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-No tienes que hacerlo, te dijimos que nosotros podíamos mantenerte.

-¡Además podrías perderte o te podrían robar!-Ringo dijo, su rostro se veía un poco preocupado.

-Ringo, sé cuidarme. No te preocupes -Lo tomé de su mejilla y lo pellizque levemente. Los demás Beatles me miraron raro y Ringo sólo hizo una sonrisilla penosa.

Tan lindo.

-Polly, insistimos en que no debes trabajar.

-Gracias pero no. Es muy lindo de su parte, chicos. Ya se los dije

-Polly...

-Lo siento, pero no me harán cambiar de opinión. -Dije. -Y ya me voy porque quiero llegar temprano.

Tomé mi bolso y prácticamente salí corriendo de ahí antes de que esos chicos intentaran convencerme por décima vez de que no trabaje.

Así habían pasado las dos horas anteriores, cuando me preguntaron a dónde iba y les respondí "A buscar trabajo" empezaron a ponerse de tercos diciéndome lo mismo.

Ahora ya estaba a dos cuadras de la casa Beatle. Iría al centro para ver en qué me podrían dar trabajo. Pasaron algunos treinta minutos yendo a tiendas y restaurantes preguntando si había trabajo para mí, pero en todos me habían dicho que no por mi edad y mi inexperiencia.

Iba caminando por las calles con la cabeza cabizbaja, pensando en otra tienda para visitar. Paré un momento al sentir que un auto venia siguiendome.

"Tal vez es mi imaginación". Pensé.

Sentí un alivio cuando vi que el auto había dado la vuelta. En mi interior sonreí. No me habían secuestrado.

Seguí mi camino hasta toparme con una pastelería, la cual se llamaba "Suspiros de amor". Antes de entrar crucé mis dedos en esa forma tan famosa de "changuitos" para tener buena suerte.

Al entrar la campanita sonó y una señora un poco robusta y algo vieja salió a los mostradores.

-Buenos días, ¿qué se te ofrece?-Preguntó con una voz muy dulce.

-Eh, yo, yo quería saber si usted ocupa a alguien.

-¿Ocupar a alguien?

-Sí. Verá, soy nueva en esta ciudad y estoy buscando un trabajo... ¿Usted no tendrá uno para mí?

Ella pareció pensarlo por unos largos segundos que me parecieron eternos. Me llevé la mano a la boca, mordiendo mis uñas.

-Verás, normalmente sólo trabajo con mi hijo pero creo que no me vendría mal otra ayuda. -Dijo.-¿Sabes hornear pasteles?

-Sí, y puedo hacer algunos postres yo misma.

Agradecía a mi tía del 2018, la que me había enseñado a preparar unos ricos pasteles como los que ella preparaba.

-Entonces estás contratada.

-¡Muchas gracias! No sabe cuántas personas me rechazaron por mi edad.

-¿Cuántos años tienes?

-20.

-Comprendo. Yo también pasé por eso. -Sonrió cálidamente, me recordó a mi abuela del 2018. -Puedes empezar a trabajar desde mañana. ¿Te parece?

Mañana era el cumpleaños de George, rayos. No podía decirle que no podía empezar mañana, había sido la única mujer que me permitió trabajar.

-Sí, está bien. ¿A qué horas?

-El trabajo seria de 11 am a 6 pm.

-Está bien.

-Sé puntual, muchacha.

-Por supuesto, no se preocupe. Aquí estaré muy puntual. -Aseguré.-Bien, ya me tengo que ir. De nuevo, ¡muchas gracias!

Me despedí y salí de aquella pastelería, que desde mañana seria mi lugar de trabajo.

Cuando iba a cruzar la calle me di cuenta que el auto que había visto hace rato estaba estacionado en la otra banqueta. No podía ver quién estaba al volante, puesto que los vidrios estaban polarizados. Comencé a caminar rápido y a recorrer el camino para llegar a casa, pasé por los mismos lugares y ese auto me seguía y ésta vez estaba segura de que no era mi imaginación. El miedo se apoderó de mí cuando tuve que recorrer una calle en donde no había ni un alma pasando, lo único bueno es que el auto ya no venía detrás de mí.

Lancé un suspiro profundo y caminé con tranquilidad. Pero no duró mucho porque mi pulso se aceleró cuando el auto venia en dirección contraria y hacia mí. Se estacionó y yo me quedé quieta, no podía reaccionar.

Un hombre con lentes oscuros y barba se bajó y se fue acercando a mi hasta toparse con mi rostro a unos escasos centímetros. Yo estaba temblando del miedo.

-"Ringo, sé cuidarme. No te preocupes" -Dijo y después de eso se sacó los lentes. Pude reconocerlo.

-¡Eres un estúpido, Harrison!

George comenzó a reír a carcajadas, burlándose de mí.

Oh, no.

-Esto no se quedará así, George Harrison.

-No quería asustarte...

Lo miré mal.

-¿¡Entonces por qué me seguías como si quisieras secuestrarme!?

-Porque quería asegurarme de que nadie más quisiera secuestrarte.

-Pudo darme un infarto.

"Y ahí vienes de dramática" Mi conciencia dijo poniendo los ojos en blanco.

No estoy siendo dramática, ahora cállate. Le respondí antes de volver con Harrison.

-Lo siento, Polly. No era mi intensión... Bueno, sí lo era. -Se recargó con una mano en la pared detrás de mí. -No debes trabajar.

-Y una mierda. Lo haré.

-¡Qué terca eres!

Vi un par de chicas caminando a unos metros de aquí, y mi lado malvado y vengativo me indicó lo que tenia que hacer.

-Oye, Geo. ¿Por qué no te quitas esto? -Tomé la barba falsa y fui quitándosela lentamente.

-Oh, la usé para poder salir. Ya me picaba.

Las chicas ahora estaban más cerca de nosotros y noté sus camisas impresas con "The Beatles" y las caras de los chicos. Qué suerte la mía.

Sonreí perversa.

-No sonrías así, me das miedo. -George dijo. -Ven, ya vámonos. -Intentó tomar mi mano pero yo me solté.

-¡Oigan! ¡George Harrison está aquí!-Grité con todas mis fuerzas logrando que aquellas chiquillas se voltearan y al comprobar que sí era George comenzaron a llamar a más personas y a correr en dirección hacia nosotros.

-¿¡Qué acabas de hacer!?

En un movimiento rápido le quité de sus manos las llaves y me metí al auto dejándolo afuera.

-¡Polly! ¡Abreme! -George miraba horrorizado y golpeaba frenéticamente el vidrio del auto. Las chicas ya lo rodeaban y yo no iba a quedarme aquí. Me divertiría.

Puse el auto en marcha y me alejé de ese montón.

2

-Hola, linda.

-Hey. -Levanté mi vista y había un chico en frente mío, a decir verdad, era muy guapo.

-¿Estás libre?

-¿A qué te refieres con eso?

-Me refiero a, ¿estás libre? ¿puedo socializar contigo?

Iba a decir que sí, pero en eso vi a George con su camisa rota corriendo en frente de la cafetería en donde yo me encontraba. Aún estaba liando con esas chicas.

No pude contenerme y empecé a reír.

-¿Qué es lo gracioso?

-Oh, no, no. No fue por ti, si no que, mi amigo está en problemas -Apunté hacia la ventana. -Y tengo que ayudarlo.

-¡Pero dame tu número!

-¡A la próxima, guapo!-Salí corriendo de ahí en busca de el cejón.

Me trepé al auto y comencé a andar con cuidado de no atropellar a nadie. Apenas y podía moverme entre tantas chicas y algunos chicos.

-¡Hey, Georgie!-Grité logrando que George me volteara a ver. Le hice señas de que viniera pero las chicas lo tenían tan agarrado que no podía moverse.

Tuve que bajar yo e ir hasta donde él.

-Bien, chicas. Ya fue suficiente, le arrancaran las extremidades.

-Sacame de aquí.-George pidió.-¡Hey, no toquen ahí!

¡Esto era magnífico! No podía negarlo. Estar aquí presenciando esto, me encantaba. Pero tenia que parar porque estaban por violar a George.

Lo jalé hacia mí y ambos comenzamos a correr hasta el auto. Afortunadamente nos subimos y cerramos las puertas antes de que las locas entraran.

-George...

-No quiero hablar hasta que lleguemos a casa.

-Sonaste como mi mamá.

George me ignoró. Y yo decidí no volver hablar en todo el camino hasta llegar a casa.

3

Apenas y entramos por la puerta de la casa, y George ya había empezado a gritar.

-¿¡Cómo pudiste hacer aquello!?

-¿Te divertiste?

-¡Eres una...!

-¡Tú me las debías! ¡Me asustaste horrible!

-¡Lo que hiciste fue peor!

Ambos comenzamos a gritarnos cosas, atrayendo la atención de los otros tres.

-¿Qué les pasó? George... ¿Por qué vienes sin camisa?

-¡Tuvieron acción!-John gritó.

-Nada de eso, lo que pasó es que George me asustó horriblemente y yo cobré venganza.

-¡Me dejó solo en la calle rodeado de fans!

-¡Él me asustó haciéndome pensar que me secuestraría y me vendería por la deep web!

-¿Qué es la deep web?-Paul preguntó.

"La deep web no existe aquí, estúpida."

Demonios, era cierto.

-Es... Es un, ya sabes... Es una organización que vende personas. Es muy mala.

-Jamás había escuchado hablar de ella.

-Bueno, chicos. Yo creo que ambos merecen una disculpa. -Ringo nos dijo mirándonos a George y a mí.

-Lo siento, George. No debí dejarte ahí afuera.

-Yo tampoco debí asustarte así. Disculpame.

Nos sonreímos y Ringo nos juntó a los dos para que nos diéramos un abrazo.
Abrazo al que se unió Ringo, Paul y al final John se aventó contra nosotros, haciéndonos perder el equilibrio y caer uno arriba de otro.

4

La alarma que había puesto sonó exactamente a las 12:00 a.m. La había puesto por el cumpleaños de George.

Salí corriendo hasta su habitación y toqué pero no abrió. Así que yo tomé la perilla y abrí la puerta.

George estaba dormido, se veía tan bien así que dudé en despertarlo. Me senté en un sillón a lado de su cama y me detuve a admirarlo. Sus gruesas cejas, sus pestañas largas, sus labios rojos, su perfil tan varonil.

¿Por qué tiene que estar tan guapo?

Se escapó un suspiro de mis labios. Verlo así me hacia recordar a mi yo del 2018, en donde la única forma que podía verlo de cerca era mediante un póster pegado en mi pared.

Con cuidado coloqué una mano en su cabello y di un pequeño masaje. No entendía que hacia dormido en su cumpleaños, pero quería dejarlo dormir y felicitarlo mañana cuando estuviera despierto. Lentamente fui quitando mi mano de su cabello, lista para irme, pero su mano tomó la mía.

-Sigue haciéndolo.

-¡Feliz cumpleaños, Georgie!-Me lancé a abrazarlo y llenarle de besos su cara.

Me alejé un poco al notar que ya estaba dejando muchos besos, me sentí un poco avergonzada.

-Gracias -Murmuró.-... ¿Quieres saber algo?

Asentí.

-Haz sido la primera que se queda despierta hasta las doce sólo para despertarme y desearme un feliz cumpleaños.

-¿Y eso es bueno?

Él sonrió y me volvió a abrazar, tirándome con él.

-Muy bueno, Polly.

× × × × ×

Heeey, aquí otro capítulo, ojalá les guste.<3

¿Creen que debería de haber algo entre George y Polly? Jsjwsk.

¡Voten y comenten!♥