Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Epílogo.

| FRANK |

El invierno no era mi época favorita del año, se me congelaban los pies, no podía salir con mis amigos porque estaba helando afuera y la navidad era la perfecta excusa para que todos mis familiares vinieran a casa y mis primos pequeños arruinaran mi tranquilidad, desordenando mi cuarto y tocando mis materiales de dibujo. Cualquier otro mes del año hubiese dicho eso ante la pregunta de porqué detestaba tanto el invierno, pero ahora, parado enfrente del chico que me gustaba, luciendo como un oso por todos los abrigos que llevaba puestos, debía admitir que definitivamente odiaba el invierno porque me hacía quedar en ridículo y verme horrible.

—Perdón, mi papá aún está en viaje y tuve que traer a Sue por mi cuenta —se disculpó Otto.

Había una niña con una enorme campera en color rojo, estaba sosteniendo la mano de Otto y escondiéndose en su espalda, ambos tenían el mismo cabello castaño y bonitos ojos cafés, salvo que mientras Otto irradiaba amabilidad, esa niña lucía sacada del Pueblo de los Malditos, tan solo faltaba que tuviera el cabello rubio albino.

—Susy, ven con la tía Margot —pidió la pelinegra extendiendo sus brazos, pero la pequeña niña lucía desinteresada mientras Levi y Margot estaban intentando comunicarse con ella como si de tratara de un extraterrestre.

Esto se suponía que era una salida de amigos, no una cita, pero aún así tenía esperanzas de pasar tiempo de calidad con Otto antes de irme de vacaciones a visitar a mi hermano en la ciudad.

Luego de ganar las intercolegiales Otto fue seleccionado para asistir a un campamento de entrenamiento durante el verano y con la selección de los nuevos miembros del equipo no es como si tuviéramos demasiado tiempo para estar juntos. Era codicioso, pero cómo no serlo cuando cada vez que estaba cerca suyo simplemente quería acercarme más y más a él. Me había costado tanto llegar a este punto, que ahora quería aprovecharlo al máximo por miedo a que pudiera arrepentirse y marcharse.

—Tapa tus orejas, hace mucho frío —pidió Ottis, acercándose hacia donde me encontraba para acomodar mi gorro. Sus manos estaban calientes, lo que hacía que su tacto se sintiera más agradable que de costumbre.

—Esto me hace la cara muy redonda. —Eso salió casi inconscientemente de mi boca, aunque era una realidad.

—Mentira, te ves adorable —confesó de manera repentina, incluso podía sentir mis mejillas arder.

Nota mental: de ahora en más, siempre usar gorros cuando nos encontremos.

—Todavía tengo frío —mentí, no quería que se fuera, quería conservarlo a él y sus manos en mis mejillas el mayor tiempo posible.

—Te abrazaría, pero Sue…

—Lo sé, lo sé —lo interrumpí, para su familia él seguía siendo heterosexual, no era como si no lo supiera, tampoco tenía intenciones de espantar a su hermana y que está comenzara a odiarme.

De todas maneras, él apretó mis mejillas y yo sentí como si me fuera a morirme ahí mismo. Quería abrazarlo, sujetar las solapas de su chaqueta y besarlo, pero la pequeña hermana de Otto se prendió de su pierna y comenzó a quejarse de que ya no quería caminar, por lo que él tuvo que alejarse de mí y sujetarla en sus brazos, destruyendo con eso todas mis fantasías.

—¿No conoces a Susan todavía? —cuestionó Margot acercándose al lado mío—. Te va a odiar si sigues apartando a Adonis solo para ti.

—Es súper raro, para ella él es como su príncipe azul —reconoció Levi pasando un brazo por mis hombros.

—¿Cómo me va a odiar si no hice nada? —protesté.

Literalmente no pude hacer nada, cuando estaba apunto ella me interrumpió rompiendo todas mis oportunidades. No podía creer que pase de tener de enemiga a una niña pequeña, que encima era la posesiva hermana menor de Otros.

—Odio coincidir con ellos, pero esa niña se llevó toda la inteligencia que su hermano no tiene —admitió Baxter acomodando su gorro de lana.

Nos habíamos reunido todos para ir a comer en un nuevo restaurante que había abierto en el único centro comercial que tenía Malum, pero como la hermana menor de Otto se había sumado nuestros planes debían esperar, ya que la debíamos llevar a conocer a Santa. Habíamos tomado la decisión de primero ir a hacer la fila para que pudiera decirle lo que quería de navidad y luego ir a comer hasta explotar.

Mientras Jesse mantenía distraída a la pequeña niña, montando un show con los juguetes que ella había traído, Otto se acercó a mí y aproveché el momento para sujetar su mano.

—¿Estás enojado? —preguntó, lucía bastante preocupado por eso. Podía saber lo que fuera que estuviera pensando con tan solo verlo a la cara, él no parecía notarlo, pero tenía un rostro demasiado expresivo—. Perdón, salgamos mañana también.

—Bueno, no habrá nadie en casa, puedes venir —sugerí amablemente, pero al ver la cara de pánico que había puesto, tuve que comenzar a reír para que no lo tomara tan en serio—. Era una broma, una broma.

En realidad era verdad, solo que no quería que entrara en pánico cuando había gente alrededor. Me había convertido en un experto en ocultar mis verdaderas intenciones. 

—No debes decirle este tipo de cosas a otras personas, ¿okay? —pidió acariciando mi mejilla.

Otto era lindo, inocente y amable, el tipo de persona ingenua que siempre piensa que todos tienen buenas intenciones. El único que estaba preocupado de que la gente lo engañe era yo, y aún así tampoco podía considerarme una persona que no tenía intenciones ocultas, porque estaría mintiendo. Al menos era una persona decente que podía esperar cuando él estuviera listo para venir a mi casa.

—Pero ven, veamos una película —sugerí, si no funcionaba siempre quedaba la opción de ir al cine o cualquier otro lado.

—Está bien, estaba esperando que pudiéramos ver la primera temporada de Shingeki No Kyojin juntos.

Maldita sea, realmente íbamos a ver una película.

—Quédate a dormir entonces, veamos todas las temporadas.

—¿En serio? Debería pedir permiso antes —dijo con una sonrisa, pero antes de que pudiera continuar hablando, Margot apareció de la nada negando con la cabeza.

—Nada de este tipo de cosas cuando salgan con nosotros —protestó la pelinegra.

—No es mi culpa que estés sola, si tan solo no fueras tan agresiva tal vez alguien tendría piedad en salir contigo.

Y así fue como mi plan de pasar una noche con mi novio no fue solo arruinado por su mejor amiga, sino que luego su hermana exigió que la cargara en brazos y él tuvo que ir corriendo a cumplir con su petición.

—Frankie, apúrate a ir a la fila —dijo Levi tironeado de mi brazo.

Me llevaba bien con los amigos de Otto, pero aún así solía sentirme un poco incómodo con las personas nuevas, no sabía exactamente de qué tema hablarles y por eso prefería quedarme en silencio. Margot era quien más solía buscarme tema de conversación para integrarme, pero ahora estaba ocupada discutiendo con Jesse sobre algo que no entendía, así que sinceramente estaba un poco aburrido. Hubiese preferido que Jenna viniera, pero había cancelado a último minuto porque su abuelo había ido de visita, quería enviarle mensajes pero ni siquiera iba responderme.

Estaba aburrido y tenía frío, por fortuna nuestro turno vino rápido y aproveché el momento para tironear de la manga de Otto y conseguir un poco de su atención.

—¿Me acompañas al baño? —pregunté inocentemente—. No sé dónde queda.

—Si, vamos —respondió con amabilidad—. No está lejos de aquí.

Solo alguien tan inocente como Otto creería que no sabía dónde estaba el baño. No me gustaba aprovecharme de su ingenuidad, pero en momentos en donde quería estar solo con él era inevitable no usarlo a mi favor.

Cuando estuvimos a una distancia prudente de ellos, decidí entrelazar mi mano con la suya y él la guardó en el bolsillo de su chaqueta con tanta naturalidad que por poco me creí el hecho de que no estaba nervioso, pero su rostro sonrojado lo delataba. Se sentía demasiado gratificante estar caminando codo a codo en el centro comercial nosotros dos solos, sin importarnos de que alguien pudiera estar mirando o con nuestros amigos alrededor haciéndonos burlas.

Y antes de siquiera poder llegar baño, lo arrastré hacia las escaleras para ir al segundo piso con la excusa de que quería ver algo y aproveché que no había gente alrededor para prenderme a él como una garrapata.  Que mis verdaderas intenciones hayan sido reveladas eran un tanto vergonzoso, pero no me arrepentía en lo absoluto.

—Todavía no llegamos al baño —me recordó—. ¿Te duele algo? ¿Te sientes mal?.

Y antes de confesarle que esté había sido mí plan desde el principio, él ya tenía mi rostro entre sus manos y me fue imposible hablar con sinceridad, las yemas de sus dedos acariciando mis mejillas me adormeció la parte racional de mi cerebro.

—Me duele la cabeza —mentí sintiéndome la peor persona del mundo, pero al mismo tiempo la más feliz.

—¿En serio? ¿Será por el frío? —dijo con obvia preocupación—. Tus mejillas están frías.

—Entonces deja tus manos hasta que se calienten —pedí colocándome de puntitas para besar su mejilla.

Odiaba el hecho de que fuera tan alto, no podía besar su rostro tanto como quisiera porque no llegaba, esperaba crecer los centímetros que me faltaban pronto, sino debía comenzar a idear otros planes.

—Eres tan lindo —confesó de repente con una enorme sonrisa en su rostro, despertando deseos de hacer cosas que no debería estar pensando en lugares públicos.

Él era mucho más lindo que yo, pero me ponía feliz cuando me halaga, me daba deseos de acorralarlo contra la pared, si tan solo fuera más alto.

—¿Tu no tienes frío? —pregunté colocando mis manos en su rostro.

—Un poco —admitió, sus mejillas estaban tibias, tal vez se debía al hecho de que estaba sonrojado.

—Si nos besamos tal vez dejes de tener frío —sugerí amablemente.

Si dejaba que Otro lo pensara demasiado iba a entrar en pánico, así que simplemente tironeé del cuello de su buzo, colocando mis labios sobre los suyos, intentando que se relajara y dejara llevar por un momento. No había nadie mirándonos, estábamos solos en un lugar alejado, tan solo se escuchaba el sonido de nuestra respiración, el latido de nuestros corazones y el sonido del teléfono de Otto sonado.

—Es Levi, tengo que responder —avisó rápidamente, alejándose de mi, arruinando nuestro precioso momento por culpa del tonto de Levi.

Estaba por quejarme, pero él me rodeó con sus brazos y simplemente no pude enojarme con él, estaba demasiado cómodo aspirando el olor a su colonia como para intentarlo.

—Solo fuimos al baño, deja de decir idioteces —protestó mientras apretaba mi mejilla para luego depositar un beso en mi cabeza—. Ya estamos de regreso, dile que si sigue llorando no le van a traer regalos.

Y luego de un par de minutos más, cortó su llamada y solo nos quedamos nosotros dos en silencio y mis intenciones ocultas al descubierto.

—Perdón, no quería ir al baño —me disculpé ocultando mi rostro en su pecho, estaba avergonzado.

—Creo que me di cuenta un poco tarde —admitió entre risas—. Tampoco es como si yo hubiese puesto mucha resistencia de todos modos.

—¿Tu hermana está llorando?.

—Si, se asusta cuando no estoy, piensa que me voy a ir como mi papá.

Bueno, ahora me sentía un poco culpable por querer acaparar a Otto solo para mi, no era culpa de Sue que su hermano mayor fuera increíblemente tentador. En cierto punto la comprendía por querer tenerlo para ella también.

—Mañana voy a pasar todo el día contigo, perdón por estar ocupado últimamente —dijo con una sonrisa.

—Está bien, no me molesta —mentí, los juniors del equipo de baloncesto estaban obsesionados con él y eso me producía deseos de morirme, porque todos parecían salidos de una revista de modas.

Tenerlo mañana solo para mi se escuchaba tentador, así que prefería no decir en voz alta mis inseguridades y guardarlas un rato más para disfrutar del momento.

—Tengo que ir a buscar a Sue.

—Bueno.

—Para eso me tienes que soltar, Frankie.

—¿No puedes caminar así?.

—Tal vez si te cargo en brazos pueda.

—Entonces hazlo —pedí levantando mi cabeza, pero ahí estaba su rostro entrando en pánico una vez más.

—Sabía que iban a estar aquí, en el oscuro, haciendo cosas indecentes —era la voz de Margot, arruinando mi oportunidad.

Y mientras ambos comenzaban a discutir, yo ya di por perdida la idea de pasar un día romántico con él. Pero mañana en mi casa, completamente solos, podría aprovechar la oportunidad para hacer que se acostumbrara a mí y no entrara en pánico tan fácilmente, con mucha práctica lo podría conseguir. Afortunadamente, la práctica era la mejor parte del proceso.

| Un Adonis por candefroi |

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro