Indispensable.
No podía negarlo. Akari estaba completamente enamorada de su mejor amigo desde antes incluso de darse cuenta.
No solo por lo rápido que latía su corazón cuando estaban más cerca de lo normal, sino también por la calidez y tranquilidad que sentía a su lado.
Porque ese era su lugar y ambos lo sabían.
La sonrisa que le brindaba cuando se sentía mal bastaba para iluminar su mente y alma como si de prender un foco en su interior se tratase.
La seguridad que le transmitía con un leve empujón amistoso.
E incluso cuando comentaba lo agradecido y feliz que se sentía por haberla conocido.
Él siempre la apoyaría en todas y cada una de sus decisiones, estaría con ella cuando más necesitase de alguien e incluso cuando quisiera estar sola.
Todo eso y mucho más eran solo detalles de la gran y hermosa personalidad del chico en sí.
Y es que Taiki era simplemente perfecto, o eso le gustaría decir.
Él era tan denso para esas cosas y tan intuitivo con otras que a menudo la hacía dudar de sus sentimientos.
Pero una cosa era segura y nunca nada la cambiaría: él era indispensable.
Y no es como si Taiki fuera ajeno a todo ello.
Tanto como ella, él aceptaba los sentimientos que, sin querer, habían comenzado a aflorar en su corazón en algún momento de su existencia, sin embargo la actitud con la que lo manejaba era mucho más discreta y camuflada de lo que en realidad uno creería.
Si bien demostrarlo con ligeros sonrojos y tartamudeos no bastaba, un simple acto de nerviosismo e inseguridad —muy atípicos de él —serían suficientes para decirle indirectamente que ella era la única a la que podía ver de esa manera.
Porque sabía que si algo andaba mal, ella lo acompañaría con las palabras correctas, ya sea animándolo o consolándolo, y si no era así, estaría a su lado en el más profundo de los silencios esperando a que él hablase o mencionara algo, porque Akari era así, ella sabía qué decir y qué no decir.
Sabía qué hacer y qué no hacer cuando se trataba de él.
Por eso, él también pensaba lo mismo: ella era indispensable en su vida.
Y si bien ambos querían algo más, era seguro que, por el momento, estarían conformes con solo saber que el uno siempre estaría para el otro.
Siempre.
Porque ambos son indispensables en la vida del otro. Ambos saben eso y por eso se lo toman con calma.
Porque una sonrisa basta para iluminar su día.
Porque cero palabras bastan para tranquilizarlos.
❤❤❤❤❤❤❤
Lo que el aburrimiento provoca en mi es impresionante. De verdad. Tenía abandonado este book, por lo que dije: "sip. Voy a continuar" y esto salió. No es por nada, pero de verdad me gustan los capítulos en donde solo se expresan los pensamientos de los personajes, amo profundizarlos y meterme en sus papeles aunque esto solo cause una crisis de identidad. Como sea, si les gustó, una estrellita no haría daño a nadie ¿o sí?
Si quieren que haga otros capítulos especiales como los anteriores, no duden en ponerlo en los comentarios. Sin más, me despido.
Bye, bye ;)
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