
51. Puntos suspensivos
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"Estar contigo es mi destino
Pasarán mil años y yo no te olvido"
Oliver
—Has hecho un trabajo excelente, Oliver. Sé que te había dicho que aún nos quedaban seminarios en Miami, pero te doy el resto de la semana libre. Así como me lo has solicitado —dijo el profesor. Luego añadió—: Lamento darte la respuesta con tan poco aviso. No es algo que acostumbro hacer.
—Gracias profesor. Volveré en cuanto termine en Los Ángeles —dije, estrechando su mano—. Ya había perdido las esperanzas de que me diese un par de días libres. Aunque me iba a ir de todas formas. Emma se iba a Nueva York y también... quería ver a Laura.
El profesor asintió y comenzó a recoger los documentos que tenía sobre el escritorio. De repente se detuvo y ladeó la cabeza en mi dirección.
—¿Una chica? —preguntó, con un brillo en los ojos que nunca había visto en él. Henry siempre andaba con aspecto serio y de pocos amigos. Al principio me dejó algo desconcertado porque llevábamos varias semanas juntos y era la primera pregunta personal que me hacía.
—Una chica —respondí, esbozando una sonrisa.
—¡Qué curioso!, siempre tuve de ti una impresión errónea —dijo, llevándose la mano a la barbilla—. Te pido perdón.
Henry no era la primera persona que decía eso de mí.
—Gracias por dejarme libre el resto de la semana, esto es... es importante para mí.
Sus labios se curvaron en una sonrisa. Aunque él no estaba del todo incorrecto, me había equivocado. Y la había cagado.
¿El peor error cometido hasta ese momento en mi vida? De todas maneras.
—No te emociones mucho, que después nos queda otro mes de clases y charlas. Te estaré esperando. Los años ya me están afectando, así que has sido fundamental —dijo antes de salir por la puerta, sin darme tiempo de responder nada. Suspiré ante la presión de sus palabras.
Camino al aeropuerto comencé a ponerme nervioso, ¿qué le iba a decir a Laura cuando la viera? Estaba emocionado y abrumado. No podía parar de repasar en mi mente lo sucedido con Clara, torturándome cada día.
—Y así, me dijo que me quería y después que no...y después que sí. Un idiota —gruñó Clara, mientras entraba a mi habitación—. Le enviaré un mensaje a Jose para que me venga a buscar, hemos bebido demasiado.
—Ese imbécil no es para ti. Te diría que Alex es un buen partido pero está con Emma. Creo, la verdad es que he evitado todo ese tema. —Sacudí mi cabeza—, ¿mi hermana y mi mejor amigo?
Clara negó con la cabeza.
—Él es muy adorable —suspiró—. No me gustan tan así, ¿y que tal el compañero de Emma? Él tiene algo de adorable, pero mis ojos han visto lo suficiente como para saber que bajo esa expresión de chico bueno y guapo, se esconde uno bastante perverso...—Exhaló, mientras se echaba aire con una mano—. Perverso de la forma que a mí me gusta, bueno...ya sabes a lo que voy.
Rodé los ojos, sabiendo perfectamente a quien se refería...y a qué se refería.
—¿Diego? —pregunté, enarcando las cejas. Asintió con un brillo en los ojos y se mordió el labio.
—¿Qué tiene tan especial?
Clara se sentó en el borde de la cama, y pestañeó rápidamente.
—A ver...voy a empezar por su cuerpo...
Agité las manos frente a ella.
—No, gracias. Me arrepentí de la pregunta.
—No me digas que a él le gusta Laura. —Se llevó la mano a la boca, y puso la misma expresión como si de repente hubiese comprendido todo de un momento para otro—. Dios mío, le tendré que prender velas a Laura, está arrasando con todos los chicos guapos. ¿Diego también? Qué difícil...porque por un lado te tiene a ti...pero también...—Se calló de golpe cuando vio mi cara.
—¿Algo más que añadir? —pregunté secamente.
Negó con la cabeza rápidamente, e hipó.
—Es el alcohol Oli, no me culpes a mí. Soy una simple víctima del alcohol. —Apoyó su espalda en la cama—. ¿Y se puede saber si ella está en ese paseo con él? —dijo apenas. Le dio un ataque de risa.
—Sí —gruñí.
—¡Puta madre Oli! Que tienes mala suerte.
Le lancé un cojín y me acosté junto a ella.
—Si sigues así vas a tener que esperar a Jose afuera.
—No porque hace fríoooooo —rio. Suspiró mientras revisaba su celular—. No vendrá a buscarme, tiene que ir a buscar a su hermano pequeño a una fiesta. Llamaré un taxi, voy a esperar a que se me vaya un poco de alcohol de la sangre.
Cogí mi celular para ver si Laura me había enviado algún mensaje. Tenía uno nuevo en Instagram, de una chica llamada Nicol. Me enviaba directamente a una publicación de una serie de fotos de Laura y Diego. Se me apretó el corazón. No sé qué cara puse que Clara me quitó el celular de las manos.
—Tengo una botella de vino —murmuré, mientras ella revisaba el celular.
—Me parece una buena idea. Pero Oliver, esto no significa nada...son amigos. Aquí no hay pruebas más que lo que dice esta chica. —Arrugó la frente, y leyó en voz alta lo que escribió Nicol—: Esto es lo que hace mi novio y tu novia cuando creen que nadie más los ve.
—No sé —dije levantándome de la cama, y yendo por esa botella de vino. Y lamentablemente encontré dos.
Del resto casi no me acuerdo. Era tan común para mí estar con Clara sin estar atado a ningún tipo de relación que mi cerebro no procesó nada más luego de beber tanto.
Al otro día del accidente Clara me fue a ver al hospital. Se sentía tan mal que lloró todo el rato mientras repetía una y otra vez lo triste de lo que Laura vio. Y de haber sido parte de algo así.
Resoplé.
Llegué al aeropuerto con el corazón acelerado en mi pecho. Y aún ni siquiera me subía al avión. La última vez que había estado con Laura, ella no recordaba nada de nuestra historia, y aunque por un momento fue algo liberador que no recordase esa noche, no era justo. Y dentro de mi corazón sentía que lo de nosotros había quedado inconcluso. Tenía que verla.
Oliver: Llego en la noche, ¿dónde estarás?
Emma: ¿Qué clase de locura es esta?
Oliver: De las que tengo que hacer.
Emma: ¿Y tu trabajo?
Oliver: ¿Por qué me haces tantas preguntas? pero...tengo libre. Además... obvio que iba a ir (aunque fuera solo por una noche)
Emma: Para despedirte de tu hermanita supongo.
Oliver: Obvio :P
Emma: Le diré a mamá, anda demasiado sensible así que tu visita la va a poner feliz. ¿Le dijiste a Laura? Yo voy camino a su casa. ¿Sabes que es su cumpleaños, cierto?
Oliver: Sí... ¡No le digas!
La única razón de por qué Emma me perdonó tan rápido era porque al principio no se sabía en qué estado había quedado yo después del accidente. Y casi que creyó que las últimas palabras hacia su hermano habían sido: eres un idiota, imbécil, cretino. Te mereces perderla. Me las dijo justo después de que Laura saliese corriendo al verme con Clara.
Yo solo quería dejar atrás ese día que me seguía torturando. Laura me había dicho que me perdonaba, y le creía pero...yo no me perdonaba.
¿Me merecía perderla?
Los Ángeles me recibió con un día más caluroso que Miami. Apenas toqué la puerta de mi casa mi mamá me abrió con los ojos llorosos, parecía que la ida de Emma le afectaba más de lo esperado.
—Al menos se va con Laura —soltó, mientras me servía un vaso de agua. Me lanzó una mirada como si estuviese esperando algún tipo de explicación. Luego del accidente, no había tenido nada de tiempo entre recuperarme, ver a Laura, estudiar para los últimos exámenes, y el trabajo con el profesor. Así que mi mamá —finalmente— después de un par de meses, tenía la oportunidad de entrometerse. La conocía, no lo iba a dejar pasar.
Enarqué una ceja.
—¿Recién te llegó la noticia?
—Lamentablemente sí, Emma me contó un par de días atrás. —Se sentó en la silla junto a mí, y sus cejas se unieron en el centro de su frente.
—Todo lo que esté pasando por tu mente, ya lo sé.
—Hijo, no te tortures —agregó de repente—. Desde que empezaste con Laura has crecido mucho más de lo que yo hubiese esperado. Sinceramente no te reconozco... te has convertido en todo un hombre.
Esbocé una sonrisa.
—Ya tengo veinte, debería ser todo un hombre desde hace bastante.
Estiró su brazo y me apretó el hombro.
—Tú serás siempre mi niño —susurró, como si alguien fuese a escuchar.
—¿Así que no me odias?
—Bueno —dijo, tomando aire profundamente—. No te voy a mentir, Laura me gusta.
—A mí también, a Emma también. —Me encogí de hombros—. A todo el mundo le gusta.
Y a Diego
Mi mamá se encogió de hombros.
—Supe que hoy es su cumpleaños, asumo que por eso estás por aquí. Emma ha estado toda la tarde afuera.
Miré la hora, ya eran las diez de la noche.
—Me iré a duchar. —Me levanté y fui a mi habitación, nervioso. No veía a Laura desde demasiado tiempo para lo que podía soportar sin que mi mente fuese un torbellino de pensamientos.
Alex un par de días atrás me había contado que Emma y él ya no estaban juntos. De todas formas le insistí que fuera conmigo. Al menos a alguno le tenía que ir bien, ¿o no?
Oliver: ¿Ya dejaste de llorar?
Alex: Sí, voy contigo.
Oliver: No puedo creer que le armé una cita a mi mejor amigo y a mi hermana.
Alex: No es una cita...iré a despedirme de ella.
Oliver: ¿Y si nos cambiamos a la sede de Nueva York?
Alex: No me des ideas que estoy algo desesperado, tu hermana ni contesta mis mensajes.
Oliver: ¿Qué nos pasó?
___
Hello beibis
¡Es inevitable! los finales llegan antes de lo esperado...
y a veces se nos rompe el corazón en el transcurso... admito que me siento muy sentimental en estos momentos <3
¿Qué les gustaría que sucediera en el próximo?
#Lauver
#Diaura
#Laurasolaennuevayork
Les mando mucho amor y gracias por sus comentarios!
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Cariños infinitos
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