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18. Traicionera

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"Me dijeron que te encanta que se mueran por ti

Buscando al que se enamora para hacerlo sufrir"

Diego

Antes de ir a la fiesta, y mientras Nicol se probaba uno de los treinta vestidos que tenía, leí la respuesta de Laura. Nicol me pilló con una sonrisa en la cara, porque el correo me dio risa. Llamar a Justin como una bacteria, superó todas las expectativas. De alguna forma nos estábamos haciendo amigos, y eso me agradaba. Una amiga fuera del círculo en el que siempre estaba, y que la mayor parte del tiempo consideraba tóxico, quizás era lo que necesitaba.

¿Y qué si veía a Laura como un aire fresco en mi vida?

Era una amistad alejada de los focos de atención. Porque todo lo que sucedía con los jugadores de fútbol y las chicas que los rodeaban eran los chismes más esperados de la escuela.

***

Por la cara que puso Nicol cuando vio a la cita de Laura, comprendí que había llegado con alguien mejor que Justin, mucho mejor. Fruncí el ceño al ver cómo sus ojos se dilataron al verlo, sin discreción y conmigo al lado. Justin a su vez, se tomó dos shots de tequila, apenas Laura pisó la casa de Jose, Vanessa me dio algo de lástima.

No entendía por qué Justin parecía haberse arrepentido por momentos de la decisión de terminar con Laura. Era como si su cerebro estuviese dominado por distintos pensamientos. ¿Le gustaba Laura o no? ¿y Vanessa?

Laura entró como si fuese la invitada especial de la fiesta, viéndose muy guapa, y como si nadie le hubiese roto el corazón. No era esa su intención, ya la conocía un poco para saber eso, sino que simplemente ella impactaba por la confianza que derrochaba, aunque me di cuenta que estaba nerviosa, por la forma en que su frotaba su dedo indice y pulgar constantemente, y además sus mejillas lucían coloradas.

Nadie apostaba a que la chica de la que se habían estado riendo a sus espaldas, iba a terminar siendo...bueno...lo que era Laura en ese momento.

—Voy al baño —murmuró Nicol. Se notaba que se veía afectada. Antes de desaparecer le lanzó una mirada a Justin, quien se encogió en el lugar. Así como diciendo: ¿qué quieres que haga?

Rodé los ojos.

—No entiendo. Hasta hace unas semanas pasaba inadvertida para todos nosotros. Ahora no puedo sacarle los ojos de encima, ni a ella ni a sus amigas. —Jake se quedó mirándome, esperando una respuesta.

—Bueno, yo creo que ya es un poco tarde para eso —respondí, señalando a la cita de Laura.

—Es verdad. Justin, ¿qué opinas de esta situación? —Elías como si tuviese un micrófono invisible, le puso la mano a Justin frente a su boca.

Justin de un manotazo se la sacó, y se pasó la mano por el cabello, frustrado. De repente, tomó aire y con ese aire de autosuficiencia que le salía pésimo, habló:

—Era mi secreto mejor guardado. Toqué cada parte de ese cuerpo —aseguró, frotándose las manos—. Laura es aburrida, que sea bonita no es suficiente.

Negué con la cabeza. Poco hombre. Llevaba días hablando con Laura, y ya tenía más que claro que aburrida no era. Seguramente no se interesó en conocerla, porque me había sacado más carcajadas que cualquier persona en un tiempo tan reducido. Lástima que no se interesó a tiempo, y ahora que ella tenía toda la atención encima, él se comportaba más idiota de lo que era.

Elías rodó los ojos. Tampoco le compraba nada a Justin. Se deslizó y quedó junto a mí, dejando a Justin aparte de nuestra conversación.

—¿Qué opinas de la amiga? —preguntó, bebiendo un sorbo grande de su vaso.

Me fijé en Emma y Abril.

—¿Cuál?

—Abril —murmuró—. Algo tiene.

—No me digas que una chica te tiene nervioso. No entiendo por qué no te has acercado.

—No es...no es de nuestro círculo —dijo de repente.

Elías era uno de los más sensatos del grupo y aun así —a veces— caía en idioteces como esa. Negué con la cabeza, dando a entender lo mucho que desaprobaba ese comentarios.

¿Qué importa el dinero?

Abril era muy atractiva. De esas que saben lo que tienen y cómo actuar con eso. Me caía bien, aunque nunca había hablado con ella.

—Si dices algo así, entonces no te mereces la chica.

—A veces la cago. Tienes razón. Es que la encuentro demasiado sexy. Creo que es de esas chicas que te hablan sucio, ¿entiendes?

Me reí.

—Y eso te atrae.

—De solo pensarlo...—Se rascó la barbilla, y se giró—. Me voy a servir algo más fuerte.

Justo en ese momento me distraje con Justin que seguía mirando a Laura, mientras ella se dirigía al sector de la piscina.

Me sentí culpable de que Laura hubiese tenido que pasar tanto tiempo cerca de alguien como él, sabiendo yo lo que sucedía. Sabía que la había cagado y no tenía cómo remediarlo. Darme cuenta de eso cambió la percepción que tenía de mí mismo. Porque no noté lo grave que era el asunto. Me metí en mi mundo con Nicol, y nada más me importó. Me alejé de allí, y salí al patio buscando a Nicol. La encontré hablando con Michelle.

—Preciosa, te estaba buscando —agarré a Nicol por la cintura, a la vez que la besaba.

—No se pongan románticos, por favor —Michelle se tapó los ojos, bromeando.

—Tú sabes que yo no soy muy romántica —respondió Nicol, sacándole la lengua.

Me distraje porque alguien se lanzó a la piscina.

—¿Qué miras? —preguntó Nicol, de brazos cruzados.

Comprendí que se refería a Laura y sus amigas que se encontraban cerca. Bufé.

—¿Vamos a bailar? —pregunté, haciendo como que no me había dado cuenta de a qué se refería.

—Le prometí a Michelle que no la dejaría sola esta noche. Fredy se puro raro de nuevo con ella. Bailemos los tres.

Michelle era la única que podía acercarse a mí. Todo porque Nicol presentía que a mi no me agradaba, y era verdad. Michelle me había decepcionado.

—¿No tienes ganas de irte? —pregunté, enarcando las cejas. La verdad es que solo quería salir de allí.

—Debo quedarme con Michelle, se lo prometí, ¿te sientes bien?

—Me siento un poco ahogado. Iré por agua.

No quería estar cerca de Michelle. Ella además de saber todo lo que había sucedido entre Justin y Laura, decidió chantajearla por algo para que la ayudara, así como lo había hecho conmigo. Michelle tenía algo mío que no quería que saliese a la luz.

Vi a Laura caminando hacia la mesa donde se encontraba el agua, y Justin unos metros más lejos la seguía con la mirada. No quería que Justin la molestara, no se lo merecía. Él dio un paso adelante, aprovechando que Vanessa estaba distraída. Tomé una cerveza de una mesa cerca, y me acerqué sin saber qué decirle.

—Te vez arrepentido de dejarla ir —dije, entregándole la botella. Esbocé una sonrisa.

—Estaba pensando que gracias a mí, ella ahora está así. —La señaló de pies a cabeza, murmurando bajo para que Vanessa no oyera. Ella se encontraba de espaldas hablando con una amiga.

Respiré hondo, conteniendo las ganas de decirle que se fuera a la mierda. Laura se estaba sirviendo agua, y su cita no se encontraba con ella. Miré a Justin, sus ojos brillaban por ir a hablarle o molestarla. Carraspee para desviar su atención.

—Me gusta la pareja que hacen ustedes dos —dije, mientras le tocaba el hombro a Vanessa. Ella se giró y me sonrió. Justin frunció el ceño—. ¿Han visto a mi novia? —arrastré las palabras, fingiendo estar un poco ebrio aunque no hubiese bebido nada—. Creo que iré por agua —agregué señalando la mesa donde estaba Laura.

Vanessa dio un respingo al verla, tomó a Justin del brazo y lo llevó lejos de allí. Le dije a Laura que estaba cumpliendo mi papel de buen amigo, alejando a Justin. Nicol, probablemente espantada porque me hallaba cerca de Laura, me abrazó efusivamente.

—¿Vamos a bailar?

Nicol arrugó la cara.

—Encuentro esta música muy vulgar. Míralos, me da un poco de vergüenza. —Negó con la cabeza—. Hay mucho toqueteo, roces, y... escucha la letra Diego, es terrible.

—A mí me gusta. —La tomé de la mano e hice que diera una vuelta.

—Si cambian la música, bailo. —Miró alrededor—. Después de esta canción parece que todos van a necesitar un cuarto.

—¿Te quieres ir?

Asintió con la cabeza.

—Ya estoy cansada.

La tomé de la mano y caminamos hacia el coche.

—¿Me quieres? —preguntó de repente.

—Mucho.

—¿Cuánto? —Me abrazó, y me miró con sus grandes ojos. Pestañeó repetidamente.

—Mil millones —respondí, oliendo su cabello. Me encantaba su aroma tan característico.

—¿Mil millones de qué? —Se alejó unos centímetros, y me escudriñó con la mirada—: ¿mil millones de granos de arena o de casas? Hay una diferencia. La de arena es muy poco.

—Mil millones de planetas —respondí, satisfecho de mi respuesta—. ¿Así?

Encendí el coche y manejé hasta mi casa, ya habíamos quedado en que Nicol se quedaría conmigo. Antes de estacionar, me agarró del brazo, y ahogó un sonido de impresión.

—¿Supiste lo que pasó? —preguntó, con una mano en la boca.

—¿Qué pasó?

—Vanessa me contó que Laura se estuvo besando intensamente con un chico, y no era su cita —Levantó una ceja, y esperó mi respuesta.

—¿Y...?

—¿Cómo que "y"? Se está tratando de vengar de Justin —dijo, agitando las manos. Se las llevó a la frente—. Está claro.

—No creo que la vida de Laura gire en torno a Justin —respondí, apagando el motor.

—No le basta con hacer que la escuela de ría de Justin, si no también quiere mostrase como que lo superó al otro día. —Negó con la cabeza, y una sonrisa apareció en su rostro—. No le resulta. Yo no me la creo.

—No sé por qué te importa tanto. —Le cogí la mano, atrayéndola hacia mí. Me soltó, haciéndose a un lado. Tenía la cara marcada por la preocupación.

—Obvio que me importa. Está dañando la imagen de Justin.

Rodé los ojos.

—Justin se dañó solo.

—¿Sigues defendiéndola? —Se quedó esperando mi respuesta.

—No la defiendo —respondí, cansado. Se produjo un silencio, y finalmente dije—: Él la engañó, él se rio de ella. Ahora se hace la víctima porque Laura está muy guapa.

Pronuncié la palabra guapa, y la cara de nicol se ensombreció. La había cagado totalmente.

—¿La encuentras guapa? —preguntó, con los ojos llenos de rabia.

No sabía qué responder.

—Nunca más que tú. Tú las superas a todas por millones de planetas.

Suspiró.

—Lo sé. No me agrada Laura, preferiría que siguiera pasando desapercibida.

—No hablemos más de ella, ni de Justin —dije, abriendo la puerta del coche.

—No —murmuró, impidiendo que saliera—. Déjame en mi casa.

—¿No te vas a quedar conmigo? —pregunté, extrañado.

—Justin me acaba de escribir que no se siente bien y que irá a mi casa.

—¿Por qué? —Si Justin seguía saliendo en nuestras conversaciones me iba a volver loco.

—Porque está triste con todo esto. Ha salido super dañado —respondió, con una expresión que indicaba que era algo que yo debiese haber supuesto.

—Nicol. Engañó a su novia, se rio de ella...¿y ahora está triste? ¿él está triste? —Reí, negando con la cabeza.

—Diego, para de defenderla —dijo, entre dientes.

—¡No la defiendo! Estoy señalando un hecho. Es un hecho que él la engaño, es un hecho que él se rio, es un hecho que...

—Detente. —Su voz salió entrecortada—. No puedo contigo ahora. Anda a dejarme.

—Nicol, quédate conmigo. —Le tomé la mano, e hice un puchero.

—No, no quiero quedarme. —Se giró, con la cara hacia la ventana. Dando por terminada la discusión.

La fui a dejar, totalmente confundido.

La amaba, sin embargo, sus pensamientos egoístas hacia una compañera que a ella no le había hecho nada me molestaban increíblemente, además todo era para apoyar a Justin, quien a mi opinión, no se merecía la lástima de nadie. Menos de mi novia.

Cuando llegué a mi casa, estaba confundido, enojado y apenado. Frustrado tomé el celular para responder la pregunta del último correo, mientras antes terminara con el proyecto, mejor.

Pregunta número 5: Dí una cosa positiva y negativa que asumas del otro, ¿por qué?

Me quedé pensando, ¿qué asumía de Laura? Unos días atrás habría dicho que me parecía alguien alguien de bajo perfil, tímida o tranquila. Ya no podía decir eso, la conocía más y no la encontraba así. No es que era una persona distinta, sino que mi percepción hacia ella cambió. Laura se había convertido en una amiga que quería conservar. De repente recordé lo del dibujo de Justin, ¿había sido ella? Lo iba a averiguar.

"Eres divertida y alegre. Aun después de lo que pasó con el innombrable. No te enojes por lo que te voy a decir pero dada las cosas que han pasado... creo que eres un poco vengativa, porque... ¿tú hiciste el dibujo?"

Cuando mi celular vibró al rato, lo tomé esperanzado de que fuera Nicol, sin embargo, era de Michelle, con la respuesta de Laura y la nueva pregunta. ¿Laura también se había ido más temprano de la fiesta?

"Asumo que eres muy fan de tu novia y que eres muy lindo con ella porque así lo he visto; y que nunca te despegas de ella así como una sanguijuela porque así lo he visto también"

¿Una sanguijuela? Reprimí una risa, a la vez que meneaba la cabeza, y leí la siguiente pregunta que venía en el correo.

Pregunta número 6: ¿Crees que el otro te besaría?

Rayos, ¿qué quieres Michelle?

Me fui a la cama sin pensar en la respuesta. Me negué. Desperté por un mensaje en mitad de la noche. El nombre Laura apareció en toda la pantalla.

—Si Nicol ve su nombre me mata —murmuré, apenas viendo el celular.

Edité su nombre. Así, Laura se convirtió en Lautaro hasta que el proyecto terminara. Después podría hablar con Laura sin ocultar nada, Nicol tendría que entender.

Un pensamiento interrumpió en mi cerebro, impidiendo que volviera a dormir enseguida.

¿Laura me besaría? No lo creía...¿Yo la besaría?

___

¡Hello! ¿Qué tal el nuevo capítulo?

¡Ah! Ya sé lo que están esperando... ¿vendrá en el próximo?

¿Ustedes creen que Diego besaría a Laura?

Yo creo que no...está demasiado embobado con Nicol, ¿o no?

Creo que... no me gusta Nicol.

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