Solo
Finalmente llegaron a la alcantarilla, el orbe en un lugar seguro dentro del taller, y las tortugas, todos, derechito a dormir, sentían que habían estado corriendo por horas, o bueno, de hecho así fue. No querían hacer nada más que descansar. Cayó la noche cuando el descanso terminó, al menos no podían quejarse de no haber dormido, estaban listos para ayudar en el taller, tal vez soldar alguna cosa, aplanar una lámina de metal o lo que sea para apresurar la construcción. Don no dejó que se acercaran al taller asegurando que sólo retrasarían todo, no es por ser descortés pero prefería que su contraparte y él fuesen los únicos encargados del artefacto. Los demás tuvieron que hacerle caso, él sabe lo que está haciendo, si no quieren ayuda pueees, ni modo. Irían a hacer alguna otra cosa, tal vez salir a dar una vuelta en lo que ambos Donnies trabajaban en el taller. Leon dijo que podían salir a un patrullaje, llevaban días sin hacer algo por la vida, o tal vez de paso ir a andar en patineta o disfrutar el viento en sus rostros mientras corren por las azoteas. Mike y Mikey les dejaron un par de sándwiches y café a las tortugas de morado antes de irse junto a los otros. Escalaron a la superficie ágilmente, darían un paseo en lo que buscaban algún peligro.
Sobre el caparazón de la tortuga mordedora iban montadas las dos tortugas de naranjo, a carcajadas, cabalgando con su hermano mayor. Con cada brinco entre edificio y edificio podían sentir la gravedad desvanecerse, como si volaran, era muy divertido, detrás de ellos les seguían los otros 3, es impresionante que incluso con peso Raph siga corriendo igual de rápido. Las luces de los edificios más altos iluminaban la lejanía, por el otro lado, un corto tramo de oscuridad sobre el agua con ocasionales luces que proyectan los barcos. Podían oír sus pisadas, pero lo contrario a lo que cualquiera pensaría no retumbaban con pequeños temblores, si se lo propone el gigante rojo puede ser silencioso y ágil, es lo más impresionante de él, como siendo tan fuerte y grande era la criatura más gentil y amable que se habían encontrado. No es un secreto que su versión de Rafa es el temperamental, algo violento y en ocasiones podría llegar a ser cruel, sabemos que en el fondo no es así, que ama a su familia y moriría protegiéndolos, porque los ama...peeero, no lo demuestra. Este Raph si que lo hace, en algunas ocasiones incluso parece temer que desaparecieran.
El sonido metálico de unos botes de basura chocar estrepitosamente contra el suelo llamó la atención de las 6 tortugas en las azoteas, ese golpe se volvió en un escándalo, cuando se acercaron pudieron ver a un grupo de lepismas hurgando en la basura, sus extraños chillidos y sus garras removiendo la basura eran la fuente del ruido.
-¿Qué son esas cosas?-Preguntó Leo asomándose un poco desde su altura.
-creo que mapaches yokais-respondió Leon.
-son lepismas, pero me parece que son mutantes, no yokais-corrigió Raph.
-aunque podrían ser yokais-agregó el menor.
-Mhm.
-sean lo que sean tal vez podríamos bajar ahí a aplastarlos-dijo Rafa chocando sus puños listo para bajar.
-jejeje, claaaaaaro, adelante- invitó Leon, el de rojo lo miró algo desconfiado por su tono de voz pero bajo de todas maneras antes de que el líder rojo pudiera detenerlo.
-no, no, no-susurró Raph para luego suspirar y bajar con el resto del equipo, el más pequeño de rojo se acercó sigilosamente a las pequeñas criaturas y sin previo aviso aplasto a la más grande, ¿pueden imaginar la sorpresa que se llevó cuando este solo se dividió en dos? y en dos otra vez, cada vez más pequeños, no importa cuantas veces los golpeara- si los golpeas se dividen en dos.
-¡NO ME DIGAS!-contestó fastidiado persiguiendo a uno de los lepismas por su camino hacia un contenedor de basura- ¡ven aquí feo!
-waw, solo, waw... ok, yo también quiero- Leon se lanzó a atrapar a uno de los pequeños insectos que correteaban por la basura, Rafa los había vuelto tan pequeños que parecían pequeñas ratas ocultas, apareciendo y desapareciendo como en el juego de "aplastar el topo". Al de franjas no tardaron en seguirle las tortuguitas anaranjadas, Raph rio por lo bajo viendo a sus hermanos jugar con los lepismas, invitó a Leo a jugar también, pero el líder azul se negó amablemente diciendo que prefería observar.
Después de un rato los pequeños animalitos volvieron a fusionarse y volviendo a un tamaño más o menos mediano salieron corriendo.
-¡HEY, no huyas!
-¡Atrapenloo!
-¡Corran!
-¡Vamos Raph!
-¡El primero que lo atrapa es el rey por toda la noche!- ambos líderes se miraron y luego fueron detrás de su equipo, era divertido correr tras el lepisma, una cacería, un juego, claro que no era un juego muy bonito para el lepisma pero se lo gana por andar ensuciando las calles. La pequeña criatura plateada corría y corría, no se cansaba y las tortugas tampoco, tenían suerte de que por donde este mutante los guiaba no había ni un solo humano en las calles. El lepisma en un momento giró hacia la derecha súbitamente, haciendo que los primeros cuatro de sus perseguidores chocaran con una pared al no poder girar a tiempo, pero no les pasó nada, se movían tratando de levantarse lo antes posible, parecían algo enredados unos con los otros, Raph tomó la delantera esta vez, Leo siguiéndolo de cerca, no pensaban hacerlo pero tal vez uno de ellos podría ganar y ser el rey de este juego. Ambos iban muy cerca el uno del otro, en un momento Leo se detuvo, a veces cuando corren de esta forma no ven hacia dónde se dirigen, eso le pasó a Raph y al lepisma, el mutante brinco hacia un agujero, era un área de trabajo, seguramente estaban haciendo algún tipo de excavación para un subterráneo o para un edificio. La tortuga mordedora le siguió.
-¡NO, ALTO RAPH!-exclamó, pero el mayor ya estaba en el aire, dio un brinco y alcanzó a la criatura en el aire, sin apretarla tanto como para que se dividiera, pero si lo suficiente para que no pudiera escapar, era una altura más o menos grande, la tortuga mordedora miró hacia abajo y apoyó los pies, el peso de su cuerpo se le vino encima pero después de unos segundos pudo mantener el equilibrio, había caído sobre una plataforma de madera, tubo suerte, a penas si crujió. Sus hermanos y compañeros los alcanzaron, Raph miró hacia arriba- ¿¡ESTAS BIEN!?- Leo se veía preocupado, pero el gigante rojo, en lugar de responderle, alzó al lepisma mostrando su victoria con una hermosa, un poco chueca, pero hermosa sonrisa, solo estaba un poco sucio por el polvo que su aterrizaje levantó.
-como puede estar tan bien, son como diez metros desde aquí-comentó Rafa mirando hacia abajo cautelosamente, el suelo estaba un poco resbaloso.
-Raph ha caído de alturas peores y no le pasa nada-dijo Mikey saludando a su hermano mayor levantando los brazos.
-Será mejor que bajemos por él- dijo Leo con una sonrisa aliviada mientras buscaba una bajada menos empinada para ir por el rojo, el corte de la tierra era muy abrupto, los demás le siguieron cuando pudo bajar, apoyaban sus cuatro extremidades en el suelo para no caer de cara al piso, Raph trataba de sostener bien al pequeño animal en vista de que quería escurrirse de entre sus manos.
-Atrapé al lepisma-anunció.
-ni modo, creo que eres el rey por lo que queda de aquí a las 12- sonrió Leon acercándose. Raph soltó una pequeña risa y dejó ir al animal.
-Sip, y como "decreto real" demando ir a comer algo, muero de hambre-
-yo tambieeeen, vayamos a comer algo-apoyó Mikey, Raph asintió y dio un paso...solo uno.
El aire en sus pulmones se le escapó, sus ojos se abrieron muy grandes, sorprendido. El piso en el que estaba crujió aún más fuerte, luego se astilló y torció, los tablones de madera parecieron deshacerse de un momento a otro, las vigas de fierro que lo mantenían en su lugar se doblaron como si fuesen de papel, ¿Cómo fue posible? con el impacto ni siquiera parecieron inmutarse, sus hermanos borraron sus sonrisas de un momento a otro cuando vieron lo que ocurría. De pronto la plataforma se separó haciendo que Raph cayera dentro del pozo al que estaba cubriendo, no hubo un grito, ni una palabra, solo la madera crujiendo y los tornillos de las vigas cayendo al suelo.
-¡RAPH!-Gritaron todos al mismo tiempo, pero su hermano mayor ya había caído y al asomarse al agujero solo vieron oscuridad, no sabían qué tan profundo era ni a donde llevaban, los visitantes estaban preocupados por su salud, podría estar herido o quizás estaba atrapado y no podría respirar, los otros dos añadían a esas preocupaciones el hecho de que; Raph, estaba solo.
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Raph se agarró de las paredes del pozo tratando de enterrar sus garras en la tierra y de esa forma frenar su caída, aún así cayó, nada más que un golpe seco se escuchó, miró hacia arriba y apenas podía distinguir la salida ¿Cómo era posible que esto existiera? ¿por qué habrán hecho este pozo?, tal vez querían hacer un conducto, ¿un ascensor? no, porque querían un ascensor en...un momento, donde estaba? la tortuga mordedora miró a su alrededor, veía las vías de un ferrocarril pero a penas se filtraba un poco de luz al lugar, estaba casi completamente a oscuras, Raph rio con nerviosismo en un intento por relajarse, estaba en una estación del metro abandonada o algo así, quizás toda la ruta estaría vacía.
-¡¿Raaaaaph?! ¡¿Estás bien?!
-¡¡Raaaaaaph!
-¡Estoy bien!- anunció, por suerte podía oír las voces de sus hermanos.
-¡Te vamos a sacar de ahí! ¡Voy a llamar a Donnie!
-¡Okey!
-¡Tu tranquilo! ¡¿sii!?
-¡OK!-repitió, trató de afilar la vista para ver a alguno de sus compañeros asomados en la boca del pozo pero aún así no podía ver nada, miró hacia su alrededor, cada segundo que pasaba ahí lo ponía más y más nervioso, no podía escuchar nada, solo su respiración, en un principio no le importaba, pero ahora un escalofrío recorría su caparazón y se sentía tenso, no le gusta, no quiere estar solo, odia estar solo, por favor, sáquenlo de ahí- ¡¿chicos?!
-¡Aquí estamos Raphie!
-¡Tranquilo, ya vamos!- el de rojo suspiró, estaba empezando a paniquearse un poco, trataba de regular su respiración tomando grandes bocanadas de aire, cerraba los ojos con fuerza para olvidar donde estaba. Mientras tanto Leon llamó a Don insistiendo a Mike y a los demás que no dejasen de hablar con Raph.
-¿Dee?
-¿qué pasó? se supone que debían estar un buen rato afuera-contestó algo desinteresado.
-Sí, mira, encontramos un lepisma y pues, lo aplastamos y tu sabes que se dividen, bueno, después de un rato se volvieron a unir y salió corriendo, tonces lo perseguimos, estábamos jugando ¿ok? y pues, Raph ganó el juego, Sí, pero entre vuelta y vuelta llegamos a una construcción y Raph se cayó a un pozo o algo así, tal vez sea un túnel, pero, pero, es muy profundo y no sabemos cómo sacarlo de ahí, y tu sabes como se pone Raph cuando está solo...
-Oh, eso es malo.
-yep.
-Mándenme su ubicación, encontraré una forma de bajar a donde está y una forma de salir de ahí.
-okok, espérame un segundo-Leon toqueteo un par de cosas en su celular y le envió la ubicación a Don, mientras tanto Mikey y Mike miraban dentro del pozo, peligrosamente cerca del borde.
-Cuidado ustedes dos-se escuchó a Leo hablar un poco lejos, la tortuga de morado buscaba desde casa una forma de encontrar a Raph.
-Escucha Leon, esa es una obra del metro, van a construir una nueva línea, y sobre ellas un edificio más o menos grande, no debería estar listo hasta el próximo año o quizás el siguiente.
-Donnie...
-si, si, a ver, pueden bajar por el subterráneo, te enviaré su ubicación, el pozo marca cuánto hay que cavar, colinda con una línea deshabilitada, seguramente ahí está Raph- Leon recibió las instrucciones y las abrió, para llegar ahí deberán meterse por una de las bajadas al metro y bajarse entre un par de estaciones, seguir caminando por algunos túneles y luego regresar con Raph por la misma vía.
-Lo tengo.
-Si necesitan ayuda llama, ojalá Raph resista.
-eso espero-cortó, Donnie le preguntó a Don que había ocurrido y él le contestó que un inconveniente con Raph, que seguramente sus hermanos podían manejarlo pero cualquier cosa debían estar atentos.
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-¡¿C-chicos?! ¡siguen ahí ¿Verdad?!
-¡Aquí estamos Raph, tranquilo!
-¡OKEY! fiu, ok,ok,ok,ok,ok-Raph miró hacia su alrededor otra vez, como temiendo que algo pudiese aparecer de entre la oscuridad, digo, cualquier cosa podría vivir aquí, arañas, insectos, serpientes tal vez...mutantes, ¿Qué haría si un mutante muy fuerte se aparece?, ¿qué podía hacer? está aquí, nada más él...solo...BASTA RAPH, tranquilo, tienes que permanecer tranquilo, no entres en pánico, NO ENTRES EN PÁNICO.
Su respiración se volvió más fuerte y descoordinada, su pulso se aceleró, su corazón corría a mil por hora, sentía que en cualquier momento podía romper a llorar, se llevó las manos al rostro presionando su hocico con fuerza, los ojos bien cerrados, trató de encogerse en su lugar para sentirse más seguro pero al contrario eso solo le hizo sentir más indefenso, como si se hubiese olvidado de su tamaño y fuerza, se sentía pequeño, débil y estaba aterrado.
-¡¿Raph?!... ¡RAFA HABLAME!
-¿qué ocurre?-preguntó Leo.
-Raph no me habla.
-quizás esté cansado (?)- alzó los hombros Mikey asomando la cabeza sobre el pozo.
-No, no, no ¡RAFAAA!-Leon se arrodilló junto a los otros gritando su nombre-¡¿HERMANO?!- no recibió una respuesta.
-crees que...amm- Mike miró a su hermano mayor consternado sujetando las cintas de su equipo.
-Tenemos que encontrarlo antes de que empeore, Don me dio las instrucciones- Dijo Leon- será mejor que nos movamos rápido- se levantó caminando hacia donde su hermano de morado le indicó esperando que el resto del equipo lo siguiera.
-Siento que hay algo que no me están diciendo, ¿Qué pasa?-dijo Leo con la mirada seria, algo en la actitud de Mike y Leon lo inquietaba aún más que el hecho de que Raph estuviese atrapado en el subterráneo. El de franjas tardó en contestar, quería pensar bien lo que iba a decir antes de abrir la boca.
-...verás, Raph tiene algo así como "ansiedad por separación"...entre otras cosas, yyy, cuando lo dejamos solo mucho tiempo y se asusta a veces se pone...raro- caminaban apresurados hacia el metro, sería inconveniente encontrarse con humanos ahora pero conocía una bajada escondida cerca de un edificio abandonado que ya nadie usa. Leo analizó las palabras de su contraparte cuidadosamente, su Rafa solo tenía algo de fobia a las cucarachas y otros insectos pero a qué se refería Leon con "ponerse raro".
-No entiendo muy bien, ¿le asusta estar solo?-Dijo cauteloso, el contrario espero un poco más para hablar otra vez, no lo notaban pero los otros tres que caminaban detrás de ellos escuchaban atentos la conversación.
-Habrás notado que todos somos de distintas especies ¿verdad? es muy obvio...am, Raph es una tortuga mordedora caimán, suena peligroso- rió ante la ironía de que justo siendo de las especies de tortuga más peligrosas, sea el más amable y cariñoso- Pero él no es así, sabes que no dañaría una mosca...pero cuando se queda solo mucho tiempo y el pánico lo abruma puede ponerse...cuál sería la palabra correcta, aaaaaaaam-divagó.
-Salvaje- dijo Mikey detrás de él, todos voltearon a verlo.
-Sí...si, justo eso-confirmó Leon, una palabra que no quería usar, pero de todas formas muy acertada. Fue lo último que se dijo, la búsqueda sería en silencio, cada quien en su propia mente.
Leo sintió la tensión en el aire, la palabra rebotaba y hacía eco en su mente, "Salvaje", ¿que quería decir eso? Le preocupaba que Raph reaccionara bruscamente cuando lo encontraran, pero solo eso se podía imaginar, no le daba otro sentido.
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Raph estaba casi en completa oscuridad, no recuerda en qué momento dejó de controlarse, no sabia donde estaba ahora, había corrido, el miedo se apoderó de él y había escapado, pero ahora no sabía hacia donde ir, se había perdido sin querer. Descubrir eso no le hizo ningún bien a su corazón, este parecía querer salir de su pecho.
-Tranquilo Rafa, respira- se decía así mismo, estaba en algún lado del subterráneo, podía ver las líneas del ferrocarril, seguramente escaló hacia la superficie un poco, en las paredes hay pinturas y graffitis, significa que algunos humanos vienen aquí a veces, si, eso, este lugar es seguro. Suspiró más tranquilo, trataba de reducir su frecuencia cardiaca, si no de seguro le daría un infarto- Tu puedes Rafa, tenemos que subir a la superficie otra vez- miró hacia sus lados otra vez, debía haber alguna forma de subir...Un momento, podía llamar a los chicos, quería que lo encontraran después de todo. Sacó su celular y le marcó a Mike-contestaaa, por favor hermanito- la línea ni siquiera sonó, no tenía ni una sola barra, sin señal no podría hacer nada-no, no, no, nooo-otra vez se puso nervioso, el eco de su voz era lo único que perturbaba el silencio, ni una sola rata lo acompañaba, estaba solo, muy solo. Cerró los ojos con miedo y nuevamente se perdió.
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-Se supone que es aquí- dijo Leon, alumbraban su camino con las linternas de sus celulares, realmente estaba oscuro, dieron con el agujero del pozo pero claramente Raph no estaba.
-¿a dónde pudo haber ido?- comentó Mikey mirando hacia arriba, no veía el otro extremo del hoyo. Leon lo acompañó mirando también, como si Raph pudiese estar ahí.
-Aaam, por aquí- dijo Rafa llamando la atención de los demás, los cinco observaron hacia donde apuntaba, las vías estaban abolladas, las paredes tenían golpes y algunas estaban destruidas, tuberías que estaban detrás de ellas ahora colgaban hacia afuera con grotescos cortes, como si un tornado o una turba furiosa hubiese pasado por aquí, pero peor.
-definitivamente-susurró Leon, hizo un gesto con la cabeza para seguir avanzando.
Raph vagaba casi hipnotizado, la membrana nictitante de sus ojos hacia que ellos parecieran de un tono amarillo claro, solido y apagado, si buscáramos una explicación más científica una hipótesis podría decir que; los instintos de su parte tortuga se activan cuando se siente en peligro, la parte más profunda de su ser que por lo general está bajo control y bien escondida aflora como mecanismo de defensa, pero la frialdad propia de los reptiles y las nuevas prioridades que su parte animal posee se convierten en sus únicos pensamientos, reduciéndose a la mente de una criatura común, una tortuga gigante con la mentalidad de un cazador hambriento y asustado.
Hace un rato Raph tenía un poco de hambre, pero ahora ese poco se convirtió en un "me muero de hambre", el miedo le daba ansiedad y le urge comerse algo. La enorme tortuga se desplazaba en sus cuatro patas esta vez, sin preocuparse por la suciedad en sus manos, subiría a la superficie, su nariz le decía que ahí encontraría alimento, algo que cazar.
Mientras tanto los demás seguían la pista de sus ahora pesadas y obvias huellas, solo se encontraban con destrucción en los tramos donde Raph había tenido un ataque de pánico, Leon notó como Mikey se ponía más y más nervioso con cada tramo, como si volviera a nacer su miedo hacia el enorme Rafa de esta dimensión, miedo por lo que podía hacer. Pronto notaron que la pista subía por las paredes y se habría paso entre escombros, Raph encontró la manera de salir del subterráneo por una de las escaleras a la superficie, creyeron que se metería en problemas, pero cuando subieron también tuvieron la suerte de que esta línea estuviese cerrada, no había personas a las que espantar.
-Va por aquí- dijo Leo apuntando a la cerámica quebrada del suelo- Subió.
-Alcancémoslo antes de que un humano lo encuentre-Apresuró Rafa, los cinco continuaron avanzando.
La tortuga mordedora salió del subterráneo, había recorrido suficiente distancia bajo la superficie como para llegar a un lugar completamente diferente, seguramente este sería un barrio antiguo o de bajos recursos, la calle se veía descuidada, algunos autos estaban estacionados por ahí, pero no había nadie en las calles. No le importaba tampoco, hubiese alguien o no era completamente irrelevante para él en este momento, tenía hambre, incluso me atrevo a pensar que si una persona hubiese decidido venir a dar un paseo nocturno es probable que no regresara a casa.
-estas son recientes, debe estar aquí cerca-Dijo Mike.
-lo alcanzaremos en un rato-agregó Leon. El líder azul asintió, tenía razón, no pasó mucho tiempo antes de que dieran con su hermano, o, más o menos él.
Estaba en un callejón y se movía muy lento, meciendo su cuerpo con cada paso que daba, su caparazón espinoso iba de izquierda a derecha como si pesara toneladas.
-¿Raphie? hermano- susurró Leon, el gigante de rojo se irguió un poco pero aún tenía la espalda curveada, miró hacia atrás, su mirada estaba completamente perdida, su boca entreabierta y babeando, no decía nada, no se movía, solo los miraba en silencio- Raph, deberíamos irnos de aquí ¿no crees? volvamos a casa...-La tortuga de franjas avanzó un paso hacia adelante pero en ese mismo instante Raph volvió todo su cuerpo hacia ellos mostrando sus colmillos como advertencia, desde su garganta emergía un gruñido y sus garras se sujetaron al suelo-ok, ok-Leon retrocedió otra vez- Míranos Rafa, somos nosotros, tus hermanos- La tortuga mordedora seguía en la misma posición- vamos, soy yo, Leo, mira, este es Mikey-dijo apuntando a Mike, quien se asomó desde detrás de Leo y luego se puso a su lado. Los demás miraban desde un poco más atrás la escena, les costaba procesar lo que estaba pasando, fue como si el Raph que conocían se hubiese desvanecido y en su lugar hubiese quedado un mutante completamente distinto, quizás algo parecido a Slash pero con aún menos conciencia.
-Tranquilo, no te vamos a hacer daño- Mike se acercó lentamente, esta vez Raph no lo espantó, solo permaneció en su lugar- No hay nada que temer-extendió su mano cauteloso, el gigante pareció calmarse, el gruñido ya no se escuchaba y su expresión empezaba a relajarse (aunque aún mostraba los colmillos)- Raphie...
-...-Raph recuperó un poco la tranquilidad, sus ojos seguían vacíos pero al menos ya no se veía amenazante, olfateaba con levedad la mano extendida, su aroma le era muy familiar, olía a un recuerdo dulce, conciliador, importante y amistoso, seguro.
-Eso es, somos tu familia Raph- pareció funcionar, si lograban calmar a su hermano mayor seguramente lo volverían a la normalidad, sin embargo un sonido extraño detrás de ellos llamó la atención de las tortugas, perturbando la tranquilidad del gigante rojo.
-¿Qué fue eso?-susurro Leo, Raph se volvió a erguir, mirando hacia la dirección del sonido, olfateó el aire, su respiración se escuchaba incluso con el sonido interrumpiendo, el aroma que recibió, a diferencia de él de a pequeña tortuguita que trataba de calmarlo, era picante y molesto, conocía ese aroma pero no le gustaba, algo le decía que era una amenaza, algo que le hacía daño, algo peligroso.
-¿Raph?- Michael trató de acercarse otra vez a la mordedora pero este lo ignoró y fue hacia el sonido- espera- la tortuguita de caja escaló al caparazón de Raph, y aunque temió provocar una reacción violenta al final la tortuga se lo permitió y siguió avanzando. Los demás los siguieron pero al parecer para Raph ellos ya no representaban una amenaza. El líder azul y los demás corrían a su lado.
-¿A dónde va?
-creo que está siguiendo el sonido-Angelo se afirmaba del caparazón espinoso de Raph con fuerza, no iba tan rápido como otras veces, pero al correr en cuatro patas su espalda se mecía hacia delante y hacia atrás constantemente. Finalmente llegaron a la fuente del sonido, estaban dentro de una bodega abandonada, no era tan grande, pero al no tener nada dentro el espacio parecía gigante. Raph frenó su carrera antes de entrar, caminaba con cautela, el sonido no era lo que lo llamaba, si no que era su olfato.
-Todos, silencio...-La enorme tortuga mordedora tenía el hocico hacia abajo y miraba a sus alrededores esperando que algo saliera a atacar. El sonido se detuvo y las tortugas también, estaban listos para pelear.
-¡¿Qué hacen ustedes aquí?!- exclamó una voz grave y rasposa, su timbre tenía un acento latino fusionado con algo de violencia -siempre que quiero hacer algo bien aparecen estas tortugas entrometidas.
-¿Y este quién es?
-Lo que faltaba...- Leon suspiró desenfundando su Odachi, de entre las sombras emergió la enorme figura de un mutante, o eso parecía, era un oso polar, incluso más grande que Raph, su quijada estaba deformada por sus colmillos y llevaba una especie de máscara y un traje naranjo que no dejaba nada a la imaginación, se veía fuerte y con eso me refiero a que tenía más músculos que pelo. O bueno, no exactamente pero ustedes entenderán a lo que me refiero.
-Fantasmoso, es un mutante que antes solía ser un peleador en la lucha libre pero...
-lo derrotamos y se volvió más malo de lo que ya era entonces.
Las tortugas tomaron sus armas, listos para enfrentarse al monstruoso mutante, este solo soltó una carcajada.
-las tortuguitas quieren pelear-escupió burlesco.
-¡¿Qué estás haciendo aquí Fantasmoso?!- Exclamó Leon apuntando la punta de su espada.
-¡Qué te importa!-bufó, lo que este ex luchador estaba haciendo en una bodega no era nada más que ordenar el lugar, claro, no suena nada malo, pero comienza a serlo cuando ese orden es para preparar un club de pelea clandestino para mutantes y eso no está chido. Legalmente hablando. Raph gruñó nuevamente enseñando los colmillos, con algo más de rabia esta vez, algo de saliva se escapaba por las comisuras de sus labios- ...¿Y a este que le pasó?
-¡No vamos a pelear contigo si te vas ahora, estamos ocupados con otra cosa!-El oso ensanchó la sonrisa.
-¡No he tenido una buena pelea desde la última vez que nos vimos, no voy a desperdiciar la oportunidad de darles una paliza!- dijo para luego arremeter en su dirección, las tortugas pusieron su pose de pelea, Mike bajó del caparazón de su hermano mayor para comenzar a girar su kusari fundo. La tortuga gigante miró a sus compañeros un momento, aún no los reconoce pero algo le decía que debía protegerlos, no sabía qué, ni porqué, pero eso era lo más irrelevante. Raph corrió hacia el oso con la misma velocidad. Sus hermanos no podían detenerlo, si se acercaban podrían terminar siendo ellos los golpeados.
Fantasmoso vio a la tortuga mordedora correr hacia él con el ceño fruncido, los ojos entornados y sus colmillos chuecos reluciendo furiosos. Desconocía el por qué de la extraña actitud de la tortuga más grande, había notado que ahora había más tortugas y también la ausencia del morado pero no le interesaba en lo absoluto, su ego era tan grande que se decía así mismo que aunque fueran 20 tortugas no tendría problema en enfrentarse a ellos, sin embargo, el rojo era el que más lo "admiraba" y ahora lucía por completo diferente, no es como que le importara pero de todas formas no le cuadraba, cuando estuvo a tan solo un par de pasos estuvo listo para empujarlo con todas sus fuerzas, quizás decir un chiste cruel o algo así, aunque la verdad no se le ocurría ninguno, sería lo que le naciera en el momento. Finalmente chocó contra la tortuga mordedora y forcejeo contra él como pelando por avanzar, al oso le parecía divertido, extrañaba el sentimiento de una pelea, pero después de un rato comenzó a enfadarse, a pesar de la diferencia de tamaño no estaba ganando, solo permanecía ahí. Rugió dando un fuerte empujón para apartar a la tortuga pero este solo retrocedió un poco y respondió con otro rugido aún más fuerte y desgarrador.
-wow, cálmate chico- dijo algo sorprendido por la reacción, pero Raph volvió a embestirlo tratando de ensartar sus garras en el pelaje del oso. Ante esto el mutante utilizó su habilidad y Raph pasó a través de él- jajaja, alguien está de mal humor- Tal vez su oponente estaba siendo un poco más brusco de lo normal pero eso no le quitaba lo divertido.
-¿Leo?
-No va a poder con él, él solo, tenemos que ayudarle- Dijo el líder azul mirando a su contraparte, este asintió,
-Necesitamos un plan, la última vez solo lo pudimos vencer congelándolo, el puede atravesar los ataques, literalmente, y controla esa habilidad a voluntad.
-¿No puedes teletransportar al oso a algún lugar? quizás el medio del océano-dijo Rafa. Leon negó con la cabeza.
-Raph está demasiado cerca, si abro un portal van a caer ambos.
-entonces tenemos que separarlos- concluyó Leo observando la pelea entre la tortuga mordedora y el oso polar atentamente- parece que no puede usar esa habilidad mucho tiempo, cuando se..."vuelve fantasma", después hay algunos segundos en que tiene que volver a su forma normal- Leon prestó más atención a la pelea, tenía razón, había un margen en el que permanencia en su forma sólida.
-Tienes razón, podríamos turnarnos para atacar, si nos coordinamos bien podríamos desplazarlo.
-Bien, escuchen, este es el plan...
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Raph se estaba cansando, Fantasmoso es un tramposo, solo espera a que lo ataquen para desvanecerse, de esta forma hace que su oponente gaste sus energías y cuando está cansado lo golpea sin piedad, juega sucio. Raph se arrodilló para recuperar un poco de aire, el oso creyó que esta sería su oportunidad y volvió a su forma normal, con su mano hecha un puño se preparó para darle un puñetazo a la tortuga desprevenida con todas sus fuerzas, pero se equivocó, Raph estaba atento a sus movimientos, cuando el puño estuvo a punto de chocar con su cuerpo se deslizó un poco fuera del rango y cuando el brazo de su enemigo pasó de largo frente a su rostro utilizó una de las mejores armas biológicas que la naturaleza le había dado, Una mandíbula poderosa.
Las tortugas caimán tienen una fuerza de mordida de hasta 158 kg. y se consideran las tortugas más peligrosas del mundo. Ahora imaginémonos eso pero con una mandíbula 10 veces más grande y además con dientes filosos. no suena bonito ¿verdad?
Raph abrió la boca velozmente, casi tan grande como su puño, estiró el cuello y la cerró igual de rápido, ni siquiera le dió tiempo al oso de reaccionar. Sus colmillos se enterraron en el pelaje de su brazo y se hundieron profundamente presionando el hueso y quebrándolo, el mutante soltó un alarido y su primera reacción fue tratar de soltarse del agarre pero eso solo lo empeoró, la mandíbula de la tortuga ejerció aún más presión, la sangre no tardó en chorrear hasta el suelo mezclados con algo de saliva y pelo, después de un par de tirones desesperados el mutante reaccionó a poner su forma de fantasma y soltarse, el hocico de Raph se cerró con fuerza producto de la ausencia de la carne, se escuchó un sonido parecido a un chasquido grave, pero a pesar de esto los dientes de la tortuga no recibieron ningún daño.
-Agh, ¡¿qué?!- el mutante quería gritarle un montón de cosas a la tortuga pero simplemente no podía articular palabras, su brazo definitivamente estaba fracturado, sentía un dolor intenso combinado con la rabia que crecía y crecía, su brazo sangraba pero ese tinte rojo se impregnaba en su pelaje más de lo que caía al piso. Así mismo, de la boca entreabierta de la tortuga mordedora caían pequeños hilos del mismo líquido. Raph estaba muy cansado como para seguir peleando, pero si se acercaba le daría otro mordisco- maldita tortuga estúpida- gruñó en un suspiro aguantando el dolor, el oso estaba listo para abalanzarse en contra de la tortuga, sus garras extendidas en el aire, al menos las de su brazo bueno mientras que el otro colgaba de manera antinatural.
-¡¡Ahora!!- se escuchó a Leo gritar, entonces desde la oscuridad saltó Leon y golpeó al oso haciendo que retrocediera un par de pasos, como reflejo puso su forma fantasma, así evitó otro ataque del mismo tipo (esta vez de Mike), pero en el segundo en que volvió a solidificarse Rafa hizo lo mismo y de forma intercalada entre los cinco lo hicieron alejarse de Raph- ¡Leon!
-¡listo!-la tortuga de franjas arrastró el filo de su Odachi formando un círculo alrededor del mutante mientras estaba distraído, para cuando se dio cuenta del movimiento ya era muy tarde, cayó directo en el portal y luego este se cerró.
El silencio volvió a reinar en el lugar, todos guardaron sus armas otra vez, Michael se acercó a Raph otra vez, a paso lento para que no se sobresaltara.
-¿Raph?- el nombrado se había sentado en el piso, le dolía un poco el cuerpo por andar corriendo por todos lados, la pelea y además el hambre, la tortuguita de caja escucho a su estómago gruñir- Te parece si volvemos a casa y te preparó algo delicioso para comer- apoyó sus manos en las mejillas de su hermano mayor gentilmente, este seguía con los ojos en blanco- ¿Rafa?...-esperó un par de segundos, esta es la primera vez que le pasa esto por tanto tiempo y está comenzando a asustarse, temía que se quedara así, pero pronto esos pensamientos se desvanecieron, Raph cerró los ojos y respiro profundamente, para cuando los volvió a abrir ya era la tortuga de siempre. Eso era lo que decían sus ojos oscuros y cariñosos.
-¿Si?
-¿estás bien?
-amm...¿si? ¿por qué?...¿Me puse raro de nuevo? D: -preguntó consternado. Con un repentino nerviosismo, miró a su alrededor, no recordaba cómo llegó aquí y sentía un sabor metálico en su boca.
-Super raro, pero todo está bien ahora.
-¿Están todos bien? yo...no-El enorme gigante ahora no sabía qué hacer, estaba a punto de ponerse a llorar temiendo haberle hecho daño a alguien.
-estamos bien hermanote, míranos- dijo Leon señalando a los demás, todos en una pieza, no tenían nada.
-¿m-mordí a alguien?- preguntó con los ojos cristalizados, se pasó una mano por la boca y supo al instante lo que ese tinte rojo significaba, estaba a punto de entrar en pánico otra vez.
-Hey, tranquilo, tranquilo, tu no hiciste nada malo- intervino Mikey acercándose al gigante. Raph negaba con la cabeza, mordió a alguien, que tal si estaba mal herido o muerto, no es tonto, sabe lo fuerte que puede ser una mordida suya.
-Calma, fue durante una pelea, además a penas y si lo tocaste- dijo Rafa restando importancia, incluso algo impresionado.
-¿Una pelea?
-Fantasmoso apareció de la nada y nos atacó-o bueno, algo así fue-solo le diste una pequeña mordida en el brazo pero nada más.
-¿Fantasmoso? ay no, fantasmoso me vió así- Raph comenzaba a calmarse, al menos fue a un villano, pero lo malo es que ese villano era su ex luchador favorito, qué vergüenza.
-Tranquilo Raph, todo bien ¿ok?-el líder azul se acercó con los demás, el gigante de rojo inspeccionó a sus hermanos con la mirada, nadie lo culpaba y todos estaban felices de que hubiese vuelto a ser el mismo.
-ok- suspiró y luego aprovechó la cercanía para unirlos a todos en un abrazo- gracias.
-cuando quieras hermano, ahora vámonos que me dio frío- dijo Leon, y por si alguien se lo pregunta, no, no teletransportaron a Fantasmoso a algún lugar en medio del océano, pero si justo debajo del pozo al que Raph había caído, Leon quería dejarlo entretenido buscando la forma de salir de ahí.
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Conversación extra de Don y Donnie que no se donde más meter:
-entonceees ¿a ti también te gusta Abril?
-¿Qué? no
-¿Cómo que no? ¿En serio?
-NOOO, es mi hermana
- :I
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ooook niños ¿Qué aprendimos hoy?
Trae una caja, saca de ahí un montón de cosas y se pone a armar una silla para sentarse*
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