Regresamos a la casa y cuando entramos a la sala pude ver que todos los chicos estaban ahí reunidos. Todos se quedan unos segundos en completo silencio, mirándome fijamente hasta todos empiezan a reír y a decir sus típicos comentarios sobre Emily. Yo solo ruedo los ojos y los ignoro.

Entro a la cocina a guardar el botiquín, me doy cuente que, tirado en el piso, hay un cuaderno negro, extrañado me agacho para recogerlo. Lo abro y veo muchos dibujos en él.

—Emily.—susurró y lo cierro

—Tomas.—me llaman.—es hora de irnos.

—Voy enseguida.

Metemos las maletas en el carro y todo lo que llevamos, dejamos la casa cerrada antes de entrar todos. Le digo a Eric que debo hacer una parada antes, tengo que devolverle el cuaderno a Emily pero cuando nos estacionamos frente a su casa ellas ya no estaban.

Cuando llego a mi casa lo único que hago es tirarme a la cama, necesito dormir en paz.

Que semana más estresante.

—¡Emily!—me despierto sobresaltada por Amanda.

—Deberías de dejar de despertarme de esta manera, no se, para evitar que te asesine.—digo moviendo mi pelo de la cara.

—Pero sino, no seria divertido.—dice sonríe mientras yo achico mis ojos.

Lasers salgan y quemen su cara

Vamos a dejar algo en claro, Amanda no vive conmigo pero para mi alegría, o por veces mi desgracia, ella es mi vecina. Hace un par de años nos dimos la llave de nuestras casas para entrar sin problemas. Pues en estos momentos me arrepiento de eso.

—Déjame dormir.—digo acostándome

—¡No! Llegaremos tarde.—dice y se levanta, ah ¿no les dije? Estaba encima de mí.— Nos vemos en 10 minutos afuera.

🌸🌸🌸🌸🌸

Cuando llegamos al colegio todos voltea a verme, pero la verdad es que ya estaba empezando a acostumbrarme así que solo los ignoré.

Las horas pasan relativamente rápido, trato de concentrarme en todas mis clases a pesar de escuchar los murmullos pero el hecho de que mi labio seguía inflamado y un poco morado no ayudaba nada a los rumores.

Todavía pasa por mi mente como se puso Amanda al verme llegar a la casa de playa, ella estaba muy preocupada porque había pasado más tiempo del que creí. Se puso histérica al escuchar lo que Melissa había hecho tanto que tuve que rogarle que no hiciera nada. No quería más problemas, solo ignoraría lo que había pasado.

A mitad de clase de español, donde estoy recostada en mis brazos, siento que mi celular vibra, así que con mucho cuidado de no ser vista lo sacó de mi bolsa.

—Número desconocido.—susurro.

"Sal del salón, necesitamos hablar"

Leo el mensaje varias veces sin entender bien.

"¿Perdón? ¿Quien eres?" pregunto

"Tomas. Vamos sal" mi respiración empieza a acelerarse cuando veo el nombre. No me lo esperaba.

¿Qué quiere?

Sin siquiera pensarlo mucho levanto mi mano.

—¿Puedo ir al baño?— el maestro me mira con mala cara, por el hecho de que mi pregunta fue muy fuerte y que lo interrumpió groseramente. Le sonrió apenada bajando mi mano pero él asiente señalando a la puerta.

Cierro la puerta detrás de mí esperando ver a Tomas, pero no hay nadie. Me dirijo al área de casilleros pensando que él podía estar ahí, pero tampoco hay nadie. Suspiro algo decepcionada, quería saber que quería.

Aprovecho que estoy fuera para sacar unos libros de mi casillero para mi siguiente clase.

—Hey tu.—escuchó que alguien llama y me volteo. No logro procesar lo que pasa cuando alguien me empuja hacia los casilleros haciendo que me golpee brutalmente contra la puerta abierta de este. Caigo luego de golpearme y siento una punzada en la zona afectada.

—Melissa.—me quejo al sentir como ella me agarra del cuello y me hace levantar. Abro un poco mis ojos, ya que el dolor es muy punzante, puedo ver como su cara está muy cerca a la mía y que una gran sonrisa ilumina toda su cara. Trato de respirar correctamente pero la presión que ejerce en mi cuello es mucha, tanto que estoy segura de que dejará marca.

—Emily, tonta Emily. Creí haberte dicho que no te acercaras a Tomas. ¿Y qué es lo primero que haces? Vas y corres hacia sus brazos y le dices que yo te pegué.

—Yo no se lo dije.—digo tratando de soltarme pero es inútil siento que todo mi cuerpo está débil.

—¿Y quien más si no? No te lo volveré a repetir Emily, te arrepentirás si no te alejas de él.

—Melissa, me haces daño.—digo tratando de no derramar ninguna lágrima, es casi imposible ya que el dolor de mi cabeza es insoportable.

—Esto no se compara a lo que haré si no te quitas de mi camino.—dice antes de irse.

Yo me dejo caer llorando. Paso mi mano por mi cabeza y tiemblo al darme cuenta que en la palma de esta hay un mancha de sangre. Con todas las fuerzas que me quedan me levanto y trato de caminar, pero siento que en cualquier momento me desmayaré.

—Hey.—escucho que alguien llama pero no logro ver bien, puntos negros, puntos negros es lo que veo.— Oye, ¿estas bien?

—Si...estoy bien.—es lo único que digo, o tal vez solo fue un susurro. Siento que alguien toma mis brazos, está delante de mí y puedo ver que es alto ya que solo veo su cuello.

—Estas muy pálida.— me doy cuenta que el que está frente a mí es Tomas, que me mira muy preocupado, recuerdo lo que Melissa dijo y trato de alejarme pero tropiezo. Antes de que caiga él me tomó de los brazos más fuerte. Es ahí cuando su miraba se queda fija en mi mano ensangrentada. Mandíbula se tensa y yo no puedo decir nada para explicárselo.

Tengo que irme, quiero irme. Por favor, deja que me vaya.

—Emily, ¿qué pasó?—susurra, su voz estaba cortada, como si no pudiera hablar.

—Estoy bien.

—Claro que no lo estas, estas sangrando. ¿De donde sangras?—el chico se agacha para quedar a mi altura, mi pelo cubre mi cara y mis ojos estaban cerrándose.—Emily...—susurra tomando mi cara en sus manos.

—Mi cabeza... Me duele.—respondo y mi visión se nubla

—¡¿Emily?! ¡¿Emily?!— pero yo solo veo negro.

Me asusto al ver a Emily desmayarse frente a mí, así que la cargo y corro hacia la enfermería.

—Por favor, está sangrando de la cabeza.—digo entrando.

—Dios mío, acuartela aquí.— habla la sobresaltada enfermera yo rápidamente hago lo que ella pide.—¿Que le pasó?—pregunta cuando ve la gran cantidad de sangre que sale de su cabeza

—No....yo no lo sé.—digo alterado.—La encontré y me dijo que le dolía la cabeza, estaba muy pálida y sus ojos no podían estar abiertos. Yo no sabía que hacer así que la agarré y la traje aquí pero yo no sé si ella...

—Oye, tranquilo.—la enfermera trata de calmarme y pone una de sus manos en mí agitado pecho. Pero no lo logra, no puedo cambiarme, no al ver que Emily sigue inconsciente.— ¿Puedes esperar afuera mientras la reviso?

—¿Tengo que hacerlo?—pregunto y ella asiente yo suspiro y salgo de la habitación más preocupado que antes.

🌸🌸🌸🌸🌸

Unos cuantos minutos después la enfermera sale y yo rápidamente me levanto de la incómoda silla.

—Ella está bien.—y tan solo con esas palabras, mi pecho se vacía cuando suspiro aliviado.— La herida no era tan grande como pensaba, la cantidad de sangre nos daba una sensación de que era más grande pero no fue así. No hay necesidad de llevarla a un hospital ya que fue un leve corte, pero igual llamaré a sus padres para que venga por ella.—dice y yo asiento.

—¿Puedo verla?—pregunto cuando ella ya estaba por darse la vuelta.

—En este momento está dormida pero puedes quedarte hasta que despierte.

—Muchas gracias.—digo, la verdad quería abrazarla, por curar a Emily.

—¿Ustedes son...

—No, no solo somos amigos.—la interrumpo con una sonrisa ladeada.

—Oh, bueno, pasa.—yo solo asiento mientras entro a la habitación. Veo que dos camillas están vacías y en la tercera noto un pequeño cuerpo cubierto con mantas y su cabello cubierto con un vendaje.

Me empiezo a acercar a ella, parece que está teniendo un sueño porque sus párpados se mueven ligeramente. Su cara ya no estaba tan pálida y por alguna razón sus labios estaban bastante rojos. Mi mano, inevitablemente, es atraída hacia su cara, la acerco para quitar un mechón de pelo que está encima de sus pestañas cuando mi celular suena.

Me aparto asustado por el arrebato. Maldigo por eso y me separo un poco para tomar mi celular luego de cerciorarme de que Emily sigue dormida.
Abro mi celular y me doy cuenta que era un mensaje de Eric que pregunta dónde estoy, le digo que estoy en la enfermería y que le contaré todo luego.

Apago mi celular, me siento en una silla a la par de la camilla de Emily y me quedo esperando a que despierte.