Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

16. Festival flor de manzano.

Durante la semana Jesse y yo no nos hicimos más cercanos como todos pensaron, sus preguntas acerca de Frankie me confundían tanto que prefería mantener una distancia con él, mi cabeza estaba tan hecha un lío que en lo que menos quería pensar era en mis sentimientos. El resto de los días me la pasé molestando a Margot, hablando con Baxter y peleando con Levi, al menos hasta el tan deseado fin de semana en donde debíamos ir al festival que moviliza a todo el pueblo de Malum, para festejar el florecimiento de los manzanos.

Los ancianos siempre creyeron que había que agradecer y hacerle una ofrenda a los Dioses para que los manzanos crecieran saludables; en la actualidad la tradición se había deformado y se convirtió en un festival que duraba tan solo un día.

Mi madre aprovechaba para vender y promocionar su tienda, siempre solía ayudarla hasta la tarde en donde me escapaba con mis amigos, pero como mi padre había venido de visita el viernes para pasar el fin de semana con nosotros, él se iba a encargar de reemplazarme.

Baxter vino a casa para irnos juntos, nos íbamos a encontrar con el resto en el festival, por lo que nos adelantamos para llegar primero.

—Todavía no le hablaste a Levi —supuse con éxito.

—Hoy lo voy a hacer. Lo prometo.

Ya era otro Adonis, no iba a volver a caer en sus mentiras.

—Tu teléfono está sonando —me interrumpió antes de que pudiera decir algo.

Apenas lo desbloquee me di cuenta de que Margot me estaba llamando, y antes de contestar ya sabía de lo que se trataba: me había olvidado por completo que ella iba a venir con nosotros. Tuvimos que retroceder todo el camino con Baxter para ir a buscarla.

—Pensé que te ibas a ir con tu mamá —me intenté defender, pero de todas formas estaba enojada.

—Vamos, quiero comer algo —dijo colocándose entre medio de ambos—. ¿Baxter te gusta el helado de menta?.

—Solo a los subnormales le gusta —respondí mirándola con indignación.

—A mí me gusta —protestó Baxter.

—Ves, solo subnormales —insistí con mi teoría.

Margot me pegó un codazo en el estómago que me dejó sin respiración y ambos continuamos discutiendo hasta que Baxter decidió cambiar el tema de conversación, por su expresión facial se notaba que estaba harto de nosotros.

—¿Quién más va a venir? —dijo colocando sus manos en los bolsillos de su bermuda.

—Jenna, Frankie y su amigo raro —respondió Margot—. Quiero ir a la rueda de la fortuna este año.

—Puedes ir con Jenna y listo —dije deteniéndome en la parada de autobuses—. Ustedes se hacen amigas y nosotros no tenemos que verte, todos ganamos.

—¿Quiere ser amiga de Jenna? —preguntó Baxter mirándola con una sonrisa burlona.

Quería decirle que Margot no tenía amigas, pero no me parecía correcto hacerlo con el castaño presente, por lo tanto me limité a asentir con desgano ante esa pregunta.

—Margot está fascinada con Jenna —me burlé.

—Ella es genial —reconoció Sadako—. Tengo que aprovechar este momento para que conectemos.

El autobús llegó bastante rápido, el viaje hasta el muelle era de máximo veinte minutos, pero con el tráfico que había por el festival llegamos bastante tarde.

Los stand aún estaban siendo armados, a lo lejos se podía ver la enorme rueda de la fortuna a la que tanto quería ir Margot y en lo único que podía pensar era en el olor a manzanas con caramelo que había en el aire.

—Jenna me mandó un mensaje —dijo Sadako de la forma más escandalosa posible—. Dijo que ella y Frankie ya salieron de su casa.

—¿Comemos algo mientras? —sugirió Baxter volteando a mirarnos—. Me gustan las manzanas con caramelo.

—Ustedes vayan, yo le voy a mandar un mensaje a Levi y los busco —respondí buscando mi teléfono en los bolsillos de mi pantalón.

Tenía un mensaje de Sandy, pero preferí fingir que no lo había visto y busqué el contacto de Levi para preguntarle si ya se había desocupado. Tenía entendido que iba a ayudar a armar el stand de su mamá con sus hermanas, pero podría ya haber terminado.

Levi
"Alicia no me deja irme todavía ಥ‿ಥ, en cinco estoy "


Le respondí que me avisara cuando terminara así lo íbamos a buscar.

Corrí de regreso hacia donde se encontraban Sadako y Baxter comprando las dichosas manzanas con caramelo que tanto odiaba, razón por la cual apenas llegué la idiota de Margot la apunto contra mi cara.

—¿Les dijeron que parecen una pareja alguna vez? —preguntó Baxter.

 —Mis gustos no son tan mediocres —respondió Sadako intentando abrochar uno de los breteles de su overol.

—Solo somos amigos —repliqué rodando los ojos—. Esta estúpida ni siquiera se sabe vestir, mucho menos va a saber de gustos.

Baxter estaba apunto de decir algo, pero Margot se acercó a él para pedirle que le abrochara el bretel como si tuvieran confianza, por lo que le di un golpe en la nuca y lo hice por él, salvando a mi amigo de la incómoda situación en la que lo había puesto. Sadako no conocía el respeto.

—Come bien, pareces un perro —señalé viendo como mi amiga intentaba morder la manzana sin éxito.

Y como si le diera honor a su título, de la nada aparecieron Jenna y Frankie, provocando que Sadako comenzara a menear su rabo como una estúpida ante la pelirroja. Jenna tenía cara de pocos amigos, como siempre, llevaba puesto un vestido amarillo y zapatillas, mientras que Frankie iba con una remera blanca, una bermuda de jean y sosteniendo un buzo en sus manos.

—¡Jen! Llegaste rápido —festejó Margot colgándose de su brazo, pensé que la pelirroja iba a golpearla, pero para mi sorpresa estaba bastante calmada con Sadako rondando a su alrededor.

—Si, nos trajo uno de los hermanos de Frankie en el auto —respondió con desinterés—. ¿Que estaban haciendo?.

—Comemos manzanas, ¿quieren? —preguntó Baxter señalando el puesto con su cabeza.

—¿Quieres que te compre una? —dijo Frankie en mi dirección.

—No le gustan, dice que el caramelo es malo para los dientes. Es un bebé —se burló Sadako, por lo que le enseñé mi dedo medio.

—¿Levi ya viene para acá? —preguntó Baxter volteando a verme.

—Le dije que me mande un mensaje y lo íbamos a buscar, todavía no me dijo nada —respondí—. ¿Quieren que vayamos al parque o a mirar los stands?.

—Vamos a la rueda de la fortuna antes de que venga más gente —chilló Sadako, y como nadie sugirió nada más, tuvimos que aceptar su idea.

Caminamos hacia el parque mientras Margot continuaba estando colgada del brazo de Jenna, Baxter usaba su teléfono y Frankie y yo éramos los únicos que no hacíamos nada más que mirar a los alrededores. Quería hablarle, pero estaba nervioso por decir algo estúpido, por lo tanto preferí mantenerme en silencio con las manos en mis bolsillos mientras pensaba en un tema interesante.

—¿Tu mamá tiene un stand en la feria, no? —dijo Frankie volteando a verme. Lucía interesado, no en mí, sino en mi respuesta.

—Si, tenemos una panadería. Después podemos ir a probar algo —sugerí.

—Está bien —aceptó con rapidez—. ¿A dónde quieres subirte cuando lleguemos?.

—Margot está obsesionada con la rueda de la fortuna —respondí con desinterés, incluso podía sentir su mirada amenazante sobre mí—. Pero no me interesan mucho esos juegos, me mareo muy fácil.

—¿Qué? ¿En serio?. —Parecía preocupado, por lo que me estaba dando un poco de vergüenza—. ¿Quieres que nos quedemos? Podría hacerte mal.

—Descuida, puedo soportarlo, no te preocupes —le aseguré, pero eso no pareció calmarlo.

—Puedes quedarte con Frankie, yo me llevo a Jenna conmigo —avisó el perro faldero.

Jenna asintió, y aunque no parecía estar feliz, aún soportaba tener a Margot tirada arriba suyo, al parecer ya se había acostumbrado.

—Pueden ir a recorrer el lugar —sugirió Margot levantando su cabeza para mirarme—. Vayan a divertirse.

—¿Me estás echando, idiota? —cuestioné y ella asintió.

—Veo que soy un poco innecesario —avisó Baxter negando con su cabeza—. Mejor me voy a buscar a Levi, ¿quieren que nos veamos todos a las siete en la tienda de mi abuelo? Cualquier cosa hablamos por mensaje.

—¿Vas a estar bien solo? —pregunté un poco preocupado.

—Yo me puedo encargar —me aseguró palmeando mi hombro para luego irse.

Continuamos caminando hacia el parque mientras hablábamos de la escuela y los próximos partidos que íbamos a tener, pero una vez que llegamos, Margot arrastró a Jenna hacia la rueda de la fortuna dejándome solo con Frankie.

—¿A dónde quieres que vayamos? —preguntó con una sonrisa.

Estaba apunto de lanzar un vómito verbal, sugiriendo mil lugares a los cuales podíamos ir, pero intenté controlarme lo mejor posible para no quedar en ridículo frente al pollito que me estaba mirando como si fuera la última porción de pizza sobre la mesa.

—¿A dónde quieres ir tú? —intenté esquivar la pregunta.

—Vamos a los puestos de juegos —dijo sin pensarlo mucho—. Eso está bien para ambos, no te vas a marear.

—¿Aún sigues pensando en eso? Te dije que estaba bien —le aseguré.

Frankie negó con la cabeza mientras sujetaba mi brazo para comenzar a arrastrarme hacia el primer puesto que había visto. Era uno de esos clásicos juegos en donde tenías que intentar embocar pequeños aros en las botellas para ganarte algún tipo de premio. El pollito estaba mirando la manzana gigante con rostro adorable que estaba colgada en el puesto.

—Otto, quiero eso —dijo tironeado de la manga de mi remera.

Tenía que admitir que cuando quería Frankie era demasiado adorable. Esa manzana tonta no se podía compara con la cara que estaba haciendo ahora mismo mientras me miraba.

—Tu juegas baloncesto ¿No? , gánala —me exigió con una seriedad que me hacía querer apretar sus mejillas y reírme a carcajadas.

Tomé la sabía decisión de mirar las botellas antes que pensar en tonterías. Se me estaba pegando la estupidez de Margot.

—Si la gano va a ser para mí —repliqué cruzándome de brazos—. ¿Qué voy a obtener yo de esto?.

Frankie se relamió los labios y me sonrió fingiendo pensar, parecía apunto de decir algo, pero cerró su boca de repente haciéndome sentir nervioso. Tal vez mi pregunta se podría dar a la interpretación, o yo estaba pensando en cosas que no debería estar pensando.

—Esta bien, lo voy a intentar —dije intentando enfocarme en el puesto mientras sentía mi cara arder, me estaba muriendo de la vergüenza.

Pese a que Frankie quería pagar por los intentos, terminamos haciéndolo a medias para compartir los gastos.

No era malo en este tipo de juegos, pero como necesitaba que las cuatro argollas dieran en el blanco para obtener la manzana que tanto quería Frankie, sentía un poco de presión por hacerlo bien y lucirme.

La dueña del puesto me estaba mirando con una sonrisa burlona en su cara, esperando a que lanzara de una vez y eso, en conjunto con la mirada ilusionada del pollito, me estaban produciendo ganas de vomitar mi desayuno. Sujeté con fuerza la primera argolla y di en el blanco casi por casualidad, así sucedió con las siguientes dos, pero en la gran final terminé fallando de manera inesperada.

—Mierda —murmuré en voz alta sin querer, estaba apunto de taparle las orejas a Frankie y pedirle que no lo repitiera, pero él soltó una risa como si mi mal humor por haber perdido le parecíera lo más divertido del mundo—. Casi lo conseguí, la próxima podría hacerlo con los ojos cerrados.

—¿En serio?. —dijo escéptico—. ¿Quieres que la gane yo para ti?.

Antes de que siquiera pudiera responder, la dueña del lugar estaba carraspeando para recordemos que ella seguía presente y esperando a que eligiéramos un bendito premio por haber acertado tres veces.

—¿Qué quieres? Elige algo para ti —dije volteando a mirar los premios.

Había algunos llaveros de manzanas, algún que otro oso de peluche y muchos dulces, pulseras y anillos.

—¿Tengo que elegir solo uno? —preguntó Frankie a la muchacha.

Las miradas de ambos chocaron y poco a poco las mejillas de la muchacha comenzaron a cobrar color, parecía como si hubiera caminado debajo del sol.

—Los pequeños vienen de a pares —dijo de forma pausada, intentando no tartamudear las palabras.

—¿Entonces qué vas a elegir? —me entrometí esperando a que se dieran cuenta de que aún seguía presente. La mirada de la chica sobre Frankie me hacía sudar las manos.

—Quiero las pulseras —se decidió con rapidez—. Las que tienen dijes con colores bonitos.

Después de estar varios minutos señalando las pulseras que quería, Frankie salió victorioso, feliz y con su premio de consuelo.

—¿Qué hacemos ahora? —pregunté volteando a verlo—. ¿Quieres ir a otro juego?.

—¿Me das tu muñeca? —pidió sujetando una de las pulseras.

—No suelo usar esas cosas —me intenté negar, pero mi decisión no duró mucho después de ver la cara del pollito—. Está bien.

Esto se sentía raro, demasiado raro, sus dedos rozando mi piel, su cara concentrada, su cabello cayendo de manera desordenada. Ni siquiera podía mirarlo, por lo que tuve que girar la cabeza para concentrarme en otra cosa.

—Ya está, ahora vamos a otro juego —comentó animado.

—¿Esto te hace feliz? —pregunté y él asintió emocionado—. ¿Más feliz que ganar esa manzana?.

Pensé que iba a asentir, pero se quedó en silencio y comenzó a caminar.

—Se supone que tenías que decir que si —protesté intentando seguirle el paso.

—¿Vamos a ese juego de ahí? Tengo buena puntería con los dardos.

—¿Por qué cambias de tema? Eres más atrevido de lo que pareces, y yo pensando en ti como un niño inocente —me quejé negando con la cabeza.

—Pensé que eso era obvio. No quiero que pienses en  mí como un niño inocente, porque no lo soy —dijo sujetando mi brazo para obligarme a caminar más rápido—. Después vamos a comprar helado, a ti te gusta el helado.

Frankie iba a matarme en cualquier momento, ¿cuándo era que había dejado de ser aquel chico tímido y se convirtió en el tipo de persona que estaba tirando de mi brazo para ir hacia el lugar que él quería?.

Tomé la sabia decisión de apagar mis pensamientos por un rato —algo que no me tomó demasiado esfuerzo—  y solo disfrutar del día sin analizar demasiado la situación.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro