El poder de la "Magia"
Capítulo pensado para ser dos pero terminó siendo uno.
Regresaron a casa con los estómagos vacíos y algo decepcionados por cómo resultó su patrullaje, no se lo pensaron dos veces y fueron a asaltar la cocina, algo hecho tenía que haber por ahí. Pronto encontraron unas cuantas rebanadas de pizza congeladas que descongelaron velozmente y se zamparon sin esperar ni un segundo. Don y Donnie pronto fueron a la cocina, también para comer algo, se sorprendieron un poco al encontrarlos a todos ahí pero simplemente se sentaron a acompañarlos. Leo explicó con los menores detalles su travesía a través de los túneles y la pelea que tuvieron contra Fantasmoso, los de cinta morada escuchaban atentos, pronto miraron a Raph, Don analizando a que él estuviese bien después de todo lo ocurrido, mientras Donnie trataba de descifrar el extraño comportamiento que le habían descrito, pronto el tema se dejó de lado, no querían ofender al mayor de los hermanos.
-Entonces, ¿Cómo van con la máquina?-preguntó el líder azul mientras se preparaba un té.
-Pues, bien, tenemos todas las piezas, pero incluso si terminamos de soldarlas seguramente tardaremos un par de días en calibrar las coordenadas y configurar un algoritmo que conecte ambas dimensiones.
-pero no podemos sacarnos un algoritmo de detrás de las orejas-agregó don sacando una tableta de no se donde, seguramente la traía con él y no me di cuenta- escuchen bien-comenzó, pronto todos comprendieron que se aproximaba una explicación y que debían prestar un poquito de atención ahora si no querían andar preguntando más tarde-las dimensiones existen paralelas unas con otras, como líneas que nos se tocan jamás, utilizando la máquina o gracias a la magia (que aún no logro descifrar pero lo haré)-susurró- pueden abrir caminos que conectan unas con otras en un tiempo específico, en una parte específica de la línea ¿entienden?-explicaba mostrando con dibujos todo lo que decía- pero necesitamos abrirlo con la dirección y tiempo correctos, de lo contrario podrían terminar en la dimensión, o tiempo equivocados.
-como en el pasado o en el futuro, y también corremos peligro de generar una paradoja-complementó Donnie, las tortugas se miraron entre ellos algo preocupados.
-generar un algoritmo tan preciso a partir de la nada sería muy difícil, además tendría un enooorme margen de error y tardaríamos semanas perfeccionándolo-continuó Don, dio un espacio de al menos 3 segundos antes de continuar para generar tensión- PERO, nuestras maravillosas mentes descifraron una manera más rentable de fabricarlo-sonrió orgulloso señalando a Donnie y luego a sí mismo con cierta altanería-verán, Leonardo posee dos katanas gemelas, hechas del mismo acero y con características muy similares, son idénticas en todo sentido-Leo jamás especificó que el uso de katanas gemelas era su especialidad, pero todos lo habían deducido a partir de su técnica y cuando no se negó a las katanas gemelas que Don le dio, y tampoco mencionó que solo usaba una, confirmando sus sospechas- y asumo que la otra quedó en un tu dimensión ¿o me equivoco?-todos voltearon a ver a Leo y él asintió, curiosamente este hecho no se lo dijo Donnie, lo adivinó, a Donnie no se le había ocurrido, pensaba usar quizás una muestra de ADN, Don sonrió a ojos cerrados- podemos programar a la máquina para localizar la otra katana e ingresar la fecha y hora del día en que se teletransportaron, haremos una simulación para confirmar que todo esté bien y los enviaremos de regreso a casa- finalizó su explicación con la última diapositiva en su presentación y apagó su tableta para ponerla a un lado y esperar sus preguntas.
-¿servirá con solo una katana?-cuestionó Rafa poco convencido.
-estamos tratando de localizar un artefacto que pertenezca a su dimensión, también podríamos meterte a ti en la máquina, algún residuo tuyo debe haber ahí...-respondió con voz neutral, Rafa frunció el ceño un poco ante la leve risa de su hermano pecoso y de la tortuga de franjas.
-buen trabajo chicos- felicitó el líder de rojo con una tranquila sonrisa, sin embargo se hacía tarde y era hora de finalizar la jornada, seguirán trabajando mañana pero por hoy fue suficiente. todos habían quemado suficiente energía hoy como para caer rendidos en los brazos de Morfeo. A la mañana siguiente cuando los rayos del sol penetraron dentro de la guarida y la luz dibujaba los contornos de su hogar un tortuguita de caja que descansaba en su hamaca despertó con la alarma que tenía programada en su celular, abrió los ojos perezosamente y se apresuró a apagarla para seguir durmiendo, sin embargo, cuando leyó el recordatorio que colgaba en la pantalla de su celular sintió sus energías renovarse en un instante, brinco de la hamaca y aterrizó en el suelo, pateó un par de sus cosas que estaban tiradas en su camino descuidado, estaba apurado, o más bien, emocionado. Se acercó a la cómoda/ropero que guardaba sus prendas y eligió una polera del color de su bandana y un overol de pantalones largos, es una pena que por culpa de la forma de sus pies le sea tan difícil usar zapatos, pero con unas buenas sandalias bastará. Tomó un sombrero estilo cubo con un bonito estampado de una carita sonriente amarilla y salió de su cuarto. Se apresuró a cocinar el desayuno, tenía que salir pero no dejaría SU cocina a merced de sus hermanos, claro Mikey también podía cocinar, pero no quería arriesgarse a que alguno de los otros despertara primero. No se demoró mucho, hizo algo simple para dejarlo servido y salir. A pesar de su velocidad sus hermanos terminaron llegando de todas formas antes de que tuviera oportunidad de salir.
-¿Mike? ¿Qué haces tan temprano?-preguntó Leon con un bostezo entre medio.
-Domingo :0 -respondió su hermanito llevando los sartenes y cubiertos que había usado al lavaplatos. Luego se puso el sombrerito y se deslizó hacia la sala para salir de ahí.
-oh.
-Un momento jovencito, no tan rápido-lo detuvo Raph antes de que escapara, Mike bufó- ¿desayunaste?
-Voy a desayunar allí- dijo tratando de esquivar el brazo de su hermano mayor que le impedía el paso.
-No, no, no, desayunas aquí y si quieres comes otra cosa allá.
-Pero Rafaaaaaaaa- se quejó hastiado.
-Seguramente no tiene muy buenas cosas para comer allá.
-algo come, por eso no se muere :0 -contestó sin más en otro intento por escapar.
-no te dejaré salir hasta que comas- Dijo tranquilamente, Mike le gruñó pero después de un momento fue a sentarse de mala gana- bien ^^-Ya todas las tortugas estaban sentadas en la mesa, splinter no tardaría en venir, el desayuno eran omelettes con té o café a elección, Mike comía apresurado pero no esta hecho para comer rápido ni aunque se esfuerce, si lo hacía más rápido seguramente se desmayaría ahí mismo y así no podría llegar al lugar al que quiere ir.
-tranquilo Mike, te vas a atorar-advirtió Don con un leve dejo de preocupación. Mike suspiró y trató de masticar esta vez.
-¿Qué es tan importante?- preguntó Mikey curioso. Mike tragó.
-mn, es que hoy es Domingo y los Domingos voy a la casa de Barry- sonrió- a pasar tiempo con él, pobrecito, debe estar solito todo el tiempo- puso carita de pena imaginando al "desdichado" yokai solo en su soledad, solito.
-¿Barry?- preguntó Leo sintiéndose completamente desconectado de la conversación. Rafa tampoco entendía de qué rayos hablaban pero la verdad le daba igual.
-¿la cabra?-preguntó Donnie para asegurarse de que estaban hablando de lo mismo, Mike asintió enérgicamente masticando otro pedazo de omelette.
-Leo, tu y Rafa estaban en la misión del Aeropuerto esa vez, por eso no lo conoces- dijo Raph que aunque se veía muy decoroso cortando su comida siempre se llevaba la parte más grande a la boca. Los nombrados se miraron un momento y luego regresaron la vista a la tortuga mordedora esperando algún tipo de "contextualización"- OH, claro, Draxum es como...amm.
-como nuestro papá-completó Mike con la boca llena.
-Más o menos- dijo Splinter llegando finalmente, aún reacio a la idea de que sus hijos consideran al yokai como un segundo padre, pero sin poder evitarlo de todas maneras. La pequeña rata tomó su porción saludando amablemente a todos en la cocina. Leo y Rafa estaban muy confundidos, Mikey y Donnie no se sentían muy diferente, pero tenían una pequeña introducción a la historia como consuelo- verán, cuando yo era humano y...joven, cometí muchas equivocaciones y terminé peleando en la batalla del Nexo- los visitantes recordaron que algo les habían mencionado acerca de ello, era una arena donde guerreros yokais se enfrentaban, la dirigía gran Mamá- Draxum vio mi potencial de guerrero y me sacó de ahí, quería experimentar con mi ADN para crear guerreros y aniquilar a la humanidad- todos escuchaban atentos, por alguna razón escuchar la historia contada por él mismo era aún más interesante- utilizando mutágeno y mi ADN transformó a mis chicos- sonrió nostálgico hacia sus hijos- claro que en ese entonces eran solo pequeñas tortuguitas bebe...El laboratorio explotó por algún tipo de inestabilidad o algo así, escapé con ellos para que no los convirtiera en soldados, pero entre todo el caos yo también terminé mutando como una rata. Odiaba a Draxum por lo que hizo y luchamos contra él en varias ocasiones pero mis hijos me hicieron ver lo bueno en todo ese desastre y logré perdonar a ese chivo viejo-finalizó su historia- de alguna forma me dio la peor y mejor parte de mi vida.
-oooou- resonaron las voces de sus hijos, o bueno, 3 de ellos, enternecidos por la historia de su padre.
-ya, ya, coman su desayuno- cambió el tema cortando su comida.
-waw, en nuestro caso fue muy distinto- dijo Mikey.
-¿Cómo es su historia?-preguntó Leon, Don levanto la vista de su celular algo interesado por la respuesta.
-Cuenta la historia Leo- pidió el pecoso con entusiasmo. El líder azul tuvo que terminar de masticar y tragar para iniciar el relato.
-Okey, a ver, la versión corta es que; cuando nuestro padre era aún humano viajó de japón a New York en busca de una nueva vida y compró cuatro tortugas bebés en una tienda de mascotas, pero de camino a casa se topó con unos tipos sospechosos, los siguió por curiosidad pero lo descubrieron y trataron de matarlo, pero se defendió, esos tipos pertenecían al TCRI y llevaban mutágeno con ellos, en medio de la pelea el frasco que lo retenía cayó sobre él y las cuatro tortugas, así mutamos, un hombre rata y nosotros- suspiró, claramente las dos historias eran completamente distintas.
-waw...
-por lo que sabemos el TCRI es solo una empresa de tecnología avanzada e innovación, aquí al menos- dijo Don algo inseguro.
-De dónde venimos es...más complicado- Dijo donnie alzando los hombros con levedad, Mike escuchó atento pero en cuanto Leo finalizó la historia se levantó, ya había terminado de comer y quería irse.
-oooookey, adiosito- La tortuguita de caja trató de irse otra vez.
-espera un momento naranja.
-Agh- Mike se detuvo en la puerta al escuchar el llamado de su padre.
-¿por qué no llevas a tus hermanos y a tus invitados e?-sugirió, la verdad es que quería molestar un poco a Drax, sabe que no le gusta mucho la compañía.
-Oh, pues, si quieren venir...
-claro que quieren- volteó hacia sus hijos que ya estaban mirando hacia otra parte como si de repente algo muy interesante colgara de las paredes- ¿verdad hijos míos?-preguntó con una sonrisa inquietante.
-aaam, puedes...- el rojo no sabia que decir, solo sabía que no tenía ningún deseo de ir.
-Si ¿por qué no?-dijo Leo después de un corto silencio.
-Bien, VAYAN- fue más una orden que nada. Se levantaron de inmediato, después de todo ya habían terminado de comer.
-okey jeje, pónganse algo antes de salir-advirtió Mike, ellos asintieron y fueron a buscar un poco de ropa, Raph conduce.
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En algún lugar de la ciudad, o bueno, en su departamento de quinta dormía tranquilamente, es domingo, el ultimo día que le quedaba para descansar de tener que ver a ese montón de crías humanas insoportables, si bien su nuevo hogar no era el más lujoso tenía una cama muy confortable y el ruido que hay en la calle no se escucha a esas alturas, al menos la mayoría del tiempo. Desde que la vieja cabra vive en el mundo humano ha adoptado una rutina muy cercana a la de un trabajador humano de su profesión, sin embargo es muy desgastante tratar con adolescentes, cocinar y además limpiar. Necesitaba dormir o le daría jaqueca. Apenas eran las 8 o 8:30 de la mañana y resonó un golpeteo violento casi derrumbando su puerta. Gracias a sus "instintos de guerrero" despertó, se levantó, tomó una tubería del desagüe salido de la cocina, corrió a la puerta y abrió en te menos 3 segundos, quizás 2, sus pezuñas resonaban sobre la madera, si acaso Abril trataba de dormir abajo también había despertado. Apenas la puerta se abrió estuvo listo para echar a quien sea que golpeaba tan endemoniadamente un día domingo por la mañana, su imponente figura y su rostro furioso espantaron a cualquiera, menos a estos chicos, en especial al menor. Cuando su vista recorrió los ojos un tanto sorprendidos de sus visitantes y descendió hacia la cálida sonrisa del menor de todos, sólo entonces, bajó el pedazo de metal que sostenía en el aire. Suspiró en un gruñido y se talló los ojos con su mano libre mientras se apartaba dejándolos pasar.
-Buenos diaaaaaaas
-eran buenos...
-¿a?
-hola Miguel-saludó de mala gana mirando desganado como el agua del desagüe que había destruido se esparcía por el piso lentamente.
-Yo arreglo eso- dijo Don apresurándose a sacar sus brazos mecánicos y su bö. Después de todo Abril vivía abajo, si lo dejaban así el agua se escurriría hasta su apartamento. No era un lugar muy grande pero la ausencia de muebles les daba espacio a todos para entrar. Leo y Rafa miraban extrañados al Yokai, ¿es ese el responsable de mutarlos?¿ el gran "guerrero alquimista"? Su piel de morado rojizo o tal vez un magenta oscuro tenía varias cicatrices minúsculas como de rasguños o cortaduras, su cabello largo y despeinado caía despreocupadamente, era de rasgos toscos, quijada afilada y ojos amarillentos de pupilas rojizas, unas horribles ojeras oscurecían aún más su expresión, con facilidad le echamos un par de siglos más de los que ya tiene. Aún y con ese desgaste se notaba muy fuerte (ignorando el detalle de que mucha de su energía fue drenada un tiempo atrás), tal vez en su momento realmente fué una amenaza.
-¡no me miren así!- exclamó el yokai, Rafa y Leo no eran conscientes de sus miradas juzgadoras- y pensar que creí que cuatro era poco, el doble es multitud...-La tortuguita de caja abrazó a la cabra cariñosamente, restregó su naricita en su estómago en vista de que era lo más arriba que podía llegar en ese momento. A pesar de cualquier intento por negarse al amor de la tortuguita no podía, ese era como su mayor poder, manipulación le llaman.
-¿como has estado? si quieres te podemos ayudar a remodelar este lugar, para que lo sientas mas como en casa- sonrió.
-estoy bien así, las cosas humanas no son mis favoritas.
-oookey- susurró soltando el agarre- ¿ya comiste?
-no- respondió sin más, tenía intenciones de decir; Es domingo en la mañana, debería echarlos para seguir durmiendo. Mike entonces se apresuró a abrir el refrigerador en busca de algo para cocinar.
-Yo te haré algo de desayunar.
-como quieras- estuvo a punto de preguntar el porqué de su visita pero por suerte recordó que los domingos Mike viene a visitarlo. Tal vez si lo preguntaba la pobre tortuguita se sentiría mal pensando que lo olvidó y eso era lo último que quería. La cabra se sentó en un sofá desgastado que estaba apoyado en una de las paredes, Raph y Leon ayudaban a Mike, tendrían que ingeniárselas si querían hacer algo decente con la poco, nada y horrible comida que quedaba en el refrigerador. los demás inspeccionaban con la vista el lugar, algo incómodos al no saber qué hacer, si ayudar o hablar, quizás presentarse apropiadamente. El líder azul volteó a ver a sus hermanos, Donnie y Rafa solo alzaron los hombros y se separaron por el departamento como si fuese de lo más peculiar, Draxum sabía que solo no querían interactuar con él y de hecho no tenía ningún problema con ello. Sin embargo por el brazo del sofá se asomaba una cabeza pecosa de ojos azul cielo, brillantes y observadores. El yokai levantó una ceja, claramente era la contraparte de Mike.
-hola- saludó, Draxum relajó su expresión un poco- :)
-hola...¿se puede saber cómo terminaron en esta dimensión?
-nos absorbió un portal :0
-por supuesto.
-pronto volveremos a casa...
-Su padre debe estar muy preocupado-La tortuguita pecosa asintió algo apenado, a veces no tenía tiempo de pensar en eso, pero ahora que lo mencionaba, su padre debe estar muy triste, se preguntaba si los extrañaba tanto como ellos a él- tranquilo, con los cálculos correctos será como si nunca se hubiesen desaparecido... Pero de lo contrario, conociendo a esa vieja rata, los va a buscar incansablemente- Mikey asintió acercándose un poco más a la cabra, Leo se puso a su lado como casi vigilándolo- una vez capturé a estos niños, no fue tan difícil- sonrió ante el recuerdo apuntando a las tortugas- fue para atrapar a Lou y vaya que funcionó, estaba como loco jeje...fue sabiendo que estaría en desventaja- ahora los cuatro lo estaban escuchando, ahora les parecía diferente, fue un villano y responsable de la mutación, seguramente batallaron muchas veces con él y aún después de todo eso se volvió parte de la familia. El único detalle en la historia es que se refería a Splinter como "Lou" lo cual no les hacía ningún sentido- No dudo en que Lou me mataría si algo les llegase a pasar a ustedes.
- :O
-:O
-:O
-:O
-Listo- anunció Don tras haber terminado de arreglar el desagüe, y con arreglar me refiero a que mejoró su funcionalidad en un 200%. Casi al mismo tiempo Mike terminó de hacer un buen sándwich tostado rescatando una pizca de queso y pedazos de vegetales que restaban en el refrigerador casi desierto. La pequeña tortuguita le entregó el plato amablemente.
-Gracias Angello- Dijo Draxum con el tono más suave que pudo- Esperaba solo a Miguel Angel hoy pero vinieron todos.
-Papá nos dijo que viniéramos a "acompañarte"- contestó Leon haciendo comillas con sus manos. Draxum suspiró, esta fue idea de Splinter. Le dio un mordisco a su sándwich tranquilamente, en realidad no sabía qué hacer con tanto chamaco en su casa, ni que fuera niñera, de por sí con cuatro ya estaba hartando.
-CHICOS, TENEMOS PROBLEMAS- dijo Don interrumpiendo el desayuno del yokai, todos en la sala voltearon a verle- hay un robo en progreso en la 16, en una casa de empeño, basado en los reportes de la policía intuyo que se trata de los hermanos Sando.
-¿los qué de cuando?-Preguntó Leon, a Draxum le daba igual los asuntos de los humanos, un robo más, un robo menos.
-los circenses, son unos tipos de cangrejos ¿no los recuerdan?- dijo Raph, una par de veces tuvo un problemita con ellos.
-¿De que se trata Don?-preguntó el líder azul dando un paso al frente.
-el local está abierto, entraron a plena luz del día, la policía está en camino, llegaremos antes si salimos ahora.
-entonces es hora de movernos- Las tortugas se apresuraron a salir de ahí, Draxum se quedó ahí comiendo con total tranquilidad.
-Tu tambieeeeeeén-canturreó Mike arrastrando a la cabra fuera de su departamento con una fuerza que nadie creería que tiene.
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Los hermanos Sando solían ser acróbatas pero desde la mutación sus vidas bajo los reflectores llegó a su fin, sin trabajo no hay dinero, sin dinero no hay comida, queremos dinero para comer, y para eso queremos trabajo y ¿Quién le da trabajo a mutantes en esta loca ciudad?... tal vez.
Aunque, robar es muy riesgoso ¿verdad? por donde podrías terminar si los humanos te atrapan.
Los hermanos salieron destrozando la pared que daba a un callejón en la parte trasera, no tenían ganas de lidiar con la policía. Los humanos que estaban en la tienda al momento del atraco fueron algún tipo de rehenes por un tiempo, tomaron esto como una señal para huir en busca de ayuda.
-El trabajo más fácil del mundo.
-tu lo haz dicho hermano- chocaron tenazas orgullosos de su desempeño.
-Alto ahí- se escuchó la imponente voz del líder de rojo, los hermanos Sando miraron hacia arriba sobre una azotea, a pesar de ser de día las sombras que formaban los edificios en este callejón solo dibujaban la silueta de la mordedora, claro está que es inconfundible. Don, Leon y Mike estaban junto a él.
-Son las tortugas otra vez-dijo el de la izquierda.
-jeje, no hay problemas, podemos acabarlas- sonrió el de la derecha. Justo entonces Leo y su equipo se asomaron por el borde de la azotea y esa sonrisa se desvaneció. ¿Qué? ¿Se multiplicaron? cómo es que ahora son el doble de tortugas- ooou.
-...hermano ¿piensas lo mismo que yo?
-definitivamente- ambos salieron corriendo.
-que no escapen- dijo el líder azul a modo de ordenanza, las tortugas, por descolocado que suene, eran más rápidas que estos acróbatas mutados, los alcanzarían en un momento. No habría problema alguno de no ser porque estos mutantes decidieron huir por la vía pública, sin ningún temor al ser vistos, seguramente creyeron sería su única forma de escapar (lamentablemente tenían razón), las tortugas son ninjas, no pueden arriesgarse a revelar su presencia, incluso si sus enemigos lo hacían primero. Los cangrejos subieron a un auto que casi los atropella, el conductor bajó y salió corriendo despavorido, él y otras personas que rondaban el lugar, desde ahí arriba vieron al enorme líder de rojo y a sus compañeros detenerse justo antes de tocar la luz del sol, manteniendo sus siluetas en la sombra, rieron a la distancia pensando para ellos mismos que eran demasiado cobardes como para dejarse ver.
-tranquilos- susurró Don subiendo al caparazón de su hermano mayor, transformó su bö con solo tocar un botón en una clase de rifle o francotirador.
-Am ¿Don?
-shhh- apuntó y en cuanto los vio voltearse para desaparecer por otro sitio disparó, un disparo silencioso, se trataba de un artefacto pequeñísimo con el porte de una bala pero al dar con su objetivo era casi imperceptible. Un rastreador que quería probar. Los hermanos Sando ni cuenta se dieron.
-essssso.
-¿qué era...eso?-preguntó Donnie.
-Esa era una cosita que guardaba para cuando se presentara la ocasión, un rastreador.
-Ou :°
-Bien pensado Dee- Dijo Leon sonriéndole a su hermano, el se mostró soberbio pero pronto se le bajaron los humos, el pánico de los humanos trajo a la policía, debían ir a un lugar seguro para monitorear la ubicación de los cangrejos. Ya dentro del tanque Don tocó un par de botones en su brazalete y de él emergieron un par de pantallas gigantes, una de ellas tenía un recuadra con información:
-Rastreador P1: ACTIVO (se mostraba con un puntito verde claro brillante a un lado.
-Estado: Funcional (estado del rastreador, por si es removido o destruido)
-Salud Sujeto: Estable (por si el objetivo del rastreador muere o aumenta su frecuencia cardiaca.
-Temperatura: 27°C (para determinar el estado del ambiente donde está ubicado)
-Ubicación: (un conjunto de números señalando las coordenadas y dirección correspondientes a medida que el sujeto se desplazaba)
-Rastreador P2: INACTIVO.
-Rastreador P3: INACTIVO (P2 y P3 estaban con un puntito rojo a un lado señalando que aún no eran utilizados).
Mientras tanto en la segunda pantalla se mostraba un mapa con un punto brillante en movimiento, era muy fácil de comprender, el punto es uno de los cangrejos, el mapa enseña en donde está, se está moviendo por las calles, cuando se detenga sabrán dónde atacar. Simple. Claro no perderían el tiempo, seguirán desde su vehículo la señal hasta que sea posible entrar en acción ¿la misión? recuperar el artefacto robado, devolverlo a su dueño y dejar a los hermanos Sando sin ganas de robarlo otra vez.
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No pudieron correr entre la gente mucho tiempo, debían ocultarse y para ello optaron por ir con su empleador, la persona que les había pagado para robar el dichoso objeto, por cierto¿que era? ¿por qué armaron tanto alboroto? y espero que sea algo que valga la pena...
Los cangrejos de ropajes coloridos y exuberante porte avanzaban a volteretas de edificio en edificio con un destino en mente, uno de los edificios más altos de la ciudad y me atrevo a decir también que uno de los más importantes si hablamos de negocios. Así es, estoy hablando del hotel de cierta viuda negra. Nuestra dama del Nexo. Pronto llegaron a su destino, los humanos comunes y corrientes rara vez entran a este hotel y nunca se quedan, tiene pintas de prestigio claro está, con una exclusividad tal que solo pueden hospedarse seres mágicos. jeje, ok. amm, los hermanos entraron como si fuese casa propia, no se molestaron en anunciarse y se encaminaron al elevador conversando entre ellos sobre la simpleza de su escape -tortugas miedosas- decían -estúpidas y miedosas- teniendo ventaja numérica, más velocidad y fuerza tenían todo para ganar y atraparlos ¿y aún así se detuvieron? Já. Ignoraban completamente el hecho de que aquí los estaban vigilando (o monitoreando...es igual)
El joven yokai del elevador los llevó al último piso, una preciosa oficina de techo alto, alfombrado rojido y paredes encuadradas, un enorme ventanal se ubicaba a las espaldas del escritorio principal, algunas plantas decoraban el espacio y en el medio de toda la habitación, como la joya del lugar, una dama de facciones amables, cabello plateado y ropa púrpura de fina manufactura. Les estaba esperando, como sabiendo de antemano que se aparecerían por ahí. Les sonrió con dulzura y saludo carismatica, los cangrejos hicieron una pequeña reverencia antes de extenderle el objeto (lo llevaban oculto entre su ropa), dijeron que fue pan comido, no hubo problemas, era una pequeña pieza, lucía como un pisapapeles de una caracola, estaba pegado a una base de madera de forma tosca, lucía como un regalo barato y seguramente lo había vendido porque lo único que hacía era ocupar espacio en casa. Sin embargo, las cosas no siempre son lo que parecen ¿o sí? La mujer tomó la caracola cuidadosamente para luego desprender la base de un tirón y dejarla caer al suelo con cierta impaciencia.
-bien hecho muchachos- felicitó a los mutantes, esa insignificante caracola de a penas unos 10 centímetros de tamaño de hecho era la última coraza de Sazae Oni que quedaba en el mundo, una raza extinta de yokai, vale mucho, vale tanto como para adquirir otro orbe glix de ser necesario (el tren tiene que regresar a las vías). ¿Cuánto podría pedir por él? pensaba y se deleitaba con las cifras que aparecían en su mente, como algo tan valioso puede terminar en los peores lugares solo porque no saben reconocerlo es de lo más conveniente para esta reina del mercado negro, ella tiene ojos y oídos en todos lados. Demasiado leales, todos atrapados en sus telarañas. Estos cangrejos no tienen idea del valor del cachivache ese, no saben que les están pagando una miseria por él y que además seguramente esta mujer mande a sus matones a agarrarlos y llevarlos a su arena de pelea, que cosas ¿no? La mujer despidió a los cangrejos espléndida como siempre y cuando se voltearon para irse un detallito en el hombro de uno de ellos le llamó la atención-esperen un momento-llamó, ellos obedecieron no queriendo faltarle el respeto a tan distinguida dama, ella (aún en su forma humana) se puso de puntillas cerca del mutante y retiró con una pizca de asco la pieza que tenía adherida, era algo viscosa y se veía como un cubito pequeño como del porte de una balin, era de color morado y con pequeños detalles como hilos rectangulares, solo líneas rectas, un orifico minúsculo en la pieza irradiaba una luz amarilla, le resultaba extrañamente familiar, sospechoso a más no poder.
-¿Qué es eso?-no pudo evitar preguntar a uno de los cangrejos.
-ni idea, creí que era caca de paloma pero ya no sé-el otro le contestó. Big mama frunció el ceño, no podía recordarlo pero algo le decía que esto no significaba nada bueno, su instinto gritaba que era peligroso, muy peligroso, presionó el broche perlado de su cuello y se transformó en la enorme criatura que es realmente, una araña oscura de dientes chuecos, ojos rojos, cabello verdoso y pinzas en lo que serían sus patas para darle más ferocidad.
-¡TONTOS!-gruñó, ahora que les supera en tamaño realmente causaba temor en sus corazones-¡DIJERON QUE NO HUBO PROBLEMAS!¡¿QUÉ ES ESTO?!-gruñía, las corazas de los mutantes parecían castañear.
-n-no sabemos-tartamudeo uno al hablar.
-¡DIGANME LA VERDAD!
-s-solo nos topamos con la policía...y con las t-tt-t.
-¡¿LAS QUE?!
-l-las tortugas, señora-completó el otro, Gran mamá retrocedió un paso, otra vez eran esas tortugas ¿que acaso jamás la dejarían en paz? La última vez que las enfrentó no salió nada bien para ella y ahora que se recuperaba, ahí van otra vez, a desmoronar sus planes. En serio que detestaba a cada uno de ellos y este aparatito tiene toda la pinta de pertenecer al morado. Ni siquiera supo identificar para qué servía, pero sea lo que sea lo estrujó entre sus manos haciéndolo polvo.
-Siempre son ellos ¿verdad?- suspiró decaída, y con razón, imaginate ser una de las mayores mentes criminales y tener más problemas con los hijos de tu ex que con la policía misma.
Los hermanos Sando se miraron entre sí ante el repentino cambio de actitud de la yokai, justo entonces en ventana detrás del escritorio chocó una especie de artefacto, un círculo de luz tenue se trazó en el vidrio y luego este se derritió como si nada abriendo un enorme agujero el cual atravesaron, adivinen quienes, claro que si, las tortugas (y un hombre cabra que de hecho fue arrastrado a la escena). No eran cuatro esta vez, si no ocho +Draxum, que habían atravesado un portal para llegar a esa altura y luego abierto espacio y aterrizado dentro de la oficina. La dama araña gruñó entre dientes cuidadosamente buscando algo entre sus ropajes, una pequeña piedrita que usaba para llamar a sus trabajadores en caso de alguna emergencia.
-Detén lo que sea que estés planeando Big mama- dijo Leon demandante, su contraparte no podía quitar la vista de la viuda negra, al fin estaban frente a frente con ese ser del que tanto les habían hablado.
-Y buenas tardes para ustedes también, ¿acaso Lou no les enseñó modales?- dijo con un tono algo ofendido pero una gran facilidad al habla pronunciando cada palabra de forma correcta.
-ou, sip, buenas tardes- saludo Raph, sus hermanos lo miraron sin saber realmente si debían decirle algo o no.
-Hay una puerta y un elevador, deberían aprender a usarlos- continuó hablando con el fin de ganar tiempo pero esa treta no es muy difícil de descifrar, Draxum que a regañadientes acompañaba aquí dio un paso al frente, tal vez ya no es lo que era pero seguía teniendo el orgullo, la dignidad, las agallas y la fuerza para enfrentar a esa monstruosa mujer.
-guárdate tus palabras mujer ¿que fue lo que robaste?- Gran mamá aún tenía la caracola en una de sus manos, la ocultó en un puño inconscientemente revelando la ubicación de dicho objeto.
-Varón Draxum, eres la sombra de lo que alguna vez fuiste, es realmente una pena-dijo acongojada. El hombre cabra solo bufó algo irritado con su actitud engañadora, claro está que esa mujer no siente ni una pena.
-Debe tenerlo ella- susurró Donnie a el líder de rojo. Este asintió.
-¿y porque son tantos de repente?-preguntó la mujer con verdadero interés esta vez, ahora parecían un regimiento o una manada. Sus lacayos estaban subiendo por las escaleras y el ascensor, pronto arribarán.
-¿y a ti que con eso?-Rafa sacó sus sais, la verdad es que la situación se le hacía más y más aburrida a casa segundo, sus puños quieren golpear algo. Por suerte para él pero mal para todos en general, los yokais que trabajaban como botones en el hotel entraron tanto por las puertas del ascensor como por las laterales, pronto los hermanos Sando perdieron cualquier protagonismo, querían salir de ahí lo antes posible. Las tortugas se encontraban acorralados entre el ventanal y un ejército de yokais con Big mama en el centro mostrándose ahora más segura convencida de tener la ventaja una vez más. El líder azul sujetó firmemente sus katanas, así mismo sus compañeros levantaron sus armas y se pusieron en posición para pelear.
-Cuando quieras Raph- dijo Leon viendo a los enemigos prepararse, pronto atacarán si no atacaban primero.
-¿Listos? Oye Leo-llamó al azul que lucía un tanto nervioso-Mira esto- Leo no sabía a qué se refería, Raph apretó el agarre de sus tonfas y con su brazo derecho retrocediendo (como a punto de dar un golpe) le dedicó una sonrisa. Su brazo se rodeó de una energía rojiza, el mismo poder que habían podido ver en otras ocasiones, con la diferencia de que esta vez ese holograma de su puño y antebrazo se hizo amenazadoramente grande y cuando el líder rojo le dió un golpe al aire el puño hizo lo mismo, solo que este golpeó a la mayor parte de los yokais que no atinaron a quitarse, el elevador también se hizo añicos y las paredes amenazaban con desplomarse. Los cuatro visitantes abrieron bien grandes los ojos, un solo golpe, solo uno, fue suficiente para mandar a volar a medio mundo- Ataquen.
-¡ATAQUEN!-exclamó la araña encaramada en una de las paredes lejos del movimiento, algunos de sus trabajadores estaban fuera de combate y otros con fuertes golpes pero de pie. Seguían las órdenes incluso así, una lealtad ciega los obligaba.
Leon meneo la espada en el aire abriendo un portal, así mismo avanzaba, uno tras otro, desapareciendo y reapareciendo en patrones irregulares e impredecibles, dando golpes y cortando (veloz pero preciso) preocupado también de no dañar gravemente a los yokais que solo seguían ordenes. Michael giró en el aire el hilo de su kusari fundo con tal velocidad que parecía dibujarse un círculo naranja en el aire, luego lanzó el extremo de este hacia un grupo de enemigos que se aproximaba por la izquierda, cualquiera creería que no apuntó bien pero resulta que no pensaba darle a nadie en especial, solo hacer que la cierra pasar por su lado para luego quedarse suspendida en el aire y encenderse en llamas, la risilla del demonio que vive en ella resonó con fuerza y pronto se enredó por su propia cuenta al rededor del grupo de feroces criaturas, levantó a los enemigos como si no pesaran nada y les hizo dar varias vueltas en el aire matándolos al punto de casi hacerlos vomitar para luego dejarlos caer y repetir el proceso con otros. Raph no se preocupo de pensarlo mucho y arremetió hacia adelante atropellando a los yokais, cuando quisieron atacar con sus armas únicamente tuvo que crear un campo protector de energía, el filo de sus garras, espadas o cuchillos se encajaba ahí sin hacerle ni un rasguño. Mientras tanto Don se encargó de localizar a la dama araña que se ocultaba en la penumbra buscando el ángulo perfecto para atacar, el no tenia esos poderes de los cuales sus hermanos tanto alardean, prefirió un artefacto estratégico en esa ocasión, sin embargo no se quedaba atrás sólo siendo él mismo. Pronto la araña trepada en los rincones fue delatada por sus invenciones, mirando con sus gafas le fue muy fácil verla a pesar de la oscuridad, según su escáner lo que la araña guardaba celosamente entre sus garras no era nada más y nada menos que un fósil de millones de años, probablemente valía una fortuna (infirió) sabemos que hay un caos en la sala, ir a pelear ahora sería contraproducente, el equipo deberá dividirse otra vez, alguien debe vencer a la reina. Draxum usando lo poco que queda de su magia invocó unas extrañas raíces púrpuras con venas fucsias tratando de amarrar las patas de la yokai, pero esta rápidamente bajó haciendo sonar un estruendo, Don giró su tech-bö hábilmente y sin esperar reacción de sus compañeros fue el primero en atacar, no podría con ella él solo, Leo atinó a cerrar la boca y pelear. Draxum intento atraparla otra vez teniendo éxito, dos de sus patas traseras ahora estaban atadas al suelo, sin embargo esa sería toda su ayuda por este lado, detrás de ellos algunos enemigos se acercan, les cuidará la espalda. Rafa logró dar un fuerte puñetazo en el rostro de la mujer pero eso solo la hizo enojar mas, junto con un extraño sonido proveniente de su garganta la viuda negra le escupió una clase de telaraña pegajosa adhiriéndose al suelo, Donnie fue a ayudarlo cortando como podía la seda que lo fijaba al piso. Leo noto como el filo de su katana no podía penetrar la piel en las patas de la araña, no sabía cómo podría vencerla ¿deben cansarla? tal vez inmovilizarla, su cabeza pensaba en un plan frenéticamente.
El bö de Don se transformó en un puño metálico y de la parte de atrás de este se encendieron unos cañones que le daban aún más potencia, impulsándolo directamente al estómago de la mujer.
-¡Mikey!-exclamó como señal, la araña cayó de espalda, debido al enorme peso de su cuerpo le sería un tanto difícil ponerse otra vez de pie, el pecoso entendió lo que quería decir después de un par de segundos y se apresuró a encadenar las patas de la araña, al menos las más grandes, ahora no dejaba de retorcerse en un intento de soltarse o levantarse, sus tropas estaban muy ocupadas peleando. Gran mamá gruñó furiosa y frustrada, tal vez si hubiese sido solo los cuatro de siempre habría ganado, pero es obvio que ya no tiene como escapar de aquí. La hoja de la katana del líder azul apareció frente a su rostro, amenazando con atravesar la cuenca de sus ojos y llegar a su cerebro, una muerte asegurada.
-Retira a tu gente antes de que haya más heridos-dijo Leo con una seriedad extraña que casi hace reír a Don, pero se contuvo. La araña suspiró usando sus patas más pequeñas para activar su broche de camuflaje, entre una extraña flama regreso a su forma humana, sin embargo aunque reaccionaron esperando que intentara algo, en cuanto estuvo libre se limitó a levantarse y a sacudir su ropa, su rostro lucía severo pero mantuvo la compostura, con un ademán tan simple como levantar la mano todos sus lacayos se quedaron quietos y comenzaron a salir inmediatamente, llevando con ellos a los heridos o noqueados. Leo seguía apuntando a la dama con la katana sin intenciones de bajarla. Leon, Mike y Raph dejaron de atacar en cuanto los enemigos comenzaron a retirarse, con extrañeza regresaron a acompañar al equipo.
-miren nada mas como dejaron mi oficina- dijo otra vez con su tono dulce que ya nadie le creía, las tortugas esperaban que les diera el objeto de una vez- aagh, ¿y para que lo quieren?-suspiró enseñando en la palma de su mano, Leon lo tomó velozmente y se lo entregó a Don para que lo guardara en su escudo.
-Solo estamos aquí por que lo robaste-confesó Raph listos para retirarse con su equipo-si tanto lo querías pudiste comprarlo...-ella se rio entre dientes mientras Leon abría un portal, no podían hacer nada mas con ella, si la mataban alguien peor tomaría su lugar, si la encerraban pasaría lo mismo o sus fieles tratarán de liberarla, a estas alturas era casi un caso perdido. La mujer sonrió.
- ¿Dónde está la diversión en eso?
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Por cierto, feliz halloween.
se entierra entre los cojines de un sillón*
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