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Treinta y tres | Goku [2]

"¡Ay! Yo creí que eso de casarse era algo de comer.", Goku.

Algún lugar de Japón

Domingo 29 de septiembre de 2013, 6:13 p.m.

El hombre golpeó su escritorio con los puños y maldijo en voz alta. Vio cómo Jake se acercaba a Goku, y cómo este último, de pronto, no era capaz de moverse.

–¿Qué le pasa? –Escuchó a Pandora.

–Jake puede paralizar a los demás –explicó Ari–. Al menos, puede hacerlo cuando está en buenas condiciones.

Se levantó de su silla negra y se apartó con brusquedad de las pantallas que emitían la pelea. Se llevó las manos a la cara y después se frotó el pelo con las mismas mientras se paseaba de un lado a otro de aquella habitación a oscuras y repleta de estanterías negras llenas de casetes, CD's y cintas de vídeo colocados en orden cronológico. Tuvo que apoyarse en una de ellas para intentar pensar con mayor claridad: ¿qué estaba ocurriendo en esa pelea?

Repasó lo que había determinado a la hora de decidir qué características tendría Goku para pelear contra los niños elegidos, y no fue capaz de darse cuenta de en qué momento había sobreestimado sus capacidades de lucha. Volvió a repasar las condiciones que él mismo había determinado, pero no encontró la solución a sus dudas. ¿Qué había fallado en su proceso de pensamiento? ¿Qué cálculo había elaborado mal?

Miró la pantalla de nuevo. Jake se encontraba justo delante de Goku y lo observaba con detenimiento. ¿Y si no había sobreestimado las capacidades de Goku, sino que había subestimado las de Jake? Quizás había sido mala idea darle a Jake el poder de utilizar el cien por ciento de sus capacidades. Llevó la mirada a su derecha y dio con la única estantería que tenía carpetas llenas de documentos en lugar de grabaciones. Se acercó. Toqueteó los nombres que había en el extremo de cada una de las carpetas que estaban colocadas por orden alfabético y encontró enseguida la que buscaba: Dagger, JAKE (NILAL). La llevó hasta su escritorio y allí la abrió para leer todos los datos que había recogido de aquel muchacho desde 2005, pero, por mucho que revisaba su información, no había nada que le indicase que, siquiera, pudiera compararse a Goku en un combate cuerpo a cuerpo. Aun cuando sus capacidades estuviesen al completo y las de Goku estuviesen limitadas. Recorrió la mesa con su mano izquierda para arrojar la carpeta al suelo con furia, y algunos papeles salieron repartidos por el suelo de la habitación. Llevó las manos juntas delante de su boca y empezó a golpear el suelo con su pie derecho en un movimiento nervioso de su pierna. Miró a Goku, que seguía sin moverse, y luego devolvió la mirada al Maestro. ¿Hasta qué punto sus propias creaciones podrían estar desobedeciendo sus órdenes? ¿Habrían adquirido conciencia propia en cuanto obtuvieron un cuerpo material en Whisimbell?

Era absurdo. Whisimbell no tenía vida propia; todo nacía de lo que los seres humanos pensaban y deseaban. Pero, ¿los pensamientos y deseos de los niños elegidos estarían volviéndose más fuertes en ese mundo que había parecido incontrolable hasta que él logró dominarlo? ¿Era posible que los elegidos hubieran empezado a controlar el torrente que Whisimbell utilizaba de sus propios pensamientos y deseos? No tenía sentido. Él había necesitado años de estudio, investigación y pruebas fallidas para llegar a hacer lo que ahora podía hacer. Era imposible que un grupo de jóvenes que no conocía de la existencia de Whisimbell lograse dominarlo en tan solo una semana. Es imposible, se repitió.

La China, Whisimbell

Las personas vitorearon con energía tras las rejas cuando Jake volvió a dar un rodillazo en el abdomen de Goku. El personaje de videojuegos no podía moverse ni un solo milímetro, y eso le facilitaba las cosas a Jake. Miró la pantalla: había logrado que la barra de vida de Goku bajase hasta los 49 puntos, pero no estaba seguro de cuánto tiempo podría aguantar paralizándolo. Ese poder le requería mucha energía, y lo notó en los 2 puntos que desaparecieron de su barra de vida con tan solo utilizarlo. Frunció el ceño y se dio prisa: empezó, de nuevo, a propinarle golpes a Goku para bajarle todo lo posible antes de que pudiera moverse de nuevo.

–¡Vamos, Jake! –La voz de Ari se entremezcló con las de las personas que gritaban a su alrededor.

–MUY BIEN, JAKE –Yolei regresó su pie a la barandilla y Tai la agarró una vez más–. ¡TÚ PUEDES!

–Yolei, bájate de ahí. Te vas a caer –Ken le recriminó desde la izquierda de Davis, pero Yolei tan solo alzó los brazos y gritó más como respuesta.

–Goku está ya en 40 puntos –murmuró Sora–. Puede ganar.

Pero, en ese momento, Jake pudo ver los dedos de Goku moverse, unos segundos antes de que su pierna también se moviera e impactara con fuerza contra su abdomen desnudo para lanzarlo varios metros hacia detrás. Cayó sobre sus propios pies y miró a Goku desde ahí. Le miraba con el ceño fruncido, seguramente por que no le había gustado que lo paralizase. Jake volvió a entornar los ojos y le prestó atención, pero continuaba teniendo las mismas dudas que antes. No había logrado sostener por más tiempo la parálisis sobre Goku, y era muy posible que se debiera a que su poder era tan superior que mantenerlo estático le resultaba más difícil de lo normal. Apretó los puños cuando Goku se inclinó de nuevo hacia detrás, y cuando una luz azulada emergió de entre sus manos.

–¡CAMBIO!

Jake miró a Yolei y Goku se detuvo.

–¿Por qué? –Davis le frunció el ceño a su amiga, que había bajado el pie de la barandilla.

–Jake, lo siento, pero solo te quedan 50 puntos y no sabemos cómo son los otros dos –le explicó al rubio–. Te necesitamos para las otras peleas –bajó el volumen de su propia voz para hablar esta vez hacia sí misma–. Y más ahora que sabemos que Goku no es tan fuerte como creíamos. ¡Lo siento! –Volvió a dirigirse a él.

Jake negó con la cabeza.

–Está bien. Lo entiendo.

Miró a Goku y este se colocó en el centro del campo de batalla.

–Ha sido un placer pelear contigo –le dijo, en aquel tono monótono de nuevo, y le tendió la mano. Jake se acercó para estrechársela, y Goku le apretó con fuerza y empujó su mano para atraerlo hacia sí. Sus mejillas quedaron una al lado de la otra y el chico no supo cómo reaccionar cuando el susurro apenas perceptible de Goku llegó hasta sus oídos:

–Espero que podamos pelear de verdad en algún otro momento. Estaba muy emocionado.

Se separaron. Jake lo miró a los ojos y, por un segundo, pudo ver en Goku la sonrisa de una persona de carne y hueso que le hablaba con sinceridad sobre lo que sentía. Como si pudiera sentir. Pero aquel reflejo de ser humano duró tan poco que, si no hubiera sospechado al respecto desde el principio, hubiese creído que se lo había imaginado. Jake tragó saliva y volvió a apretarle la mano antes de soltársela.

–Lo mismo digo –murmuró con una sonrisa.

–Cambio por... –Yolei miró a los tres muchachos que aguardaban su turno de pelea y se mordió una uña– Cambio por Pandora.

–¿Qué? –La expresión de Davis se tornó estupefacta.

–Solo necesito que le baje un poco la vida.

–Pandora está fuerte como Popeye, pero Goku sigue siendo Goku aunque sea más débil.

–Davis, déjame en paz –bufó ella, exasperada–. Yo sé lo que hago. Hasta ahora no vamos tan mal.

Izzy estudió los resultados en la pantalla: Cody, Ari, Jake y Pandora tenían 50 puntos de vida cada uno; Scorpion y Chun Li habían sido derrotados; Goku tenía 40 puntos todavía y Pyrus y el Maestro tenían la barra de vida al completo.

–Técnicamente, vamos ganando –murmuró, y la atención de Matt y Yung a sus costados se desvió hasta la pantalla–. Yolei no lo está haciendo mal, pero creo que todavía nos quedan los más fuertes.

–¿Más fuertes que Goku? –Matt frunció el ceño– ¿Por qué lo crees?

–Tal vez, no más fuertes que Goku –apuntó–. Pero, ¿por qué saldrían los últimos, si no? Creo que se están guardando un as bajo la manga, y Yolei está haciendo bien en cubrirse las espaldas al dejarlos a todos a la mitad de vida. En especial a Cody y a Jake.

Jake y Pandora se cruzaron cuando él salía y ella entraba, y la chica lo agarró del brazo por un momento.

–¿Qué hago? –Le preguntó.

El rubio pudo ver el miedo en ella. Inspiró hondo para volver a la realidad y darse cuenta de que ya se había terminado su pelea con Goku.

Vaciló. No sabía lo que decirle a Pandora, porque dudaba que tuviese alguna posibilidad de hacer algo contra Goku, pero aun así pensó bien en cualquier pequeña esperanza que le dijese que, al menos, podía quitarle 10 puntos de vida.

–Lo único que puedo decirte es que mantengas la calma –dijo–. Si te pones nerviosa, terminarás moviéndote sin sentido y te resultará más difícil luchar contra él. Usa tu fuerza, ya sabes, de cualquier manera. Piernas, brazos, cabeza, dientes, lo que sea. Inmovilízalo, si puedes, y quítale toda la vida que puedas. No creo que Yolei te deje dentro mucho tiempo.

Pandora asintió con la cabeza y tragó saliva.

–Gracias –se dirigió al centro.

–Suerte –Jake volvió con Cody y Ari.

Las imágenes de Pandora y Goku aparecieron en la pantalla.

ROUND 2 –indicó la voz, y comenzó la cuenta atrás.

Los chicos aplaudieron desde la barandilla para animar a Pandora.

FIGHT! –Y los gritos de las personas volvieron a aumentar.

Goku extendió la mano frente a él y Pandora la miró con gesto acongojado.

–Pareces fuerte –dijo, en el mismo tono monótono y artificial que había utilizado para Jake–. Esto puede ser muy divertido. Será un placer pelear contra ti.

Pandora le estrechó la mano con cierta duda.

–Ha repetido las mismas palabras que usó conmigo –dijo Jake desde detrás. Ari le miraba el abdomen enrojecido y Cody se había cruzado de brazos a su lado–, pero está fingiendo.

–¿Cómo que fingiendo? –Cody lo miró.

Jake se lo pensó bien antes de hablar, y los agarró a ambos para atraerlos hacia sí y cuchichear con la intención de que nadie en el mundo real pudiera escucharlo, en especial el hombre que estaba detrás de todo eso.

–Goku no está usando todo su poder –explicó, en un tono tan bajo que los dos tuvieron que centrar toda su atención en escucharlo–. No sé si él y el Maestro nos quieren ayudar o si es una trampa, pero Goku nos está dejando ganar. Creo que está simulando ser un personaje de videojuego como lo eran Scorpion y Chun Li, pero que no lo es. Tiene personalidad y la está ocultando.

–¿Por qué lo haría? –Ari frunció el ceño– Además, el Goku de verdad odia no poder pelear en serio.

–Tampoco sabemos si este Goku es el que conocemos en la serie o si tiene una personalidad completamente distinta –rebatió el rubio–. Tan solo sabemos que tiene su apariencia y unas capacidades parecidas a las suyas.

–Claro –dijo Cody, que devolvió su mirada al campo de batalla–. Puede ser cualquier cosa. Ni siquiera tiene por qué ser Goku; basta con que se le parezca.

Pandora tragó saliva cuando Goku se colocó en posición de guardia de un salto. Sin pensarlo mucho para no recrearse en sus propias dudas, trató de inhalar aire para tranquilizarse y levantó una pierna para darle a Goku, que lo esquivó sin problema. Con la misma, el hombre se acercó y le asestó un puñetazo en la cara que hizo que su cabeza se inclinase hacia detrás y que un dolor intenso en su nariz le obligara a cerrar los ojos con fuerza.

Ah –exclamó. Se llevó una mano a la nariz y se la manchó de sangre.

Miró a Goku: se había encogido de hombros, y su expresión apurada le duró tan solo un momento antes de volver a la expresión artificial de antes. Las cejas de Pandora se arrugaron.

–No lo haces nada mal –Goku puso los brazos en jarras.

Pandora le dio otra patada, esta vez más rápida que la anterior, que impactó contra su costado para lanzarlo de golpe y estamparlo contra el muro de hormigón. Otro pedazo de muro cayó abajo, y Pandora tuvo que recomponerse al recordar la cantidad de fuerza que le otorgaba su traje.

–Van a tirar abajo toda la pared –observó Kari.

–Supongo que no puedes pedirle a un combate contra Goku que todo se mantenga en su sitio –Tai se encogió de hombros.

–Bien, bien, vale –Yolei extendió las manos frente a ella con nerviosismo–. No va mal. Bien.

–Dale tiempo –auguró Davis.

–Cállate, idiota.

Davis rodó los ojos.

Los escombros que acababan de caer se movieron para dejar paso a un Goku que se dirigió volando hacia Pandora. La chica puso los brazos delante de su cuerpo para protegerse cuando lo vio extender el puño frente a él, y recibió el ataque con los antebrazos como había visto hacer antes a Jake. Con la cantidad de fuerza que le otorgaba su traje, fue capaz de detener el ataque y no le costó tanto trabajo. Asombrada, empujó el puño de Goku con los brazos y este tuvo que echarse hacia detrás. En un segundo, el hombre extendió su pierna izquierda hacia ella, y Pandora gritó al sentir el dolor en el costado derecho de su cuerpo.

–¡Cuidado, Pandora!

La chica no tuvo tiempo de reaccionar a las palabras de TK. En su lugar, recibió otra patada de Goku, esta vez desde arriba, que le hizo chocar contra el suelo. Antes de que el dolor por el golpe desapareciera, apretó los dientes y agarró a Goku de un tobillo para tirar de él, levantarlo y estamparlo contra el suelo con toda la fuerza que pudo. Repitió el proceso una vez más, pero Goku le lanzó una bola de ki desde su mano que impactó contra su cara y la obligó a soltarlo. Pandora gritó por el dolor.

–¡Cambio! –Volvió a gritar Yolei. Inquieta, se mordió las uñas y luego se llevó una mano a la frente.

–¿Tan pronto? –Tai frunció el ceño.

–¡Es que no lo sé! –Exclamó– No quiero perder a ninguno todavía porque no sé cómo pelean el Maestro y el tal Pyrus. Y Pandora está ya a 35 puntos. ¡Cambio por Cody!

–Eres fuerte –le sonrió Goku.

El hombre volvió a su sitio y Pandora frunció el ceño antes de regresar con Ari y Jake. Cody se colocó en el centro del campo de batalla una vez más. Pensó bien en lo que le había dicho Jake sobre ese Goku mientras sus imágenes aparecían en la pantalla a su izquierda.

ROUND 3.

–Le ha quitado 12 puntos a Goku –caviló Matt–. Cuanta más fuerza tienen, más puntos le quitan al otro.

–Y cuanta mayor es la resistencia, más difícil es quitarle puntos –añadió Izzy–. Sigue las mismas reglas de cualquier videojuego: todo depende de la fuerza, la agilidad y la resistencia del jugador. Pandora es muy fuerte, así que le puede quitar más puntos a Goku aunque él tenga buena resistencia.

–¿Sí? –Joe se asomó por la barandilla para mirar al pelirrojo– Entonces, si quien recibe los golpes de Pandora es Ari, por ejemplo, ¿perdería más puntos de los que perdió Goku?

–Eso es –afirmó–. La resistencia de Ari debe ser mínima, así que no podría enfrentarse a alguien como Goku o Pandora, que tienen una fuerza tan superior. Y como no sabemos lo que oculta el Maestro, Yolei no puede dejar que Pandora pierda toda su vida. Es mejor que reserve esa fuerza por si la necesitamos más tarde.

–Entiendo –Joe se cruzó de brazos.

FIGHT!

–¡Ánimo, Cody! –Gritó Yolei.

–Pareces fuerte –dijo Goku, una vez más, en el mismo tono monótono y artificial que había utilizado para sus otros dos oponentes–. Esto puede ser muy divertido. Será un placer pelear contra ti.

Cody pegó los brazos a su cuerpo, y decidió que sería buena idea poner a Goku a prueba: lo miró a los ojos antes de hacer una reverencia ante él. Cuando levantó la cabeza, pudo ver en la expresión de Goku un resquicio de confusión. Inmediatamente, volvió a su sonrisa artificial y le devolvió la reverencia. Cody entornó los ojos y se colocó en posición de guardia, un segundo antes de que lo hiciera Goku también.

Una mano se posó en la espalda de Sora. Al darse la vuelta, se encontró con Mimi, y Joe se pegó más a Matt para dejarle espacio.

–¿Cómo estás? –Sora entrelazó sus dedos con los de su amiga, que asintió con la cabeza.

–Mejor –respondió–. ¿Cómo van?

–A Goku le quedan 24 puntos aún, pero Cody tiene 50. Si seguimos así, creo que podremos ganar.

–Quiero salir de aquí –murmuró. Sora la miró con ternura y apretó su mano.

–Saldremos, Mimi. Te lo prometo.

–¿Y Olympia?

El corazón de Sora dio un vuelco. Se obligó a tragar saliva e hizo una pausa antes de responder.

–No lo sé –admitió.

Cody colocó su mano derecha delante de su rostro, con la palma mirando hacia arriba, y le indicó con los dedos que se acercara. La expresión de Goku se tornó confundida una vez más, pero rápidamente volvió a su sonrisa artificial antes de volar hacia él con el puño extendido. Cody desvió el golpe con el dorso de la mano y elevó la pierna derecha para golpear la cabeza de Goku con la cara externa de su gemelo. La cabeza del personaje de Dragon Ball se encogió sobre sus hombros al recibir el golpe.

–Parece que Cody empieza con ganas –sonrió TK.

–Veremos cuánto le dura –añadió Davis.

El pie de Cody se apoyó en el suelo y, en un movimiento veloz, llevó su codo hasta la espalda de Goku antes de que este pudiera esquivarlo. El hombre se quejó y se llevó las manos a la cabeza para mirarlo, mientras que el menor de los elegidos llevaba su puño hasta su cara. Goku lo detuvo con una mano y sin esfuerzo.

–No está nada mal –susurró. Cody frunció el ceño ante sus palabras, cada vez más convencido de que Jake tenía razón y de que ese Goku debía ser el mismo que el de la serie de televisión.

–¿Crees que Cody puede con él? –Preguntó Ari.

Jake la miró y se acercó a su oído.

–Creo que Goku va a dejar que pueda con él –susurró–, igual que no se esforzó demasiado conmigo ni con Pandora.

Goku cerró la mano sobre el puño de Cody y este trató de alejarse sin éxito. En su lugar, el hombre lo atrajo hacia sí con una sonrisa y le dio un golpe en la cara con el otro puño. Cody echó la cabeza hacia detrás y la sangre fresca de su nariz comenzó a brotar sobre la que ya estaba seca después del combate contra Scorpion.

Pero Goku no le soltó. Lo agarró del antebrazo y tiró de él para lanzarlo al aire, varios metros por encima de sus cabezas, antes de doblar las piernas y llevar las manos juntas hacia detrás.

–No, Cody –Joe se llevó las manos a la cabeza.

Kame...

Una luz azulada brotó de entre sus manos.

–¡Las rejillas metálicas, Cody!

–... hame...

El chico escuchó las palabras de Jake mientras era lanzado por el aire y actuó rápido: aprovechó la fuerza del propio lanzamiento de Goku para dar una voltereta en el aire que lo acercara un poco más a las rejillas que protegían a las personas entusiasmadas. Así, logró alcanzarlas con una mano para aferrarse a ellas y colgarse.

¡HA!

Miró hacia detrás. Las personas le zarandearon con frenesí y tuvo que ignorarlas para clavar la vista en la energía azulada que se acercaba hacia él con velocidad. De manera automática, soltó las rejillas para impulsarse hacia detrás y caer al suelo de pie. Pero, para su sorpresa, Goku movió el Kamehameha para redirigirlo hacia el cielo y que esquivara a las personas que aplaudían como si no hubiesen estado a punto de ser asesinados. Después, volvió a redirigirlo para que apuntara de nuevo hacia Cody. El chico abrió más los ojos.

–¡CORRE!

El grito de Yolei le hizo reaccionar: se dio la vuelta y empezó a correr. La luz azulada lo persiguió por el campo de batalla y tuvo que dar vueltas y esquivarla en más de una ocasión. Notó los músculos de sus piernas cargarse cada vez más, pero no dejó de correr en varias direcciones alrededor del ring ni siquiera cuando el estruendo de los gritos le ensordeció.

–¡Bien, Cody, corre! –Vociferó Tai.

Cuando creyó conveniente, cambió la dirección de su huida de manera brusca y agarró a Goku por debajo de los hombros al tomarlo por sorpresa.

–¿Qué? –El hombre intentó zafarse con un jadeo, justo antes de llevar las manos por delante de su cuerpo para recibir su propio Kamehameha de lleno.

Los vítores, gritos y aplausos volvieron a ensordecer a Cody.

–Increíble –murmuró Joe entre aplausos.

–Bueno, ya sabemos por qué heredó el emblema de Izzy –Tai se encogió de hombros, y el chillido de Yolei a su izquierda le retumbó en el oído.

–¡Solo le quedan 4 puntos! –Saltaba– ¡SOLO 4 PUNTOS! ESE-ES-MI-NIÑO.

–Ha aprovechado su propio ataque para quitarle toda la vida posible –murmuró Ken–. Muy bien pensado.

Goku trataba de zafarse de su agarre, y Cody lo apretó con más fuerza en respuesta. Al no poder escaparse del menor de los elegidos, llevó la cabeza hacia detrás para golpearle la nariz de nuevo y la cabeza de Cody se alejó medio metro de la de Goku. El chico tuvo que soltarlo debido al impulso; se llevó las manos a la cara para calmar el dolor, que tan solo duró unos segundos.

–No lo haces nada mal –le dijo el hombre.

Sin tiempo para reaccionar a sus palabras, Cody notó la pierna de Goku golpearle el costado y lanzarlo un par de metros lejos de él. Se incorporó rápidamente, pero el personaje de Dragon Ball ya le había dado alcance de nuevo y recibió dos puñetazos más en la cara. El tercero lo paró con las manos. Luego, le hizo una zancadilla que obligó a Goku a doblar las piernas, y lo aprovechó para pasar el brazo por su cuello como había hecho Jake momentos antes. Ante el tamaño y la fuerza de su cuello, Cody se obligó a dedicarle especial atención para sostenerlo con fuerza, pero antes de que pudiera terminar de colocarse, los dientes de Goku se clavaron en su antebrazo y se le escapó un quejido de dolor. Lo soltó, y se alejaron el uno del otro.

–Mítico movimiento de Goku: morder a su oponente –rio Ari–. Ya puedo morir en paz.

–¿Lo de usar la cabeza también es propio de él? –Le preguntó su novio, y ella asintió.

–A Cody le quedan 27 puntos de vida, Yolei. ¿Vas a dejar que los pierda todos con Goku?

–¡A Goku le quedan 3 puntos, Davis! Cody puede acabar con esto –sentenció, y Davis apoyó su cabeza sobre sus manos.

Goku llevó las manos hacia detrás.

Ka...

La boca de Cody se abrió, un segundo antes de echar a correr hacia él.

–... me...

La pierna del chico golpeó las manos de Goku para evitar que la luz azulada apareciera. Goku, entonces, frunció el ceño y le golpeó en la cara con un puño que Cody recibió sin desconcentrarse; en su lugar, se agachó al darse cuenta de que el otro brazo del personaje de Dragon Ball también se dirigía hacia su cara.

–Bien, Cody –murmuró TK, aunque supiera que no podía oírle.

El menor de los elegidos giró sobre sí mismo mientras esquivaba el golpe, y estiró la pierna izquierda para golpear con ella la cara de Goku. Cuando el hombre cayó al suelo, derribado, los gritos de júbilo y los aplausos invadieron el lugar. En la pantalla, la barra de vida de Goku descendió por completo y su imagen se volvió gris. Los chicos tras la barandilla estallaron, extasiados.

Cody trató de recuperar el aliento y miró la pantalla: las letras "K.O." fueron sustituidas por "CODY WINS", y devolvió la mirada a Goku. Desde el suelo, el hombre sonrió y él le tendió la mano para ayudarlo a levantarse, pero los dedos extendidos del que había sido su oponente comenzaron a ponerse transparentes y no pudo tocarlos.

–Espero que podamos pelear de verdad en algún momento –le dijo el hombre–. Tengo que contárselo a Vege...

Pero, antes de que pudiera pronunciar su nombre, Goku desapareció del campo de batalla.






Sombra&Luz

Y aquí la segunda parte. MORÍ CON ESTE CAPÍTULO.

Espero que les haya gustado. Les dejé una frase más de regalo. (?)

Sus comentarios me ayudan a seguir escribiendo. 🖤

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