Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

18. Fuegos artificiales.

Luego de descansar durante un par de minutos nos dedicamos a observar los puestos de la feria, compramos cosas innecesarias, fuimos a un puesto de helados y a una cabina de fotos, olvidándonos por un rato que tanto Levi como Baxter no habían aparecido ante nosotros durante todo el día. Decidí enviarle un mensaje para saber cómo estaba todo, pero con el pasar de los minutos no recibí ningún tipo de respuesta.

—Habíamos dicho de encontrarnos todos a las siete —recordó Jenna mientras balanceaba sus pies.

Estábamos los cuatro sentados en un banco de madera que habíamos encontrado casi de casualidad, ya que apenas se había desocupado Margot se abalanzó sobre él como si su vida dependiera de ello, arrebatándole la oportunidad de sentarse a una familia.

—Después me paso por el puesto de su hermana y le pregunto a dónde se metieron —respondí arrojando el palito de madera de mi helado al bote de basura.

—¿Levi tiene hermanos? —preguntó Frank con curiosidad.

—Si, tres hermanas mayores —respondí levantando mi cabeza para ver el cielo por un momento.

—Bueno, vamos a ver Esme y después a lo de la hermana de Levi —dijo Margot levantándose del banco de un salto. No entendía cómo aún conservaba energía después de todo lo que habíamos hecho.

—¿Esme? —replicó Jenna confundida.

—Mi mamá —les informé.

—También vino Stuart ¿No? Mi mamá me contó —siguió parloteando la pelinegra.

—Si, llegó ayer a la tarde —confirmé—. Si quieren vamos, el puesto de la hermana de Levi siempre está cerca de ahí.

Como nadie se opuso a la idea comenzamos a caminar otra vez.

Al cabo de un rato llegamos al puesto en donde se encontraba mi mamá atendiendo a un par de personas. Margot comenzó a correr para ir a saludarla como si se tratara de su propia familia.

—Ottis —festejó la pequeña Sue mientras corría hacia mi paradero, tenía sus brazos repletos de pulseras de plástico fantasía y una diadema en su cabeza que le había regalado mi padre.

—Enana, ¿te estás divirtiendo? —pregunté tomándola en mis brazos para cargarla, cada día se estaba haciendo más grande o yo menos fuerte.

—Papá me compró un juego —comentó señalando las cartas que tenía en sus manos, conformar a Sue era bastante fácil cuando se trataba de mi padre.

Comencé a avanzar con mi hermana en brazos y mis amigos pisándome los talones detrás mío mientras miraban a mi hermana como si nunca hubieran visto a un infante en sus vidas.

—¿Ya estás tragando? ¿Para eso querías venir? —me quejé mientras veía a Margot comerse un pedazo de tarta de manzana.

—Otto, trátala bien —me regaño mi mamá mientras Margot se regocijaba en su mugre—. ¿Ellos son tus amigos?.

—Son Jenna y Frankie, del colegio y equipo de baloncesto —los presente—. ¿Y papá?.

—Se fue a comprar algo de comer —respondió cortando un par de porciones para dárselas a mis amigos—. ¿Viniste a ayudarme un rato?.

Nah, vine a preguntar si viste a Levi y Baxter, los perdí hace rato —dije ganándome un golpe en la cabeza.

—Vi pasar a Clarissa, pero no a tus amigos —respondió quitándome a Sue—. Que raro que ustedes tres anden separados, siempre dejas a la pobre de Margot sola por ellos.

Como si Margot fuera una princesa indefensa a quien debía proteger, esa idiota tenía más fuerza que todo el equipo de baloncesto junto, era una salvaje.

—Bueno, los voy a ir a buscar —dije intentando huir antes de que me pidiera hacer algo—. Vamos, mastica rápido.

Mi mamá me golpeó en el hombro por tratar mal al insecto que se suponía que era mi amiga y negó con la cabeza.

—Recuerda estar antes de las diez en casa, vamos a cenar todos juntos —avisó mientras le limpiaba la cara a Sadako—. ¿Les gustó? ¿Quieren más?.

Frankie tenía las mejillas llenas de tarta como un hámster y comenzó a asentir ante la pregunta de mi madre. Al parecer lo había tomado desprevenido, se había puesto rojo como un tomate.

—Nos vemos, Esme —saludó la pelinegra—. Después pasó a saludar a casa.

Estaba apunto de decirle que nadie la había invitado, pero con mi madre presente me tenía que reprimir un poco a menos que quisiera ganarme otro golpe.

—¿Entonces vamos al puesto de la hermana de Levi? ¿Todavía no te respondió? —preguntó Margot una vez que estuvimos a una distancia prudente del puesto de mi mamá.

—Levi está escribiendo —anuncié mientras esperábamos expectantes su respuesta—. Dijo que nos veamos en la tienda de pesca.

—Me quiero sentar —se quejó Jenna, su trenza se estaba deshaciendo y sus mejillas estaban tan rosadas que parecía un melón. Caminar no era su fuerte.

—¿Quieres que te cargue en mi espalda? —sugirió Margot, y pese que al principio la pelirroja no parecía tentada a aceptar, terminó por hacerlo.

A medida que íbamos caminando Frankie se pegó a mi lado mientras me miraba como si estuviera pensando en decirme algo, pero no parecía tener la confianza suficiente para hacerlo, esto era un cambio de personalidad bastante repentino. Durante todo el día de hoy se la había pasado hablando sin parar mientras revoloteaba a mi alrededor, no entendía qué había hecho para que regresara a su cascarón otra vez.

—La tarta estaba rica —comentó de la nada.

—¿Querías más? Me hubieses avisado y le decía que te separe un poco. —Debía recordarlo para cuando llegará a casa, la próxima vez podría hacerlo probar mi pastel favorito.

—Yo quería más —protestó Margot.

—Te dije que no seas codiciosa, ¿no te bastó con todo lo que comiste? —cuestioné rodando los ojos.

—No sé cómo lo soportas, Frankie  —se quejó Sadako.

El pollito solo sonrió y dijo:

—Me gusta estar con él.

¿Cómo debía tomarme eso? ¿Debía decirle algo? ¿Tenía motivos ocultos o algo por el estilo? ¿Era un mensaje cifrado como sus invitaciones a tomar helado? ¿Estaba bien comenzar a actuar como si me hubieran dicho que quede seleccionado para jugar baloncesto en un equipo famoso?.

—¿Falta mucho? —cambió de tema antes de que pudiera procesarlo del todo.

—No, ya casi llegamos —les aseguré.

Seguimos caminando en silencio durante los cinco minutos que nos tomó llegar a la tienda de pesca, como el mar no estaba muy alejado el viento era mucho más intenso. Todos tuvimos que colocarnos un abrigo, como Jenna no había traído ninguno y Frankie le dio el suyo, le entregué mi campera para que no se muriera congelado, de todas formas cuando Baxter viniera con su mochila podría buscar el buzo que me había obligado a traer mi mamá.

 —¿Este es el lugar? —preguntó Jenna frotando sus ojos, por poco se había quedado dormida en la espalda de Margot.

—Si, aquí siempre vemos los fuegos artificiales en la azotea —respondí dando pequeños saltos para entrar en calor.

Frankie extendió sus brazos en mi dirección y pensé por un momento que me estaba mostrando como las mangas de mi campera le quedaban grandes, pero solo tomó mis manos y dijo: —. Hace demasiado frío.

Apenas giré mi cabeza lo primero que llegué a ver fue el rostro de Margot mientras levantaba sus cejas como una idiota, quería pegarle una patada pero estaba demasiado lejos para hacerlo, además también tenía frío y sujetar las manos de Frank en conjunto con mí campera mullida me reconfortaba en cierto modo.

—¡Oh! Pero qué momento tan romántico, yo también quiero entrar en calor así —se entrometió de la nada Levi anunciando su llegada mientras me abrazaba por la espalda, colocando sus manos en mí cintura para comenzar a hacerme cosquillas en el estomago.

—Muere de una vez —dije intentando colocar mis brazos alrededor de su cuello.

Comenzamos a pelear hasta que Baxter apareció con su típica mirada de decepción a separarnos y entregarme el buzo de mi mochila.

—Perdón por la tardanza, mi teléfono se quedó sin batería —se excuso el castaño buscando en sus bolsillos la llave para abrir el local—. Por favor, cuando entren no toquen nada, a menos que quieran que muera siendo tan joven.

—Trajimos algo de comer —festejó Levi levantando una bolsa plástica en el aire—. También le robé cerveza a mi hermana la alcohólica y Baxter compró jugo de naranja para el que no quiera.

—¿Compraste papas? —preguntó Margot.

Ambos se quedaron chillando y hablando de comida, parecían bastante entretenidos. Aproveché la distracción de Levi para escabullirme y llegar al lado de Baxter, tenía curiosidad sobre como había resultado su charla con el rubio.

—¿Ya le dijiste? —dije colocando mis manos en los bolsillos de mi buzo.

—Me disculpé por la pelea y ahora estamos bien —confesó todavía buscando la llave correcta—. Pero no le comenté sobre eso.

—Baxter —murmuré molesto, Levi iba a enloquecer si se lo decía a último minuto, hasta yo enloquecería en su lugar.

—Nos acabamos de amigar, no quiero cagarla más —protestó abriendo la puerta—. El lunes le voy a decir en el primer receso.

Estaba apunto de quejarme por la decisión que había tomado, pero como  Baxter ya lucía demasiado afectado por la situación decidí solo palmear su hombro e ingresar al lugar.

Los cuatro subimos la escalera que daba directo a la azotea, Levi trajo algunas reposeras que encontró guardadas en una esquina, Baxter arrojó una manta en el suelo y Margot empezó a tragar papas fritas como si no hubiera comido nada durante todo el día.

Tuvimos que contarles lo que habíamos hecho en su ausencia y Levi solo pudo quejarse por no haberlo invitado a ir al laberinto. Estaba seguro de que hubiera terminado más traumado que yo, por lo que no entendía su razón de querer ir.

—Nosotros estuvimos recorriendo la feria y después mi hermana nos obligó a ayudarla —comentó el rubio mientras sostenía la lata de cerveza en sus manos—. Yo también quería ir al parque de diversiones, que malvado de tu parte irte solo, Adonis.

—Yo que iba a saber que querías venir —protesté abrazando mis piernas—. Estuve con Frankie todo el día, Margot nos expulsó a todos.

—¿Con nuestro querido Frankie? ¿Y qué hicieron? —preguntó el rubio con interés.

—Jugamos a unos juegos y…

—No le cuentes, Frankie —protesté negando con la cabeza—. Te está manipulando.

—Levi es demasiado tonto para pensar en manipular a alguien —replicó Baxter mientras abría una lata de cerveza.

—No sé si me estás ofendiendo o defendiendo, estoy confundido —se quejó el rubio—. ¿Adonis te trato mal, Frankie? Puede ser muy estúpido si se lo propone.

El pollito negó con la cabeza y señaló la pulsera en su muñeca con orgullo.

—Ganó esto para mí.

Todo el mundo comenzó a chillar como si estuvieran viendo algún tipo de telenovela en donde los protagonistas soltaban un sin fin de cursilerías, me estaban haciendo sentir avergonzado, incluso Frankie se estaba poniendo rojo. Pensé que solo se trataba de mis estúpidos amigos, pero incluso Jenna tenía una sonrisa burlona en su rostro.

—Adonis es todo un romántico, quién lo iba a decir —se burló Levi.

—Mejor deja de beber, el alcohol está afectando la única neurona que tienes —protesté rodando los ojos.

—¿A qué hora son los fuegos artificiales? —preguntó Jenna, estaba sentada en una reposera con una manta gruesa sobre su cabeza, parecía un burrito.

—Empiezan a las nueve y son recién las siete —dijo Baxter mirando el reloj en su muñeca—. Tenemos que estar dos horas aquí. Ya me está dando sueño.

—Yo quiero saber qué más hicieron Adonis y Frankie —afirmó Levi, intenté tirarle mi mochila en su rostro, pero él la agarró en el aire.

—No sean violentos mientras intento dormir —protestó Baxter girando a un costado mientras se abrazaba a sí mismo.

Levi continuó bebiendo sólo mientras hablaba con Margot sobre una serie que no tenía idea de su existencia, Jenna seguía recostada en la reposera como si fuera un burrito y Frankie estaba moviendo sus dedos para recobrar el calor de sus manos.

A medida que pasaba el tiempo estaba haciendo más frío en la azotea y en tan solo pensar que teníamos que estar aquí hasta que fueran las nueve me hacía querer regresar a mi casa para acostarme en mi cómoda cama.

—¿Tienes frío? —le pregunté a Frankie acercándome a su lado, estaba demasiado callado.

—Un poco —reconoció—. ¿Tu no?.

—Mi buzo es mullido —informé mientras frotaba mis brazos.

Ambos nos quedamos en silencio sin saber qué decir.

Él acercó la manta que tenía cubriendo sus piernas para intentar también pudiera tapar las mías.

—¿Vas a dejar de entrenar con Jesse, no? —preguntó volteando a verme.

—No es bueno que él y yo estemos en el mismo lugar durante mucho tiempo —reconocí.

De tan solo pensar en pasar más tiempo con Jesse por voluntad propia se me revolvía el estómago.

—¿Entonces ya no me vas a enseñar más?. —Se escuchaba decepcionado, pero no sabía qué responderle.

Habían pasado demasiadas cosas hoy en las que estaba evitando pensar con todas mis fuerzas, pero si Frankie seguía actuando de este modo iba a terminar por colapsar y no sabía hacia donde podrían llevarme mis instintos, tampoco quería averiguarlo.

—¿Quieres entrar al equipo de baloncesto? —pregunté.

El pollito me sonrió y acercó su cabeza hacia donde me encontraba, como si estuviera apunto de decirme un secreto: —. En realidad quería pasar más tiempo contigo.

—¿Eh?. —Fue lo único que pude balbucear a duras penas, mi cara estaba ardiendo y de repente comencé a sentirme acalorado. Esta era la segunda vez que estábamos en una distancia poco prudente, pero por lo menos me alegraba de no estar sudando y encontrarme bien vestido.

Frankie estaba apunto de decir algo más, pero Levi se puso a gritar como loco mientras nos preguntaba que estábamos haciendo, por primera vez en la vida agradecía que fuera tan escandaloso.

—¡Baxter! Ya son las ocho, arriba —gritó el rubio, mientras empezaba a sacudir al pobre de nuestro amigo que estaba dormido en el suelo.

—Más vale que los fuegos artificiales sean una de las cinco maravillas del mundo, nada justifica que esté aquí muriéndome de frío —se quejó Jenna frotando sus ojos.

—Son bonitos, en serio —le aseguró Margot—. ¡Hay que pedir un deseo! No se olviden.

—Tengo sueño y todavía falta como una hora —se quejó Baxter rascando su mejilla, tenía parte de su cara marcada por la almohada improvisada en la que durmió.

Levi comenzó a quejarse diciendo que todos éramos unos bebés y que no aguantábamos nada.  Mientras el resto se sumergía en una conversación bastante casual, yo me quedé estático al lado de Frankie mirando el cielo, esperando a que pasaran los minutos para irme a casa de una vez y conseguir relajarme, poner mis pensamientos en orden e ignorar todo lo que había sucedido como siempre, pero la presencia de Frankie a mi lado hacía todo más difícil.

Me quedé en silencio comiendo papas mientras respondía a las preguntas que me hacían con simples monosílabos, me sentía un poco agotado para hablar y Baxter me había pasado su sueño, mis ojos estaban comenzando a cerrarse y ni el intenso viento parecía servir para despertarme.

—¿Quieres dormir un rato? —dijo Frankie, él aún seguía a mi lado con mi campera puesta y la manta cubriendo sus piernas.

—Faltan veinte minutos, quiero aguantar un rato más —respondí frotando mis ojos—. ¿No tienes sueño?.

—No mucho, soy noctámbulo —confesó encogiéndose de hombros—. Siempre hago la tarea por la noche.

—Yo me duermo muy rápido, las noches no son para mí —admití.

El pollito me acercó una lata de coca cola y la abrió para mí.

—Esto te va a ayudar un poco —dijo con amabilidad—. Si quieres podemos hablar para que no te duermas, hace poco vi la primera temporada de Mob Psycho y tengo dudas.

—¿Qué? ¿En serio?. —Frankie asintió—. Bien, suéltalo.

Nos pasamos quince minutos hablando sin parar de un anime, éramos un par de otakus tontos. Y cuando menos lo esperé Levi y Margot estaban gritando como unos idiotas porque los fuegos artificiales habían empezado. Giré mi cabeza para ver a Frankie, él tenía los ojos cerrados y parecía estar pidiendo un deseo como todos los demás, así que yo hice lo mismo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro