Mi colegio organizó una tonta fiesta para festejar el inicio a clases, normalmente esto es para conocer a los nuevos estudiantes y también para celebrar que entramos a un nuevo grado. La verdad todos vienen a molestar y a bailar, supongo que eso es lo que se hace en una fiesta.

Yo solo quiero irme de aquí, no quise venir en primer lugar, no soy mucho de esto tipo de relajos, festejar el inicio a clases, que estupidez. Fue mi mejor amiga que me hizo venir y me hizo prometer quedarme al menos hasta las 12. Faltan treinta minutos para eso y ya estoy lista para correr hacia mi casa.

Me separo de mis amigas para ir a comprar una bebida, hemos pasado bailando tanto tiempo que la verdad me estoy deshidratando y los cuerpos sudorosos no me ayudan en nada. 

Cuando tengo mi bebida en mano regreso exactamente al mismo lugar donde dejé a mis amigas. Sorpresa, sorpresa, ya no estan ahí.

Demonios

Camino por la chancha, donde esta la pista de baile, tratando de buscarlas. Sin siquiera darme cuenta de hacia donde camino, estoy en un lugar oscuro. No sé en que momento me alejé tanto de la gente pero sigo caminando hacia la luz que está frente a mí, es el puesto donde compre mi bebida.

Camino varios minutos, en el mismo lugar oscuro. Dirijo mi mirada hacia el cielo y me doy cuenta lo iluminado que está gracias a la falta de las nubes y la gran cantidad de estrellas pintadas por todos lados. Mis pies siguen andando hasta que mi cuerpo choca con otro, mi bebida sale volando al igual que yo. Cierro mis ojos y me dejo caer en la grama.

—Lo siento, no te vi, está muy oscuro.—dice y yo solo me levanto.

—No te preocupes no debería de estar aquí de todos modos.—sonrio limpiando mi vestido, ya que un poco de la bebida ha caído encima de mí. Cuando decido dirigir mi mirada hacia la persona frente a mí me pongo nerviosa al instante.

—Soy Tomas.—dice alzando su mano a modo de saludo. Mi mente sigue perpleja así que tardo en contestar al saludo. La verdad no tiene porque decirme su nombre ya que eso ya lo sé. Tomas Miller es un año mayor que yo y bueno todas las chicas están detrás de él y la verdad se entiende completamente. El chico delante de mí es alto, aunque con mi pequeña estatura todos lo son. Su pelo café liso combina con sus ojos del mismo color. Es el típico chico que a la vez te da ternura con esos ojos y su cara definida pero que puede derretirte al ver su cuerpo, claro que los entrenamientos de rugby le han ayudado a eso.—Siento mucho lo de tu bebida, si quieres puedo comprarte otra.

—No te preocupes.—digo tratando de decir bien mis palabras.

Estúpida, actúa natural.

—Enserio no me molesta, no te vi, tu bebida cayó, pagaré otra.—sonríe tiernamente, algo incomodo por mi manera de actuar. Como no, si sigue mirándome voy a empezar a babear.— Ven vamos.

—Enserio no hace falta.—digo tratando de irme, bueno mentalmente de salir corriendo, aunque él ya no escucha solo camina hacia el lugar iluminado.

—Vamos.—repite y yo solo lo sigo.

🌸🌸🌸🌸🌸

Cuando llegamos a la fila para las bebidas él me voltea a ver, yo me pongo nerviosa de nuevo. Hay mucha gente en las filas por ende tenemos que sacar tema de conversación. Pero mi mente está en blanco. Él iba a  decir algo hasta que alguien detrás de nosotros llama su atención.

—¡Tomas!

—Hey.—dice este feliz y se abrazan. Yo reconozco enseguida quien es: Eric, su mejor amigo.—Llegas tarde.

Los chicos hablan un momento, yo trato de ignorarlos mientras miro mi celular, a pesar de que no tengo Internet, señal o alguien que se dignara a escribirme nunca, trato de darles su espacio, no quiero verme como una metida. Tomas se voltea a verme y me sonríe de nuevo, luego paga mi bebida y me la entrega.

—Gracias, no tenías que preocuparte.—digo

—Claro que si, pero igual gracias por dejarme pagártela...

—Emily.—respondo a su pregunta no formulada.

—Emily.—asiente sonriendo. Estoy a punto de despedirme pero tres chicos empiezan a molestar a Tomas mientras se lo llevan a la pista de baile. Decido darme la vuelta y seguir buscando a mis amigas.

 En el colegio han puesto unas mesas para que la gente coma así que busco ahí primero, al no tener resultados regreso con mi bebida a la pista de baile, tratando de que nadie la tire de nuevo. Camino entre todos los cuerpos bailando cuando alguien me agarra del brazo.

—¡Emily! ¿Dónde estabas? Pensé que te habías ido.— me giro y veo a mí mejor amiga que tiene una pequeña capa de sudor en su frente por las horas bailando.

—Amanda, te había perdido, solo fui por una bebida.—le grito para que me escuche ya que la música está justo en el punto de reventar todos nuestros oídos. 

Ella solo asiente y yo espero que en mi frente no esté escrito: Tomas me compró la bebida. Porque sería muy complicado de explicar.

Olvidando a ese chico empiezo a seguirle el baile a mi amiga hasta que otras chicas se nos unen.

🌸🌸🌸🌸🌸

Amanda y yo nos separamos del grupo y nos vamos a sentar a unas gradas, estamos bastante alejadas de todos y solo podemos ver pequeños cuerpos siendo iluminados por círculos de colores.

—Mis pies están matándome.—se queja mi amiga y yo me uno a sus quejidos, mis pies están a punto de estallar.

—¿Sabes? La estúpida de Alice estaba coqueteando con Joshua otra vez.—me cuenta enfadada. Joshua es el chico que trae enamorada a mi amiga desde que entramos al colegio, este se fue por un par de años y cuando regresó volvió mil veces más guapo. Amanda se atrevió a hablar con él y empezaron una relación algo muy complicada ya que aún no es nada oficial. En este momento no se encuentran en su mejor momento—La odio tanto no tienes una idea.

—Sabes muy bien que a Joshua no le interesa ella, él solo trata de enfurecerte.—le digo.

—Pues lo logra. No puedo creer que lo que tenemos se ha vuelto en quien le da más celos a quien. Estoy cansada de este juego.

—Lo único que tienes que hacer es hablar con él, tienen que decir cómo se sienten al estar con otras personas. Pueden solucionar todo si siquiera hablaran.—mi mejor amiga me gruñe, sabe que tengo razón pero el orgullo siempre es más fuerte.

—Mira ahí está Marcus, estábamos en la pista de baile y me dijo que quería decirme algo sobre Joshua. ¿No te importa quedarte unos minutos sola?

—No te preocupes ve, ya me contaras que pasa esta vez.— Amanda sonríe con los labios cerrados, más bien es una mueca rara. Se levanta y se dirige al chico que está sentado en una banca. Marcus es el mejor amigo de Joshua y se ha convertido en el mensajero de la pareja.

Me quedo sola por un rato bastante largo. Mi cabeza se mueve lentamente al son de la música, mis ojos empiezan a cerrarse mostrando el cansancio entrando al cuerpo. Estoy bastante ida en mi mente y en la música hasta que siento que alguien se sienta al lado mio. Pensando que es Amanda abro los ojos para interrogarla.

—Tomas.—los nervios surgen de nuevo. Me le quedo mirando luego de ver si viene con alguien de la fiesta.

¿Qué hace aquí?

—¡Hola! ¿Qué haces aquí tú sola?— pregunta. Está sentado cerca de mí, demasiado cerca para mi comodidad pero él no se ha dado cuenta, o al menos parece no importarle.

—Estaba con una amiga pero fue a hablar con alguien—respondo.

—Ya veo...—parece analizar mi pregunta.—¿No prefieres estar en la fiesta?

—Mis pies están matándome.—contesto señalando los enormes tacones que llevo. Maldigo a Amanda y sus ganas de obligarme a hacer todo lo que no quiero.

—No deberías de ocupar tacones tan grandes.

—Sería más fácil si los chicos no crecieran tanto.—lo digo haciendo un puchero. Eso parece hacerlo reír lo que me sorprende completamente. Su risa, ronca pero cálida. Mis nervios vuelven.

—Ni siquiera me alcanzas con los tacones puestos.—dice con una sonrisa divertida y tiene toda la razón, sin contar el hecho de que es un año mayor él es uno de los más altos de su promoción. No le llegaría ni a la barbilla sin tacones. Río como respuesta, pero luego de eso no sé qué más decirle y por ende un silencio incomodo se produce. Bueno incomodo para mí porque él parece de lo más tranquilo.

—¿Qué haces aquí?—le sorprende tanto mi pregunta como a mí haber podido siquiera hablar.

—Mis amigos insistieron en que la fiesta estaba buena.—responde pero él sabe que no me refiero a eso.

—Me refiero aquí.—dijo señalando las gradas bajo mi cuerpo.—¿Qué haces aquí....conmigo?—pregunto y dejo de respirar. Pregunta incomoda respuesta incomoda. El chico se queda pensando un poco. Finalmente me voltea a ver y me mira directo a los ojos.

—Sinceramente no lo sé. Puede ser que me dio curiosidad la niña que camina en la oscuridad con una bebida de fresa y que luego se sienta en el lugar más alejado de la fiesta.—responde y yo no sé que responder eso. Luego de unos instantes mirándonos fijamente se aclara la garganta y se levanta—Creo que tengo que ir a buscar a mis amigos.

—Si, yo tengo que ver porqué tarda tanto mi amiga.—digo parándome también.

—No lo hizo.

—¿Cómo dices?—lo miro confundida.

—Tu amiga. Terminó de hablar con el chico, se acercó a nosotros luego solo sonrió y se fue.

—¿Nos vio...juntos?—digo nerviosa

—Supongo que si.—ríe.— Adiós Emily.

—A...Adiós.