Era una fría noche. Todo estaba oscuro entre esas cuatro paredes, donde un antiguo profesor, se encontraba. Mirando las estrellas a través del cristal, sus pensamientos vagaban en los recuerdos de un triste pasado...

-¿Abuelito?- una alegre niña aparece en el lugar, buscándolo.

El hombre gira lentamente y observa a la pequeña. Los rizos castaños y los ojos color gris, son inconfundibles

-Sabes que no soy tu abuelo, Antares- contestó Severus Snape- Tu abuelo es Lucius

-Pero siento que él no me quiere. En cambio, sé que tú sí- Afirmó convencida -por eso me gusta decirte abuelito

-A mí también me gusta que me llames así

La niña se sentó en las piernas del hombre que la miraba con una ternura que jamás , después de Lily, le había demostrado a nadie

-Hoy es un día muy especial, abuelito. ¡Por fin van a conocerme!- comentó dando saltitos

-¿Ya llegó el día? Se me pasó el tiempo muy rápido. Me hiciste compañía en estos días de soledad. Debes ser buena niña. Hazle caso a tu madre, es una mujer muy inteligente. Y a tu padre debes quererlo mucho... Él necesita cariño, ya que sufrió mucho.

- Te quiero mucho abuelito- Le dice la niña mientras lo rodeaba con sus bracitos.

-Yo también, Antares... Voy a extrañarte.

- Y yo a ti, abuelito Severus. ¡Ya me voy!- dijo saltando del regazo del hombre

-¡Antares!- gritó de pronto

-¿Dime, abuelito?

-Se feliz, ¿si?

-Siempre...

Mientras la veía alejarse del lugar, una lágrima asomaba de sus ojos. Y de repente, la niña se volvió luz y desapareció...

- Serás un excelente padre, Draco. Cuídala mucho. Y tú Lucius, ¡cuidado con hacerla sentir menos! O te la verás conmigo- Sentenció viendo nuevamente a través del cristal

Y en el mausoleo de los Malfoy, el espíritu de Severus Snape por fin encontraba paz

Este drabble está inspirado por el fanart de Avendell, publicado por EditorialDramione