Treinta y uno | Mortal Kombat
"Soy menor que tú, ¡pero no bajaré la mirada ante ti!", Cody Hida.
–FIGHT! –Gritó aquella voz. Cody tensó el cuerpo y Scorpion se acercó hasta él en posición de guardia.
–Yolei, ¿estás segura de que lo mejor es poner a Cody? –Inquirió Davis a su izquierda– Scorpion es muy fuerte.
–Scorpion es muy fuerte, pero Cody es el único de los cuatro con habilidades marciales, y es posible que por eso sea precisamente nuestro segundo mejor jugador.
–Precisamente porque es el segundo –rebatió–, ¿no hubiera sido mejor poner a Jake, que es el primero?
–Ah, Davis –Yolei rodó los ojos con el cuerpo apoyado en la barandilla–, por eso siempre pierdes en los videojuegos. Si saco a Jake ahora, Scorpion podría bajarle la vida y lo necesitaremos para luchar contra Goku, que es más fuerte que Scorpion –la cara de Davis se arrugó mientras miraba a los luchadores en el ring–. Lo bueno es que Goku tiene la misma vida que los demás.
–¿Cómo? –Tai frunció el ceño a su derecha.
–Se supone que esta prueba está basada en un videojuego de peleas, así que todos tienen la misma cantidad de vida –Yolei señaló la pantalla, en la que habían aparecido los nombres e imágenes de todos y sus correspondientes barras en verde con el número 100 en cada una–. No necesitamos ganar a Goku de verdad para ganar la prueba, solo bajarle esa vida al 0. Seguramente su vida baje más despacio que la de los demás porque su resistencia es mayor, pero podremos ganarle de todas maneras. Ganarle de verdad sí que sería imposible.
La cara de Matt a la derecha de la barandilla indicó lo lejanas que le quedaban las explicaciones de Yolei, y desvió su mirada a los luchadores en el ring. Mimi empezó a animar a Cody a su izquierda, y notó cómo Izzy se colocaba a su derecha para evitar toparse con ella. Yung se pegó a la pared que daba a la siguiente puerta para dejar espacio al pelirrojo.
Abajo, Cody se había quedado quieto esperando que Scorpion atacara primero porque no estaba seguro de lo que debía hacer ni de cómo hacerlo. Su experiencia en combates cuerpo a cuerpo era tan nula como sus ganas de empezar a practicar en ese momento, y una bola de nerviosismo se atascó por un momento en su garganta al no verse capaz de hacerlo. Como Scorpion no se movía, se obligó a avanzar hacia delante con precaución, ante las palabras de ánimo de Tai, Mimi y Yolei en la sala de observación, y en ese momento su contrincante se irguió en el sitio y Cody se detuvo. El personaje de videojuegos se llevó una mano a la cadera para agarrar la calavera que pendía de su cinturón y esta estalló en llamas justo antes de que Scorpion alzara su brazo extendido y creara delante de él una pequeña curva de fuego en el aire. Cody, pendiente de lo que hacía, se dio cuenta demasiado tarde del agujero en llamas que había surgido entonces a sus pies, y del que emergió de pronto una criatura larguirucha y huesuda que se aferró a sus piernas con fuerza para inmovilizarlo. Aquel ser lo observaba desde abajo con una amplia y siniestra sonrisa de dientes puntiagudos y dos grandes cuernos asomándose por su cabeza, y una fuerza que no pudo controlar hizo que su cuerpo se enderezara y se estirara cuando una energía extraña lo rodeó por completo.
–Oh, no, esto es malo –comentó Yolei.
–¿Por qué es malo? ¿Qué está haciendo? –Le preguntó Joe entre Sora y Mimi.
–¿Está haciéndole un combo? –Davis miró a Yolei estupefacto, pero ella no pudo hacer más que llevarse una mano a la frente con evidente expresión preocupada.
–¿Qué es un combo? –Quiso saber Kari a la derecha de su hermano.
–Es cuando uno de los jugadores ataca varias veces en un solo momento –le explicó Ken desde el lado izquierdo de Davis–. Una secuencia de ataques en tan solo unos segundos.
Kari pudo ver cómo TK, a la izquierda de Ken y de la barandilla, tragaba saliva sin quitarle la vista de encima a Cody.
Scorpion se guardó la calavera en su sitio y terminó de acortar la distancia que lo separaba de Cody. Apretó el puño izquierdo y se lo asestó de lleno en la cara al menor de los elegidos. Antes, siquiera, de darles a todos tiempo de reaccionar, su brazo derecho ya estaba estirándose por encima de su cabeza para bajar e impactar con potencia sobre la cabeza de Cody y hacer que su cuerpo se encorvara hacia delante. Pero esto, lejos de protegerle de los golpes de Scorpion, tan solo le dio la oportunidad de asestarle otro puñetazo con la mano derecha en la cara, esta vez con tanta potencia que Scorpion terminó estirando el brazo y el cuerpo de Cody se torció hacia detrás, sostenido todavía por la criatura que emergía del suelo.
–¡Cody! –Sora se asomó más a la barandilla y Joe la sujetó de un brazo por inercia.
Las expresiones y exclamaciones de asombro de sus amigos no bastaron para detenerlo y, en su lugar, Scorpion inclinó el cuerpo hacia detrás, levantó la pierna izquierda encogida del suelo y, cuando estuvo en el punto justo, la estiró con potencia para que la planta de su pie chocara de lleno contra la cara del chico. Aquella criatura con cuernos soltó a Cody y desapareció de la misma manera que había aparecido, lo que provocó que el golpe de Scorpion lanzara al chico por los aires como si tan solo fuera un muñeco de lana. Su contrincante, de pronto, desapareció entre llamas y apareció de la misma forma detrás de Cody para estirar la pierna derecha por encima de su cabeza. En ese instante, su pie estalló en llamas a la misma vez que su pierna comenzó a bajar con fuerza para golpear a Cody con el empeine y que su cuerpo cayera al suelo con más potencia todavía.
Mimi se llevó las manos a la cara para dejar de mirar al darse cuenta de la sangre que había empezado a brotar en la cara del menor de los elegidos.
–¿Se ha teletransportado? –Matt miró a Yolei desde su posición con el rostro fruncido.
–Es parte del combo –explicó mordiéndose las uñas. Echó un vistazo rápido a la pantalla antes de volver a la pelea: la vida de Cody, como había supuesto, bajaba con cada golpe que su oponente le daba.
Scorpion hincó una rodilla en el suelo, quedando esta vez de espaldas a Cody, y giró sobre su propio cuerpo mientras se levantaba para aprovechar el rebote que el impacto había provocado en el cuerpo del chico. Así, le dio una patada con el pie izquierdo envuelto en llamas y empezando desde abajo, con tal potencia que lanzó a Cody varios metros lejos de él y tuvo que hacer un mortal hacia detrás en el aire para caer de pie. El menor de los elegidos, en cambio, terminó desplomándose de bruces contra el suelo y quedando bocarriba, desde una altura que fácilmente podría haber llegado a los tres metros.
El silencio reinó tras la barandilla ante unos observadores que no sabían qué decir ni cómo reaccionar a la cantidad de golpes que Cody había recibido en tan solo unos segundos y sin poder hacer nada para defenderse. Fuera de la barandilla, el aumento del volumen en los gritos de excitación de las personas de mentira que observaban el combate contrastó con ellos, y Matt tensó la mandíbula ante la rabia que le generaba aquella situación.
–Ha perdido 35 puntos.
Las palabras de Izzy desviaron la atención de todos hacia la pantalla, que indicaba con evidencia los 65 puntos de vida que le quedaban a Cody en la barra que había pasado de ser verde a amarilla. Rápidamente volvieron al combate para ver que el chico continuaba en la misma posición y que Scorpion había vuelto a la posición de guardia inicial.
Desde abajo, a unos metros de la cabeza de Cody, Ari se había cubierto la boca con las manos ante lo que acababa de ver. A su lado, Jake movía los dedos de su mano derecha con los brazos cruzados mientras que Pandora, al otro lado de Jake, se había llevado las manos a la cabeza.
–No puede ser, es demasiado fuerte –habló Pandora–. No vamos a ganarle ni queriendo.
–Si Scorpion es así, no quiero pensar en Goku –añadió Ari.
–Tranquilas –dijo Jake todavía con la vista clavada en Scorpion y Cody–. Scorpion es muy potente, pero estoy viendo que tan solo tiene unos pocos movimientos básicos. Estoy seguro de que Cody remontará ahora que ha visto cómo se mueve.
–¿Movimientos básicos? –La expresión estupefacta de Pandora se dirigió al rubio que estaba a su lado.
Jake sonrió y la miró.
–Si te fijas, la potencia real la tiene en las piernas –explicó–, y las usa sobre todo para impedir que Cody pueda defenderse. Por tu poder, tú esquivarías sus movimientos con facilidad –señaló a Ari–, pero tú no –volvió a Pandora, que pareció aumentar su intranquilidad–. No te preocupes. No hace llaves con las que pueda atraparte y habría que tener cuidado con esa calavera del cinturón, pero, por lo que he visto, su técnica se basa en atrapar a su oponente de alguna manera y atraerlo hacia sí para golpearle. Tu fuerza es muy superior a la suya y él tan solo es el personaje de un videojuego, así que solo pelea por inercia sin pensar en lo que hace y tú puedes aprovechar esa fuerza para golpearle y bajarle la vida sin que él te la baje a ti. Con eso sería más que suficiente –Pandora escuchaba con atención, intentando guardarse toda esa información por si le tocaba salir a pelear contra Scorpion. Ari había fruncido el ceño y alternaba su atención entre las palabras de su novio y Scorpion acercándose a Cody–. Ten cuidado con sus piernas; intenta evitar todo lo posible sus movimientos bajos porque, como te tire al suelo o te lance al aire, no vas a tener ninguna oportunidad de defenderte. Y, sobre todo, recuerda: intenta evitar que te ataque él a ti. Tú eres mucho más fuerte que él.
–Vale, vale –su gesto concentrado y su ceño fruncido se dirigían hacia el centro del campo de batalla mientras intentaba centrarse en toda la información que le había dado el chico.
Jake colocó cada una de sus manos sobre uno de los hombros de cada una de ellas, mientras que Ari apoyó una mano sobre la de él y Pandora trató de centrarse en ese contacto para mantener los pies sobre la tierra y la cabeza fría.
–No va tan mal como pensamos –añadió el chico–. Cody todavía no está sabiendo usar su poder –les recordó.
Desde el centro del ring, el menor de los elegidos respiraba con parsimonia. Su pecho se inflaba y se desinflaba mientras observaba el cielo azul sobre ellos e intentaba tranquilizarse y pensar con calma. Los vítores de las personas a su alrededor desviaban su atención por momentos a las gradas altas que había sobre el muro de hormigón que los rodeaba, pero lo que más atención le requería en ese momento era el dolor que había desaparecido de su cuerpo. Cada golpe le había dolido de una manera que jamás pensó que podía doler, y lo había hecho creerse tan débil y maleable que había sentido el miedo a morir en sus propias carnes. Pero, a pesar de todo el dolor del momento, ahora su cuerpo parecía no haber recibido daño alguno. Se llevó la mano derecha a la cara para asegurarse de que en realidad sí había recibido los golpes, y la sangre que encontró debajo de su nariz le indicó que así había sido. Sin creérselo, se movió la nariz con la misma mano y se toqueteó el labio, los pómulos y la cabeza, pero el dolor había desaparecido por completo a pesar de la hinchazón y de la sangre que había derramado.
Los gritos de ánimo y desesperación de sus amigos lo hicieron volver a la realidad.
–¡Levántate, Cody! –Decían.
–¡Arriba! ¡Vamos!
–¡Ten cuidado!
–¡Levántate ya!
–¡No te levantes!
Reconoció la voz de Yolei llevándole la contraria a todas las demás, y desvió su mirada a las gradas. Allí, todos sus amigos lo observaban con intensa preocupación y le gritaban palabras de ánimo para que se levantara. Notó que algunos de ellos miraban a Yolei sin entender lo que decía.
–¡No te levantes! –Le repitió– ¡Usa las piernas, no la cabeza!
–¿Qué dices, Yolei? –Le recriminó Tai a su lado.
–Scorpion funciona con combos; si se levanta ahora va a recibir otra de las buenas –explicó–. Es importante que Cody no le deje atacar.
Cody devolvió la vista al cielo por un momento, y después separó la cabeza del suelo para buscar a Scorpion con la mirada: el personaje de Mortal Kombat se acercaba a él en esa posición de guardia que a su abuelo siempre le hacía reír porque le recordaba a un cangrejo, y por un momento no lo vio tan amenazante como hacía tan solo unos segundos. Algo en su cabeza le dijo que levantarse era la mejor de las opciones que tenía, pero las palabras de Yolei no dejaron de resonar en su mente y se quedó en el suelo esperando el momento oportuno: cuando estuvo casi a su altura, Cody apoyó el codo izquierdo en el suelo para apoyar la palma de la mano derecha e impulsarse hacia Scorpion sin levantarse. Ya a su altura y con una agilidad que sorprendió a todos los presentes, llevó la pierna izquierda estirada hasta su tobillo derecho y su pierna derecha hasta la parte externa de su rodilla izquierda y, desde ahí, le hizo un barrido que dobló las piernas de Scorpion hasta hacerle caer de bruces contra el suelo.
–¡Ese es mi niño! –Yolei comenzó a dar saltitos en el sitio.
Cody se puso en pie de un salto y volvió a su posición de guardia, esta vez con gran parte de su peso apoyado en su pierna trasera para dejar la izquierda por delante, lista para atacar cuando fuera necesario. Sus brazos se colocaron por inercia en dos puños; el derecho pegado a su pecho y el izquierdo delante de su cara. Mientras Scorpion se ponía en pie y volvía a su posición de guardia, Cody levantó la pierna delantera y, cuando su contrincante estuvo listo, le asestó un golpe en la rodilla que lo hizo girarse hasta hincarla de nuevo en el suelo y quedar de espaldas a él. Así, Cody giró sobre su propio cuerpo para impactar su pierna de nuevo contra la cabeza de Scorpion, con tanta fuerza que lo hizo caer un par de metros más cerca de la pantalla y del muro de hormigón. Los gritos de júbilo de las personas de mentira tras las rejas llegaron a sus oídos, pero él solo supo concentrarse en el personaje de videojuegos que se recomponía desde el suelo. Así, Cody le dio vueltas una y otra vez a todo aquello que su traje le daba: mejor forma física de la que ya tenía, conocimiento acerca de una cantidad importante de técnicas de artes marciales y la habilidad y la destreza necesarias para ejecutarlas sin esfuerzo.
–¡Muy bien, Cody! –Le animó TK.
–¿Eso ha sido una patada de taekwondo? –Preguntó Joe.
–Está mezclando varios estilos –respondió Izzy–, pero creo que sí.
Scorpion se levantó enseguida del suelo para comenzar a correr hacia Cody, que tan solo se quedó quieto esperando.
–No quiero mirar –Mimi se tapó la cara y se escondió tras el brazo de Matt.
Cody pudo ver a la perfección cómo el brazo de su contrincante se preparaba para asestarle un puñetazo, y por un momento sintió como si su cuerpo respondiera por él: cuando tan solo tres metros lo separaban de Scorpion, comenzó a correr en su dirección.
–Se van a chocar –Davis frunció el ceño.
El menor de los elegidos usó la carrerilla que había hecho para coger impulso y hacer un mortal en el aire por encima de la cabeza de Scorpion. Cuando tuvo a su contrincante justo debajo de su cuerpo, extendió la pierna derecha y le golpeó la espalda con la planta del pie, lo que hizo que tuviese que caer al suelo con las piernas flexionadas tras la espalda de Scorpion, y que este último diera una voltereta en el suelo para acabar quedando de pie. Rápidamente, Cody se giró a mirar a Scorpion con la rodilla izquierda hincada en el suelo, una mano sobre la rodilla derecha y la otra apoyada en el suelo para mantener el equilibrio.
–¿Cómo ha dado ese salto? –Incrédulo, Joe miró a Izzy.
–Cody sabe más que artes marciales –comentó Tai, estupefacto también con el gran salto, la fuerza y los movimientos del chico.
Izzy negó con la cabeza.
–Son movimientos de artes marciales reales –explicó.
–¿De verdad hay gente que puede hacer eso sin tener poderes? –Dudó Joe.
–De verdad –Izzy se cruzó de brazos sin apartar la vista de Cody–. Es gente exageradamente preparada y con muchos años de entrenamiento, pero sí.
Scorpion volvió a adoptar la posición de defensa y comenzó a acercarse a Cody, de nuevo con aquel movimiento parecido al de los cangrejos. Cuando llegó a su altura, cambió la posición de sus piernas para llevar su puño hasta el chico, que lo apartó sin esfuerzo con el dorso de la mano derecha mientras que, con la otra, le asestó un puñetazo a la altura de las costillas. Con ese puñetazo, Cody pudo notar el tamaño de la masa de los músculos de Scorpion en el lugar en donde esperaba encontrarse costillas, y la gran diferencia que había para con los suyos, que estaban trabajados debido a que hacía deporte de manera habitual pero nunca se había molestado en definirlos o hacerlos crecer. Con la promesa veloz de encargarse de ello cuando saliera de ese mundo, se agachó más, agarró la pierna de Scorpion y la alejó de su otra pierna para desestabilizarlo y que perdiera el equilibrio. Notó que el codo de su contrincante impactaba contra su cabeza y, una vez más, el dolor tan solo duró un instante. Aprovechando que se había desestabilizado, Cody estiró el cuerpo, le agarró la cabeza con las dos manos y, con toda la fuerza que pudo, acercó la cabeza de su oponente hasta su rodilla para golpearle con gran impacto. Scorpion cayó al suelo frente a él y los gritos y vítores aumentaron una vez más.
Escuchó los aplausos de sus amigos desde la barandilla, pero los ignoró y dio un salto hacia detrás para recolocarse en su posición inicial.
–¡ESO ES, CODY! ¡PÁRTELO EN DOS! –Yolei apoyó un pie sobre la barandilla y Tai y Davis la agarraron para que no se cayera.
–Yolei, relájate –le pidió Kari al lado de su hermano.
–¿Pero tú has visto eso, Kari? –Le dijo como si la chica acabase de llegar– ¡TÚ PUEDES, CODY!
–Scorpion ha perdido 35 puntos –todos llevaron la mirada a la pantalla ante las palabras de Matt. Allí, la barra amarilla de Cody indicaba 63 puntos de vida, y la de Scorpion, ahora también amarilla, 65 puntos.
–Y Cody ha perdido otros 2 puntos –añadió Ken.
–Sí, pero están muy igualados –Sora apoyó los codos en la barandilla.
Scorpion se levantó del suelo y, antes de darle tiempo a reaccionar, Cody comenzó a girar sobre sí mismo como si fuera una peonza que le soltaba patadas que daban de lleno donde debían darle en el momento justo. La cara de Davis pareció desencajarse tras la barandilla, y la excitada Yolei tuvo que bajar el pie que había subido para apreciar la escena sin distraerse buscando el equilibrio.
–¿Me vas a decir que eso también pueden hacerlo los luchadores de artes marciales? –Tai miró a Izzy desde su posición.
–Sí, Tai, un experto en artes marciales real sabe hacer eso –insistió–. Incluso dando saltos de tres metros de alto.
–Cinco, seis –contaba Joe–. Oh, eso fue un puñetazo. Siete, ocho.
Scorpion, atontado por la cantidad de golpes recibidos en tan solo un instante, alzó los brazos a sus costados para intentar estabilizarse, pero parecía demasiado aturdido como para, siquiera, volver a su posición de cangrejo. Cody aprovechó la situación y no se lo pensó dos veces: corrió algunos pasos a su izquierda, saltó para dar un par de pasos sobre la gran pantalla pegada a la pared que indicaba los 40 puntos de vida que le quedaban a Scorpion, y se impulsó en un gran salto que utilizó como potenciador del puño que se acercó hasta él haciendo una gran curva en el aire. Finalmente, su puño chocó con gran potencia contra la cara de Scorpion desde arriba y lo tumbó contra el suelo. Cinco puntos más desaparecieron de la barra de vida de Scorpion, que cada vez se acercaba más al color rojo, y la gente pareció enloquecer tras las rejas metálicas. Cody rodó en el suelo hasta caer sobre sus piernas y girarse hacia el cuerpo de su oponente, y sus amigos gritaron emocionados desde la barandilla.
–¡Increíble, Cody! –Le animó TK, y las pupilas del chico se desviaron por un segundo hacia su amigo tras la barandilla.
Había notado que su cuerpo conocía cada uno de los movimientos que debía hacer, y que su mente lo acompañaba como si supiera lo que necesitaba en cada momento. Así, había decidido confiar en su criterio y, como le había dicho Yolei, utilizar menos su cabeza inquieta para dejarse llevar más por lo que su cuerpo tuviera que decirle. El equilibrio perfecto entre mente y cuerpo con el que siempre había soñado y que ahora se hacía realidad gracias al juego de un loco que se divertía a su costa.
Con una punzada en el pecho, sacudió la cabeza y clavó de nuevo la mirada en el hombre que debía medir al menos veinte centímetros más que él y que se levantaba del suelo sin esfuerzo. Tensó los músculos y Scorpion corrió hacia él con velocidad y con el puño derecho preparado para atacarlo. Cody, que contaba con unos reflejos notablemente más desarrollados de lo normal, agarró su brazo, se dio la vuelta y se agachó para tirar de Scorpion y lanzarlo por encima de su cuerpo hasta tumbarlo delante de él con un sonoro golpe en su espalda. Desde ahí, antes de que pudiera moverse y pensando únicamente en terminar con su vida cuanto antes, hizo algo que su abuelo siempre le enseñó que no debía hacer: atacarle cuando no pudiera defenderse. Así, le dio dos puñetazos en la cabeza con toda la energía que pudo y terminó con una fuerte patada en las costillas que golpeó también de lleno en su dignidad como artista marcial y como persona.
–Le está machacando –comentó Davis.
–¡ESO ES, CODY!
Tai se tapó el oído izquierdo ante el grito de Yolei.
En la pantalla, 10 puntos más desaparecieron de la barra de Scorpion, y Cody sacudió de nuevo la cabeza para quitarse de encima la idea de que su abuelo debía estar observando lo indigno que resultaba lo que acababa de hacer. Se convenció con velocidad de que no le quedaba otro remedio que actuar así para salir de Whisimbell y se apartó de su contrincante cuando este se levantó del suelo de un salto. Sin pensarlo, volvió a asestarle dos puñetazos que hicieron que su cabeza se tambaleara y, de nuevo, 5 puntos más desaparecieron de la barra de vida de Scorpion.
–¿Va ganando? –Mimi entreabrió los dedos de sus manos y asomó la cabeza tras el brazo de Matt.
–Sí –le respondió el rubio sin mirarla. En la pantalla, la barra de Cody continuaba siendo amarilla e indicaba sus 62 puntos, mientras que la de Scorpion era de un naranja muy cercano al rojo y había bajado hasta los 20 puntos.
Scorpion logró estabilizarse y se plantó con firmeza en el sitio. Apretó los puños a los costados y, de pronto, todo su cuerpo se vio envuelto en llamas.
–No, mierda –maldijo Yolei–. ¡Cuidado, Cody!
Pero, antes de que la chica terminara de advertir a su amigo, Scorpion agachó las piernas para coger impulso y se lanzó de cabeza contra Cody de una manera tan literal que los chicos no supieron hacer más que exclamar y mostrar sus expresiones de asombro. La cabeza de Scorpion impactó contra el estómago de Cody antes de que este pudiera reaccionar, mientras su cuerpo daba vueltas en el aire como si fuese un destornillador y lo arrastraba varios metros atrás hasta hacerle chocar de lleno contra la pared que estaba justo al lado de la pantalla. Cody sintió el dolor del impacto de su espalda contra el hormigón, y Scorpion se separó de él para que se deslizara por la pared hasta terminar sentado en el suelo. Sin dejarle tiempo para reaccionar, Scorpion clavó de nuevo sus pies en el suelo, lo agarró de los brazos para obligarlo a levantarse y le asestó un potente rodillazo en la mandíbula que le hizo perder 12 puntos más de vida y que lo lanzó alrededor de cuatro metros por encima de su cabeza. Rápidamente, agarró las cadenas que había dejado de lado nada más empezar la pelea y la voz de Yolei lo hizo detenerse:
–¡CAMBIO!
Cody cayó de bruces frente a su contrincante y Scorpion pareció perder todo atisbo de encontrarse en una pelea: guardó las cadenas y regresó a su posición inicial en el centro del campo.
El menor de los elegidos sintió el dolor de la caída durante un segundo, justo antes de que desapareciera y de notar el sabor metálico de la sangre desparramándose por el interior de su boca.
–Cody... –Sora se había tapado la boca con las manos, y Kari le agarró del brazo con cariño.
El chico se incorporó sobre sus codos y escupió la sangre que se acumulaba en su boca.
–Yolei, ¿estás segura? –Tai la miró– Cody va ganando; todavía tiene 50 puntos de vida.
–Sí, cambio. ¡Cambio por Pandora!
La mencionada le lanzó una mirada de pánico desde su posición, y la mano de Jake sobre su hombro la obligó a mirar al frente.
–Tranquila –la alentó–; eres mucho más fuerte que él. Solo recuerda lo que te dije.
Pandora recibió la mirada de ánimo de Ari antes de dirigirse al centro del campo de batalla. Se cruzó con Cody y pudo ver en él las consecuencias de la pelea: su rostro hinchado y amoratado y la sangre deslizándose por debajo de su nariz y de su boca. Asustada, tragó saliva y se colocó justo frente a su primer adversario. Desde ahí, le dio la impresión de que Scorpion debía medir el doble que ella, aunque ella era en realidad ligeramente más alta que Cody, y el tamaño de su espalda y de sus músculos la intimidó más de lo que le hubiera gustado admitir. Se obligó a recordar las palabras de Jake: "Eres mucho más fuerte que él" y eso, sumado a su pecho hinchándose ante el aire que permitió entrar en sus pulmones, pareció calmar sus nervios. Pero su tranquilidad se vio ligeramente opacada por Scorpion colocándose en posición de guardia. Inquieta, miró de reojo a la pantalla y pudo ver en ella los escasos 20 puntos que le quedaban a Scorpion. De nuevo, recordó las palabras de Jake: "Puedes aprovechar esa fuerza para golpearle y bajarle la vida sin que él te la baje a ti. Con eso sería más que suficiente".
Cody llegó hasta Ari y Jake.
–¿Cómo estás? –Le preguntó la chica.
–Los golpes duelen al momento, pero enseguida desaparece el dolor –explicó, y se giró a mirar a los próximos luchadores mientras se pasaba una mano por la cara y volvía a manchársela de sangre–. Estoy mejor de lo que parece.
Ari y Jake se miraron: la apariencia que tenía, desde luego, era poco alentadora.
En la pantalla apreció "ROUND 2", y aquella voz masculina volvió a gritarlo. Esta vez fueron las imágenes de Pandora y de Scorpion las que ocuparon toda la pantalla, de nuevo con un "VS." entre ellas, y comenzó la cuenta atrás a partir de 3. Pandora colocó los puños frente a su cara sin saber realmente lo que estaba haciendo.
–¡Vamos, Pandora! –La animó Mimi, que había vuelto a colocarse entre Joe y Matt cuando Yolei había indicado el cambio.
–FIGHT! –Gritó la voz, que provocó los gritos de las personas tras las rejillas metálicas.
Scorpion se acercó a ella de inmediato. Preparó el puño para golpearla desde arriba y Pandora, en un gesto involuntario, colocó los brazos entre ambos para protegerse la cabeza, lo que hizo que el puño de su contrincante colisionara contra sus brazos y que ella, gracias a su fuerza, pudiera pararlo sin problemas. Sin saber del todo lo que hacía, Pandora desvió sus brazos a la izquierda y se llevó, con ello, el puño de Scorpion. Así, se encontró de frente con la cara del personaje de Mortal Kombat a su altura y, en un impulso y sin pensarlo, llevó la cabeza hacia atrás para luego chocar su frente contra la de Scorpion y hacerlo tambalearse hacia detrás.
–¿Lo ves, Matt? –Tai le habló desde su posición– A eso lo llamo yo usar la cabeza.
Matt ignoró la risa de su amigo y, en su lugar, entornó los ojos sobre la chica en el campo de batalla, que se confió ante la potencia de su cabeza y el dolor que no había sentido al golpearlo, y le dio dos puñetazos directos que lo desvió tres metros lejos de ella.
–No tiene ni idea de pelea –comentó.
–Sí. Hay una diferencia sustancial para con Cody –le respondió Izzy a su derecha.
–Pero puede ganar, ¿verdad? –Mimi se asomó a la barandilla para mirar a Izzy desde la izquierda de Matt.
El pelirrojo tragó saliva y evitó mirarla.
–Es posible –dijo.
–Acaba de dejar a Scorpion a 10 puntos de vida –Joe se unió a la conversación desde la izquierda de Mimi–. Creo que va bastante bien.
Pero las palabras de Joe parecieron provocar el efecto contrario en los luchadores: el cuerpo de Scorpion volvió a envolverse en llamas con los puños a los costados. Flexionó las piernas para coger impulso y, una vez más, se lanzó literalmente de cabeza a por ella como si fuera un destornillador para arrastrarla varios metros y dejarla caer al suelo. Volvió a clavar los pies sobre la tierra, la agarró de los brazos para levantarla y le asestó un rodillazo en la mandíbula que la lanzó alrededor de cuatro metros por encima de su cabeza.
–Va a hacerle lo que no le pudo hacer a Cody –comentó Yung. Matt e Izzy lo miraron un segundo antes de desviar de nuevo la mirada al campo de batalla.
Scorpion había cargado las cadenas y se las había lanzado. Los chicos llegaron a mirar justo a tiempo para ver cómo la punta de una cadena atravesaba el estómago de Pandora y cómo la otra llegaba un segundo después a atravesar su frente. Las caras de todos se tornaron en muecas de espanto, y Ken tuvo que sostener a TK para que no se lanzara al campo de batalla. Scorpion tiró de las cadenas para hacerla caer y que su cabeza colisionara con fuerza contra el suelo, y Ari creyó escuchar desde su posición los huesos de su columna rompiéndose. Yolei se llevó las manos a la cabeza al no haber reaccionado a tiempo para detener a Scorpion por segunda vez, y Mimi se tapó los ojos con las manos y se acuclilló tras la barandilla antes de empezar a sollozar.
–Mimi... –Joe se agachó a su lado y Matt, Sora e Izzy se giraron hacia ella.
–No quiero mirar –gimió–. No puedo mirar. No puede ser.
–Le ha quitado 25 puntos.
Las palabras de Yung desviaron la vista de Izzy hacia la pantalla: los 100 puntos de vida de Pandora habían bajado hasta 75.
La chica continuaba tumbada en el suelo. Scorpion había quitado las cadenas de su cuerpo y ella había podido notar el dolor del frío metal atravesándole. Pero, igual que le había ocurrido a Cody, este había desaparecido tal y como había llegado. Se tocó la cabeza y notó el agujero que ahora la atravesaba y que, por algún motivo que se escapaba a toda lógica conocida por ellos hasta ahora, no la había matado. Horrorizada por encontrarse su cabeza en esas condiciones, se sentó y se miró el estómago: las cadenas habían atravesado el traje supuestamente irrompible y, de nuevo, le habían dejado un agujero que la traspasaba de lado a lado.
–No puede ser –dijo–. ¡¿Qué me has hecho?!
La furia que la invadió en ese momento contrastó de manera evidente con los vítores de las personas de mentira y con las muecas y exclamaciones de estupefacción de los chicos tras la barandilla. Notó cómo la rabia la invadía ante lo que le había hecho en tan solo un segundo y no pensó, siquiera, en que su cuerpo volvería a la normalidad cuando acabase esa prueba: se levantó como si no hubiera recibido daño alguno y se acercó a Scorpion con una determinación que no había tenido hasta ese momento. Un escalofrío recorrió la columna vertebral de Ari al ver cómo la chica derramaba sangre por la espalda y andaba hacia Scorpion enfatizando sus pisadas con firmeza.
TK respiró aliviado desde su puesto.
–Mimi... –repitió Joe sin saber qué decirle.
–No quiero –negó con la cabeza enterrada entre sus piernas.
Izzy se puso serio al ver a Pandora levantarse y se acercó hasta la chica que continuaba de cuclillas.
–Mimi –le dijo con firmeza–, mírame.
–No quiero.
Apoyó las manos sobre sus brazos y ella levantó la cabeza por fin.
–Pandora se acaba de levantar –le informó mirándola a los ojos– y está perfectamente. ¿Recuerdas lo que nos dijo el Maestro? Si alguien se parte el cráneo, volverá a la normalidad cuando termine la prueba.
Mimi sollozó con la cara empapada en lágrimas y Sora apoyó una mano sobre su hombro.
–Izzy tiene razón –la animó con cariño–. Todo está bien.
La chica miró a su amiga y volvió a Izzy una vez más. Cuando se convenció de que tenían razón, asintió con la cabeza y se levantó con ayuda de sus amigos para volver a su puesto entre Joe y Matt. Izzy y Sora se miraron antes de hacer lo mismo, y Matt pasó el brazo por encima de los hombros de Mimi para frotarle el brazo al otro lado mientras ella se limpiaba las lágrimas e intentaba controlar sus gemidos.
–¿Qué va a hacer? –Preguntó Ken desde el otro lado.
Pandora se acercó a Scorpion y lo miró con la mandíbula tensa y sus manos en puños. Scorpion había vuelto a su posición de guardia y ella no podía sino mirarlo mientras alimentaba su rabia pensando en lo que le había hecho a su cuerpo y a su cabeza. En ese momento, la voz de Jake tras ella le hizo volver a la realidad:
–¡Salta!
Sin pensarlo, obedeció y saltó todo lo que pudo en el mismo instante en el que Scorpion se agachó para hacer un círculo con la pierna derecha en un intento por hacerle la zancadilla. Pandora cayó al suelo de pie, Scorpion se levantó y ella, movida por la rabia y por la adrenalina de acabar de esquivar uno de sus movimientos, llevó su puño izquierdo hacia detrás y, con toda la fuerza que pudo retener en ese momento, lo impactó de lleno contra la cara de Scorpion y provocó que este fuera lanzado con tanta potencia que rompió el muro de hormigón contra el que chocó a quince metros de Pandora. Los cuatro luchadores contra los que tenían que pelear aún se habían hecho a un lado para dejar que Scorpion colisionara contra el muro, y Pandora se sorprendió a sí misma ante lo que acababa de hacer sin darse cuenta. A su izquierda, la barra de vida de Scorpion terminó de vaciarse y su imagen se volvió gris.
Las personas tras las rejillas metálicas y los chicos desde la barandilla estallaron en gritos de júbilo, y un intenso escándalo la envolvió para afianzar su vuelta a la realidad.
–¡Muy bien, Pandora! –Le gritó Yolei emocionada.
–Menuda izquierda –comentó Tai.
–Qué mujer –la sorpresa de Davis provocó una sonrisa en la cara de TK.
–Esa podría haber sido tu cara –le dijo el rubio, y Davis asintió con los ojos bien abiertos.
–Touché.
En la pantalla aparecieron las letras "K.O." y fueron sustituidas rápidamente por "PANDORA WINS". La chica se miró el puño izquierdo y después desvió la vista a la pantalla: todavía conservaba 75 puntos. Se dio la vuelta para mirar a los tres chicos que también luchaban en esa prueba y sonrió por inercia al ver a Jake.
–¿Habéis visto eso? –Exclamó.
Los tres chicos le sonrieron desde su posición.
–Como para no verlo –rio Ari.
Pandora se acercó hasta ellos y chocó las palmas de las manos contra las de Jake.
–Gracias –le dijo, y repitió la acción con los otros dos–. Menos mal que le bajaste tanto la vida –le habló a Cody esta vez.
–Creo que deberías volver al centro –le respondió él.
Pandora se giró a mirar, y Chun Li se había colocado en el lugar en el que antes debía estar Scorpion. El personaje de Mortal Kombat, en cambio, había desaparecido y no quedaba rastro de él más que el muro de hormigón destrozado.
–¿Tengo que pelear también contra ella?
–Yolei no ha vuelto a cambiar –le explicó.
Pandora echó un vistazo a Yolei y se encontró con TK guiñándole un ojo. Le sonrió y volvió al centro del campo para colocarse, esta vez, frente a Chun Li.
La voz de tono agresivo regresó para repetir todo lo que apareciera en la pantalla, y a esta volvió la palabra "READY?". Pandora volvió a colocar los puños delante de su cara y "ROUND 1" se dibujó en la pantalla justo antes de que su imagen a la izquierda y la de Chun Li a la derecha custodiaran a un llamativo "VS." entre ellas. Después, regresó la cuenta atrás.
–¿Crees que le ganará a Chun Li? –Le preguntó Tai a Yolei.
–No estoy segura –admitió–. Tengo que ver cómo se desenvuelve contra ella, pero dudo que pueda esquivar sus movimientos. Chun Li es muy rápida y ágil, sobre todo con las piernas.
–¿Vas a sacar a Ari, entonces?
–Seguramente.
–FIGHT! –Gritó la voz.
Sombra&Luz
Pandora es un colador :v okno. Mi frase más repetida durante este capítulo fue "pobre Cody". (?)
¿Qué les pareció? Llegué a tiempo por segunda vez consecutiva, quiero más amor a cambio. (?)
En Multimedia tienen a Scorpion en la portada de uno de los videojuegos de Mortal Kombat.
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