25. Vampire
[Aquí debería haber un GIF o video. Actualiza la aplicación ahora para visualizarlo.]
I used to think I was smart
But you made me look so naive
Kai
Antes de la fiesta.
—¿Todo bien? —Diego me miraba apoyado en el marco de la puerta—. Voy a comprar una Coca-Cola, ¿quieres algo?
—No, gracias.
Se quedó allí sin moverse, así que aparté la vista del celular y lo miré.
—¿Hablaste con Emma?
Rodé los ojos. A veces lamentaba haber sido tan honesto con Diego, porque no esperaba que mostrara tanto interés en mis asuntos, especialmente en lo relacionado con Emma. La realidad era que me preguntaba sobre mi relación con Emma cada vez que podía. A veces, era más de lo que podía soportar, porque sabía que no podía esperar que Emma estuviera conmigo. No solo porque parecía distante, sino también porque yo había cometido un error, y no esperaba que ella me perdonara completamente. Asumía las consecuencias de mis acciones, y eso significaba perderla.
Tragué saliva.
—No. —Me incorporé en la cama y noté algo extraño en su mirada—, ¿Laura te dijo algo?
Diego dio un salto.
—No, nada.
Entorné los ojos y resoplé.
—Sí sabes algo. Está bien que no me lo digas, no me lo merezco tampoco.
—No tienes que torturarte tanto, ya sabes. Deberías seguir el consejo del abuelo.
—Eso es lo que estoy haciendo. De hecho, estoy pensando en contarle.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Porque se va a enterar de todas formas.
Diego entró a la habitación y cerró la puerta.
—La harás sufrir. No lo hagas, ¿por qué se enteraría?
—Quiero que lo escuche de mí, antes de que se entere por alguien más.
Diego se llevó las manos a la cabeza y se apoyó en la pared.
—Le vas a romper el corazón —murmuró con la vista en sus pies.
—Lo sé. Pero se va a enterar porque Georgina estudia en su clase. Eso fue lo que desencadenó todo en un principio.
Diego se refregó la cara.
—No te dejaré hacer eso. Además, si Laura se entera de que yo ya lo sabía... —Cerró los ojos y suspiró ampliamente—. Me va a matar.
—Diego, entiéndeme. Lo van a saber de una u otra forma. Georgina sabe que volví y quiere verme esta noche. —Tragué grueso. Meses atrás, no me habría importado lo que ella dijera o hiciera. No le habría contestado. Ahora me tenía atado.
—¿Esta noche? ¿No vas a salir con nosotros?
—Sí, y luego de la fiesta iré a hablar con ella. Hoy en la noche quiero estar tranquilo con Emma y contarle la verdad. Después trataré de razonar con Georgina para que todo se acabe de una vez por todas.
—¿Y Georgina no irá a la fiesta?
—No. Me dijo que no irá a ninguna parte hoy porque se esguinzó el pie. Así que estoy seguro de que no irá a la fiesta.
—Está obsesionada contigo. Además, no es que puedas devolverle todo lo que su padre invirtió en la empresa Ragni.
Diego meneó la cabeza decepcionado.
Emma
—¿Sabes de qué estaba hablando ella? ¿Qué hizo Kai?
Laura arrugó la frente.
—Claro que no. No tengo idea.
Luca iba en el asiento del copiloto sin decir una palabra. Resoplé. Toqué el hombro de Luca y él se giró. Esbozó una sonrisa leve.
—¿Estás bien?
—No —murmuré. Sentía que tenía todas las palabras atascadas en la garganta. No sabía qué decir. Tampoco estaba segura de si él había visto ese beso.
Tocó mi mano.
—Probablemente lo que esa chica decía era una tontería. No te preocupes.
Meneé la cabeza.
—No es eso —dije con la voz entrecortada y conteniendo las lágrimas. Nos quedamos mirándonos unos momentos y de repente él abrió la boca levemente, como si hubiera entendido lo que intentaba decirle. Palmeó mi mano delicadamente—. Lo siento, yo...
—Yo también lo siento —replicó. Soltó mi mano y se volvió a girar con la vista en el camino.
Decir que mi corazón se rompió no es suficiente. Explotó y lo sentí más que nunca. Trozos de él golpeándome en todo el cuerpo, sobre todo en el pecho que dolía y ardía. Me había equivocado, ¿por qué tenía que andar besando a otros chicos si a quien quería era a él? Miré a Laura y allí me di cuenta de que tenía su mano en mi espalda. Me acurruqué en sus brazos y lloré en silencio hasta que llegamos. Me limpié las lágrimas y me bajé del auto tras Laura.
—Gracias por acompañarnos, Luca. —Laura apretó mis dedos entre los suyos.
—Ustedes suban, yo iré a comprar.
Tuve ganas de decirle a Laura que nos dejara solos, pero me sentía mal e incapaz de verbalizar lo que quería decir. Así que sin mirar a Luca subí y me fui llorando descontroladamente por el ascensor. Me sentía estúpida porque Luca me había visto, traicionada por lo que sea que Georgina estuviera hablando, cansada del constante hostigamiento de ellas y sus amigas, aburrida de...
—Emma. —Laura me abrazó fuerte—. Respira conmigo, ¿vale? —Cogió mi cara y me miró fijamente. Allí me di cuenta de que me costaba trabajo respirar y seguir su petición—. Lo haremos lentamente. —No podía responder por las lágrimas que salían. Me sentía desbordada, quizás una sobre reacción, sin embargo, era lo que sentía en ese momento. De la mano me llevó al departamento y de repente aparecí sentada en el sofá, tratando de respirar.
—Me voy a ahogar —dije apenas. Laura me entregó un vaso de agua y dejó que bebiera un par de sorbos, pero me costaba tragar—. Lau... no puedo respirar.
Mi amiga envolvió nuevamente sus brazos a mi alrededor y habló a mi oído, con una calma impactante para la situación.
—Vamos a respirar al mismo tiempo. Inhala... —Tomó aire sonoramente, conmigo entre sus brazos—. Exhala. —Dejó ir el aire. Su cuerpo envolviéndome, iba al son de sus respiraciones y de alguna forma logré seguir su ritmo. Respiré, el aire volvió a mí y ella no me soltó por un buen rato hasta que cogió el vaso y me lo llevó a la boca. Me sentía como si hubiera estado expuesta a cinco horas de cardio. Agotada y con el cuerpo pesado.
—Gracias —susurré con un hilo de voz. Tenía ganas de salir corriendo a golpear a Kai y a explicarle todo a Luca.
—¿Vamos a tu cama? ¿Me acuesto contigo?
Asentí. Me sentía tan cansada que, al entrar a la habitación, me lancé a la cama. Laura comenzó a revolver mi ropa hasta que sacó un pijama.
—Lo siento por arruinar tu primera noche con Diego —sollocé—. Soy una pésima amiga y tú eres la mejor del mundo.
—¿De qué hablas? Con Diego nos quedan miles de noches juntos, y yo te voy a acompañar todas las veces en las que no te sientas bien.
—Gracias. —Cogí su mano—. ¿Qué le voy a decir a Luca?
Laura sonrió.
—Mmm, ustedes no tienen nada todavía. Apenas se han besado un par de veces. No le debes explicaciones a nadie. ¿Mala suerte que haya visto que te besaste con Kai? Sí, pero están solteros y mientras no estén en algo, creo que puedes besar a quien quieras. —Se encogió de hombros—. Así que no te sientas mal. Le vas a explicar lo que sientes realmente. ¿Lo quieres a él o a Kai?
—A él —respondí con un puchero.
—Entonces, le tienes que decir... ¡Emma Ross! —me reprendió Laura. Levanté la cabeza con otro puchero—. Eres demasiado joven como para llorar por haber besado a un chico guapo mientras estás soltera.
Solté una risa y me limpié las lágrimas. Laura siempre me hacía reír incluso en los momentos más difíciles.
—Me sentí sobrepasada. Esas chicas... Kai.
—Si Diego sabe de qué se trata esto, va a tener problemas —gruñó, haciendo sus muecas exageradas.
—Es su hermano, no te molestes con él.
—Y yo soy su novia y tú su amiga. Si su hermano hizo una estupidez que te afecta, debería habernos dicho.
Me lancé de espaldas a la cama.
—No lo sé. No es culpa de Diego lo que haya hecho Kai. La responsabilidad está en él.
—Sí, puede que tengas razón. —Resopló—. Pero si sabía... uyyyy —gruñó—. No sé. Tendrá que dormir en el sofá por un par de días.
—¡Estás loca! No se han visto en meses... no te estreses. Duerman cucharita hoy.
—Aún no han llegado y ha pasado como media hora. Diego no me ha escrito nada. ¿Qué crees que estén haciendo?
—Deben estar dando vueltas en círculos para saber cómo enfrentarse a esto —reí. Me los imaginé a los dos con miedo de entrar al departamento. No dudaba de que Diego sabía lo que sucedía con Kai.
Kai
—Georgina, detente. ¿Por qué lo hiciste?
Rachel llegó corriendo con Diego. Se quedó mirando a su amiga.
—¿Qué pasó?
—Le dije a Emma que Kai y yo teníamos un trato.
La expresión de Rachel se torció.
—¿Por qué lo hiciste?
Georgina frunció el ceño.
—¿Por qué no lo haría?
—Me habías dicho que no se lo dirías.
—¿La estás defendiendo?
—No, no... ¿por qué dirías eso? Es solo que... pensé que habíamos acordado no decirle. —Rachel miró alrededor. Todos nos miraban—. Ahora todos saben, yo... yo no quería ser parte de esto. —Rachel comenzó a lloriquear, cogió a Georgina de la muñeca y la obligó a irse con ella.
Lo primero que vimos al llegar al edificio fue al vecino del departamento del frente sentado en las escaleras de la entrada. Se puso de pie apenas nos bajamos del taxi.
—¿Qué hace aquí? —gruñí. Diego me palmeó la espalda.
—No sé, pero no la cagues más. Ignóralo.
—Kai —dijo, poniéndose frente a nosotros e impidiéndonos el paso.
—¿Qué quieres?
—Quiero hablar contigo. —Su voz sonaba calmada y a la vez llena de rabia.
—No me interesa —repliqué, intentando pasar por el lado, pero estiró el brazo para impedirlo—. ¿Qué te pasa? —Alejé su mano con fuerza.
—Me vas a oír de todas formas. Emma ha estado todo este tiempo esperando que llegaras. Nunca dudé de que fueras un imbécil, pero no entendía por qué ella no lo veía. Espero que esto le haya abierto los ojos. Y no quiero que le hagas otra mierda como la que sea que hayas hecho ahora. ¿Entendiste?
—¿O qué? ¿Qué sabes tú de mí? Muévete. No ando con paciencia.
—Sé lo suficiente para darme cuenta de que eres una mierda y que no voy a soportar que alguien como tú la haga sufrir.
Lo empujé suavemente pero lo suficiente como para moverlo.
—¿Estás asustado de que volví? —pregunté.
Luca soltó una carcajada irónica que hizo que me picaran las manos para golpearlo.
—Tú mismo la cagaste —respondió subiendo las manos—. Si me entero que la has hecho llorar o sufrir de alguna u otra forma, no importa dónde esté yo o dónde esté ella, la voy a defender.
—¿Y tú crees que ella te necesita a ti para defenderse? —bufé. Él era la mitad de mí.
—No, ella no necesita que nadie la defienda, pero aún así, si me entero de que has hecho alguna otra mierda, la voy a defender. Eso es lo que nos diferencia a los dos.
—¿Qué?
—Que yo estoy dispuesto a defenderla y tú... a hacerla sufrir.
—Tú apareciste hace un par de meses, no te hagas el mejor amigo ahora. Además, si ella me besó hoy, tú no has ganado nada.
—Quizás yo no he ganado nada, pero espero que tú lo hayas perdido todo. Y eso para mí es suficiente.
Tenía razón, yo también creía que había perdido todo. Se me instaló un nudo en la garganta. Lo empujé, esta vez más fuerte y caminé al ascensor con Diego pisándome los talones.
Emma
Nos quedamos en silencio porque oímos la puerta de entrada abrirse. Los chicos intentaron entrar en silencio, pero claramente tropezaron entre ellos. Laura rodó los ojos.
—No quiero hablar con él —dije.
—Me quedo aquí contigo entonces.
Tocaron la puerta y me quedé mirando aterrada a Laura, como si en verdad quien estuviese al otro lado fuese un monstruo. En ese momento, Kai sí lo era para mí.
—¿Emma? ¿Laura? —Diego volvió a tocar. Laura se puso de pie y abrió la puerta tan solo unos centímetros. Cogió a Diego por el brazo, lo obligó a entrar y cerró la puerta de golpe. Lo quedó observando con las manos en las caderas.
—¿Llegaste solo? —preguntó Lau susurrando. Diego meneó la cabeza.
—Kai está en la cocina. —Me miró—. Emma, creo que deberías ir a hablar con él.
—No quiero —gruñí.
—¿Le digo que venga?
—No. No quiero saber qué fue lo que hizo. No me va a gustar y tengo muchas cosas en mi mente en este momento que no me gustan.
Diego resopló.
—No es tan terrible.
Laura arrugó la frente.
—¿Qué es?
—Él tiene que decirle.
—¿Desde cuándo lo sabes? —Lau se llevó los dedos al puente de la nariz. Diego se veía cada segundo más miserable—. ¿Cómo ocultas algo que la haría sufrir? ¿Sabes toda la mierda que ha soportado por esa chica y sus amigas y es por algo que tú ya sabías?
—Lo supe... en Alemania —Diego tragó saliva.
—¿Alemania? ¿Y llegaron aquí como si nada? —pregunté, exasperada—, ¿Qué esperaban, que la cucaracha de Georgina se quedara callada?
—No Emma... Kai te iba a contar hoy.
—¿En qué momento? ¿Mientras nos besábamos? Dime, Diego. ¿Qué es lo que hizo Kai?
Diego tenía una gota de sudor avanzando desde la sien.
—Yo... no sé los detalles, Emma. No quiero decir algo que él podrá explicar mejor.
Me puse de pie enfadada. Abrí la puerta y salí dando pasos que en mi mente retumbaron en todo el departamento.
Vi a Kai sentado en la oscuridad. Prendí la luz y él ladeó la cabeza lentamente y se puso de pie de un salto cuando se dio cuenta de que era yo.
—Emma, tengo que decirte algo.
—¿En serio?
—Lo voy a decir de una vez. Por favor, sé que no merezco esto, pero debo hacerlo. —Tomó aire profundamente, su mentón vibraba y decidí escucharlo. Necesitaba saber la verdad—. Cuando salía con Georgina, insinué que mi padre buscaba inversionistas para construir otra sede de la empresa en Alemania. El padre de Georgina es... bueno él tiene mucho dinero, es director de un hospital aquí y Georgina le consiguió a mi papá una reunión con él. —Se quedó en silencio y yo tampoco dije ninguna palabra, quería que continuara—. Las dos primeras semanas de clase pasaron dos cosas respecto a ti: destacaste en tareas y en clases con los profesores y a la vez, ella se dio cuenta de que vivía contigo. —Se volvió a sentar con la mirada perdida en sus manos—. Así que me preguntó qué éramos nosotros. Le dije la verdad, que nada. Solo vivíamos juntos por Diego y Laura. Y ella insinuó que para que su papá aceptara invertir, entonces ella tenía que ser la mejor en clases. Eso es lo único que aprueba el padre de Geo.
Arrugué la frente.
—¿Qué hiciste?
—Empecé a armar salidas justo antes de los días que tenías clases temprano, laboratorios... o cosas importantes. Incluso pruebas. Me metí en tu habitación también... Todo con el objetivo de hacerte perder el tiempo... y yo dejarte después.
—¿Es una broma? —Me puse a pensar en todas las veces que salí con él a pesar de que al otro día tenía que ir a la universidad. Él sabía que me tenía loca y no me podía negar a él. De las formas más estúpidas y a la vez más efectivas de distraerme.
—El problema para Georgina, es que tú seguiste destacando en la universidad. Siendo de las mejores, siempre arriba de ella. Y entonces se acercaba el momento en que yo te tenía que decir que no quería salir más contigo. Yo... mi abuelo llevaba tiempo bastante débil, tenía el presentimiento de que no viviría muchos años más, así que quería que se enorgulleciera de mí, consiguiendo algo importante. Emma, me perdí en el camino tratando de llegar al objetivo. —Resopló y cerró los ojos unos segundos—. Logró que nuestros padres se reunieran. De hecho, se llevaron de maravilla. Estaba todo marchando y a Georgina le llegaron los comentarios de que nos habían visto en algunas fiestas juntos, así que como aún no había nada firmado, me dijo que tenía que cortar todo contigo... lo que acepté y le dije que en verdad estaba jugando contigo porque me parecías divertida, pero que no me gustabas realmente. Le mentí y le dije que te diría eso mismo.
—Pero sí estabas jugando conmigo, al menos al principio.
Sacudió la cabeza.
—Emma, eres preciosa. Acepté porque me atraías y cuando te empecé a conocer...
—Querías que me fuera mal en la universidad para que tu novia estuviese feliz y tú poder conseguir... dinero.
—Se salió todo de control porque yo no te iba a decir la verdad, ni tampoco podía deshacer la firma. Además el padre de Georgina nos invitó a su casa con mi papá. Quería que su hija estuviese conmigo.
—No sé en qué momento pensaste en que te podías salir con la tuya, lograr todo lo que querías y no hacer lo que ella te había pedido como condición. Creo que lo ibas a hacer y después te arrepentiste.
Comencé a caminar hacia la puerta.
—¿Qué harás?
—Voy a hacer lo que debí hacer hace tiempo.
Caminé hasta la puerta de entrada y salí del departamento. Dos pasos después, toqué el timbre de Luca. Abrió la puerta con pijama y un vaso de agua en la mano.
—¿Pasa algo?
—Sí. Quiero hablar contigo.
Se hizo a un lado y me dejó pasar. Me quedé parada en medio del departamento como si no supiese donde ir. Él me quedó observando unos momentos apoyado en la puerta.
—Está bien, Emma. No tienes que explicarme absolutamente nada. De hecho, también quiero hablar contigo.
—————
Hellooooo, oye cómo vamos con estas publicaciones semanales jijiji
¿Qué les pareció este cap?
¿Qué opinan de Kai?
¿Qué creen que pasará con Luca?
¿Y qué onda Rachel? 👀
Qué quieres que suceda en el prox 🤫🤫
Capítulo especialmente dedicado a mi querida @ceciliaonater que se la ha pasado leyendo mis libros y tratándome mal para que suba nuevo capítulo 🥲
Ya les conté que planeo terminar Dime que te quedas este año???? Y no queda nadaaa
Creen que lo logre? 🤫
Gracias por leerme ❤️🔥♥️
Muackkkk pásense por mi ig ♥️ valerieparriss
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro