Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

24. Beso


Yo quiero que me de' otro beso
Uno de esos que tú me da'
Estar lejos de ti e' el Infierno
Tar cerca de ti e' mi paz

Emma

Me sentía ligeramente desanimada ante la idea de ir a la fiesta. No era porque no tuviese ganas de disfrutar de una fiesta, sino más bien debido a que aún no había aclarado mi situación con Kai. El hecho de ir en el taxi, con él acariciando mi mano, no hacía más que empeorar las cosas. En realidad, no ayudaba en absoluto. Oficialmente me había convertido en el tipo de chico que más odiaba: aquel que andaba picoteando por todos lados sin tener una dirección clara, el que rompía corazones al menos una vez por temporada. No me sentía diferente allí. Estaba demasiado cómoda junto a Kai, sintiendo su calor, sus dedos rozando los míos, su respiración y su olor; cuando apenas unas horas atrás me había besado intensamente con el vecino, llegando casi al punto de acostarme con él. Casi porque aún conservaba un atisbo de cordura, me preguntaba cuánto tiempo me duraría.

Necesitaba aclarar mi corazón, eso estaba claro. Por un lado, estaba Luca, a quien quería mucho, aunque lo conocía hace poco. Pero, ¿realmente eso era un problema? ¿Quién dice que tengo que conocer a alguien durante mucho tiempo para darme cuenta de que me gusta? Por otro lado, estaba Kai, quien había llegado a gustarme de forma intensa. "Gustado". La palabra ya sonaba a pasado. Fruncí el ceño, me gustaba... solo que no me tenía...

No quería admitirlo en ese momento.

Miré por la ventana.

Miré el techo del taxi.

Miré a Laura, que estaba a mi lado.

Y luego miré nuestras manos.

Me tenía en llamas.

Pero no me tenía... enamorada.

Dios mío, ¿qué había hecho?

Me sentía como una niña de 10 años. Había involucrado a Kai en un proyecto estúpido y ridículo solo porque me gustaba, y ahora que yo le gustaba a él, aparecía otro chico.

Estaba claro que no sentía lo mismo por Kai como antes. Luca me gustaba mucho más.

Pensar eso revolvió mi estómago, y me imaginé a la Emma de hace solo unos meses atrás sin poder concebir esa posibilidad. Me golpearía fuerte, no con un "date cuenta", sino más bien con un "te odio, nos has arruinado con el amor de nuestra vida". Además, ¿quién en su sano juicio rechazaría a Kai Ragni? ¿Qué tipo de idiota haría eso?

Yo. Yo era la idiota.

Ya me estaba mareando con tantos pensamientos cuando la mano de Kai se trasladó a mi pierna desnuda y cerré los ojos. Parecía una maldita broma. Habían pasado varios meses desde que estuve con alguien, y él había sido el último chico que me había tocado. Un recuerdo maravilloso y excitante que recordé mucho en su ausencia.

Finalmente, llegamos a la fiesta en un departamento de unos cinco pisos que parecía abandonado. La música resonaba desde la esquina, y Laura empezó a bailar de inmediato. No podía evitar sentirme feliz de que Diego estuviera con ella. La imité.

—¿De quién es esta fiesta? —pregunté.

—Es de Pete, ¿te acuerdas de él? —Diego se giró para mirarme. Negué con la cabeza—. Es uno de mis compañeros. Ha ido a casa a estudiar un par de veces.

—¿El calvo?

—Sí, ese. Hoy es su cumpleaños y ha invitado a media universidad.

Tragué saliva.

—Define "media universidad".

Se encogió de hombros.

—Quizás haya algunas compañeras tuyas. Por si no lo sabías, a todas las fiestas invitan a las de enfermería, ya que son casi todas mujeres.

Laura apoyó la cabeza en mi hombro, brindándome apoyo silencioso. No tenía el menor interés en encontrarme con ellas. Las dementores, brujas y quita almas.

Miré a Kai, buscando en sus ojos algún signo de preocupación por lo que Diego acababa de decir. Sin embargo, él me sonrió y apretó mi mano. De alguna manera, eso me tranquilizó; quizás incluso era mejor que Georgina nos viera y aceptara de una vez por todas de que éramos amigos.

Kai se acercó a mi oído.

—¿Vas a bailar conmigo?

Lo miré, tratando de controlar las sensaciones que me provocaba que ese chico tan guapo me hablara al oído.

—Quizás —respondí, meneando las cejas. Kai rió.

Diego se volvió a girar.

—¿Ahora coquetean descaradamente?

Rodé los ojos y le di un golpecito en la frente.

—Siempre le he coqueteado descaradamente —replicó Kai.

—Sí... quizás ya lo había olvidado.

Entramos por la puerta principal, que parecía a punto de caerse en cualquier momento. No supe si era un efecto para darle más onda a la fiesta o si realmente era un lugar abandonado. Kai me cogió de la mano y me llevó directo a una mesa en una esquina. Diego y Laura nos siguieron. Kai dejó la botella de gin que habíamos traído y cogió cuatro vasos plásticos de la mesa.

—Tenemos que hacer un brindis porque estamos los cuatro juntos —murmuró Kai. Nos bebimos el primer vaso como si fuera un chupito... pero no lo era.

—Y un brindis porque me reencontré con mi novia hermosa y maravillosa que extrañaba demasiado. —Diego con la mirada le indicó a Kai que nos sirviera de nuevo y le dio un beso corto a Laura.

—¡Salud!

—Y un brindis porque...

—¡Detente! Quiero recordar mañana esta noche. A este ritmo, quedaré borrada en diez minutos y no quiero eso —dije gritando, ya que la música estaba muy alta.

Laura me dio un beso en la mejilla, cogió la mano de Diego y se mezclaron entre la gente. Kai nos preparó otro vaso, me hizo un gesto para que lo siguiera, y llegamos a la parte trasera del edificio. Había un patio de tierra, con algunas sillas viejas y mesitas viviendo sus últimos días de vida. No conocía a nadie de los que estaban allí fumando.

—No me digas que ahora fumas —dije sobándome los brazos. Hacía frío.

—No, es solo que quiero hablar contigo. —Cogió mi mano.

No fui tan discreta al ocultar que me puse nerviosa. Lo miré fijamente y tragué saliva.

—¿De qué quieres hablar conmigo?

Miró a su alrededor y luego suspiró. Subió la mirada para encontrarse con la mía.

—Me gustaría que la respuesta a lo que te voy a preguntar fuera no. ¿Puedes decirme que no? —preguntó con una sonrisa.

—Necesito primero saber la pregunta. —Tragué saliva, y él soltó el aire lentamente, mirando de nuevo alrededor de nosotros.

—Acto número 1: Emma loca por un chico.

—¿Qué? —arrugué el entrecejo sin entender nada.

—Acto número 2: Emma hace que con este chico sean parte de un proyecto de preguntas y respuestas para que él sienta cosas por ella.

Me quedé con la boca abierta y se me fue el aire del cuerpo. ¿Lo supo todo el tiempo? ¿Cómo es que él sabía lo del proyecto con Michell? Kai escudriñó mi cara.

—¿Siempre lo supiste? —pregunté apenas, sintiéndome derrotada y avergonzada.

Se encogió de hombros.

—Acto número 3: El chico se va a otro país por unos meses, pero no pierden el contacto. Acto número 4: El chico vuelve, con la certeza de que el proyecto ha funcionado. Siente demasiadas cosas por ella... —Tragó grueso.

—Kai, yo...

—Acto final: La chica no quiere estar con él. —Alzó las manos como rendición y luego se largó a reír. Una risa que me contagió al punto de no poder detenernos y lágrimas salieron de nuestros ojos. De repente, se llevó la mano a la boca tratando de controlar la risa. Me llevé los dedos al puente de la nariz y respiré hondo para tranquilizarme—. Cuéntame si me salté el acto de que me hiciste una brujería o algo así —señaló su pecho—. Ahora aquí hay algo que pesa. Siento mi corazón. —Chasqueó la lengua, sin poder evitar la sonrisa.

—Lo siento —dije finalmente. ¿Qué más podía decirle? Hice una estupidez para llamar su atención, pero en eso apareció otro chico con el que encajaba perfectamente. Con Kai fueron dudas desde el primer día, varios momentos de sufrimiento cuando se iba con otras chicas y de confusión cuando estaba conmigo una noche y al otro no. Luca no era así, y si bien no debía comparar uno con el otro, era inevitable en esa posición.

—Yo también lo siento. Porque sé que me equivoqué en grande contigo. No te di tu lugar en un principio a pesar de que presentía que eras la chica para mí. Y asumo que ahora es muy tarde. Odiaría pensar que es por alguien más y ni siquiera te lo voy a preguntar.

—¿No me odias?

—¿Estás loca? Eres la primera chica con la que siento que podría querer algo. Honestamente, pensé que mi vida sería de esos tipos solteros para siempre. Ahora creo que no tiene por qué ser necesariamente así. —Se adelantó y me envolvió en sus brazos—. Aún así, estaría contigo todas las veces que quieras.

Me solté a reír.

—¡Estás loco!

—¿Por qué? Quiero besarte ahora. —Su dedo comenzó a viajar por el borde de mi cara. Apreté los labios en una fina línea. Dos vasos de alcohol me habían afectado lo suficiente como para que la tentación de Kai fuera una posibilidad real. Quería besarlo. ¿Estaba mal besar a un chico guapo estando soltera?

—Kai —susurré, apenas conteniendo la sonrisa.

—Es un beso de despedida, o puede ser más que un beso de despedida. La verdad, podría hacerte lo que quieras.

—¿Todo lo que yo quiera? ¿Seguro? Esa podría ser una petición difícil de cumplir.

Alzó las cejas.

—Lo que tú quieras. ¿Tienes alguna idea de lo que quieres, o también te puedo sorprender?

Dios, mil ideas volaron por mi cabeza, pero también la cordura se asomó para llamarme la atención. Meneé la cabeza.

—No, porque si de verdad sientes eso por mí. Esto —dije señalándonos—. No es nada sano.

Chasqueó la lengua.

—¿Te preocupas por mí?

—Puede ser.

—Entonces no lo hagas. —Me envolvió con uno de sus brazos y me atrajo a su pecho. Su olor era increíble. Lo extrañaba mucho—. No lo hagas —susurró en mi oído—. He pensado meses en besarte, y sé que tú también. —Era verdad. Llevaba meses pensando en esos besos ardientes y fogosos de Kai. Y al parecer, él sintió mis dudas... que tenían mucho de ebria a mi parecer—. Mírame.

Subí la cabeza y me quedé mirándolo.

Que guapo eres, Kai Ragni.

Soltó una carcajada.

—¿Qué? —pregunté, extrañada.

—No, me río porque me dices que soy guapo con nombre y apellido.

—¿Lo dije en v... —Sus labios se abalanzaron a los míos. Vi su cara acercándose en cámara lenta, y como si la imagen se repitiera varias veces una y otra vez. Sus labios cada vez más cerca, hasta que llegaron a los míos. El mundo fuera de nuestro metro cuadrado se silenció. Dejé de escuchar la música, las risas, vasos chocando, etc. Todo fue silencio. Su beso no era fogoso ni apasionado. Era un beso romántico, con su mano tras mi nuca y la otra sosteniendo una de mis manos. Sus labios saborearon los míos y yo me dejé llevar por ellos. Envolví mis brazos en su cuello y lo atraje más hacia mí.

Era maravilloso sentir tanto calor y cariño de un beso que tanto deseé. Kai me besaba románticamente y ese había sido un sueño demasiado tiempo como para negarme. Así que lo disfruté de forma intensa, feliz y excitada; hasta que todos los sonidos volvieron a mí y alguien se me lanzó encima y me tiró al suelo. Me quedé mirando las manos manchadas de tierra, hasta que me cogieron por los hombros y luego solo veía cabello rubio sobre mi cara, y manos golpeando mis mejillas. Creo que yo no logré hacer nada, y de repente, Kai sostenía a Georgina por los brazos.

Todos nos miraban.

—¡Suéltame, estúpido!

—Detente, ¿qué has hecho? —Kai seguía sosteniéndola por los brazos. Yo seguía en el suelo sin entender lo sucedido. Miré a mi alrededor y vi a Laura corriendo hacia mí y Luca mirando atónito la situación.

¿Qué hace Luca aquí?

Me puse de pie.

—¿Estás bien? —preguntó Laura asustada.

—Sí, sí... me raspé el brazo, pero creo que solo es eso. Miré a Luca que se acercaba rápido. Me miró serio de pies a cabeza y cogió mi brazo para mirarlo.

—Sí, no es nada. ¿No te duele, cierto? —Negué con la cabeza—. Bien, ¿te la llevas tú a casa? —preguntó mirando a Laura. Ella parecía perpleja igual que yo de que él estuviera allí.

—Nos vamos ahora —replicó Laura.

—Ok, yo las acompaño.

Detrás mío, se vivía un escándalo del que yo poco me enteraba, porque la presencia de Luca en ese lugar me tenía desesperada. No dudaba ni por un instante que él había visto el beso. El mismo día en que lo había besado a él.

Quería que el universo me tragase en ese instante y desaparecer.

Se me pasó todo lo mareada que en algún momento sentí, y el alcohol en mi cuerpo se redujo a cero.

—¿Por qué hiciste esto? —Georgina se veía descontrolada mientras Kai la afirmaba. Parecía que si la soltaba, ella iba a salir corriendo hacia mí.

—Detente, Geo. ¿Está Rachel contigo? Diego, ¿puedes ir a buscar a alguna de sus amigas?

Diego entró corriendo al edificio.

—¿Qué te importa? ¿Te gusta ella también?

—¡No quiero que la toques ni la molestes nunca más! ¿Entendiste?

—Emma, vamos. —Lau cogió mi mano y antes de girarme, Georgina me señaló.

—Teníamos un trato en cuanto a ella.

Con Lau levantamos la mirada al mismo instante y nos quedamos mirando. ¿Qué trato? Lau meneó la cabeza y comenzó a llevarme hacia dentro de la casa. La detuve.

—¿Qué trato? —pregunté, confundida y aterrorizada.

—Emma, están todos aquí. Vamos. Le preguntas después.

Kai le susurró algo al oído a Georgina y ella meneó la cabeza.

—No, no quiero que te quedes conmigo. Rompiste el trato y ahora tendrás que aceptar las consecuencias porque conmigo no se juega y pensé que eso lo sabías.

—Geo...

—Emma, vamos. —Luca se puso frente a mí, tapando la visión que tenía de Kai y Georgina.

____

Hola chiquis!!! ¿Creían que me iba a olvidar del capitulo semanal?

Aquí estoy (solo que he estado un poco desaparecida porque me dio tendinitis, cuek)

Pero bueno... feliz aquí con un nuevo cap dedicado a Vela1102 gracias bby por leerme <3

Ahora...

¿Qué les pareció?

¿Qué creen que pasará con Kai?

¿Qué pasará con Luca?

Rayos, a Emma le quedó un desastre en una pura fiesta

Ya sabíamos de hace rato que Kai ocultaba algo... pero, ¿qué será?

Quizás no es tan malo...

y Luca, ¿qué pensará? ¿Habrá visto ese beso?

Coméntenme sus opiniones y escogeré a una de uds para dedicar el próximo cap <3

Muack!!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro