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I

Dimensiones
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Le dolía el cuerpo, la cabeza y estaba mareada, no sabía dónde se encontraba, el lugar estaba oscuro y su ropa había cambiado, tenía puesto un traje de miko y a su lado había un arco. No sabía cómo llegó a ese lugar, lo último que recordaba era estar con su amiga, hablando de su boda y luego se fue a dormir y despertó aquí.

Inspeccionó el lugar y encontró unas escaleras hecha de enredaderas, al subir se quedó en shock, ¡estaba en un bosque!, ¿¡cómo y cuándo fue que llegó ahí!?, no sabía que hacer, estaba perdida y asustada, comenzó a mirar el lugar, era muy lindo, árboles altos y verdes muy bien cuidados, el aire era limpio y el cielo estaba azul y no había ninguna nube. Prefirió caminar haber si reconocía algo y así volver a casa.

Camino cerca de 15 minutos y llego a un río y quedó encantada, el agua era cristalina y había muchos peces, siguió mirando encantada el lugar hasta que sintió que alguien se acercaba, se giró para ver quién era y se encontró con un hombre, vestía un atuendo extraño, tenía unas extrañas marcas en su cara y una media luna en su frente, lo miro de pies a cabeza y luego se quedaron viendo fijo, esos ojos ya los había visto, pero su cabello no era el mismo, mucho menos su apariencia. Entonces se atrevió a hablar.

-¿Yako?-dijo en un hilo de voz
-¿No era que no te gustaba salir de tus terrenos?, y tal parece que olvidaste quien soy
-¿Mis...terrenos?, ¿de que hablas?-dijo desconcertada- y ¿que es eso de "olvidar tu nombre"?- dijo haciendo comillas con sus dedos- yo no le conozco, solo lo confundí
-¿Te has golpeado la cabeza?- pregunto en un tono burlón- ¿cómo que me has olvidado?, llevamos 5 años conociéndonos, ka-go-me- dijo acercándose a ella

Kagome estaba desorientada, ¿5 años? Pero si ese era el tiempo que llevaba con su prometido, ¿qué estaba pasando?.

-¡Sesshomaru!- se escuchó una voz a lo lejos, y apareció otro hombre más con un traje rojo y ¿¡orejas!?, ¿¡donde demonios estaba!?- ¿que haces cerca de la Aldea?, ¿y con ella?- dijo refiriéndose a kagome y mirándola con enojo.
-Inuyasha, tranquilizate-dijo una sacerdotisa detrás de él, portando un arco y mirando a los dos individuos.
-Hmp, deberías de hacerle caso a tu mujer-dijo Sesshomaru- esto podría terminar mal para ti si sigues así
-eh...perdón...se...supone que yo...¿los conozco?-dijo Kagome y todos los presentes la miraron alzando una ceja.
***
¿Donde se encontraba? Se supone debía estar en su cabaña en medio de un bosque, no en una habitación que jamás había visto, miro toda la habitación y solo se encontró con un librero, una mesita al lado de la cama y una gran ventana, se levantó y miró a través de la ventana, ¿¡donde estaba!?, no era el bosque, definitivamente no lo era.

El sonido de la puerta la hizo volver en si, vio entrar a un hombre alto, pelo corto y negro y ojos ámbar, llevaba una polera que dejaba al descubierto sus brazos musculosos, y un solo nombre se le vino a la mente.

-¿Sesshomaru?- dijo mirándolo de pies a cabeza
-¿Quien?- dijo apenas entro en la habitación, levantando levemente una ceja, la miro bien, y le pareció algo no estaba bien con ella- ¿estás bien? Pareces confundida
-¿Quien eres tú?- dijo buscando su arco, pero no estaba en su espalda o en su mano, solo tenía un anillo y una ¿perla?,¿como llego eso hay?, no recordaba tener esa perla, y mucho menos un anillo.
-Soy Yako, ¿te golpeaste o algo?- dijo acercándose un poco a Kagome, y ella lo miro fijamente, ¿¡Yako!? ¿¡que, como!? Se suponía Yako es la bestia de Sesshomaru, no un humano, debía estar soñando.

Estaba desconcertada, debía volver a su hogar, y pronto, ¿pero como?.

-¿Kagome, ya estás en pie?- pregunto una voz femenina
-¿Quien es?- pregunto mirando a Yako
-Es Sango, ¿no la recuerdas?
-Yo no soy la Kagome que tu conoces, soy de otro lugar, espacio o tiempo, no lo sé, pero debo encontrar la manera de volver- dijo lo último susurrando para ella misma, Yako, por otra parte, no sabia que pensar, su novia estaba actuando y diciendo cosas extrañas.
-Creo que te dejaré sola, le diré a Sango que no te moleste y vendré a verte en tres días, ¿de acuerdo?

Kagome solo asintió, luego se fue a la ventana y se puso a pensar, ¿tendría algo que ver esa perla con lo que estaba pasando?, debía averiguar que era y como es que llegó a ella.
***
Para ambas Kagome, habían pasado 5 días, ninguna sabia como volver y eso las ponía muy triste, una por que su boda se acercaba y otra por que no sabía como actuar ante tantas personas que decían "conocerla".

Las dos tenían una perla, se dedicaron a averiguar cualquier información que les fuera útil, y supieron que era la "Perla de Shikon", se suponía concedía deseos a aquellos que la tuvieran, pero no funcionaba para ninguna de las dos, hasta hoy.

Ambas se acercaron al pozo, y Kagome llorando pidió quería volver con su prometido, lo extrañaba y a su amiga también, y la otra pidió volver junto a Sesshomaru, extrañaba estar con el y conversar hasta tarde.

El pozo brilló al igual que la perla y un brillo las envolvió, cerraron los ojos y sintieron que estaban en el aire, abrieron los ojos lentamente y se encontraron mirándose la una a la otra, estaban sorprendidas, eran exactamente iguales, a diferencia de su atuendo, de pronto oyeron una voz.

-¿Cual es su deseo?- siguieron la voz, pero solo encontraron la perla
-¿Nos está hablando la perla?- pregunto la que estaba vestida de miko
-Creo que si, no hay nada ni nadie más aqui- respondió la otra Kagome
-¿Y a que se refiere con "nuestro deseo"?- volvió a preguntar
-Ustedes quieren regresar a donde pertenecen, pero, ¿están seguras que es el deseo correcto?- pregunto la perla
-¡Por supuesto que si!- dijeron ambas al mismo tiempo
-¡Quiero volver con mi prometido, y también quiero ver a mi amiga y a mi familia!, ¿por qué no seria el deseo correcto?- dijo Kagome alzando la voz
-Yo quiero estar con....en mis terrenos- se corrigió la otra Kagome
-Tu no estás siendo sincera- la acusó la perla- di la verdad o ambas quedarán aquí
-¿De que verdad hablas?- pregunto ruborizada
-Extrañas a Sesshomaru, y no solo eso, tu lo amas, pero temes que por ser una simple humana el no te quiera y te rechase y deje de hablar, ¿no es así?- dijo la perla y Kagome quedo sorprendida, ¿cómo es que sabia todo eso?
-Pues....si....es verdad- dijo volteando a otra parte- el dejo en claro que nunca se enamoraría y menos de una humana- explicó con lágrimas en los ojos
- ¿Le has dicho tus sentimientos?- pregunto la otra Kagome, con una cálida sonrisa- deberías decirle, te llevarás una gran sorpresa
-¿Y tu como sabes?
-He estado hablando con el
-¿Entonces, cual es su deseo?

Ambas se miraron y sonrieron, sabían cuál era el deseo y que es lo primero que harían al llegar a su verdadero hogar.

-Perla de Shikon, queremos volver a donde pertenecemos, y que no vuelvas a aparecer ante nosotras de nuevo- dijeron ambas muy convencidas, y la perla las envolvió de nuevo en aquel brillo.
***
Yako se encontraba esperando a que Kagome saliera de donde se encontraba el pozo, la había observado desde la ventana y quiso ir a ver, pero sabía que ella quería estar a solas, pero llevaba más de 40 minutos hay y aún no salía, ¿que estaría haciendo?, ¿y si se calló y se desmayó?, miles de ideas pasaron por su mente, decidió entonces iría a verla, pero antes de llegar, la puerta se abrió, y de ella salió Kagome pero su vestimenta no era la misma, cuando entro llevaba un vestido hasta las rodillas de color celeste, unas sandalias negras y un chaleco amarillo, pero ahora vestía un traje de ¿sacerdotisa?,¿como paso eso?, ¿eso estuvo haciendo todo este tiempo?.

-¡Yako!- gritó feliz y se tiró a los brazos de su amado para abrazarlo y darle un apasionado beso- te extrañé mucho- dijo mientras lloraba
-¿Kagome?¿de verdad eres mi Kagome?- pregunto Yako con esperanza
-¡Si!, realmente soy yo
-¡Realmente eres tu!, ¡no sabes cuánto te extrañe!- dijo Yako abrazandola más fuerte, no quería soltarla y que fuera un sueño.

Luego de hablar de todo lo que pasó, Kagome fue a ver a Sango, ambas lloraron diciéndose cuanto se extrañaron y lo feliz que estaban.

Después de una semana se casaron, se fueron a su luna de miel y cada día se decían cuánto se amaban, cuán feliz eran.
***
Sesshomaru vio como Kagome desapareció con aquel brillo que la envolvió, no se acercó al pozo pero espero todo el tiempo detrás de un árbol, esperando que ella llegara, después de 40 minutos vio salir a Kagome del pozo, con un vestido azul y su arco, ella se sentó en el borde el pozo mirando a sus pies.

-Se que estás hay, sal por favor- dijo sin mirar a donde el se encontraba
-¿Realmente eres tú, o hay más de 2 Kagome?- pregunto mientras quedaba frente a ella
-Soy yo, la otra Kagome ya volvió donde pertenece
-¿Que te sucede?, no te veo muy contenta de estar donde perteneces
-Lo estoy, es solo que....tengo que hablar contigo- dijo mirándolo al fin
-Hmp, habla
-Esta bien, pero no interrumpas, por favor- recibió un asentimiento por parte de el, soltó un suspiro y hablo- llevamos mucho tiempo conociéndonos, aunque al principio nos odiamos y no queríamos vernos, luego sin saber por qué, quise cambiar eso y empecé a hablarte más, para llevarnos bien, al ver que poco a poco resultaba, me empecé a encariñar de ti- confesó mirando a otro lado con lágrimas en los ojos- nunca había querido decirte por miedo al rechazó, o a que dejaras de hablarme, prefiero tenerte como amigo antes que perderte, se que solo soy una humana y que jamás querrás estar con alguien como yo, pero...pero...yo....te amo- dijo al fin mientras las lágrimas bajaban por sus mejillas
-Pues si, solo eres una humana- dijo acercándose y haciendo que Kagome llorase más- pero eres mi humana- dijo agachandose y besando su mejilla- para mi es difícil decirlo, pero siento lo mismo por ti, y estos días me hiciste falta, así que....no tienes permitido volver a irte así
-No, no lo haré

Desde ese día comenzaron una relación, a Sesshomaru le costaba un poco expresarse, pero a Kagome le encantaba como era, y ni hablar de sus celos, cada vez que uno de sus guardias o sirviente se acercaba a ella el gruñia en señal de que se alejara.

Las dos Kagome estaban felices, sus vidas mejoraban con cada día, pero siempre estaban alertas a no regresar a aquella dimensión o peor aún, que terminaran en una completamente diferente.

FIN
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