Prólogo: Un nuevo Inicio
Este fic es una colaboración con amigos míos. Cada uno de nosotros hizo un prólogo con cada uno de sus personajes.
Así que si sienten que cambia el estilo de escritura es eso. Yo solo lo adapte un poco.
El primer prólogo será el mío, así que Iniciemos esto.
Un chico se encontraba caminando en un vacío oscuro completamente solo, caminando sin rumbo, solo buscando una forma de salir de ese lugar.
Hasta que se detuvo abruptamente, para seguidamente suspirar.
- ¿Que diablos paso?, Solo estaba caminando y de repente ¡aparezco en un condenado vacío!. -
Grito de manera enojada el chico, pero antes que siguiera caminando una luz verde lo cubrió.
De la cual comenzaron a surgir múltiples pantallas holográfica, las cuales lo rodearon.
- ¡¿Pero que mierda?!. -
Pregunto sorprendido comenzando a mirar cada pantalla holográfica de manera más centrada, identificando que la gran mayoría se asemejaban a la de JRPG.
- Ah caray, esto si está muy raro. -
Susurro sorprendido para después comenzar a interactuar de manera curiosa con las pantallas.
Creando un avatar en una de ellas, y mirando detenidamente las habilidades iniciales.
(Este men)
- Haber, según esto tengo 1000 puntos de experiencia de base, y según esto otro, la raza que elija puede aumentar o disminuir lo que pueda gastar por sus ventajas o desventajas. -
Decía de manera sería analizando detenidamente el repertorio de habilidades disponibles para cada raza.
Hasta que encontró 2 que le llamaron la atención, las cuales, estaban en la categoría de obtención única.
- Habilidad pasiva, "ojo de camaleón".
Permite mimetizar cualquier habilidad que el usuario observé, a un nivel menor que la original, además que puede imitar habilidades sanguíneas o hereditarias.
Limitación, energía necesaria para realizarla. -
Dijo en voz alta mientras leía aquel efecto, el cual le saco una sonrisa.
- Con esto, ya no necesito pensar mucho a que raza escoger. -
Comentó este mientras leía la información que tenía la otra habilidad.
"Uroboros" , habilidad ofensiva. Permite al usuario invocar una cadena con cabeza del legendario dragón del infinito. La cual permite múltiples habilidades secundarias, desde la teletransportación hacia su cabezal. Usarla como arma ofensiva, o usada como escudo. Incluyendo la energía perpetua.
Desventaja, reduce a la mitad toda capacidad física del usuario, exceptuando la inteligencia.
Al leer esto, el chico quedó pensando un momento, hasta que sonrió ante la idea.
- Bueno, eso suena interesante, así que. -
Dijo este mientras seleccionaba la raza humana.
Ganando así 700 puntos de experiencia extra al elegir dicha raza, debido a su debilidad comparándola con las demás.
Para seguidamente comprar ambas habilidades las cuales costaron 800 puntos, dejando al chico solo con 100.
Los cuales decidió dejar sin usar, ya que tenía pensado acumular mucho más puntos para gastarlos todos de una vez en mejoras necesarias.
- Datos aceptados, comenzando inicialización. -
Dijo una voz robótica para seguidamente al chico lo rodearán escáneres verdes, transformando su cuerpo en el del avatar que había echo, además de serle otorgadas sus habilidades en forma de esfera de luz que se adentraron en su cuerpo.
- Mundo encontrado, comenzando transferencia. -
Comentó la voz robótica para luego de eso el chico ser teletransportado hacia otro mundo.
En el otro mundo.
Este despertó abruptamente en el cuerpo de una versión de 5 años del avatar que había creado.
(Imaginenlo de 5)
- Ay caray, ¿Y dónde chuchas estoy? -
Pregunto este de manera curiosa observando que ahora su visión tenía un señalizador especial en la esquina inferior izquierda. La cual era similar al inventario de un JRPG. Por lo cual miró el botón unos instantes, activando su función.
De la cual salto un holograma solo visible para el, en el cual se decía su estatus actual y se indicarán sus misiones a futuro. Gracias al cual se enteró que estaba en el mundo que más sobre exploraron en los Fanfics de su mundo.
- ( ¿Logro desbloqueado? ) -.
Se preguntó este mientras revisaba el susodicho logro, el cual se llamaba "suerte al inicio". El cual trataba de haber tenido suerte de llegar a ese mundo teniendo una familia. No importando el que está fuera disfuncional, o inapropiada.
A la cual, curioso decidió hacer una pequeña investigación. Por lo que bajo de lo que sería su actual cama, en busca de la nueva familia que tenía según el logro. Para su sorpresa, cuando los encontró pudo ver una escena nada bonita.
Se trataba de su nuevo padre totalmente borracho, amenazando a su nueva madre con un cinturón de cuero en mano, y una botella en la otra. Esto enojo al pequeño, ya que a él nunca le había gustado que abusaran de quién no podía defenderse.
A lo cual, en un intento de frenar aquello, activo su Uroboros, lanzando una cadena con un cabezal en forma de cabeza del aquel legendario dragón.
El cual golpeó fuertemente en la espalda al adulto, el cual debido al golpe más a lo alcoholizado que estaba, quedó completamente noqueado.
- ( Eso, te lo merecías. ) -
Pensó el peliverde de manera presuntuosa mientras bajaba las escaleras en dirección de su nueva madre.
Pero antes de llegar, este fue regañado por la que había creído, estaba indefensa.
La mujer al verlo, saco una sartén vieja y oxidada, y se la lanzó directamente a la cara, la cual no fue capaz de bloquear o esquivar debido a la sorpresa.
Recibiendo de lleno el golpe, el cual debido a la condición del "arma blanca" fue aún más doloroso para el pequeño peliverde que se encontraba en el suelo mientras que con sus manos, se sujetaba la zona afectada.
- ¡Niño estúpido, que te e dicho de salir de tu habitación cuando no es hora de la maldita escuela!. -
Grito está de manera histérica, provocando que el peliverde la mirara con enojo a través de sus dedos, ya que aún se sostenía la cara.
- ¿¡Acaso ya olvidaste que es porque tenemos que gastar en ti el que está familia se desmorone!?. -
Cuestionó de manera que habría echo que cualquier niño se rompiera a llorar.
Pero el peliverde no era un niño en sí, su mente aún tenía la madurez que tenía aquel joven de 17 años que fue llevado a ese mundo.
- ¿En ese caso para que tenías un hijo, maldita puta?. -
Cuestionó en voz baja este debido a que aún tenía sus manos cubriendo su rostro a la vez que se ponía de pie.
- ¿Que fue lo que dijiste Hazama?. -
Pregunto aún enojada la mujer mirando como el peliverde retrocedía.
- Dije que si, madre, no saldré de mi habitación a menos que sea necesario. -
Respondió de forma desinteresada y enojada, comenzado a irse del lugar, sin prestar atención.
- ( Maldita sea, apenas voy llegando y ya tengo estos putos problemas. Nunca antes había lidiado ni siquiera conocido a familias tan asquerosas cómo está. ) -
Pensó el pequeño de manera furiosa mientras dejaba de sostenerse el rostro.
Ya que había entrado al baño de su habitación para lavarse el rostro, y de paso.
Asegurarse que no tuviera ningún daño grave, ya que el rostro era una zona delicada en la cual cualquier golpe podría ser letal. Para su fortuna, no hay ningún daño grave que pudiera ver. Para seguidamente su atención sentarse en su propia mirada, sus ojos era amarillos con una pupila de reptil. Fácilmente sus ojos sería los de una serpiente, los cuales le causaron un escalofrío, debido a que estos emanaban un aura de peligro.
- ( Sin duda, tendré que acostumbrarme a esta familia. Además...... de ocultar estos ojos, fácilmente llaman la atención, y realmente no quiero eso. No quiero unirme a ningún clan.) -
Pensaba Hazama mirando detenidamente la habitación en la cual tendría que quedarse. Apenas si tenía lo necesario ahí, pero más sorprendente era el echo que este como decoración solo tenía un pequeño reconocimiento escolar.
- (Hazama Terumi, supongo que debo acostumbrarme a usar ese nombre. ). -
Pensó el peliverde mientras suspiraba mientras se sentaba en su cama. Por lo que curioso, miró un calendario que tenía en la mesa junto a su cama, mirando que el día que no estaba tachado era viernes. Por lo que supuso que si deseaba salir el fin de semana, tendría que hacerlo de manera silenciosa.
- Bueno, parece que haber jugado Metal Gear servirá de algo. -
Susurro con gracia este mientras se recostaba en la cama, para luego comenzar a revisar todas las funciones que el sistema le ofrecía. Descubriendo la sección de compañeros, en la cual se suponía entraría desde pareja amorosa, hasta amigos que deseaban ayudarlo. Su límite era 2, ya que el sistema se trasladaría a ellos, y compartirían de cierta manera la experiencia obtenida.
Mecánica que le hizo recordar al peliverde todos lo RPG que alguna vez jugo. Además de encontrarse con la tienda de habilidades, y la sección de misiones. Secciones que ignoro de momento, ya que no tenía experiencia necesaria para comparar algo, y la sección de misiones estaba vacía.
Así comenzó a transcurrir el tiempo. Ahora Hazama tenía 20 años, había terminado sus estudios en el colegio militar, al cual había sido inscrito a sus 12 años.
Esto, gracias a que sus padres buscaron la mejor manera para deshacerse de la responsabilidad de el, lo cual con gusto acepto. Ya que prefería entrenar y mejorar en un colegio militar, a seguir con una familia como la que le había tocado soportar durante años. Aunque por desgraciada, gracias a eso, no pudo completar la misión de entrar a la academia de Kuoh, la cual tenía una buena recompensa de experiencia. Pero como compensación, todo el entrenamiento y conocimientos adquiridos en el colegio militar, le dieron frutos, ya que físicamente superaba fácilmente el nivel promedio. Además de tener una paga segura al quedarse como una reserva, con el rango de teniente coronel.
Lo cual, curiosamente le dió muchos puntos de Exp, los cuales aprovecho para mejorar el Uroboros y Ojo de camaleón a tope.
Obteniendo así, todas las habilidades extra que venían en sus evoluciones. Incluso un par de "transformaciones", las cuales era una forma de llevar sus poderes a su máximo, aunque claro, estás nunca las había utilizado. Ya que su poder había aumentado lo suficiente, como para estar atento a los movimientos de las facciones. Ya que no deseaba ponerse en peligro, o a los amigos que había echo con el tiempo. Por lo que para disimular, había conseguido un trabajo en una pequeña cafetería en Kuoh. Ya que necesitaba mantenerse cerca de la ciudad, pues varios de los eventos donde el posiblemente necesitaría intervenir, se darían en esa ciudad.
Todo fue normal, hasta que un día. Mientras buscaba una forma de entretenerse, se encontró con 2 presencias que nunca espero encontrar, al menos, tan pronto.
Hazama se encontraba de camino a su trabajo, de mal humor, ya que últimamente su jefe estaba siendo cada vez más y más desgraciado con su modo de tratar a los empleados.
- Ese hijo de puta, realmente quiero encontrar cualquier excusa para poder ponerlo bajo arresto. -
Susurraba molesto el peliverde, recordando como su jefe abusaba de su rango, aunque manteniéndose al margen de romper alguna ley. Ya que sabía perfectamente que el, era un militar en reserva, y fácilmente podría ponerlo bajo arresto.
Pero mientras estaba caminando cerca de una pequeña plaza, sintió una ventisca fría. Lo cual era extraño, ya que no era tiempo como para que el ambiente tuviera una temperatura tan fría. A lo cual, volteó a ver en dirección de la ventisca, abriendo su ojo izquierdo.
Mostrando una vez más después de años, los ojos amarillentos que ocultaba, ojos los cuales, pese a estar la mayor parte del tiempo ocultos. Seguían siendo efectivos para copiar habilidades.
Por lo que el echo de que los abriera, era para poder encontrar la fuente de la ventisca.
- Ahí está. -
Susurro al aire este mientras que de manera discreta una cadena con cabezal de dragón, se movía rápidamente y de forma silenciosa hacia esa dirección.
Para seguidamente de un par de segundos, Hazama ser teletransportado hacia el cabezal. El cual lo dejo detrás de un árbol, cercano a la zona boscosa de la ciudad, donde pudo observar a una chica de cabello celeste y ojos rojos crear ventisca de hielo con sus manos.
(Esta Woman)
- ( ¿Una Sacred Gear? ) -
Se cuestionó mentalmente el peliverde, mientras accedía a la opción de información de su sistema.
- Analizando... analizando.... -
Decía el sistema, que como era evidente solo el podía escuchar.
- Objetivo identificado. Minami Nanaya, identificada como usuaria de la Sacred Gear frío perpetuo. No hay más información disponible. -
Comentó el sistema mientras que Hazama sonreía. El cual abrió ambos ojos para seguidamente activar una vez más su Uroboros. Rodeando a este de energía verdosa, para luego hacer un movimiento rápido con la cadena, arrojando la energía hacia la chica. Energía la cual tomo forma de serpiente mientras se arrastraba por el suelo rápidamente. Lo cual género ruido suficiente como para que la chica se alertara, creando una gruesa pared de hielo de más de 1 metro, para frenar el ataque.
Ataque el cual, atravesó fácilmente la pared de hielo, hasta que se detuvo a 10 centímetros de romperla completamente.
- ¿Pero que demonios?. -
Dijo la chica asustada ante el ataque, el cual atravesó fácilmente su hielo, además de que esa energía verde le provocaba un escalofrío.
Pero antes que pudiera hacer algo, fue rodeada por una fortaleza de hielo de color verde oscuro.
- Holaaaaaaa. -
Fue la voz de Hazama la que se escuchó resonar en la fortaleza de hielo, con un evidente tono burlón y despreocupado.
- ¿Que diablos quieres?, Y la más importante, ¿Quien eres? -
Cuestionó la chica alertada mientras intentaba destruir el hielo verde con el suyo. Siendo inútil ya que al chocar con el hielo verdoso este era destruido al contacto.
- No deberías temer, después de todo solo quiero darte una advertencia. -
Comentó Hazama mientras creaba un amplificador de imagen sobre la fortaleza. Amplificador en el cual, mostró solamente uno de sus ojos amarillos, provocando que la chica se alarmara aún más ante la sensación de peligro que emanaba esa mirada.
- Deberías tener cuidado, entrenar una Sacred Gear como la tuya tan cerca de Kuoh, y tan a simple vista es peligroso. Normalmente no me interesaría, pero. Tengo el presentimiento que podría necesitar tu ayuda en un futuro no muy lejano. Así que te propongo esto.
A cambio de que te entrene y encuentre un lugar seguro para quedarte sin arriesgarte a los demonios, angeles o ángeles caídos. Tu, siempre estarás a disposición de ayudarme cuando lo necesite. -
Comentó de manera sería y serena, lo cual hizo que la peliceleste mirará directamente al amplificador de imagen.
- ¿Y si me niego?. -
Pregunto esta de forma cautelosa, ya que no podía confiar en alguien que apenas había conocido. Aunque tampoco deseaba pelear contra el, ya que estaba en desventaja total. Se encontraba cansada en parte ya que había estado entrenando desde hacer un rato.
Además de que sabía con solo ver la mirada que tenía sobre ella, que la diferencia de poderes era suficiente, como para que ella no tuviera la más mínima oportunidad de ganar.
- Si te niegas. No haré nada, como dije, no ma interesa mucho lo que hagas, pero creo que posiblemente necesite ayuda de alguien en el futuro. Así que solo era eso. -
Dijo de manera relajada y divertida el peliverde, para seguidamente hacer que el hielo descendiera. Dejando el paso libre a la chica que miraba confundida esa acción.
- ¿Donde se encuentra ahora?. -
Se cuestionaba la chica confundida, pero al votear su mirada de encontró con una criatura con alas negras y una lanza de color blanco en una de sus manos.
- No creía encontrarme con una usuaria de Sacred Gear por aquí, pero creo que le serás de utilidad a Kokabiel-sama. -
Comentó el ángel caído mientras se acercaba a la chica. La cual retrocedió, pues a pesar de que era consciente de las facciones. Nunca había tenido contacto con algún miembro de una de ellas.
- Oye, si quieres hablar con la chica tendrás que esperar tu turno. -
Comentó de manera burlesca Hazama, el cual seguía oculto de la vista de cualquiera de ellos.
- ¡Ja, lo dice el que ni siquiera de muestra. Si realmente tienes el valor como para oponerte a mi ven y muestrate!. -
Grito de manera molesta el caído.
Pero como respuesta solo escucho el sonido metálico de una cadena corriendo, y antes que el pudiera hacer algo. Fue envuelto por una cadena oscura, la cual tenía un cabezal en forma de dragón. Y cuando fue envuelto, comenzó a ser estrellado de un lado a otro con una fuerza tan brutal, que los troncos de árboles en lo que se estrellaba. Quedaban con la marca de las cadenas y el cuerpo del caído.
Para luego de unos cuantos golpes, este quedará mal herido mientras daba quejidos forzosos, al ser apretado por la cadena. Aunque para la alegría del caído la cadena lo dejo ir, así empezando a caer al suelo. Pero una vez en el suelo, miró como de entre los árboles, salían disparadas 3 serpientes de energía verde en contra de él, las cuales debido a su estado le eran imposibles esquivar. Siendo pulverizado por las mismas, que al estrellarse contra el suelo, generaron un pequeño remolino de energía, el cual destruyo todo resto del caído.
- Cielos que molesto, y lo peor de todo es que ya no tengo tiempo para oír tu respuesta. -
Comentó Hazama en voz alta, llamando la atención de la chica, a la par que comenzaba a irse.
- Pero, si aceptas mi propuesta nos veremos aquí, este viernes a medio día. -
Dijo el peliverde haciendo dudar a la peliceleste.
- Por lo menos me gustaría saber cómo te llamas. -
Susurro esta atemorizada ya que la brutalidad de los ataque le dió a entender, la enorme experiencia en combate del sujeto oculto.
- jejeje, puedes llamarme Terumi cariño. -
Dijo de manera cómica este, haciendo suspirar a la peliceleste, ya que la actitud del mencionado, no cuadraba nada con la brutalidad de su poder y acciones.
- Terumi-san, yo soy....... Nanaya..... Minami Nanaya. -
Respondió está aún de manera discreta.
- Maravilloso Minami-chan, te esperaré aquí para ver si quieres fortalecerte. (Después de todo, necesitaré toda la ayuda posible para lo que viene). -
Pensó este, de manera sería mientras se teletransportaba con su Uroboros hacia un callejón aledaño a la cafetería en la que trabajaba. Dejando a una dudosa y temerosa Minami, ya que ella no conocía para nada al sujeto que había humillado al caído. Pero había algo que tenía seguro, y era que debía tener cuidado con el.
Pues aunque se mostró amable, no podía asegurar que el no quisiera algo más allá de una ayuda.
Al día siguiente.
Hazama estaba aprovechando un día libre, el cual su jefe le había dado, ya que supuestamente. Tenía que reponer toda la comida de la misma. El se encontraba actualmente en la cima del edificio de apartamentos en el que vivía. Había tenido el presentimiento de ser vigilado, así que usando su Uroboros ahí. Lo uso para revisar todos los lados de la ciudad en busca de esa persona que lo vigilaba, siendo una acción innecesaria.
Ya que no encontró a nadie que lo vigilará.
- Veo que me detectaste. -
Dijo una voz monótona y sin emociones detrás del peliverde. El cual rápidamente giro alarmado, cargando energía en su Uroboros.
Deteniéndose al mismo instante, ya que la presencia de quién se encontraba detrás de él, era abismalmente superior a el.
- Ara, parece que sabes bien quien soy ¿no?. -
Cuestionó una chica baja de cabello rubio y ojos rojos sin emoción.
(Esta Girl)
- La verdad, solo sé que cualquier ataque hubiera sido inútil. -
Respondió el peliverde con una gota de sudor nerviosa, ya que la presencia de la chica frente a él, aunque calmada, era tan poderosa que lo asustaba.
- Bien, creo que lo más correcto sería que sepas que me interesa tu poder. -
Esto confundió a Hazama ya que la diferencia de poderes era tan abismal que esa era la respuesta que menos esperaba.
- No creo que sea necesario, tu ya me superas con creces, así que. ¿Porque te interesaría alguien tan débil como yo?. -
Pregunto este de manera curiosa mientras mantenía la calma.
Esto provocó que la chica sonriera de forma comprensiva ante la pregunta, para después, apuntar hacia Hazama creando en la punta de su dedo el símbolo del Uroboros. Sorprendiendo al peliverde, quien ahora sabía perfectamente quien era.
- Uroboros Ophis, la dragona del infinito. -
Susurro asombrado este abriendo ambos ojos del asombro.
- Cierto, aunque veo que no soy la única que tiene derecho al nombre de Uroboros, ¿me equivoco? -.
Cuestionó de manera capciosa está, provocando que Hazama diera un paso atrás ante eso.
- Veo que has investigado bien, no se podría esperar menos de la gran Ophis-sama. -
Comentó este mientras miraba atentamente a la mencionada.
- Jaja, realmente me parece interesante conocer a alguien afín a un poder de Uroboros. Así que decidí venir personalmente para proponerte algo. -
Esto llamo la atención del chico, que quedó mirando expectante a la rubia.
- Ese es que te unas a mi, eres alguien capaz de usar una habilidad de Uroboros. Por lo que no dudo que seas de utilidad para mi propósito. Tranquilo, se recompensar a quienes me ayudan, así que dejaré pensarlo hasta lo que los humanos conocen como fin de semana. -
Tras decir esto, la rubia acercó su rostro al de Hazama, a lo cual este quedó estoico mirando los ojos rojos de la chica mientras ella miraba los ojos de serpiente del chico.
- Hasta entonces. -
Comentó ella para después desaparecer de ahí, dejando a un más que consternado peliverde.
INICIA OTRO PRÓLOGO
En un vacío oscuro, un joven de alrededor de 17 años comenzaría a despertar.
- ¿Que,donde estoy?. ¿Por qué no puedo ver nada?......Espera tal vez sea un simple sueño. -
Decía el chico confundido ante su situación.
- te equivocas, esto no es un sueño. -
Fue una voz misteriosa la que le hablo al chico, el cual intento buscar el origen de la misma.
- ¿Eh?, ¿Quien eres y dónde estoy?. -
Cuestionó de forma curiosa el chico.
- Estás aquí porque fuiste elegido por mi al igual que otro joven. -
Respondió la voz dejando confundido al joven ante dicha respuesta.
- ¿Como es eso?, No entiendo. -
Dijo aun confundido, ya que la información que tenía era poca.
- Cuando estés ahí lo sabrás, yo te eligió y a alguien más. Tendrá un 3er aliado, pero ese no será enviado por mi. -
Respondió la voz sin darle importancia a las preguntas del chico.
- Por como veo las cosas, no tengo otra opción más que ir a ese mundo. -
Susurro en derrota el joven.
- Escucha humano. antes de ser ir a ese mundo, te daré a sistema. Sistema es una Inteligencia Artificial la cual te ayudará. -
Y con eso dicho la voz fue reemplazada por el silencio.
- ¿Bien?. -
Dijo aun no muy convencido el chico, que repentinamente fue envuelto por una luz blanca.
- Bien. Acabó de darte a sistema, solo di su nombre para que este se active. Y una última cosa entes de irme, después que elijas a tu avatar seras automáticamente enviado a ese mundo. Dicho esto, me retiro. -
Dicho y echo, la voz desapareció para no volver a ser escuchada.
- Ok, sistema soy Sergio. -
Dijo este de manera curioso ante lo que pasaría.
- Hola Joven Sergio. Soy Sistema y fui creado para ayudar a los elegidos. -
Comentó la IA de forma amable.
- Mucho gusto y dime ¿Qué hago ahora?. -
Cuestionó de forma interesada, ya que era movido por su curiosidad.
- Tienes que crear un avatar para ser reencarnado. -
Respondió de forma simple la IA. Para luego una especie de interfaz de color azul apareció en la vista de Sergio.
- ¡¡Vaya!! Hay muchas opciones a elegir, pero mejor suelto mi imaginación y autismo. -
Dijo de forma divertida el mencionado mientras revisaba las opciones.
- ¿Que raza prefieres escoger? -
Comentó la IA mostrando las razas disponibles en el panel. Las cuales eran: humano, demonio, mutante, animal antropomorfico, alienígena.
- Mmm..... Elijo la 5. -
Dijo este alegre.
- Aceptado, por favor elija que raza específica. -
Dijo la IA para luego mostrar las distintas razas disponibles.
Las cuales eran: gris, xenomorpho, sayayin, namekiano.
- Me tienta ser un xenomorpho pero sería muy feo como una patada en los huevos, gris creo que es el extraterrestre clásico así que elijo ser un sayayin. -
Dijo este alegremente.
- Cargando espera un momento... La selección de raza esta completada. A continuación proseda a elegir sus técnicas. Para eso ve a la tienda que está en la casilla a la izquierda. -
Comentó la IA mostrando la sección mencionada.
- Ok veamos que técnicas hay. Bueno tengo 500 puntos de Exp adicionales asi que me combine también compra algo defensivo. -
Decía analizando las habilidades mostradas. Resaltando especialmente.
Sonic the Hedgehog: Habilidades de la cosa más rápida del mundo. Habilidades: spin dash, drop dash, spin jump, súper velocidad.
Kakarotto (Son Goku) : 647 xP
Habilidades del sayayin criado en la tierra. Estas habilidades son: shunkanido, kamehameha, entre otros.
- Uufff son muchas habilidades pero como no quiero gastar de más, voy a elegir el más barato. -
Dijo Sergio mientras elegía las habilidades que podía costearse.
Más tarde.
- Bueno, al fin terminé veremos como quedo. -
Dijo este mirando detenidamente su creación.
- Logró desbloqueado '' jugando a ser dios '' has obtenido 32 Xp. -
Dijo la IA mientras lanzaba pequeños cohetes de felicitación virtual.
- Bien al parecer esto se va a parecer a un juego y también tengo un inventario pero ahora ¿Como salgo de aquí?. -
Pregunto este de forma curiosa.
Para después, un portal apareció debajo de Sergio quien no pudo hacer algo, ya que fue teletransportado rápidamente. Apareciendo en un bosque de Japón, con una versión de 5 años del avatar que había creado con anterioridad.
- ¿eh... Donde estoy?. -
Cuestionó este mirando su alrededor.
- Al parecer me teletransportaron en un bosque. -
Susurro este al ver su situación.
Aunque luego de mirar alrededor unos instantes, Sergio se percataría de que un icono casi transparente estaba a su izquierda. este curioso miró fijamente al icono y este se abrió mostrando una interfaz de inventario.
Nombre : Sergio (nombre sayayin :Kain)
Raza: saiyayin clase media
Habilidades: spin dash, peel aut, control del ki, spin jump, drop dash, super velocidad, homing attack
Transformaciones: Ozaru control 2%
Edad: 5 años
Xp: 125
Poder: 2000 unidades
Nivel: 4
- Menos mal que se me dió natural lo de disminuir mi ki pero ¿en que mundo estaré?. ¿Sistema me escuchas?. -
Cuestionó este mientras aparecía un visor de ondas sonoras.
- ¿Que se le ofrece?. -
Dijo la voz robótica por medio del visor.
- Si no es molestia, ¿podrías darme información de este mundo?. -
Pregunto este rascándose la mejilla.
- Usted se encuentra en la dimensión HSDXD 105. Una de las múltiples variables de la dimensión DxD. -
Respondió la voz mostrando algunas imágenes de la dimensión.
- ¿Porque será que eso no me sorprende?, Bueno, creo que lo mejor sería hacer o buscar algún lugar para dormir de momento. -
Susurro este para seguidamente, derribar algunos árboles cercanos. Los cuales destruía con sus puños, o usando el homing attack.
Logró desbloqueado!!! '' empezando una nueva vida''.
Fue lo que apareció en la visión del chico
- Genial supongo. -
Dijo este no muy seguro de lo que haría después de terminar de hacer un refugió.
Hasta que dentro de su visión, apareció una ventana emergente de tutorial. En la cual, se decía el como entrar en el modo entrenamiento. En la cual, a coste de no ganar experiencia, se podían entrenar las habilidades del usuario.
Por lo que, Sergio se dispuso a activar el modo entrenamiento.
- Mmm... ¿Como debería empezar? Oh ya se, ¿Sistema puedes aumentar la gravedad a un punto en donde pueda aguantar?. -
Esto lo hizo con la intención de fortalecer su cuerpo físico Saiyan.
Para luego de unos segundos, el cuerpo del joven ser arrastrado al suelo por el aumento bruto de la gravedad en el.
- jejeje apenas puedo moverme, Pero lo importante es comenzar el entrenamiento. -
Susurro siendo movido por los instintos Saiyan que ahora tenía, los cuales le incitaban para fortalecerse.
Así este se puso a entrenar un tiempo, hasta que unos 6 meses de haber llegado a ese mundo. El se encontraba en la ciudad, ya que quería conocerla, y de paso buscar mejores opciones para quedarse. Ya que el refugio en el bosque, no era lo más cómodo.
- Uufff... El ultimo entrenamiento si que fue muy duro. Aún falta mucho para que la misión principal empiece, por ahora me enfocare a los entrenamientos. -
Decía este mientras se sobaba los adoloridos músculos, sobre esforzados En eso este para de caminar.
- ¿Eh? Siento unas presencias malignas. Pero también siento un ki algo débil. -
Susurro este comenzando a ir en la dirección que se encontraban las presencias. Al llegar, Sergio observó a tres sujetos y a una mujer pero se percató que los otros tres tenían alas similares de color negro, las cuales los identificaban como angeles caídos.
- Oigan ustedes!!! Dejen a esa mujer en paz. -
Los tres sujetos y la mujer voltearon en la dirección en donde se escuchó la voz.
- ¿Eh?¿Un niño?. -
- Niño si no quieres morir, te recomiendo que te vayas. -
Dijeron los caídos mirando nuevamente a la mujer que habían sido enviados a matar.
- Y si me niego. -
Respondió este de forma arrogante, haciendo que los caídos lo mirarán con enojo.
- Te lo hemos advertido niño. -
Dicho eso, los tres sujetos se lanzaron hacia Sergio atacando rápidamente. El cuál solo se dispuso a bloquear con sus manos los ataques. Sorprendiendo a los demonios que miraron sorprendidos esa acción.
- !!!Pero que!!!. ¿Como es posible que un simple niño pueda hacer eso?. -
Cuestionaron estando dispuestos a tomarse enserio al niño, pero, antes que pudieran hacer algo. El peliazul crearía una bola de ki a lo que se la lanzaría a los sujetos que serían desintegrados al no esperarse un ataque así.
La mujer vería asombrada la facilidad con la que el infante, había derrotado a los caídos.
Pero cuando está se disponía a agradecerle su ayuda, vería como le extendía una extraña semilla verde.
- Ten esto, al comerlo te recuperas de tus heridas. -
La mujer, aunque un poco desconfiada, tomaría la semilla, recuperándose de sus heridas y recobrando su energía de manera sorpresiva.
- Muchas gracias por salvarme, me llamo Shuri Himejima. -
Diría está con gratitud, ya que ahora estaba fuera de peligro de muerte diría la mujer.
- Lo mejor sería irnos de aquí, o vendrán sujetos más fuertes. -
Respondería el peliazul para junto a la mujer irse de ahí. Minutos más tarde, Sergio y Shuri se encontraban discutiendo sobre lo sucedido en un parque.
- ¿Como te llamas joven?. -
Pregunto está curiosa.
- Me llamó Kain. -
Respondió este, usando su nuevo nombre. Lo cual significaba que dejaba atrás su vida anterior.
- Mucho gusto Kain, gracias nuevamente por lo de antes -
Comentó Shuri con una sonrisa.
- Lo mismo digo y dime, ¿porque esos tipos te atacaron?. -
Pregunto este para mantener la apariencia, ya que aún recordaba vagamente la razón de eso.
La pelinegra, aunque dudosa, le contó al peliazul la razón de que fuese atacada por los angeles caídos.
- Vaya...así que eso por curar aún ángel caído, ¿Tu clan te quiere muerto?. -
- Si desafortunadamente -
Respondió está decaída.
- Ya veo.... Pero bueno, yo tengo que irme. ¿Seguro que estarás bien?. -
Cuestionó el peliazul ya que aún no sabía si dejar ir a la mujer sola.
- No te preocupes veré que puedo hacer. -
Comentó ella, ya que en su opinión el chico había echo suficiente con ayudarla. A lo cual con una sonrisa Kain se despidió de la mujer para cada quien seguir su camino.
INICIA OTRO PROLOGO
Un chico se encontraba mirando el anime Fate Stay Knight, bastante entretenido con su historia.
- Me pregunto si existe esa posibilidad de ser invocado a otro mundo....... Sin duda sería interesante. -
Susurro este mientras terminaba el capítulo y se dirigía a su cama para dormir.
Cuando sorpresivamente en medio del camino, quedó paralizado ya que bajo sus pies apareció un círculo con grabados mágicos.
Y antes que siquiera pudiera decir algo, fue teletrnasportado por el círculo. El viaje al ser dimensional, afecto de sobremanera su cuerpo, adaptándolo al mundo al que se dirigía.
(Así se ve imaginenlo)
Apareciendo en un antiguo altar especial para las invocaciones, rodeado de varios sacerdotes. Los cuales miraban satisfechos su trabajo, al lograr invocar a alguien, por lo cual estaban dando gritos de alegría.
- El experimento sin duda fue un éxito, esperemos repetirlo más adelante. -
Susurro el líder del grupo de sacerdotes.
- ¿Cual es tu nombre joven?. -
Pregunto el con un tono falso de amabilidad.
El pelinegro, al verlo lo reconoció como Balper Galilei, así que fácilmente supo dónde estaba.
- Mi nombre es Imperius Himejima -
Respondió de forma sería este mientras quedaba observando sus alrededores.
- Sigueme imperius-san -
Dijo este de manera amable aunque totalmente fingida.
- ( Que curioso. Su apellido es igual al del clan Himejima, me preguntó si. ¿Su mundo será paralelo al nuestro). -
Se preguntaba de manera curiosa este, ya que eso podría ser un arma de doble filo para sus planes.
Unos minutos después, entran en una habitación con múltiples objetos extraño para el pelinegro. Llamándole la atención rápidamente un cofre que estaba en la habitación.
- El haber sido capaz de ser invocado, me demuestra que puedes ser capaz de usar esto. -
Dijo mientras abría el cofre que se encontraba dentro de la habitación.
Al abrirlo, la sorpresa de Imperius. Ya que reconoció la espada, pero decidió callarse para confirmar lo que creía.
- Esta es la espada excalibur nocturna mas conocida como la espada de los sueños. -
Cuando dijo eso, el pelinegro rápidamente toma la espada entre sus manos, ya que le causaba gran curiosidad la misma. La cual reaccionó de manera positiva ante el, comenzandole a otorgar su poder sacro.
- ( Fue buena idea conseguir esa espada antes de despertar. No podría arriesgarme a que alguien de la iglesia la use). -
Pensaba de forma malévola recordando el como la obtuvo.
- Bueno, supongo que te gustaría saber cómo usarla. Así que sígueme, comenzaremos tu entrenamiento. -
Comentó este para rápidamente salir junto al pelinegro a una zona especial para el entrenamiento de las excalibur.
El tiempo pasó. Así Imperius comenzó a conseguir una mayor fuerza, habilidad y resistencia debido a su espada. Incluso, ganándose la suficiente confianza de Balper, como para que lo dejara salir de misión.
- Imperius-san, me gustaría que vallas al Vaticano, necesito que me informes de todo lo que está pasando. No te infiltres, hacerlo sería una tontería, ya que tiene muy vigilado todo. Solo vigila de ma era superficial, y no habrá consecuencias. -
Decía de forma sería este, recibiendo de respuesta el asentimiento del pelinegro.
- Claro balper-san. -
Respondió sin emoción aparente.
- (Ya soy muy fuerte y llevo conmigo a la excalibur nocturna, pero no tengo ni idea de lo que me espera.) -
Pensaba este preocupado, mientras comenzaba a irse del complejo dónde Balper lo mantenía. Llevando encima una túnica blanca sobre el, para ocultarse lo más posible en el Vaticano.
En el Vaticano. Imperius había ido al lugar menos concurrido de la ciudad, queriendo evitar al máximo los problemas. Pero para su desgracia, fue interceptado por una mujer encapuchada. Con la cual comenzó un intercambio de golpes, los cuales duraron varios minutos. Hasta que ambos terminaron cansados, debido a que su nivel era muy similar.
- ¿Quien eres?, Y por cierto, buenos reflejos me das pelea. -
Comentó de forma respetuosa el pelinegro.
- Mi nombre es Griselda Quarta, admito que estamos parejos en habilidad. -
Dijo de forma retadora, para seguidamente poner una mirada sería.
- ¿De dónde sacaste a la excalibur nocturna? -
Pregunto de forma sería haciendo que el pelinegro se pusiera nervioso.
- Jeje. La espada me la dió Balper Galilei, aunque honestamente ya tenía planeado escapar de dónde me tenía encerrado. Ya que tenía el presentimiento que el comenzaría a hacer algo. -
Respondió mientras se frotaba la nuca.
- Así que fue el quién se la llevó. Bien, si es cierto lo que dices necesitamos decírselo a mis superiores, sígueme. -
Comentó está llevándolo al interior del Vaticano. Donde escoltado por Griselda, Imperius contó la situación en la que se encontraba. Y todo lo que sabía sobre los planes del padre traidor.
Lo cual hizo que el papá decidiera llamar a la serafín Gabriel. Ya que para el papa, tanto el como Griselda, debían tener una audiencia con el líder del cielo.
Para luego de unos minutos aparecer la mencionada, la cual tras ver qué no había malas intenciones en Imperius, teletransporto a ambos al círculo más alto del cielo. Donde se encontrarían con el arcángel Michael.
El cual tras interrogar y confirmar que el pelinegro podría ser un gran aliado en contra de Balper. Decidió reencarnar a ambos espadachines como angeles, comentándoles sobre el ritual y lo que significaba. A lo cual, ambos aceptaron con una sonrisa.
- Bien, ahora que ambos aceptaron permítanme comenzar. -
Tras decir eso, el ritual de reencarnación comenzó, aumentando de gran medida las capacidades de cada uno, hasta que este mismo término.
- Bueno, ahora está terminado el ritual, vamos extiendan sus alas. -
Pidió de manera amable mirando al dúo de espadachines.
A lo cual, ambos lo hicieron, Griselda contando con un par de alas blancas simples. Mientras que Imperius sorprendentemente había obtenido 6 pares de alas doradas, iguales a las de los serafines.
- Sorprendente. No esperaba que alguno logrará alcanzar un rango superior a 2 pares de alas. Pero parece que tenemos un nuevo serafín en el cielo. -
Comentó con gracia el arcángel.
- Bueno, de momento no podemos actuar tan a la ligera. Quédense de momento en el Vaticano y ayuden en lo que puedan. -
Comentó Grabiel por su hermano que seguía pensando en la razón del ascenso de Imperius a Serafín.
Así los dos desaparecerían en un circulo magico.
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