Don recuperaba la conciencia poco a poco, tenía la vista nublada y estar boca abajo no le hacía ningún bien a su mandíbula. Aún así no sintió la molestia en sus dientes ni el ardor en sus ojos. No, porque había algo que robaba la atención de sus sentidos, un dolor más grande y profundo, con un solo sentimiento sintió el terrible peso de ese sentimiento incrustado en su caparazón, intentó levantarse, pero la idea se descartó un segundo después, vio a su alrededor, estaba solo en el área médica, habían regresado a su hogar. comenzó a hacer memoria, lo último que recordaba ¿Qué fue?...A, por supuesto, el avión, la caja, las cuerdas, las maquinas, el choque, su escudo y luego de un estruendo todo se volvió negro. Al menos Rafa no estaba con él. seguramente no sufrió ningún daño. Eso lo reconfortaba un poco.

Respiró hondo, apoyó sus manos en los bordes de la camilla, sus rasmillones ya estaban empezando a sanar ¿Cuánto había pasado? 2 horas, tal vez 3. Irguió el torso sintiendo una punzada atravesar su columna hacia su abdomen, soltó un quejido, más no regresó a su posición inicial, en un movimiento rápido con el fin de reducir el tiempo de dolor se sentó en la camilla, logró atrapar su voz en su garganta pero sus ojos cristalizados lo delataban. Una vez más se dio un momento para respirar, se examinó de pies a cabeza, tenía vendas en sus rodillas y manos, su nuca y cuello se sentían helados, pronto notó que al levantarse había tirado una bolsa de hielo que estaba ahí, tal vez se había golpeado la cabeza, eso explica porque perdió el conocimiento, sus extremidades no dolían, la jaqueca se dispersaba, el único problema aquí es su caparazón, vendajes rodeaban su pecho y bajaban hasta su estómago, no debía verlo para saber que el golpe le afectó muy a pesar de llevar un escudo, maldecía su especie por ello, estas cosas solo podían pasarle a él. Una figura irrumpió en la habitación, lo supo al oír sus pisadas. En un principio le costó reconocerlo pero después de un momento de análisis concluyó que era Rafa, tenía un par de moretones leves, pero se notaba en buena forma y no lucía herido. Su expresión, a diferencia de otras veces, se mantenía en calma e incluso con la rudeza de sus facciones aparentaba quietud.

Don lo miraba en silencio, a pesar de haberlo protegido del golpe y que ya llevaban varios días conviviendo con él y sus hermanos de otra dimensión, la tortuga de morado no confiaba, seguía sin querer (por ningún motivo) darle la espalda, más aún ahora que se encontraba desprotegida. El silencio se prolongó minutos enteros, el pequeño de rojo estaba de pie a unos pasos de la puerta. El de morado a unos metros de él, sentado en la camilla, tensión escalando por sus hombros y sus ojos clavados en los del contrario.

-no sabía de qué especie eras- comenzó Rafa, Don asumió que con el accidente y las explicaciones que conlleva de seguro Raph o Splinter divulgaron esa información que guardaba tan celosamente- me dijeron que como eres de caparazón blando un golpe fuerte podría ser mortal para ti- agregó, a Don no le agradaba escuchar eso, escuchar las verdades que él mismo conocía y detestaba- pero aún así te pusiste en frente...-el de morado inspeccionó a Rafa, él tenía la mirada en el suelo, casi parecía avergonzado por algo- fue mi culpa que esa cosa cayera, yo corté la soga...no reaccioné a tiempo y te llevaste la peor parte- Don creyó que en su tono de voz había lastima, otra cosa que odiaba, frunció el ceño algo molesto, sin embargo las intenciones de Rafa eran otras, no esperó que respondiera e hizo una pequeña reverencia -disculpame por favor, agradezco que me hayas protegido- dijo casi repitiendo las palabras que su hermano Leo le dictó. Unas horas antes Rafa estuvo hablando con el líder de azul mientras curaban a Dee, este le dijo que debía agradecerle, de no ser por él podría haber terminado mucho peor. Rafa lo sabía por supuesto, no necesitaban que se lo dijeran...pero nunca a sido muy bueno con estas cosas (disculpas y agradecimientos) porque para hacerlo debía tragarse su orgullo.

Las palabras, aunque tal vez no sean suyas como tal, representan sus verdaderas emociones, con total sinceridad. Cuando la tortuga volvió a erguirse se topó con la mirada poco convencida de Don, espero que hablara paciente, luego de un rato Dee suspiró convenciéndose a sí mismo de que Rafa estaba siendo honesto con él.

-Esta bien, solo es un golpe, sanará- restó importancia aceptando sus disculpas.

-estás así por culpa de mi temperamento, si no hubiese sido tan brusco la caja no se habría soltado- susurró entre dientes, pero nadie más estaba aquí y el silencio ayudó a que se escuchara.

-A mi me pasa lo mismo a veces, solo fue un accidente- contestó.

-¿a ti?-no pudo evitar preguntar, no esperaban que creyera que su hermanito el "genio" se metía en problemas por no controlar sus acciones ¿verdad?

-sipp, como no tienes idea- sonrió levemente, cuántas veces ha dejado un desastre por cada experimento nuevo, su actitud filosa es demasiado hiriente o habla demás sin quererlo, si está enojado (que no es algo muy raro) hace cosas sin pensar, tiene suerte de que su familia esté ahí para guiarlo y calmarlo (consolarlo algunas veces) de lo contrario estaría perdido o muy, muy muerto.

-...llamaré a tus hermanos, están preocupados, no sabían cuando ibas a despertar- dijo después de otro silencio, uno más tranquilo. Entonces Don se dio cuenta.

-¿Cuánto tiempo estuve inconsciente?

-Pues, he venido un par de veces a ver si despiertas, si acabas de hacerlo entonces unas tres horas más o menos- Don se tranquilizó, al menos no perdió un día entero.

-¿y la celda?

-Donnie la llevó al taller.

-...ok-fue lo último que dijo, luego Rafa salió. No pasaron ni dos minutos cuando entraron sus tres hermanos corriendo.

-¡¡¡DONNIE!!!- exclamaron los tres al mismo tiempo.

-¡NO SE ATREVAN A ABRAZARME TRÍO DE LLORONES! ¡ESTOY BIEN!

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Retrocedamos un poco en el tiempo, queda otra conversación que relatar, en otra parte y un par de horas antes de que esto de arriba ocurría, luego de curar a Don, o al menos hacer lo mejor que podían por su caparazón Raph y Leon salieron del área médica-morado no despertará pronto, hay que dejarlo descansar- dijo Splinter guiando a sus hijos a la sala con los demás. Mike estaba muy preocupado y con algo de miedo pero la vieja rata se puso a hablar con él para tranquilizarlo, Rafa se veía conflictuado, no había dicho nada desde que regresaron de la misión y tampoco se dignó a mirar a Don cuando lo pusieron en la camilla, de hecho salió de ahí lo más pronto posible. Su hermano mayor, Leo, le susurró algo al oído antes de salir con él hacia algún lugar más apartado, el azul sabía que debía conversar con Rafa, aunque sea para que el de rojo se orientará por su cuenta. El corazón de Leon por otro lado no lograba calmarse, la misión estaba saliendo muy bien ¿Cómo pudo terminar tan mal? no culpaba a nadie, a nadie más que a él mismo, después de todo, siendo él el líder de esta misión era el único responsable. Raph apoyó una mano en su hombro cuando noto que Leon se perdía en sus pensamientos:

-¿Estás bien Leon?

-...n-no, no Rafa, esto es mi culpa...-Raph esperó que siguiera hablando- creí que él plan estaba saliendo bien, pero no, no estoy hecho para ser el líder de nada, no sé qué estaba pensando papá cuando me escogió para serlo- el gigante de rojo suspiró para luego agacharse a su altura, quería que lo viera a los ojos cuando hablara.

-No te confundas Leo, lo que sientes ahora no es porque seas un mal líder, es porque eres un buen hermano, tu plan funcionó bien y los guiaste hacia su objetivo correctamente, reaccionaste ante los problemas, hiciste un gran trabajo.

-pero Donnie

-Lo que le pasó a Donnie no fue tu culpa, no tiene nada que ver con que estuvieses a cargo de la misión, pero lo sientes así porque te preocupa...confiaste en ti y ahora esos chicos-apuntó a Mikey y Donnie quienes conversaban apartados- están un paso más cerca de regresar a su hogar-Leon miró hacia donde apuntaba, reflexionando con respecto a las palabras de su hermano mayor- Donnie va a estar bien ¿ok? puedes estar tranquilo.

-...ok-asintió con calma. Raph le dedicó una sonrisa, misma que Leon devolvió.

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Ahora si, Don ya en pie, superando de a poco el dolor en su caparazón buscaba salir del área médica para echarle un ojo a la preciosa celda que habían robado, DIGO, tomado prestada y que no pensaban devolver en un futuro cercano. Pero algo le impedía llegar al taller y no estoy diciendo que no pudiera caminar o algo así, es que sus hermanos no lo dejaban ir. No querían que se esforzara de más y temían que se hiciera daño. La tortuga de morado había recibido peores, seguía teniendo las cicatrices de destructor en la espalda, consideraba que sus hermanos estaban exagerando.

-quitense yaaa-alegó desganado.

-Solo quédate ahí quieto-dijo Raph con lágrimas formándose en sus ojos, pero sabemos que tiene el corazón de un oso de peluche, cualquier cosa y llora. Don ya se estaba fastidiando, si seguían así se iba a enojar.

-estoy bien-afirmó.

-un rato más, hasta que no te duela- dijo su hermanito menor a su lado, Don esquivó a su hermano mayor y se deslizó con cuidado hacia la salida, aún le dolía pero si no lo tocan no pasa nada.

-¡DONNIE!-exclamó Raph cuando se dio cuenta de que ya no estaba frente a él.

-DÉJENME, ESTOY BIEN-

-¿Seguro?-preguntó Leon

-seeee

-¿seguro, seguro?

-si

-mm, bueno...yo te acompaño- dijo el azul, Don suspiró, al menos ya dejarían de molestar, salió del área médica y fue directo a su taller. Ahí, entre las paredes metálicas y oscuras se alzaba una preciosa máquina, diseñada y construida por un par de ingenieros genios. Don sonrió orgulloso al ver la cara de Leon, ninguno de los otros había visto la máquina porque seguía en construcción así que no podía quitar el asombro de su cara. Don siguió avanzando, Donnie estaba en lo alto, soldando cuidadosamente la celda justo en donde debía estar, Don analizó que todo estuviera bien, la conexión, la dirección, la altura, todo perfecto.

-Solo nos falta la fuente y estará lista.

-está quedando muy bien.

-claro que sí, yo la hice, o bueno la hicimos-dijo señalando así mismo de todas formas, fue como un yo y yo hicimos la máquina, guiño, guiño.

Don quería ponerse un protector para su caparazón antes de que le diera un ataque por andar todo tenso a todos los lugares a los que va, pero sabiendo el horrible dolor de espalda que es para su hermano llevar uno de esos escudos el gemelo azul se lo impidió. luego de pelear por eso unos seis segundos Don finalmente accedió, pero de todas formas se puso su chaqueta morada para cubrirlo. Raph llamó a una reunión con las dos familias, estaba atardeciendo, todos tenían hambre pero no era por esa razón. Debían discutir respecto a la próxima misión, que si su instinto no le miente, sería la más difícil. Verán, la fuente que necesitan, la única capaz de alimentar a la máquina es un artefacto yokai llamado: orbe glix. Es muy raro y muy poderoso, hay muy pocos en el mundo pero de pura casualidad y porque a veces algunas cosas salen a su favor, aquí, en Nueva York hay uno, conocen exactamente en dónde está y quién lo tiene, pero ahí radica el problema...Gran mamá (o big mama, como también la llamaremos) esa mujer es un demonio, o una Jorōgumo en realidad, una yokai araña, la reina del bajo mundo. Dueña de la batalla del nexum, codiciosa y brillante, no había nadie mejor para conseguir un buen trato y siempre a de sacar la mayor parte cambiando las reglas en el último segundo. Tenían claro que no iba a negociar con ella, y producto de sucesos pasados ella...no los quería mucho. Un orbe glix, según una fuente confiable, le da energía a su tren, que ni siquiera es un tren normal, no, ni siquiera tiene puertas que conectan los vagones, en su lugar hay cientos de botones para teletransportarse entre uno y otro. Un laberinto en las vías, deben llegar al vagón locomotora, entre los controles del maquinista, justo al frente del tren estaba su objetivo. ¿Cómo lo harían? No querían provocar la ira de esa mujer, no querían ser reconocidos en ese tren, eso solo sería un problema a largo plazo.

Estuvieron un rato conversando acerca de ello y finalmente llegaron a definir el plan: se meterían al tren cubiertos por completo, cualquier cosa para que el personal no los reconociera, máscaras de ser necesario. Don no puede ir a esa misión, no importa cuanto se lo discuta a Raph él no lo dejará ir, así que se quedara como apoyo estratégico, con pequeñas cámaras ubicadas en las máscaras monitorizará la misión y dará las indicaciones de ser necesario, Raph se quedará con él, incluso cubierto su figura es demasiado reconocible, los demás irán a la misión, explicaron las dimensiones del tren y su funcionamiento, deben encontrar el botón que lleve a la locomotora, encargarse del maquinista (solo dejarlo fuera del juego unos minutos) detener el tren, extraer el orbe y teletransportarse de regreso a casa. Aunque suene fácil no deben relajarse, ese tren está lleno de obstáculos y andar adivinando el botón correcto no es la mejor estrategia. Siempre deben estar juntos, por nada separarse y siempre en guardia, algo podría salir mal. Todos estuvieron de acuerdo con el plan, la misión sería mañana en la noche por ahora a comer y dormir, ha sido un día muy largo.

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Ya se me ocurrió otra idea para alargar esto un capitulo más >:I

se distrae con una mariposa y se va siguiéndola*