bien, vamos aun deben estar en la cabaña.
Los dos chicos bajaron las escaleras, iendo delante el moreno, hasta el salón donde encontraron a ambos tíos hablando mientras desayunaban.
–Tío Ford, tío Stan– dijo llamando la atención de ambos –¿recuerdan que les dije que tenía pareja? Bien, pues ha venido a verme y me gustaría presentaroslo. Tíos él es Bill Cipher, mi novio.
–¿Bill Cipher? –dijo Ford sorprendido levantándose de su asiento y preparándose para atacar al demonio.
–El mismo que desviste a tu sobrino cada noche, seis dedos–dijo en tono burlón.
–Ahora si, te mato demonio.
–No tio Ford– dijo Dipper colocándose entre el demonio y el científico que se habían acercado peligrosamente– es mi pareja y antes de que lo digas, no, no me ha lavado el cerebro, esta intentando cambiar y yo le amo así que por favor evitemos el derramamiento de sangre. Y tú Bill, así no me ayudas precisamente, idiota.
–Dipper estamos hablando de Bill Cipher, él mismo que intento destruirnos a todos ¿y quieres que me crea esa tontería? Esta jugando contigo chico y no pienso permitir eso.
–Te equivocas seis dedos, yo con mi pino solo juego cuando ya esta sin ropa.
–Pero serás maldito demonio... –se vio interrumpido por el rubio.
–Venga, relájate anciano, te acabará dando un ataque cardíaco.
–Lo que te dará a ti será un disparo de mi antidemonios.
–Me gustaría verte intentándolo.
–No discutan, se acabarán haciendo daño– de nuevo Dipper se puso entre ambos.
–Vale, pino, como quieras.
–Valla, te ha domesticado como un perro, buen trabajo, chico– dijo Stan entre risas.
–¡Hey! Que aún soy un demonio, con poder suficiente para destruir el universo.
–No te quejes si sabes que es verdad– dijo Dipper con una risita.
–Pino, eres malo conmigo– dijo Bill con un puchero.
–Vale, si parece que Bill a cambiado o por lo menos te respeta, Dipper– dijo Ford pasándose la mano por el cabello.
—¿Entonces aceptas nuestra relación? –dijo Dipper con algo de sorpresa.
–Si tú eres feliz...– dijo con un suspiro– no me queda otra, aún que, Dipper tú tienes diecinueve y él existe desde el principio de los tiempos asique, creo que eso se considera pedofilia, Bill, por mucho que tu cuerpo aparente veinte.
–Veintitrés, seis dedos y si es pedofilia.
–Y lo dices tan alegremente.
–¿Por qué no dejamos ya el temita? Bill y yo vamos a dar una vuelta, no me esperen para el almuerzo.
–Espera, no desayunaste.
–Desayunaré con él, adiós tíos.
—Nos vemos, prometo devolverlo entero, seis dedos no te preocupes–dijo Bill como despedida mientras se iba.
Ambos tíos se quedaron bastante preocupados, sabían que su sobrino sabía cuidarse solo, pues ya lo había demostrado en muchas ocasiones, pero quizás esto le superaba.
Mientras tanto Bill llevó a Dipper a un pequeño claro en mitad del bosque usando su magia.
–Eso salió mejor de lo que esperaba– dijo el moreno cuando su novio le dejó en el suelo– Bill¿Te ocurre algo? –dijo al notar la preocupación en el rostro del mayor.
–¿Crees que me estoy volviendo débil?
Esa pregunta tomo completamente de improviso al menor.
–¿Débil? ¿Bill Cipher, débil? No, por supuesto que no.
–Gracias por intentarlo, pino– dijo dejando un tierno beso en la frente del moreno– pero creo que Stan tiene razón.
–Bill, eres un demonio con poder para acabar con el mundo, tú no eres débil.
–Pino– alargo la última sílaba y después le beso en los labios, unos labios que sabía que le pertenecian– eres mi dulce veneno.
–Bill, dime cuando me volví adicto a ti.
–Cuando te conquiste con mis cosquillas– comenzó a hacer cosquillas en el cuerpo de Dipper mientras este soltaba la melodiosa risa que el rubio tanto amaba.
–P-para, po-por favor, no sigas con esta to-tortura– dijo entre risas.
–Has sido muy malo Dipper Pines.
Ambos chicos se besaron tras reír a carcajadas.
–Dime que esto durará para siempre–dijo el moreno separandose levemente del mayor.
–Durará todo el tiempo que quieras que dure.
–Entonces no me avandones nunca, mi amor.
–Sus deseos son órdenes para mi ¡oh! gran señor que dirige mi vida. ¿Quieres desayunar?
–De acuerdo.
Bill hizo aparecer un abundante desayuno y ambos desayunaron entre bromas y risas.
Al terminar el desayuno Bill se notaba algo nervioso pero antes de que Dipper pudiese preguntar este habló.
–Tengo algo que darte– dijo el rubio haciendo aparecer una caja en su mano y abriéndola– esto es un amuleto de protección, pensé en dártelo ya que, bueno, podrías necesitarlo
En la caja había una pequeña pulsera con un pequeño triángulo amarillo.
–Es precioso Bill.
El demonio le puso la pulsera al chico y después se remango para mostrar que él tenía una igual pero con un mini pino azul en lugar de un triángulo.
–Así, además estaremos conectados.
–Gracias– dijo el menor saltando sobre Bill para abrazarlo.
–Denada, Dipper, yo tengo algo que decirte.
–Dime, amor ¿qué pasa?
–Ha ocurri– Bill se detuvo repentinamente.
–Bill ¿qué ha ocurrido? me preocupas.
– voy ha hacer una cosa urgente, te dejaré en casa, más tarde nos vemos, te lo prometo.
Beso la frente del menor y tras esto aparecieron sobre la cama de este, pero cuando Dipper volvió a abrir los ojos su novio ya no estaba.
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