Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

19. La verdad detrás de Jesse.

El fin de semana pasó, el festival terminó y mi padre regresó a la ciudad. Sue siempre se ponía de mal humor luego de su partida, por lo que tuve que pasar mi tiempo estudiando para los próximos exámenes e intentando distraerla lo mejor posible para que no pensara tanto en la ausencia de nuestro padre.

De todas maneras, lo que menos podía hacer era concentrarme en algo concreto que no fuera  el festival y en todas las cosas que había hecho con Frank, por más que intentara no pensar en eso y negar toda suposición que apareciera por mi mente, cada día se hacía más complicado buscar una respuesta a la recurrente pregunta que aparecía en mi mente. Por eso tomé la decisión de evitar lo mejor posible a Frankie, necesitaba alejarme de él para conseguir acomodar mis pensamientos.

El lunes Margot se levantó temprano, estaba esperándome afuera de su casa con su espalda recostada en la reja y su cabello, que antes le llegaba a la altura de los codos, ahora estaba por debajo de sus orejas en un auténtico corte taza.

—Si que te tardaste —se quejó comenzando a manosear su cabello—. ¿Qué dices?.

—El corte es lindo, lástima que no pueda lucirse por culpa de tu cara —me burlé y ella rodó los ojos—. No te dejaron teñirte.

—Mi mamá dijo que si tenía ganas de jugar con mi pelo que vaya a cortarlo —respondió comenzando a caminar—. Pero Jared sabe decolorar, así que tal vez la próxima semana me tiña por mi cuenta.

—Jared es tu amigo con cara de delincuente ¿No? —dije confundido.

Margot se juntaba con la banda de ex delincuentes de la secundaria: Paul cara perforada, Jared cicatriz en el ojo y Víctor el de lentes. Según ella no eran malos chicos, pero a dos de ellos los habían expulsado por casi quemar su escuela, así que no sé qué tan alumnos modelos podían ser.

—Si, el del mohicano —confirmó—. Se lo tiño a Paul antes.

—Pero Paul está pelado, ¿eso no te dice nada?.

—Se rapó después de que Jared lo tiñera.

—Margot, eso es peor —dije intentando resaltar lo obvio, pero ella estaba cegada ante el hecho de que quería teñirse la cabeza.

Ambos continuamos caminando mientras charlábamos sobre los malditos exámenes de fin de mes. Uno de los requisitos para continuar en el equipo de baloncesto era obtener buenas notas, después de todo éramos parte del equipo oficial.

La única neurona de Margot parecía que se había muerto del todo, ya que ni siquiera recordaba que teníamos exámenes, su atención estaba centrada en las próximas competencias que tendría para conseguir ingresar a las intercolegiales, por lo que entró un poco en pánico y se fue corriendo una vez que llegamos a la secundaria.

Como no veía ni la bici de Baxter estacionada y mucho menos a Levi rondando por ahí, me fui a mi casillero a buscar algunos libros que tenía que llevarme a casa para estudiar esta noche.

—¿Por qué tan serio? —dijo la última persona a la que quería ver el día de hoy.

—¿Qué? —respondí  cerrando la puerta de mi casillero, encontrándome con la estúpida cara de Jesse.

—¿Quieres que hoy entrenemos juntos? —preguntó con una sonrisa.

—No, dijimos solo una semana —le recordé.

—Vamos, ambos sabemos que tenemos química, no intentes negarlo —dijo el pelinegro colocando sus manos en mis hombros—. Dejemos este odio injustificado atrás y seamos amigos, a mí me gusta esa idea.

 —A mi no, con permiso —repliqué con toda la intención de marcharme, pero Levi apareció de la nada con una enorme sonrisa y un paquete de papas en sus manos.

—Los mejores amigos juntos —anunció mientras caminaba hacia nosotros—. ¿Fuiste al festival, Jesse?.

—Si, tenía una cita —presumió—. ¿Ustedes fueron juntos?.

Levi asintió en respuesta.

—¿Entonces quieres entrenar conmigo hoy? —siguió insistiendo el pelinegro.

—No, no tengo ganas —protesté.

—Entrenemos todos juntos —sugirió Levi con emoción, pero Jesse negó con la cabeza.

—Yo solo quiero entrenar con el capitán.

—Nuestro Adonis está siendo muy solicitado —bromeó el rubio mientras despeinaba mi cabello—. Siempre me pregunté porqué odias tanto a Jesse.

—Él debería saberlo —respondí cruzándome de brazos.

—Pensé que era un odio injustificado —dijo encogiéndose de hombros con obvio nerviosismo—. ¿Yo hice algo?.

—Yo también lo pensé. Esto es un gran plot twist —admitió Levi.

—Vamos a clase de una vez —protesté comenzando a caminar hacia el salón.

Sandy no apareció para almorzar con nosotros en la cafetería y tenía la ligera sospecha de que era mi culpa, el día del festival me había enviado un mensaje para ir juntos y yo terminé por ignorarla, luego le pedí disculpas por no responderle, pero aún continuaba molesta. De todas maneras, pese a que Sandy estaba ausente su puesto fue ocupado por el idiota de Jesse a quien nadie llamo.

—¿Tu sabes que hizo Jesse para que Adonis lo odie? —dijo Levi volteando a ver a Baxter.

—Si, ¿ustedes no? —preguntó el castaño.

—¿Qué? ¿En serio hice algo? —se quejó Jesse mirándome como un idiota.

—¿Ya dieron el cronograma de los partidos? —dije ignorando al pelinegro, lo mejor era actuar como si no existiera.

 —Creo que los darán en dos semanas —respondió Baxter mordiendo su zanahoria—. Espero que no nos toque el primer partido con las manzanas rojas, lo que más duele es soportar a Ned durante cuarenta minutos.

—¿Creen que ganemos este año? La última vez solo llegamos a la final —recordó Levi recostando su espalda en la silla.

—Estamos mejor preparados, tenemos que ganar —afirmé con seguridad.

Esta iba a ser la última oportunidad que teníamos de ganar con el equipo completo, el próximo año, además de ser el último para muchos de nosotros, Baxter se despediría del equipo para siempre y ya no sería lo mismo ganar sin él.

—Seguro alguno de ustedes va a quedar seleccionado —señaló el rubio—. ¿No era su sueño jugar profesionalmente?.

—¿El tuyo no? —preguntó Jesse confundido, él no conocía mucho a Levi al parecer—. Juegas bien y eres parte del equipo principal, habrá alguna oportunidad para ti.

—A Levi no le interesa el baloncesto de esa forma —le informó Baxter.

—Estoy en el equipo porque es divertido y me caen bien —afirmó—. Todavía no me decido qué estudiar.

—La última vez dijiste que querías ser enfermero —recordé, pero el rubio negó con la cabeza.

—Me arrepentí, no soporto ver sangre —dijo mientras mordía su sándwich—. Jesse se está esforzando demasiado, espero que lo consigas.

—Solo va a funcionar si nuestro capitán entrena conmigo hoy —respondió Jesse volteando a mirarme, pero por fortuna fui salvado por la campana.

Las siguientes clases intenté tomar apuntes y concentrarme en lo que decían los profesores, quería estar preparado para los próximos exámenes y estudiar con tiempo.

Una vez que terminamos tuvimos que acompañar a Levi al baño y a que fuera a comprar las papas fritas que le gustaban, de camino empezaron a preguntar sobre el porqué Sandy no vino a la cafetería y tuve que contarles lo que había sucedido. Cuando llegamos a los vestidores Jesse no estaba durmiendo, sino semidesnudo dando vuelta la remera del uniforme, también estaban Spencer y Dylan charlando entre sí, y seguro Tobías llegaría tarde como todos los días.

—¿Ustedes dos ya se dieron el beso de reconciliación? —se burló Dylan levantando sus cejas en dirección a nuestra mamá cerda.

—¿Por qué? ¿Estás celoso? —cuestionó Baxter acercándose enfrente suyo—. ¿Quieres que te bese a ti?.

—Woah… Dylan tiene un gay panic —se burló Levi apoyándose contra los casilleros mientras observaba como nuestro compañero de equipo comenzaba a sonrojarse como un idiota—. Se perdió en los ojos de Baxter. Te entiendo, Dyl, a mí me pasa a veces.

Todos empezaron a reírse y Dylan comenzó a negar las acusaciones diciendo que a cualquiera le pasaría lo mismo con Baxter mirándolo así.

Apenas terminé de colocarme mi remera tenía a Jesse enfrente mío, quien apareció tan de repente que me golpee la cabeza contra los casilleros de la sorpresa, asesinando a mi última neurona funcional.

—¿Estás bien? —preguntó Jesse en la duda de si tocar o no mi cabeza.

—¿Estás intentando pelear conmigo o algo así? Desde la mañana temprano me estás persiguiendo —protesté mientras verificaba que no estuviera sangrando—. No me gusta pelear, pero no me voy a contener si eso es lo que quieres.

—Tranquilo, tigre —dijo Baxter apareciendo de repente—. Acá nadie le va a pegar a nadie.

—No estoy queriendo pelear —aseguró Jesse soltando un suspiro—. Mejor me voy, después nos vemos.

Apenas el pelinegro salió de los vestidores, Baxter volteó a mirarme.

—¿No crees que tal vez quiera decirte algo? —preguntó el castaño—. Está actuando raro.

No sabía qué responderle así que preferí no decir nada.

Al rato Levi se acercó a molestarnos para que comenzáramos a caminar hacia la cancha, en donde ya se encontraban las chicas practicando sus tiros a distancia.

Apenas pisamos la cancha, el entramos nos hizo practicar pantallas y reforzar nuestra defensa, se suponía que teníamos que saber cómo responder a la ofensiva de un rival. Los tiros a distancia también se convirtieron en una prioridad y todos debíamos hacer alrededor de doscientos tiros como práctica, aún cuando no estábamos entrenando. Yo solía hacerlo, pero estos últimos días me había vuelto perezoso a causa del calor y prefería solo practicar mi dribling.

Varios minutos antes de que terminara el entrenamiento, llegó Frankie y fue directo a esconderse detrás de la espalda de Jenna. Decidí no centrarme tanto en su presencia e ignorarlo el resto del día. No quería pensar en él, no quería pensar en nada que no fueran los exámenes o el próximo partido.

Al finalizar el entrenamiento fui a buscar mi propia botella para no tener que cruzarme con el pollito, luego me senté al lado de Baxter y Levi y comenzamos a escuchar al entrenador hablar sobre nuestra competencia. Nombró a algunos jugadores y equipos importantes a quienes debíamos tener en cuenta, ya que representaban una clara amenaza para nosotros, luego de eso dijo que la próxima semana íbamos a tener otro partido de práctica con las chicas. Una vez que terminó de hablar todos nos levantamos y comenzamos a buscar nuestras cosas para irnos a los vestidores. Estaba apunto de salir victorioso sin hablar con el pollito durante todo el día, pero Jesse se metió enfrente mío una vez más y antes de que pudiera esquivarlo, colocó sus manos sobre mis hombros para retenerme.

—¿Podemos hablar un segundo? —pidió con tanta rapidez que tuve que tomarme un par de segundos para intentar comprender sus palabras.

—Ahora estoy cansado para pelear —le advertí, aunque creo que no debía informarle a mi enemigo mis debilidades.

Jesse ignoró mis palabras y se puso a ver quiénes aún continuaban en la cancha: el entrenador estaba viendo algo en su teléfono, las chicas ya se habían marchado al igual que nuestro equipo y solo quedaba Jenna juntando los balones que estaban en el suelo y el pollito sentado en un banco de madera.

—Necesito hablar de algo importante —dijo Jesse soltando mis hombros con lentitud, al parecer tenía miedo de que huyera del lugar, y no iba a negar que la idea se me había cruzado por la mente.

 —¿Qué pasa? —pregunté aceptando que iba a ser imposible zafarme de esta.

—No creo que pueda jugar en las intercolegiales —respondió.

—Si estás haciendo una broma mejor me voy.

—No es una broma, no voy a poder ir —afirmó con los ojos llorosos—. Lo lamento, pero no sé cómo decírselo al entrenador, quería saber si tu podrías hacerlo por mí.

Pese a que no me agradaba Jesse, creo que nadie podía negar que la única cosa que amaba más que su propia existencia era jugar baloncesto, así que era más que obvio que esto no era una decisión que tomaría por su propia cuenta.

—¿Por qué no vas a poder ir? —pregunté con curiosidad.

El pelinegro no parecía tener muchas intenciones de decirme, pero antes de comentarle cualquier cosa al entrenador necesitaba la razón de porqué hacía esto.

 —Mis notas bajaron, últimamente solo estuve practicando. Las veces que me quedaba dormido en los vestidores era porque solo tenía tiempo de hacer las cosas de la escuela por la noche y ni aún así conseguí mantener mi promedio —intentó explicarse—. El trato era que podía estar en el equipo solo si conseguía mantener mi promedio. Incluso aunque mintiera diciendo que me salí, estoy seguro de que mi padre vendría a verificarlo de todas formas.

—¿Y no puedes hablar con él?.

—No es esa clase de persona, no le va a importar lo que tenga para decir, nunca le gustó que jugara baloncesto y también habíamos hecho un trato. Siempre estuvo buscando cualquier razón para alejarme de esto y yo le estoy dando una en bandeja de plata —me aseguró—. Estuve aplazando esto mientras pensaba en una manera de conseguirlo, pero ahora que las intercolegiales están cerca es mejor que busquen a otra persona que sea parte del equipo oficial.

—Pero los exámenes recién están por venir —se entrometió Jenna, era tan pequeña que ni siquiera sabía cuando había llegado hacia nosotros—. Aún puedes levantar tus notas ¿No? La promesa sigue estando, deberías decirle eso.

Jesse miró a Jenna sin poder creer que la pelirroja le estaba dirigiendo la palabra.

—Pero necesitaría un milagro para sacarme un diez en mi próximo examen —le advirtió—. Prefiero dejarlo ahora antes que ilusionarme.

—Pensé que solo eras un idiota, promiscuo e insoportable, pero nunca un cobarde. —Suspiró—. Si te vas del equipo no sé si podrán ganar las intercolegiales.

—No es como si pudiera hacer otra cosa —protestó—. No es mi culpa.

No sé porqué sentía que sobraba en esta conversación.

—Podrías aunque sea intentarlo —sugirió de manera despreocupada—. ¿Cuál es tu siguiente examen?.

—Matemáticas, pero necesito un diez, en historia y geografía tal vez lo pueda conseguir, pero en matemáticas no.

—¿Tanto dejaste bajar tu promedio? —dije confundido.

—Si quiero ser seleccionado necesito mejorar —respondió cruzándose de brazos.

—Si es matemáticas yo te ayudo —aseguró Jenna.

—No quiero sonar grosero, ¿pero tú no eres menor que nosotros? —pregunté confundido.

—Estoy en el club de matemáticas, gane varias competencias, pensé que sabían. Mí foto está en la vitrina de trofeos —nos informó—. Si quieren pueden venir el miércoles por la tarde a mi casa y los ayudo, pero del resto te vas a tener que encargar tú, ¿okay?.

Jesse no se veía seguro, pero terminó asintiendo.

—¿Yo también tengo que ir? —dije volteando a mirarla.

—Si. Ahora que lo pienso, si llegan a desaprobar sería un problema —admitió—. Conociéndolos, todos menos Baxter y Spencer deben tener malas notas.

 —Está bien —acepté, Jenna me intimidaba demasiado como para decirle que no.

—Váyanse de una vez, espero que al menos hoy estudien como se debe.

Dicho eso, Jenna se marchó a ordenar sus cosas y nosotros continuamos con nuestro camino hacia el vestuario.

—No sabía que Jen podía ser tan amigable —comentó Jesse, estaba demasiado animado.

—Si tu lo dices —murmuré intentando apresurar mi paso para dejarlo en el camino.

De todas formas Jesse terminó uniendo a nosotros por culpa de Levi y terminamos caminando todos juntos a casa mientras les comentaba que Jenna se había ofrecido a ser nuestra maestra particular.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro