Capítulo 11. / Tell me: Traitor or friend?
Tell me — Traitor or friend?
Benyamin Blake
Cargaba al pequeño rubio en mis brazos mientras esperaba a que Noemí abriera las mantas de su cama, cuando lo hizo, lo recosté con cuidado sobre el colchón para que no se despertara. Vi como la mocosa lo arropó y luego de dejarle un corto beso en su frente, ambos salimos de la habitación para por fin dejarlo descansar.
Cuando comencé a avanzar a mi habitación, su voz me detuvo.
—Hey—susurró.
Rápidamente, me volteé a verla y ella bajó la mirada.
—Gracias por decirle eso a Nate.
—No me tienes que agradecer.
—Es solo que, yo no sabía qué decirle y... tus palabras lo calmaron.
Asentí levemente volviendo a voltearme, pero nuevamente mi camino fue interrumpido.
—¿Lo extrañas?— preguntó —A tu padre digo...
—¿Tú extrañas al tuyo?— le respondí.
Ella solamente sonrió con nerviosismo —Lo lamentó, tienes razón, mi pregunta fue algo tonta.
—Algo— Admití.
Ella asintió y comenzó a caminar hasta la puerta de su habitación y cuando pensé que entraría y me volteé para caminar hasta la mía, la escuché murmurar.
—Buenas noches, Blake.
Cuando me voltee para responder, ella ya había cerrado la puerta de su habitación, pero aun así una sonrisa estiro mis labios antes de pronunciar:
—Buenas noches, mocosa.
Estábamos sentados en la mesa de la terraza. A diferencia del resto de días, hoy el sol estaba cálido y agradable, lo que hizo que Marcus pidiera desayunar en el exterior.
Marcus estaba sentado frente a mí y Nate junto a él. Nahim y Scarlett se habían levantado hace algunos segundos luego de estarse haciendo señas extrañas durante todo el desayuno.
Sabía que la chica había estado manteniendo informado a Nahim sobre la vida de su hermana, pero sin duda –y aunque Nahim no quisiera admitirlo– ambos se traían algo más.
Por mí que se quede con la morena en vez de la caprichosa e insoportable de Kiara.
Di un corto sorbo a mi café mientras Marcus le contaba a Nate que su padre solía llevarlo a él y a su hermano mayor de vacaciones a una casa con un lago tan grande como el que estaba frente a nosotros.
—¿Tus padres también te llevaban al lago, Benyamin?— me preguntó el pequeño.
—Nate—regañó Marcus.
—No, está bien— señalé —Yo desde pequeño estuve en un orfanato— expliqué al rubio, quién me miraba con atención. —Nunca conocí a mis padres biológicos. Luego cuando cumplí 13 me... fui de allí y Joan me adoptó.
No podía contarle al pequeño con máximo detalle cada parte. Cosas como; los maltratos del orfanato o lo que pasé el tiempo que viví en la calle, sin duda, debían ser omitidas. Pero me reconfortaba poder contarle una pequeña, pero sin duda la más importante, parte de la historia.
—Buenos días—murmuró Noemí apareciendo por la puerta mientras rascaba sus ojos, aún demasiado somnolienta y algo encandilada por la luz.
Cuando la mire fijamente me percate de que sus carnosos labios estaban hinchados, sus pecas se veían mucho más marcadas a la luz del sol y tenía uno que otro nudo en su cabello. Sus ojeras eran notorias, pero aun así parecía descansada.
—Hola, dormilona— le contestó Marcus.
—Emi, ¿Te sientas a desayunar con nosotros?—le preguntó rápidamente Nate.
—Beberé mis vitaminas y vengo con ustedes. —le dijo al pequeño mientras se amarraba el cabello con la liga que llevaba en su muñeca, dejando ver su cuello y nuca al descubierto.
El recuerdo de mis manos sobre su cuello, su agitada respiración y cómo sus ojos verdes me miraban expectantes, invadieron mi mente...
¿En qué estoy pensando?, Ella es una niña y peor aún es la hermanita de Nahim.
Marcus le asintió y antes de que pudiera impedirlo, ella desapareció en dirección a la cocina.
Tomé mi teléfono y rápidamente le escribí a Nahim.
Tu hermana ya despertó—
No me llevé una grata sorpresa cuando el teléfono de Nahim vibró sobre la mesa.
Carajo.
De inmediato me disculpé, poniendo la excusa de ir al baño para levantarme de la mesa y salir tras de ella.
Avance por los pasillos de la casa esperando encontrarla y distraerla para evitar un alboroto, pero sin duda había llegado demasiado tarde.
La vi parada junto a la puerta escuchando la conversación de Nahim y su amiga, en la cocina. Note como ella tenía los ojos acuosos, lo note aún más cuando se percató de que la miraba.
Abrí la boca para pronunciar una palabra, pero ella simplemente me dio la espalda y comenzó a caminar en dirección a las escaleras. No fue demasiado difícil adivinar que se iría a su habitación.
De inmediato entré a la cocina y me encontré al par aun charlando con tranquilidad.
—Ella los escuchó.— los interrumpí sin siquiera tomarme el tiempo de saber de qué hablaban.
—¿Qué dices?— preguntó la chica.
—Noemí los escuchó, no sé de qué mierda estaban hablando, no sé qué escucho, pero subió las escaleras llorando.
—Mierda— suspiró Nahim con frustración.
La morena tenía una mirada preocupada, sin duda sabía que la había cagado.
—Iré a hablar con ella—murmuró Nahim.
—No espera— lo detuvo, ella sujetando su brazo —Ella estará molesta y no querrá hablar contigo. Iré yo, ¿Sí?.—le explico.
Él se quedó mirándola en silencio, intentando descifrar qué hacer.
—¿Sí? —repitió ella, esta vez sonando más como una afirmación y él solo asintió.
Creo que ya no era el único que podía hacer, que él entrara en razón cuando algo malo pasaba, la morena también ocupaba ese lugar ahora.
Noemí Higgins
Realmente quería llorar.
Juraría que había llorado en esta semana más de lo que había llorado en todo el año.
Pero la escuché.
La escuche decirle que ya no estaba con él, que descubrí qué tenía esposa y que entonces lo deje. Escuche como él le decía que hacer cuando se fuera otra vez.
Pretender que nada pasaba no era fácil. Me pasaba la mayor parte del tiempo fingiendo que todo estaba bien; que no conocía Aditya, que no extrañaba a mi familia de antes, que no extrañaba a mi hermano, que no cometía error tras error al tomar malas decisiones. Cuando en realidad nada estaba bien, en especial mi relación con mi hermano. Y ahora debía sumar que mi mejor amiga... mi única amiga, había decidido violar mi privacidad como si fuera una niña a la que sus padres le revisan el teléfono.
Hablando de eso borraré mi historial.
No lograba comprender qué hacía que la gente se terminaba alejando de mí o traicionándome y la peor parte es que eso me hacía sentir débil.
Él ni siquiera llevaba demasiado tiempo aquí y ya pensaba en marcharse.
Maybe something was wrong between us. Or maybe something was just wrong with me.
Quizás algo estaba mal entre nosotros. O quizás solo algo estaba mal en mí.
Distrayendo mis pensamientos, la puerta se abrió y ella entró en la habitación.
La conocía tan bien que sabía que se sentía culpable. De inmediato miles de recuerdos vinieron a mi mente, preguntándome desde cuando estaba siendo engañada por ella. Pero no quería hacerlo, no quería hablar, no cuando me sentía débil.
—Largo— le dije levantándome de la cama y secando rápidamente mis lágrimas.
Odiaba que me vieran llorar, y ella era la única a la que la dejaba hacerlo.
Pero después de lo que pasó ya no quería darle ese beneficio.
—Noemí yo...
—No quiero escuchar tus estúpidas excusas.— la detuve abruptamente —déjame en paz.
—Te lo iba a decir— continuó, ignorando mis palabras —pero quería... él solo quería saber cómo estabas.
—Entonces debió responder alguna de mis malditas llamadas, Scarlett.— solté, sin darme cuenta de que había levantado un poco la voz —No tenía derecho a saber de mi vida si fue él quien decidió marcharse de ella.— las lágrimas caían por mis mejillas sin yo siquiera ser consciente de ello.
Ella solamente asintió lentamente—Tienes razón, lo lamento y-yo...
—Me delataste y me mentiste— acusé con la voz quebrada.
—Quería ayudar a tu hermano.—Se excusó torpemente.
—¿Contándole todo lo que hago?, ¿contándole que dormí con mi maestro?, ¿contándole todo lo que pasé por mi maldito trastorno alimenticio? ¿Diciéndole cosas de mi vida privada? ¿Esa fue tu forma de ayudar?—cuestione molesta— ¡Él no tenía ese maldito derecho!. Confíe en ti contándote cada cosa que me lastimaba y tú se las dijiste a mi hermano.
—Precisamente porque es tu hermano, fue que lo ayudé. Porque sabía lo mal que estabas y cuanto lo extrañabas yo no quería lastimarte Emi.— Cuando me quedé unos segundos mirándola en silencio ella solo repitió — Emi yo de verdad lo lamento, yo nunca quise...
—No me interesa.— la interrumpí —Eres una traidora.— rápidamente la tomé del brazo y la arrastré fuera de la habitación.
Sus ojos oscuros se cristalizaron y nuevas lágrimas se posaban en los míos cuando cerré la puerta frente a ella. Solté un pequeño sollozo antes de cerrar la puerta con seguro.
Era impresionante como esto dolía más que una desilusión amorosa. Porque, ella era mi mejor amiga, confiaba en ella como nunca lo había hecho en nadie, sabía lo que pensaba antes de que lo dijera, hacíamos bromas que solamente nosotras entendíamos. Ella me ayudó cuando estuve mal y se quedó a pesar de todo, me cuido cuando ni yo misma lo hacía,
Pero supongo que todo se fue al carajo, porque fue otra persona más en mi lista que prefería a mi hermano.
Rápidamente, me dirigí a mi bolsa que se encontraba tirada en una esquina de la habitación junto a mi ropa sucia.
Comencé a rebuscar dentro de ella con desesperación. Mis llaves, tampones, mi billetera...
Quizás si no estuviera tan ansiosa encontraría lo que busco.
No fue hasta que toque el objeto que buscaba que se me escapó un suspiro.
Con las manos temblorosas tomé entre mis manos el cd. No sabía lo que tenía en su interior, no me había atrevido a verlo, pero podía imaginarme un poco de que se trataba. De seguro grabaron la brutal forma en la que asesinaron a esa pobre chica. Parecería un cd normal de no ser porque tiene un número escrito con plumón rojo.
Entonces sus palabras resuenan en mi cabeza, cada una de sus amenazas están grabadas en mi mente.
"No pruebes mi poder, Noemí", "Sabes que puedo lastimar a tu familia" "sabes que sé tu punto débil y donde lastimarte".
Y eso era justamente lo que estaba haciendo.
Sabía que la desaparición de la madre de Nate justo después de tomar el cd no era coincidencia. No ayudó demasiado cuando un mensaje iluminó la pantalla de mi teléfono.
—Devuelve lo que te llevaste Solecito.
De inmediato un escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Sabía lo que venía. Él volvería a enseñarme que él está al mando. Con un poco de suerte, me golpearía y dejaría libre a la mamá de Nate. Nadie se enteraría y nadie saldría lastimado. Nadie más que yo. Y para mí eso era suficiente.
Te veo esta noche en el club, quiero negociar—
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
—————————————————
VOTA-COMENTA-SÍGUEME
(Si quieres 🥺)
Búscame como @amsc_hs en Instagram
Allí subo frases, adelantos y primicias de mis proyectos❣️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro