Capítulo 15
—En realidad solo quería saludarte. No te vi en todo el día así que pensé que no habías venido y por un momento creí que fue por lo de... Ya sabes.— Tomas pasa su mano por su pelo y mira hacia abajo. Casi río al darme cuenta de que está un poco nervioso.— Pero luego me enteré de que te llamaron donde el director. ¿Todo bien?
—Si, solo quería hablarme sobre lo que pasó en la cafetería el viernes. Nada importante.— digo encogiéndome de hombros, lo que menos quiero es que haya una pelea al respecto.
—Claro... Mira sobre lo de ayer...bueno sobre esta mañana. Solo quería disculparme de nuevo yo no pretendía...—agarro su mano para impedir que vuelva a pasarla por su pelo, esto hace que se calle y que se sobresalte un poco. No esperaba mi toque.
—Tranquilo, ya hablamos de esto y estoy bien, estamos bien.—digo con una tímida sonrisa pero esta se hace mucho más grande cuando él suspira aliviado.— No estoy molesta ni nada así que tranquilo.
Tomas mira nuestras manos entrelazadas, yo bajo mi mirada y un poco avergonzada aparto mi mano, pero el rápidamente vuelve a agarrarla firmemente. Con su otra mano empieza a hacer círculos en mi palma lo que hace que me erice. Sus ojos están pegados a los míos y la verdad siento que no respiro.
Nos quedamos un rato así hasta que un fuerte motor nos saca de ese pequeño momento. Un chico en moto se parquea justo enfrente de nosotros. La vista de todos los presentes están sobre. El chico se quita el casco y sin que nadie pudiera siquiera parpadear, Elías me toma de las mejillas con fuerza y me atrae hacia él para plantar un brusco beso sobre mis labios.
No logro siquiera separarme por la sorpresa, mucho menos devolverle el beso. Cuando se separa de mí, mi boca está abierta y mi cuerpo completamente paralizado.
—Hola querida.—dice poniendo su casco sobre la moto.
Mi respiración está agitada, estoy confundida, sorprendida y furiosa. Muy furiosa.
Mi mente finalmente reacciona y me doy cuenta de lo que acaba de pasar, de lo que esto provocaría y de donde estoy parada. Mi mirada viaja al chico que está a la par mía para explicarle que acaba de pasar, aunque ni yo sola sé. Pero Tomas ya no está.
Todos empiezan a susurrar, las chicas a mi alrededor me miran con odio, los chicos con una gran sonrisa. Siento que no respiro y que en cualquier momento me va a dar un ataque.
—¿Emily?—Elías me toma por los brazos obligándome a verlo.—¿Estas bien?
—Si... Yo...Necesitamos hablar. Tú y yo. Ahora.
—Claro, ¿quieres ir a comer algo?—pregunta señalando su moto y yo solo asiento mientras me mentalizo la manera de matarlo ahora mismo.
Paso mirando el menú durante mucho tiempo. La verdad es que durante todo ese tiempo ni siquiera había visto las fotos del menú. Mi mente está hecha un completo desastre y sé que por mí agitado corazón es que en nada me dará un ataque de nervios, ansiedad, miedo. Moriré así que simple.
—Okay, estás demasiado distraída. ¿Qué sucede?— Elías me quita el menú, y yo,suspirando, lo miro.—¿Fue por el beso cierto? Sé que solo nos hemos visto dos veces pero me pareces una increíble persona. Me apresure al besarte pero no pude resistirme. Lo siento mucho.—me quedo callada unos minutos.
—Elías, lo siento pero ahora no estoy para una relación y tienes que entender que estoy algo molesta. Mucho de hecho. No está bien solo llegar y besarme frente a todo mi colegio.—paso mi mano por mi pelo tratando de calmarme.—No sé si yo hice algo para confundirte o para que se malinterprete la situación pero creo firmemente que ya no debemos vernos más. Al menos por un tiempo, no solo es por mí, siento que tu estas confundido también. No puedo gustarte en tan poco tiempo. Me hablaste de una relación larga que acaba de terminar, creo que encontraste una manera de olvidarte de eso, pero no es una buena manera. Creo que es lo mejor.— cuando termino me levanto, pero el chico frente a mí me agarra del brazo.— Elías...
—No, Emily por favor escúchame. Lo siento ¿si? No me dejes, prometo no volver a hacer nada como esto. Y tienes razón, todo lo que dijiste. Aún estoy pensando en mi vieja relación y te usé para tratar de olvidarlo y enserio lo lamento. Yo...enserio lo hago. Aunque no te conozco mucho sé que tú no eres de ese tipo de chica, y esta bien. Más que bien. Pero por favor dame una oportunidad de conocerte, como amigos claro. Como dijiste no creo estar listo para algo serio tampoco.—termina de decir y yo me quedo callada. Estoy confundida, planeada decirle directamente que no pero no quiero ser mala persona.
Él hizo algo malo pero porqué está dolido. Asiento lentamente y él sonríe. Nos sentamos nuevamente y hablamos largo rato como si nada hubiera pasado. Como si no quisiera salir corriendo para explicarle todo a Tomas.
—Así que no soy el único que está interesado en ti ¿cierto?—cuando dice eso casi me atraganto.
—¿De qué hablas?
—No creas que no vi al chico que tomaba tu mano. Era el mismo que vimos en el cine hace unos días ¿no?
—Espera. ¿Estás diciéndome que nos vistes con las manos juntas y aun así te paraste a besarme de esa manera?—estoy completamente sorprendida.
—Primero que nada, ya me disculpé y vuelvo a hacerlo: lo siento mucho y segundo no lo sé supongo que no me importó tomar ese riesgo de ser golpeado por él—se encoge de hombros y yo no sé si reír o llorar.—De todos modos sé que ustedes dos no son nada.
—¿Porque piensas eso?—él me mira con una ceja levantada.—No, no estamos juntos pero ¿cómo lo sabes?—traté de sonar lo más normal posible pero como de costumbre fracasé.
—No me golpeó, solo nos miró y se fue. Si tú fueras mi novia, no dejaría que alguien siquiera te mirará. ¿Qué alguien llegue y te bese? Lo mató ahí mismo. Pero él no lo hizo. Así que solo pude pensar dos cosas, o él está completamente arruinado de la mente o no tiene ningún derecho a golpearme porque tú no eres nada de él.
La conversación no siguió para más, salimos del restaurante y Elías se ofrece llevarme, pero me niego diciéndole que no está lejos y que necesito caminar sola. Él me hace prometer escribirle y yo le digo que lo pensaré. Está en cuerda floja y aún tengo que pensar bien si volver a verlo.
Empiezo a caminar, como no es tan tarde aún hay mucha gente en la calle. Me paro en un parque y me quedo un momento pensando y mirando a los niños jugar. Cierro mis ojos por un momento cuando siento agua recorrer mis mejillas.
Sorprendida las toco, me toma un par de segundo comprender que yo no estaba llorando sino que había comenzado a llover.
Abro mis ojos y me doy cuenta que ya no hay ningún niño en los juegos. Tomo mis cosas que están en una banca y empiezo a correr para buscar un refugio.
Es inútil, unas cuadras después ya me encuentro totalmente empapada.
Soy un maldito cobarde.
Debí quedarme, debí dejar con un ojo morado a ese chico.
¿Cómo se atreve a llegar y solo besarla de esa manera? ¿Cómo se atreve a siquiera tocarla?
—¡Demonios!—grito botando un par de sillas.
Sigo en el colegio, no sé cuanto tiempo ha pasado desde la escena solo sé que cuando finalmente me armo de valor de salir para encararlos ellos ya no están.
Los pocos alumnos que aún estaban ahí, al verme correr hacia el lugar donde todo pasó empiezan a susurrar. Y uno de ellos me informa lo que más temida. Ella se fue con él.
Entro a mi carro y me voy a mi casa. No tengo ganas de nada, ni siquiera de tomar para quitarme este dolor que empezaba a crecer en mi pecho. Solo quiero llegar a mi casa y dormir.
Estaciono mi carro, trato de respirar para calmarse. Tengo que aceptar que Emily no está tan interesada en mí como lo hacía afirmado antes, o no esta interesada para nada. Está... Ella está...con ese.
Mi enojo empieza a subir nuevamente haciendo que mis puños empiecen a perder color. Antes de salir, ya más calmado, recibo una llamada.
—Estoy bien, estoy en casa no te preocupes.—le digo a Eric, porque no dudo que él ya sabe todo.
—Lo siento tanto amigo.—suspiro.—¿Quieres que vaya?
—No, estoy bien. Hablamos mañana.—salgo de mi auto, corro hacia la puerta de mi casa y la abro.
—Esta bien pero no hagas ninguna estupidez.— dicho esto Eric cuelga.
—¿Mamá?—preguntó al entrar al ver todas las luces apagadas. Todo está muy oscuro ya que el sol está oculto tras nubes de lluvia.
Voy hacia la cocina, veo la nota pegada en la refri "Vendré tarde, una reunión importante que no puedo cambiar, sé que no te gusta que no cene contigo pero tendrás que sufrir un poco hoy. Tu cena está en el microondas, por favor no lo explotes esta vez. Cuídate-Mamá"
Río un poco al leerla, la agarro y me voy a mi cuarto. Me quito la camisa, pongo el aire acondicionado, me recuesto en mi cama y suspiro.
Miro mi celular para ver si mi madre me ha llamado o algo pero no hay nada de ella, solo mensajes de gente consolándome, chicas diciendo que quieren salir, diciendome que esa "chiquilla" no me merecía y ese tipo de cosas. Borro todos los mensajes y apago mi celular, Eric no me llamaría, mamá está ocupada y si por algún motivo Emily llegara a escribir, la verdad... No sé qué haría.
Dejo caer mis brazos al lado de mi cuerpo totalmente deshecho, mis músculos se quejan por no dormir bien y mis párpados no me permiten abrir bien mis ojos. Y cuando menos me doy cuenta me he quedado dormido.
🌸🌸🌸🌸🌸
Unos fuertes golpes me despiertan y no del mejor humor. Pienso en dejar que toquen, tendrían que cansarse en algún punto pero estos no cesan.
Me paro y me abrazo a mi mismo, hace demasiado frío y como lo supuse había empezado a llover muy fuertemente. Apago el aire acondicionado y me pongo una sudadera.
Los golpes siguen fuertes e insistentes así que descalzo bajo las escaleras. Planeo abrir la puerta y gritarle a la persona de afuera que se fuera de una vez por todas. Pero justo cuando iba a hacerlo la vi.
Está ahí, parada justo enfrente de mí. Tiene solo un jeans y una camiseta, está completamente empapada. Su pelo está pegado a su blanca cara. Sus labios están un poco azules y sus dientes tiritan.
—Tomas...¿puedo...?—antes de dejarla terminar la jalo de un brazo y la hago entrar a mi casa.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro