19. Pólvora
https://youtu.be/DI3yAJCFJNE
Sabe que no juego y tampoco lo hará
Sabe que soy fuego y ella es pólvora
Luca
—¿Rompiste con Aaron que te estoy viendo tan seguido? —Gabriel me quedó mirando con los ojos entornados.
—No, está trabajando en una entrega de la universidad desde hace dos semanas. No se levanta de la computadora.
—Entonces, como él no te da atención, estás aquí.
—Sí, pero no por ti... sino por esta bolita peluda —murmuró emocionado, acariciando a Ron que dormía sobre sus piernas—. Quiero ir al baño hace media hora, pero si él me ha escogido para la siesta, no me puedo mover.
—No, no puedes. Pero es bueno que estés aquí porque necesito ayuda.
—¿Qué tipo de ayuda?
Me senté a su lado en el sofá y curiosamente me encontré con la dificultad de decir lo que me pasaba.
—Mmm...
—Te gusta Emma y terminaste con Frani por ella —soltó de inmediato. Arrugué el entrecejo.
—¿Cómo sabes todo eso?
—Lo de Frani lo sé por sus historias de Instagram. Prácticamente odia a todos los hombres, así que asumí que eso te incluía. No te había dicho porque esperaba que tú me contaras.
Alcé las cejas un poco sorprendido. Cuando le dije a Frani que quería terminar, pareció tomárselo bien. De hecho, demasiado bien. Me dijo que quizás tenía razón y que no podía obligarme a estar con ella si estaba tan lejos. Se despidió diciéndome que hablaríamos a su vuelta y deseándome lo mejor. Lo que me decía Gabriel no tenía mucho sentido.
—Pensé que se lo había tomado bien.
—Veo que no has visto su Instagram. Ha subido fotos con chicos en fiestas y bares.
—No he querido ver su Instagram. Que haya terminado con ella no significa que quiera verla con hombres y fiestas.
—Pero... al parecer, los sentimientos por Emma superaron lo que sientes por Frani.
—Es que es distinto. Lo de Emma... no sé cómo pasó. O sea, sí sé... pasamos mucho tiempo juntos y siempre es increíble. —Me refregué la cara—. Ella es increíble.
—¿Y crees que siente lo mismo que tú?
—No. No siente lo mismo; está enamorada de un imbécil, que además está en Alemania.
Gabriel se acarició el mentón pensativo.
—Igual pasa bastante tiempo contigo, ¿estás seguro de que no le gustas?
—Seguro.
—Ama a ese chico y yo solo soy el vecino... que no ama.
—No sé, tú eres muy malo descifrando a las chicas; a mí me parece que Emma pasa bastante tiempo aquí. No creo que sea por nada.
—Sí, porque nos hicimos amigos. Hasta le envié un capítulo de Samuel.
Gabriel me miró con la boca semi abierta.
—¿Se lo mandas a ella y a mí no?
—Para que veas lo mucho que me gusta. Ni Frani ha leído algo mío.
—Ya, pero a ella tampoco le interesaba —gruñó—. ¿Y le has insinuado lo que sientes?
—Creo que se me nota. No lo puedo evitar. Digo cosas y ella se ríe... creo que piensa que bromeo. Pero no lo estoy.
Me quedó mirando con expresión de no entender nada.
—Eres un desastre. Dile que te gusta y ya. No es tan difícil.
—Si fuera tan fácil, no te estaría pidiendo ayuda. Y no quiero decirle porque si me dice que yo no le gusto, va a ser raro porque somos vecinos. Además, va a llegar Kai y tendrán una relación feliz literalmente cruzando el pasillo y yo voy a estar con cara de estúpido viéndolos.
—La cara ya la tienes. —Soltó una carcajada y después fingió seriedad—. Conquístala. Me habías dicho que querías trabajar en algo, ¿cierto?
—Sí, pero ¿qué tiene que ver con esto?
—El vecino de mi tío está buscando personas para trabajar los sábados todo el día en su librería. Es pequeña, pero bastante concurrida los sábados. Y creo... que algunos días por la tarde. No lo sé.
—¿De verdad? Lo necesito. ¿Y cuántas personas necesita?
—Ahí es donde parte mi plan. Necesita dos... quizás Emma estaría interesada. Así pasarán más tiempo juntos y ya, si no la conquistas con esto, entonces no tienes opción. O quizás ya te tiene como mejor amigo.
—Tengo que hacerlo antes de que vuelva Kai, porque ahí estaré perdido. Tengo que hacer que piense más en mí que en él.
Gabriel se puso de pie apenas Ron fue por comida.
—Debo decir que estoy un poco impresionado.
—¿De qué?
—De que así eres cuando estás enamorado. No sabes qué hacer.
—No estoy enamorado —me reí, pero él no—. ¿Qué?
—Yo creo que sí, porque primero, nunca me habías contado algún drama con alguna chica; y segundo, te ves un desastre. Como que te falta color.
Emma
—Lo leí —murmuré.
Luca ladeó la cabeza y se quedó esperando algún otro tipo de respuesta, pero yo solo reprimí mi sonrisa. Claro que él no sabía que yo había leído todos y cada uno de los capítulos de Samuel publicados y no solo el primer capítulo que me envió, que a propósito era un poco picante, pero nada comparado al resto.
—¿Y?
—Quiero más. No me puedes dejar así. Solo mostrarme el primer capítulo es una crueldad de tu parte.
Soltó una carcajada y meneó la cabeza.
—Te dije que solo era un capítulo. No hay más.
—Mentiroso. —Lo empujé hacia un lado y se largó a reír—. Dame más.
—¿De qué exactamente?
Bufé y reprimí la risa. Ay, dios, cómo me hacía gracia ese chico.
—Sabes perfectamente de lo que hablo. —Me dio esa mirada cautivadora que me estaba dando últimamente más seguido de lo normal y que me daba un poco de escalofríos. Porque él me decía esas cosas y por mi mente me acordaba de Samuel dándole duro a las chicas. Y no me voy a sentir culpable por eso. Estaba soltera y el chico que tenía al lado era más guapo de lo normal.
—Pueden ser muchas cosas, Emma Ross... capítulos, hamburguesas... besos.
Me atoré con mi propia saliva. No sé a qué jugaba Luca, pero me estaba desesperando.
—Me pregunto qué diría tu novia si supiera que andas ofreciendo besos así como así. —Reí. Aunque sabía perfectamente que ellos llevaban una relación abierta.
—¿Qué novia?
Arrugué el entrecejo.
—¿Cómo que qué novia?
—¿Frani? Ya no es mi novia.
—¿Desde cuándo?
Se encogió de hombros como si realmente no importara.
—¿Algunas semanas?
—¿Y no me habías contado?
Me agarró la punta de la nariz y se rio.
—¿Y por qué debía contarte? —Se quedó esperando mi respuesta y yo por dentro me derretí de los nervios. Esa pregunta tenía muchas respuestas posibles, pero con esa carita hermosa mirándome de forma graciosa, hacía que una respuesta se viniera a mi mente: porque me gustas y quiero saber todo de ti.
Apreté mis labios en una fina línea y lo quedé mirando con una ceja alzada.
—¿Porque somos amigos? —repliqué con obviedad.
Esbozó una sonrisa encantadora.
—Te estoy contando ahora: Emma, estoy soltero. Soy un hombre libre. ¿Qué opinas?
Tragué saliva. Luca soltero no estaba dentro de ninguno de los escenarios posibles. ¿En qué momento me contaba de su novia y ahora estaba soltero? ¿Por qué? Esa nueva información era un balde de agua fría para mi estabilidad mental, o mejor dicho, para mi corazón confundido.
Me aclaré la garganta.
—Ah, ¿y por qué terminaron?
—Está muy lejos y seguirá estando lejos. Si voy a estar con alguien, quiero que esté cerca. Ojalá muy cerca —murmuró ladeando su cabeza hacia mí, aunque yo me rehusé a mirarlo—. Quiero besar a alguien cuando quiera, y dormir con alguien cuando quiera...
—¿Es allí? —Señalé la pequeña librería de la esquina con una puerta rojo fuego. La voz me salió como un pito agudo. Carraspeé.
Luca revisó su celular.
—Sí, vamos.
Cruzamos la calle y entramos en el lugar que por fuera se veía muy pequeño, pero adentro era increíble. La librería era larga hacia atrás, con pasillos estrechos y con libros hasta casi el techo. Un hombre anciano, alto y delgado se acercó de inmediato a nosotros.
—¿Los puedo ayudar en algo?
—Sí, buscamos a Albert. Som...
—¡Luca y Emma! Pasen, bienvenidos. —Agitó la mano hacia un chico que ordenaba un estante—. Iré a la oficina. Vuelvo de inmediato.
El chico le guiñó el ojo y siguió con su trabajo.
Albert nos señaló el pasillo.
—Él es Bryan. Es un chico encantador, pero se va pronto a Chile, por eso estoy buscando gente nueva. Y perfecto que sean dos y que se conozcan. La verdad es que solo se va Bryan, pero él ya lleva muchos años conmigo. No puedo esperar que una persona nueva haga lo mismo. —Dio un largo suspiro antes de abrir la puerta de su oficina. Era extremadamente pequeñita, pero de igual manera acogedora. Su silla era regordeta y por el costado tenía una ventana que daba a una calle solitaria con departamentos de paredes de ladrillos rojizos.
Albert era una de las personas que de primera impresión te sentías cómoda. Se encontraba muy afectado por la partida de su trabajador estrella, Bryan. Y con lo que nos fue contando, entendí que lo que más extrañaría era que Bryan era muy atento con él y siempre estaba preocupado de si a Albert le faltaba algo o necesitaba algo. Con su avanzada edad, se veía que a veces caminar le costaba un montón.
Nuestras tareas serían muy fáciles: Albert tenía desde hace un par de años unas cajas llenas de libros que compró de la librería de su amigo que tuvo que cerrar, sin embargo, nunca se atrevió a abrirlas porque poco tiempo después su amigo falleció. Así que quería que sacáramos todo y lo organizáramos dentro de la librería.
Cuando habló de cajas pensé que eran algunas, pero Albert nos dijo que tenía cinco grandes allí y las otras las seguiría trayendo el resto de los días. La sala en donde estaban las cajas sobre una alfombra, era pequeña, iluminada y con un enorme televisor.
—Pensé que para hacer un poco más ameno el trabajo, podrían ver películas. No quiero que se aburran ni que lo pasen mal. Sé que la tarea es un poco tediosa, pero espero que tener películas los entretenga un poco más.
—Está perfecto Albert, ¿cómo quieres que comencemos organizando? —preguntó Luca.
—Como ustedes quieran. Para mí lo importante es que los libros que ya estén exhibidos, los guarden junto al stock y los ingresen al inventario. Ahora si encuentran algún libro que les llame la atención, entonces podemos exhibirlos. Me encantaría atraer más jóvenes a esta librería. Si me ayudan con eso, sería maravilloso. La librería de Mark era de un estilo muy juvenil, siempre tenía novedades.
—¿Tiene un Instagram de la librería? —pregunté pensando en ayudarlo también en mejorar su cuenta.
—¿Qué es eso? —preguntó notablemente confundido.
—Es una aplicación que muchos utilizan para dar a conocer su negocio. Lo voy a ayudar con eso también.
—Gracias, querida. ¿Estaría bien si hoy empiezan con estas cajas?
Con Luca nos miramos y nos sonreímos.
—Está perfecto.
Albert asintió y antes de salir, en la puerta se giró.
—Por supuesto, si quieren salir a comprar un café o algo para comer, no se preocupen. Quiero decir que aquí no están esclavizados. El baño está por el pasillo a la derecha. Cualquier cosa que necesiten, estoy a tan solo unos pasos.
—Es adorable —murmuré cuando Albert ya se había ido.
—Sí, y paga muy bien.
—¿Nadie de su familia lo ayuda?
—Parece que nadie de su familia tiene interés en él.
—Oh, eso es... triste. Lo ayudaremos... y acompañaremos.
Luca me cerró el ojo y abrió la primera caja.
—Espero que no te aburras tan rápido de mí porque... aquí estaremos por varias horas.
Rodé los ojos.
—Ya he estado por horas contigo y no ha sido tan terrible.
—¿Tan?
—Sí, tan.
Me arrodillé en la alfombra y comencé a sacar los libros y apilar los que eran iguales y también a juntar los que eran del mismo género. Al principio estuvimos en silencio, tratando de organizar el trabajo, y cuando ya nos acomodamos a lo que debíamos hacer, me empezó a revolotear y molestar la idea de que quería saber más sobre el rompimiento de Luca.
—¿Y cómo has estado... con haber terminado con Frani? ¿Te sientes bien?
Luca levantó la cabeza y me miró divertido.
—Sí, estoy muy bien. Terminar con ella era algo que debía hacer, sobre todo si... —Comenzó a dar vuelta un libro entre sus dedos.
—¿Sobre todo si...?
—Ah, si ya no siento lo mismo por ella. Así que estoy bien. ¿Y tú? ¿Todo bien con Kai?
Alcé una ceja. La última conversación que habíamos tenido de Kai yo me terminé yendo enfadada y con el corazón acelerado de su departamento.
—¿Para qué preguntas si no te interesa?
Cogió un libro y me lo entregó.
—No me interesa él, pero me interesa todo lo que pasa contigo. —Señaló el libro—. Me gusta mucho su sinopsis, y es de amor juvenil, creo que de estos anda buscando Albert.
Yo seguía procesando sus palabras cuando señaló el libro de mis manos una vez más. ¿Le interesa todo lo que pasa conmigo?
Sacudí la cabeza.
—El amor se escribe por capítulos. Me gusta el nombre. Lo dejaré aquí y lo hojearé más tarde —dije, tratando de volver al tema anterior—. Todo bien con Kai. —No me respondió nada, así que agregué—: ¿Me vas a enviar más capítulos de tu libro?
Ahí detuvo sus movimientos y se echó hacia atrás, apoyando los brazos en el suelo. Su cabello revoloteó hacia atrás.
—Depende —replicó con un aire seductor desesperante.
—¿De qué?
—De si me dejas pintarte otra vez.
—¿Acaso quieres pasar todo el día conmigo? —bromeé, pero él se quedó en silencio, esperando mi respuesta.
—¿Y bien?
—¿Por qué me quieres pintar de nuevo? —pregunté como si nada, fingiendo estar distraída mientras apilaba libros y leía sinopsis. La verdad es que su petición me puso nerviosa. Ahora no tenía la excusa de no poder confundirme porque tenía novia. Tampoco Kai, porque él estaba lejos... y así mis excusas iban cada vez disminuyendo y eso me preocupaba.
—Porque me puedo concentrar contigo, me rio y me siento bien. Generalmente que me vean pintando me hace sentir un poco incómodo, pero así no es contigo. Además eres bonita y me gusta pintas cosas bonitas.
Tragué saliva.
—¿Y así me enviarás más de tu libro?
—Sí... claro que sí.
Mi teléfono se encendió al costado, con un mensaje de Kai en la pantalla.
Kai: Parece que pronto estaré por allá.
Subí la cabeza para mirar a Luca y él resopló. Kai iba a volver y mi corazón no podía estar en peor caos.
—Parece que Kai ya va a volver.
—Que bueno —murmuró—. Así dejarás de extrañarlo y de responder esas preguntas.
Eso me alarmó. No había respondido la pregunta 13 y lo había olvidado por completo. Abrí el correo y volví a leer la respuesta 12 de Kai.
Respuesta Pregunta nº 12 Kai: Mi mayor aprendizaje es que tengo que pensar antes de actuar. Así dejo de cometer tantos errores.
Pregunta nº 13: Define a la otra persona en tres palabras.
¿Cómo definiría a Kai? Como divertido porque me hacía reír, seguro porque su forma de ser lo hacía parecer como si supiera todo, e infantil porque tenía ese lado que quería ver Lilo y Stitch para no estar triste.
Miré de reojo a Luca que se encontraba concentrado analizando una portada de un libro brillante.
¿Cómo lo describiría a él? Como alguien interesante porque todas nuestras conversaciones me mantenían atenta a todas sus palabras, cariñoso por como era con Ron y genuino, porque conmigo se abrió y contó cosas que le dolían.
—¿Otra pregunta?
—¿Cómo me describirías a mí en tres palabras?
Soltó una carcajada.
—Interesante, divertida y sensible. —Dejó un libro al lado—. Y ya no quiero responder más de tus preguntas con Kai. ¿Para qué quieres saber lo que opino yo? —preguntó tratando de fingir enfado, pero la verdad es que se notaba que reprimía la risa.
—Porque tengo curiosidad.
—¿Por qué te da curiosidad?
Rodé los ojos.
—No sé, solo te pregunté. ¿Qué tiene?
—¿Y cómo me describirías a mí?
—Interesante, cariñoso y genuino.
Su sonrisa era gigante.
—¿Estás feliz?
—¿Aquí? Me encanta...
—No, me refiero a porque vuelve Kai.
Tragué saliva. No fue lo primero que se me vino a la cabeza. La verdad es que no lograba procesarlo aún. Hace algunas semanas que él volviera me habría tenido saltando por todo el lugar.
—Sí, estoy feliz —dije no muy segura de qué tanto me emocionaba la noticia. Lo quería de vuelta, pero ahora... ¿para qué? ¿Podía Kai darme algún tipo de estabilidad?
—¿Qué tan pronto crees que vuelva?
—No lo sé, para mi pronto sería 1-2 semanas... pueden ser días. No lo sé.
Luca pareció quedarse inmóvil un momento.
—Mañana me voy por algunos días, tengo que ir a ver a papá. ¿Vas a cuidar a Ron, cierto?
—¡No me habías recordado! Por supuesto que sí, ¿por cuánto te vas?
—Creo que por tres días, todo depende de cómo ande todo por allá.
Nos fuimos hablando el camino de vuelta sobre todo lo que quería Luca hablar con el papá, comenzando por decirle que vivía en el departamento de su hermano. Eso lo tenía ansioso porque su papá se negaba rotundamente a la idea de abrir ese departamento.
***
—Mira, te muestro donde tengo la comidas, los churus y la arena. A Ron le gusta su arenero limpio todos los días, si no va a hacer por otros lados.
—Lo voy a cuidar como a un bebé. Dormiré con él, me da lástima dejarlo solo todas las noches así que lo voy a acompañar lo más que pueda.
—Gracias, es mi hijo así que te estoy confiando lo más precioso que tengo para ti. —Luca lo cogió entre sus brazos y lo pegó a su cara—. Padre e hijo. Somos iguales.
—Iguales.
Suspiró y se rascó la barbilla nervioso.
—Todo saldrá perfecto con tu papá —dije para tranquilizarlo. Luca dio un paso atrás y me quedó observando unos segundos, como si dudara de sus siguientes movimientos y de repente, habló:
—Hay algo que quiero hablar contigo.
—¿De Ron?
—No —replicó. Apretó sus labios en una fina linea.
—¿De qué?
Se refregó la cara.
—Quizás haré una estupidez, pero tengo que hacerlo.
Arrugué la frente.
—¿De qué hablas?
Dio un paso hacia mí, y otro, y otro hasta que nuestros pies casi chocaron y yo tuve que levantar la cabeza para mirarlo. No retrocedí en ningún momento, ni siquiera cuando su mano subió a mi barbilla y se humedeció los labios antes de besarme.
______
CON-CHA-LA-LORA ¿Te gustó este capítulo?
Capítulo especialmente dedicado a estas dos lectoras increíbles <3 vanTTGirl y
¿Esto esperaban algunas o no? Creo que ya tenía que pasar algo dios miooooo
Luca se atrevió, pero qué creen que hará Emma
¿Y que alguien piense en Kai?
Gracias amores por leerme!!!
#team Luca
#teamKai
#TeamRonWeasley
(Recuerden seguirme en IG: valesminombre :) ) mUACKKKK
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro