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El camino a casa

-y entonces Raph dijo; Oye Leo, mira esto-imitó su voz poniéndose las manos en su cintura de manera diligente-y de repente PUM, un brazo gigante apareció de la nada por arte de magia y PAM la mitad de los yokais locos esos salieron volando.

-no fue la mitad, varios se quitaron-Raph interrumpió el relato del pecoso que cargaba en su espalda.

-No fue la mitad porque fue más de la mitad-continuó- luego Leon blandió su espada y desapareció dentro de un portal, volvió a aparecer del otro lado de la habitación, en el techo, en las paredes, estaba en todos lados y en ninguno-continuó, Leon esbozó una sonrisa orgullosa- mientras tanto Mike, y aunque siento que estoy hablando en segunda persona.

-tercera-corrigió Donnie.

-Transformó su arma en fuego y atrapó a los malos para sacudirlos en el aire, pero la dama araña nos acechaba y cayó del techo, el señor cabra logró apresar algunas de sus patas en raíces extrañas que crecieron de la nada pero no fue suficiente, después de batallar un rato Don transformó su bö en un puño de hierro que dio justo en el estómago de la yokai derribándola- Draxum bufo por el poco protagonismo que le dieron en el relato, sin embargo se abstuvo comentar cualquier cosa, extrañaba una buena pelea, es un guerrero a fin de cuentas, es una buena historia, los demás oían la versión que Mikey preparó de su misión, tal vez la contaría cuando vuelvan a casa. Como un cuenta cuentos.

-todos estuvimos ahí hermanito-dijo Leo ayudando a Mikey a bajar del caparazón del gran rojo, no quería que lo molestara mientras conducía.

-¿cómo consiguieron esos poderes? ¿nosotros podemos también?-La verdad es que estaba fascinado con esa magia, Los demás también, un poder nunca antes visto. Leon rió un poco.

-No sé, nosotros se los robamos a Draxum-apuntó a la cabra que se encontraba de brazos cruzados en la parte de atrás, Mike iba conversando con él (o hablando y él escuchaba)- pero creo que las otras armas que habían fueron destruidas en un accidente.

-en el cual no tuvimos naaaaaada que ver-complementó Don.

-oooh, que mal-suspiró el pecoso, Donnie un poco más lejos hizo lo mismo, en serio le habría gustado llevar una de esas a su dimensión para examinarla.

En fin, a sido un día largo, un buen dia en general, decidieron quedarse con la caracola, si la regresaban esa mujer no dudaría en robarla otra vez, así que se la darían a Splints como regalo para que la ponga por ahí y luego enviarán un pequeño donativo al dueño por las molestias (con enviarán me refiero a Don por supuesto). Enfrentarán lo que se les oponga si así lo quiere el destino, sin embargo esta aventura debe llegar a su fin.

Un par de días después el algoritmo estuvo listo y la máquina terminada, todas las piezas bien acopladas y soldadas entre sí, el armazón de la celda estaba perfectamente fijado, dentro de él, en su propio trapezoidal, se conectaba el orbe, la energía que se desprende de él era generosamente recibida y almacenada por la celda, gracias al ingenioso mecanismo que los genios de morado inventaron, ese poder se distribuía a todos los campos de la estructura, incluso conectado no podría sobrecalentarse y apagado la fuente se desconectaría automáticamente, revisaron la máquina innumerables veces, los cálculos precisos, ni una solo falla sería admitida, están jugando con el tiempo espacio, lo que menos quieren es una brecha dimensional, un error temporal o que explote. Una vez todos estuvieron lo más seguros posibles de que estaba terminada se encargaron de calibrar el destino, la katana de Leo fue esencial para ello, como su gemela había quedado en la otra dimensión y eran de carácter muy parecido, representaba un lazo entre ambas dimensiones, como un código detectable, una serie de números o letras que la máquina podía reconocer. Funcionaba de maravilla, hicieron una pequeña simulación para detectar cualquier problema oculto pero resultó exitosa, ahora mismo, si lo deseaban, podían regresar a su dimensión.

Ese sería su último día en esta dimensión colmada de luces, colores y maravillas, extrañarán este lugar, incluso si tuvieron que enfrentar muchos peligros, misiones interminables y el chocante cambio de ambiente que se sentía en el aire... Ahora que miraban el arco metálico de la máquina perfectamente listo para comenzar a funcionar no podían evitar recordar las mejores partes de este mundo, la belleza de sus paisajes, la magia, la diversión, la familia. Tal vez esa última sea una de las cosas más importantes que pudieron apreciar, un sentimiento que iría con ellos en su viaje. Las cuatro tortugas estaban frente a frente con el artefacto, bastaba con presionar unos cuantos botones para enviarlos de vuelta, regresarán unas cuantas horas después de cuando fueron absorbidos en primer lugar, en el mismo sitio, casi parecerá que no se fueron. Pero...ahora, mirando los rostros de sus versiones residentes sienten cierto apego, no querían irse, no aún, falta algo, una despedida, un último recuerdo para atesorar en el futuro.

-oigan- Mikey interrumpió el silencio que reinaba en el taller, todos voltearon a verlo, escuchándolo con una atención que muy pocas veces le daban- el señor Hueso tiene un restaurante ¿no? tal vez podríamos ir a visitarlo antes de irnos...-comentó mirando a sus hermanos mayores y luego a el gigante rojo, como pidiendo permiso a ambos.

-si, podría ser ¿verdad Raphie? una última salida-preguntó Mike a favor de la idea.

-claro, si quieren podemos ir-contestó Raph mirando al líder azul a modo de pregunta.

-no veo porque no- contestó más rápido de lo que esperaba, sus hermanos lo apoyaron, la verdad es que todos opinaban lo mismo, eso era lo que faltaba, algo para decir adiós.

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–¡huesitoooos!

-me lleva la que me trajo...

-yo también te extrañé-sonrió la tortuga de franjas acercándose al yokai que na' más se hacía para atrás- ¿tienes una mesa donde quepamos todos?

-si abres los ojos y la buscas tal vez la encuentres.

-ay gracias, eres el mejor huesitos-el dueño del local solo bufó y saludó con la cabeza a los demás para luego ir a atender sus asuntos, tiene trabajo que hacer. Hace ya un tiempo habían escuchado de este lugar, un restaurante detrás de un grafiti en un callejón, curioso que conocieron al dueño por accidente antes que el mismo establecimiento.

Al fin podían ir ahí, había ya varias mesas ocupadas, se notaba que era un lugar con alta demanda, seguramente no hay muchos locales en la superficie a los que los seres como ellos puedan acudir en su verdadera forma, un lugar muy acogedor, sí. Y a juzgar por el aroma la comida debe ser igual de buena. Al final después de dar unos pasos Leon divisó una mesa grande con los suficientes asientos para todos ellos, Splinter y Abril también fueron invitados y no dudaron en acompañarlos (habrían invitado a Draxum también, pero ahorita es algo así como un delincuente buscado y no queremos que nadie lo reconozca, ya tuvo su dosis de tortugas dimensionales esta semana a fin de cuentas). Con todos en sus lugares y bien cómodos cada quien ordenó lo que le vino en gana, una lista larga sin duda, más de lo usual, alguien iba a tener que pagar todo esto y le dolería en el alma (y en el bolsillo). No entraré en muchos detalles pero está claro de que lo que todos pidieron fue pizza, cada quien con sus ingredientes diferentes, la orden más destacable fue la de Mikey -un poco de todo- dijo, y un poco de todo es lo que tendrá.

Conversaban de temas triviales o una que otra duda que quedaba en el aire por resolver, historias fantásticas de alienígenas, el espacio exterior, viajes en el tiempo, monstruos y mutantes, aventuras que los mismos residentes de esta dimensión no habían tenido tiempo de experimentar jamás. ¿Dinosaurios espaciales? ¿Plantas asesinas? ¿criaturas de otras dimensiones? O bueno, esta ultima ya dejó de ser un mito y se volvió alarmantemente posible, Don tenía razón, todas sus teorías se hicieron realidad en el instante en que estas nuevas tortugas pusieron un pie en este plano en el tiempo espacio...Ejem, cosas interesantes, muy interesantes, Y otras no tanto, un chiste por aquí, uno por allá, aquí vinieron a compartir, pronto su comida llegó a la mesa y podrían continuar los relatos con algo en el estómago.

- ¿Qué son esas cosas? -pregunto con algo de asco la tortuga de rojo, en las pizzas de Don, Leon y Mikey habían unas cosas extrañas retorciéndose, como gusanos verdes o azules.

-Tienes que probar una de estas-dijo Leon con la boca llena, Mikey asintió masticando el suyo, aún se movía incluso si lo que era la cabeza había desaparecido en sus fauces. Rafa negó enérgicamente sin intenciones siquiera de mirar esas cosas. Leon rio un poco antes de tragar los suyos e intentar robarle un par a su hermano de morado.

Splinter conversaba con Leo en lo que Don forcejeaba contra Leon tratando de apartarlo, Al líder azul le hacía bien conversar con este pequeño hombre rata incluso si no era en esencia su padre. Splints en serio hubiese querido que uno de sus hijos fuese tan educado, pero se parecen mucho a él cuando era joven y las doctrinas japonesas nunca fueron su fuerte. En fin, podía llevar una conversación pacífica a pesar del caos. Abril apostó 5 dólares con Raph a que Leon lograba quitarle uno de los gusanos a Don, este último se hizo el ofendido al oír la apuesta, que poca fe.

Donnie no sabía realmente cómo actuar ante ello así que se limitó a admirar el espectáculo junto a Mike y Mikey. Las tortuguitas de naranjo no tenían bando, se reían de los dos por igual.

Después de unas horas tuvieron que irse o los iban a echar :D (no ganó nadie y Don pagó la cena)

El camino de regreso a la guarida pudieron correr por los tejados en paz, es una bella noche, parecida a la noche en la que llegaron. El momento de decir adiós llegó eventualmente y la máquina se encendió una vez más, esta vez la definitiva. La katana de Leo brillaba en su compartimiento en lo que la energía se distribuía por cada pulgada de la máquina, el portal se abrió, era completamente estable.

-Bueno, fue un honor conocerlos- se despidió Leo parado frente al hermoso portal purpura, a su lado estaban sus compañeros, dos de ellos sonrientes, otro en calma no queriendo que la despedida durara más de la cuenta o se pondría triste.

-Lo mismo digo- habló Raph bajando la cabeza en un gesto de respeto aunque ya las formalidades no son necesarias (ya habían gastado sus minutos de abrazos y lloriqueos)- Saluden de nuestra parte.

-y cuidado en la bajada-dijo Don junto a la consola de control presionando el enorme y ostentoso botón rojo que hizo a los 4 ser absorbidos por el portal. Raph, Mike y Leon se despidieron otra vez viéndolos desaparecer en la luz.

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Una vez más la oscuridad se tragó todas las cosas a la vista, todo se volvió negro, helado y vacío. Luego de flotar por un segundo la fuerza lo sujetó y lo jaló hacia el túnel de luces y colores encandilantes, un sonido extraño, igual al que escuchó la primera vez se hizo más y más fuerte, retumbaba en sus oídos. ¿Y luego? Cayeron.

Con la nariz pegada al suelo el líder azul abrió sus ojos zafiros con cierta dificultad, aún sintiendo la luz darle de golpe. La tierra y polvo del suelo encementado entraron a su nariz, se levantó a punto de estornudar apoyando bien sus pies en el piso, esos viajes marean pero fué mucho mejor que la primera vez. Miró a su alrededor, sus hermanos hacían lo mismo, estaban en la bodega, estaban de regreso sin duda, reconocían el lugar. El portal de los Krang yacía en el suelo arruinado y con marcas de quemaduras, como si el viaje de regreso acabase destrozándolo. Y justo delante suyo la katana que había dejado atrás, enterrada varios centímetros bajo tierra, un hilo de energía sobrante la rodeó para luego desvanecerse.

-Hijos míos-escuchó una voz, esa voz que tanto extrañaba, que había estado tanto tiempo sin escuchar, le pareció incluso una ilusión, pero por suerte no era eso, no, todo es real. Leo levantó la vista, Don dijo que llegarían con un margen de algunas horas. Eso explicaría la presencia de su sensei en el lugar, seguro salió a buscarlos cuando no volvieron a casa. Debe ser de madrugada ya, pronto se hará de día. La enorme rata se irguió observando de pies a cabeza a sus hijos, ellos parecían debatir con ellos mismos si creer o no que habían vuelto. Sus miradas algo pérdidas se encontraron con la suya, y en tan solo un par de segundos tenía a los cuatro sobre él abrazándolo.

-¡Sensei!-gritaron al unísono, aunque Mikey le llamó "papá", sinónimos en este caso. Splinter se encontraba un tanto confundido, creyó que sus hijos tardarían en regresar, a sus ojos estuvieron desaparecidos unas cuantas horas pasada su hora de dormir, sin embargo para los muchachos fueron días, días lejos de su hogar, de su padre y sus amigos. Splinter obviamente correspondió el abrazo a pesar de sus dudas, ya pronto tendría tiempo para oír su historia.

-Tenemos mucho que contarte.

-Fuimos a otra dimensión.

-Conocimos a otras versiones de nosotros, otras, otras versiones.

-Trajimos recuerdos.

-te extrañamos mucho sensei- él suspiró.

-Estaba muy preocupado, me alegro de que estén bien- Si, fue una buen viaje, aprendieron cosas, enseñaron otras...

Pero siempre es bueno volver a casa.

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Este es el fin de esta historia, son 20 capítulos y aún así me faltaron varias cosas por escribir, como todo lo que rodea a Lou Jitsu o profundizar en sus historias, el clan del pie, el origen, destructor, pero decidí no incluirlo o simplemente no supe conectarlo en su momento. Me encantó escribirlo y espero de haya entretenido leerlo :D

Los comentarios son oro para mí, quedaron varias cosas de las que hablar, tal vez haga otra versión de este crossover (TMNT2k12 & Rottmnt) distinta, que ha estado rondando por mi mente, tal vez...pero bueno, sin más que decir... [Historia completa]

Atte. Atlas

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