Cayó la noche, el cielo se oscureció haciendo a la ciudad rebosar de colores, cada edificio y calle estaba iluminada por tonos morados, azules y amarillos, mas son estas mismas luces las que evocan las sombras donde se deslizan sus moradores. conscientes del refugio que entrega esta oscuridad las tortugas salieron de su hogar para cumplir la primera fase de su misión, una misión de tres partes. Recordemos:

El objetivo es construir una máquina que pueda llevar a los cuatro visitantes de regreso a su hogar en otra dimensión, para ello necesitan reunir varios materiales, el primero y el que están buscando en esta ocasión es: metal, lo encontrarán en el depósito de autos/chatarra de un conocido adversario, hay varios en la ciudad, pero en los demás hay demasiados humanos para correr riesgos. En lo que se dirigen ahí hablemos del segundo: químicos y minerales, estos serán utilizados en los circuitos de la máquina, pueden encontrarlos en electrodomésticos y aparatos, identificarlos y reunirlos será lo más tedioso, por último: Una celda que contenga energía, misma que (de paso) debían pedirle a alguien muy especial que la consiguiera. Requieren de algo más que electricidad para encender el aparato. Una vez consigan todo esto se deberá trabajar en equipo y si todo sale bien los invitados regresaran a casa.

Llegaron al depósito y se encargaron de estacionar el tanque donde fuese difícil de encontrar. Treparon la reja que cerraba el recinto en silencio, lo que menos querían era despertar al dueño e iniciar una batalla (o quizás le temían aún más a su gata).

-re-po?

-mantis, sep

-espero que no nos topemos con él- Mike se montó en el caparazón de su hermano mayor ágilmente, su contraparte le miró con extrañeza, pensó que su Rafa se enfadaría por eso, pero pareció estar acostumbrado.

-Tranquilo Angello, lo investigué un poco, si sigue su rutina de siempre a esta hora debe estar profundamente dormido- Dijo Don sereno.

-debemos ser sigilosos para no despertarlo

-si Leo, sabemos-Dijo Rafa con una mueca, a veces Leo señala lo obvio, no es su intención, es una aclaración, es por si acaso...ok?

Lo más difícil de algo tan simple como recolectar metales es...recolectarlos, Sip. verás, hay algunos oxidados, otros tienen agujeros, otros no son metales aunque los parezcan, la carcasa de un vehículo común y corriente por ejemplo, no les servirá de nada. Fibra de carbono, aluminio, latón. No, queremos hierro, titanio, cobre, cosas así. Pero bueno, no podemos ponernos muy exquisitos ¿verdad? Además, otro pequeño problema es el ruido que hacen al chocar entre sí y el que suelen ser muy pesados, recolectarían un pequeño montón y luego lo mandarían por correo portal al tanque. así hasta tener al menos una cantidad razonable y regresarían a casa, ya luego si les faltaba tendrían que volver.

Así mismo lo hicieron, se dispersaron por el lugar, no muy lejos unos de otros, tampoco querían perder a nadie de vista, tomaron lo que creyeron servirá, antes de teletransportar una pila los Donnies descartaron lo que no servía, así trabajaban perfectamente.

Claro que no podía salir tan bien, ellos tienden a meterse en problemas. Y aquí hay uno que tiene una peculiar mala suerte al parecer...

Mikey escaló cuidadosamente una de las pilas de chatarra, la luz de la luna brillaba intensamente pero también creaba sombras muy confusas, estaba a punto de tomar una lámina de metal, se veía pesado pero aún así trató de tomarlo, apoyó su peso en los puntos más estables que pudo, no quería caer, en serio que no, pero sin previo aviso, al primer tirón para sacar la pieza un pequeño temblor, seguido del estruendoso ruido de los metales cayendo, como iba a saber que esa pieza era como un soporte, sin ella toda la torre se iría abajo. fue tan repentino que realmente le causó un gran susto, cayó junto con el resto de chatarra pero hizo lo posible por no ser aplastado. una barra de metal que cayó junto a él terminó haciéndole una fea herida en un brazo pero por suerte eso fue lo peor. El ruido llamó la atención de los demás, todos se acercaron a ver qué pasaba y encontraron al pequeño pecoso cubriendo su brazo con cierta torpeza.

-¡Mikey!

-¡Mikey!

-¡Mikey!-el nombrado bajo la vista algo avergonzado. Raph se acercó a él velozmente, la brusquedad de sus movimientos lo asustaron, creyó que se había metido en problemas, reveló su ubicación, de seguro estaba enfadado con él y además el tal Repo había despertado.

-¿estás herido? déjame ver- la tortuga mordedora se agacho preocupado, examinó velozmente su brazo con gentileza, no quería causarle más dolor- tranquilo, no es tan grave ¿Don?-el de morado examinó el metal con el que se había cortado, tenía algo de sangre.

-No está oxidado, no tenemos que preocuparnos por eso.

-déjame ver amiguito-Leon se acercó tomando el pequeño bolso que siempre lleva con él, Mikey hizo lo que decía por inercia, el de azul sacó un algodón, lo untó con algo de agua oxigenada y se apresuró a limpiar la herida-tranquiiiiilo-alargó las "i" con voz conciliadora- no arde, la vendaré por ahora para que no se infecte, ¿ok? llegando a casa te curaremos bien- Mikey estaba en un conflicto, no estaban enojados? no, en lugar de regañarlo su primer instinto fue ver si estaba herido. No lo malinterpreten, sus hermanos también se preocupan por él y lo curarían, pero eso siempre iría después del regaño de Leo, la mirada fulminante de Donnie y un ocasional zape de Rafa. Mikey era incapaz de decir algo, estaba completamente enmudecido. La otra tortuguita naranja ahí presente se acercó y apoyó su mano en su hombro.

-te duele mucho?-preguntó consternado por dicho silencio.

-N-no, no tanto- dijo con ojos tristes pero una sonrisa completamente auténtica. Leo, Donnie y Rafa se sintieron algo avergonzados por no actuar de esa forma primero, es decir, era SU hermanito. Se miraron entre ellos algo culpables y luego se acercaron al otro grupito, Mikey se levantó del suelo con ayuda de Mike, tenía un moretón o dos pero para mañana habrán desaparecido.

-¿Estás bien Mikey?- preguntó el líder azul, el pecoso asintió y se disculpó en un susurro, Donnie estaba por hablar también pero unas luces lo distrajeron, detrás de ellos con un par de focos encandilantes apuntándolos directamente había un gran camión, se podía oír el rugido de su motor y frente a él la sombra de la mantis mutante, definitivamente se había despertado y no estaba feliz.

-y las luces porque? no veo nada-Leon alegó cubriéndose los ojos con el antebrazo. cuando los ojos de las tortugas se adecuaron a la luz se pararon derechos con poses de batalla.

-Deberían estar en casa tortugas-habló con el ceño fruncido y una sonrisa chueca-

-amm

-Por suerte estuve esperando que volvieran, esta vez no querrán volver a molestarme.

-Oigan...

-Ya nunca más se robaran mis cosas-

-¿Don?

-yo tampoco le escuchó nada, está como a 20 metros-se cruzó de brazos.

-¡Repo!

-me preparé para la próxima vez que los viera, está vez tengo las cartas a mi favor

-¡Repo!¡no te oímos!

-y lo mejor es que yo no tendré que...hacer...¡¿qué?!

-¡No se te escucha nada!

-¿¡QUE!?

-¡QUE-NO-TE! ay ya peleemos.

Repo nunca a representado la gran cosa, pelear con él no es la peor de las calamidades, y si hablamos de números le superan 8 a 1, Repo notó cuando se acercaban de este detallito, sin embargo la sorpresa le duró poco, creía que su trampa le serviría incluso si tenía el doble de tortugas.

Raph sujetaba sus tonfas con firmeza, él y el resto del equipo se aproximaban a la mantis pero algo le resultaba muy sospechoso, se detuvo de golpe, Don, Mikey, Rafa, Leo y Donnie, que estaban a su lado y detrás de él terminaron por chocar con sus brazos y espalda. No van a negar que dolió, iban rápido y la piel de la tortuga mordedora no es muy suavecita.

En cambio, Leon, Mikey y Donnie se pasaron, ellos iban adelante y no se detuvieron, como era costumbre dieron un último salto antes del primer golpe y en cuanto estuvieron en el aire la mantis religiosa hizo un rápido movimiento abriendo el capó de su camión y se apartó, los tres trataron de frenar pero no pudieron, dentro del motor andando del vehículo había una tupida enredadera, de ella brotaba una flor extraña, un capullo cerrado que al contacto con el exterior se abrió y expulsó una clase de polvo negruzco que le cayó a los tres directamente en la cara, lo inhalaron sin poder evitarlo y retrocedieron esforzándose por quitarlo de sus caras. los demás observaban expectantes, Repo parecía algo confundido. finalmente los tres levantaron la vista.

-iu, iu, iu- Michael sacudió la cabeza algo asqueado, Leon se pasaba frenéticamente el antebrazo por la nariz presionando con rudeza y Donnie trataba de quitarse lo más que pudiera de ese polvo de los ojos, un momento después los tres se miraron entre ellos como si nada, la mantis frunció el ceño.

-¡¿qué?! así no es como funciona.

-creo que no sirvió tu truquito, no se que hace pero creo que no tiene efecto en tortugas-Leon sacudió los hombros blandiendo el odachi descuidadamente- en fin- volvieron a su pose de pelea, Repo se sobresaltó, definitivamente el plan no salió como lo esperaba. el mutante gruño por lo bajo, tenía un plan B, y aunque no tenía intenciones de usarlo ya no le quedaban muchas opciones. saco de su bolsillo (no se como porque sus "manos" son enormes) un pequeño aparato parecido al control de un auto, en él solo había un botón y un llaverito de un gato, presionó el botón antes de que alguien pudiera detenerlo.

-Buena suerte tontos- Todos voltearon hacia una pila de chatarra en la lejanía al escuchar un rugido grave y estruendoso.

-oooooou

-ohoh

iluminada por la blanca luz de la luna la inconfundible figura de la bestia que temían enfrentar realizó su aparición, la señora Nubbins una gata mutante de gran envergadura, sus ojos rojos y asesinos brillaban relucientes en vivo escarlata, emergió como un animal salvaje y hambriento que llevaba días enjaulado (seguramente así fue) Ni siquiera es solo una gata mutante (de por si eso ya es malo) si no que ese instinto cazador felino está fusionado con la fría y prolija actitud de una mantis religiosa. Colmillos y garras, eso era lo que corría hacia las tortugas, una mascota monstruosa, Repo ya había huido donde no pueda ser visto.

El líder de rojo frunció el ceño, la situación acababa de complicarse.

-¡Leon, abre un portal y sácanos de aquí!-ordenó, pero el de orejas rojas no obedeció-¡Leon!

-¡Ya te oí! ya voooy- todos se extrañaron por el repentino cambio de actitud, Leon creó círculos imaginarios con su odachi con pereza, ninguno de ellos abría el portal.

-¿Leon? cuando quieras- Raph comenzaba a ponerse nervioso por la demora.

-no abre

-¿¡no abre!?

-¡Raph, cuidado!-exclamó Don pero era tarde, la felina había dado el primer golpe mandando a volar al rojo, no le dolió mucho pero si lo tiró bastante lejos.

-¡Mike! ¡enreda sus piernas!- le gritó Don a su hermano menor en lo que esquivaban el segundo ataque, el nombrado no le dio importancia, de hecho, se apoyó en el parachoques del camión mirándolo divertido, Don estaba muy confundido, todos lo estaban.

-Donnie ¿Qué esperas? ayúdanos con esto- Rafa había desenfundado sus sais y zigzagueaba entre las patas de la mantis tratando de no ser pisado.

-¿Debería?- comentó, OK, estos están actuando muy raro y todos podían verlo.

-Don, puedes dormirla?-Leo decidió adaptarse a la situación, tenía un Mikey, un rafa, un Donnie y otro rafa pero este estaba muy lejos y parece que se atoró en un hoyo así que se va a demorar un poco más en venir.

-Mis dardos no tienen la concentración suficiente, si los usamos todos tal vez podríamos anestesiarle una pata, máximo.

Leo pensó "es un enemigo muy grande, necesitan derribarlo"

-¡Mikey, enreda sus patas!-el pecoso asintió e hizo lo mejor que pudo con un brazo y medio, lanzó la cadena del kusarigama, el otro extremo lo tomó Rafa y juntos lograron hacer al enorme felino caer-¡Don, apunta al cuello!-Don hizo lo que él dijo y disparó todos los dardos que tenía, ahora al menos le costaría orientarse y morder. Finalmente llegó Raph.

-bien hecho chicos, solo...ejem, denme un segundo- había venido corriendo así que le faltaba recuperar un poco el aire, Don fue el primero en dirigirse hacia el trío de desinteresados que no fueron a ayudar en la batalla, debían irse pronto, el efecto no durará mucho.

-¿qué fue todo eso?- el de morado se acercó a su gemelo a paso firme-¿porque no fueron a ayudar?-dijo con voz acusatoria. Los demás también se acercaron manteniéndose al margen por unos momentos.

-no es para tanto , ustedes pudieron solos con "la bestia"- contestó el de azul con burla. Don frunció el ceño- pero esperaba algo mejor, no sé.

-...mm, Leon estás actuando muy extraño- el de morado lo miró desconfiado "debe ser por esa planta" pensó, seguramente ese era su efecto, desde la posición en que estaban antes no pudo oírlo, pero Don tiene un especial talento para leer los labios "y lo mejor es que yo no tendré que hacer..." dijo Repo, asumió que la próxima palabra por decir era nada, "y lo mejor es que yo no tendré que hacer nada" la tortuga de morado suspiró con pesadez, intuyó lo que estoy por decirles: la mantis morada había conseguido las semillas de una especial hiedra que un yokai le dio a cambio del pago por un auto, la criatura le aseguró que cuando florecieran, aquellos que respiraran su polen se pondría en contra incluso de sus aliados, pero Repo asumió que el efecto sería instantáneo, más no fue así. (bueno, no es exactamente lo que pensó pero en conclusión: la causa de su actitud hostil debe ser esa planta).

-Debido a tu "situación" me sorprende que no te hayan derribado a la primera- Leon interrumpió sus pensamientos, Don se tensó en un instante.

-wow, wow, wow, oook, caaaaaaaalma- El de rojo se interpuso.

-no te metas Raph-gruñó desenfundando su odachi y abalanzándose sobre su hermano mayor buscando batalla. Raph abrió los ojos como platos, si hubiese reaccionado un segundo después seguramente la hoja de la espada se habría enterrado en su garganta. Donnie y Mikey atacaron a Leo y Rafa respectivamente.

-Es la planta-Don le aclaró a Raph en cuanto trato de esquivar otro golpe pero recibió una patada de todas maneras- el polvo de la hiedra seguramente afecta su cerebro, déjame ver si puedo crear una cura, Mikey cúbreme- el de morado sacó una mascara de gas de su escudo (la había hecho para otra planta, es muy útil) al acercarse al camión la flor de la hiedra soltó el mismo polvo negro pero obviamente Don ni se inmutó, saco una muestra para ver que podía hacer en ese momento, tal vez era una planta de ciudad oculta pero era una planta a fin de cuentas, y este efecto neurológico es pura biología, por suerte venia preparado para estas ocasiones.

preparó un antídoto ahí mismo, se sentó en el suelo y comenzó a trabajar, Mikey vigilaba que los demás siguieran entretenidos peleando entre ellos.

-Listo- Don repartió el antídoto en tres pequeñas píldoras, no le quedaban dardos- !Leo, Rafa!-exclamó lanzando dos de ellas, ellos las atraparon y supieron en ese instante lo que debían hacer, le dieron a Donnie y a Mike el antídoto sin darles tiempo de evitarlo y se las tragaron. Pronto la píldora hizo efecto y esa rabia injustificada se desvaneció. Raph aún seguía algo ocupado- ¡Raph, toma!- lanzó la última píldora pero Leon la cortó en dos cuando el líder de rojo estuvo a punto de atraparla. La tortuga de orejas rojas cambió de objetivo y el resto de antídoto que quedaba estaba en un tubo de ensayo, ¿que iba a hacer? ¿enterrar el tubo de ensayo en su boca hasta que se lo trague?...oh, ok. Don oculto el nombrado frasco tras su espalda y esperó que se acercara lo suficiente y cuando el ataque fue inminente así lo hizo, claro que el polvo de los químicos le secó la garganta, retrocedió tosiendo escandalosamente, Don cerró el capó del camión con fuerza sin importarle si aplastaba la planta o no.

- ¿Y yo qué hice?-Leon musitó como pudo cuando la tos comenzó a bajar.

-Luego, salgamos de aquí- Raph regreso la vista hacia la felina/mantis que ya estaba levantándose. Leon abrió un portal velozmente, confundido, en qué momento apareció la Sra. Nubbins? salieron de ahí cuanto antes, llegando a casa los pondrían un poco al día.

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tsssssss

*se hace agua*