2
1
——¡Paul trajiste una de tus putas y no me invitaste!
Esto no podía ser cierto.
¡John lennon me estaba llamando puta!
Vaya, la droga que tenia aquella maquina sí que era potente.
—¿De qué puta me estás hablando?—Un chico salió del baño de esta misma habitación y cuando levantó su cabeza para verme pude notar que era Paul McCartney.
Tenia a Paul con solo una toalla cubriendo su aparato masculino y con gotas cayendo en su rostro confundido. ¡Que sueño tan magnífico!
—Ella, es tu puta, ¿no?
—John yo no la traje.
—Eres un tramposo. Habíamos quedado que no traeríamos más putas hasta la otra semana.
—Pero te estoy diciendo que no la traje yo. Ayer me dormí sin ella aquí..
—Ay ajá. Como si no te conociera, Macca. —John se fue acercando a mí y yo intenté cubrirme. Este nuevamente arrebató las sabanas.
Me paré de golpe y noté que aún traía mi vestido pero no mi bolsa. Me bajé un poco el vestido al notar que Paul y John me miraban de pies a cabeza, como si yo fuese una cosa rara.
—¿Qué? ¿Por qué me miran como si fuera un extraterrestre?
—Tu vestido. —Murmuró Paul. —Es extraño.
—Y está muy corto. —Sentí un golpe en mi trasero y me giré al instante. Era John.
—¡Hey! ¡No me toques!
—¿Cuánto te pagó Paul? Yo te pagaré más si dejas que...
—¡Que no soy una puta!
—¡Y yo no la traje!
—Entonces, si no eres la puta de Paul, ¿qué haces aquí?
Mi vista se posó en el tirante de mi bolsa, no quería que ellos la vieran así que con mi pie le di un ligero empujón para esconderla debajo de la cama.
—Yo... No lo sé.
—¿Eres una fan?
—Tal vez lo sea, John.
John y Paul me seguían mirando, tal vez pensaban que yo era una de esas locas fans que hacían de todo con tal de conocerlos. Y sí, lo era.
¡Pero esta vez yo no planee conocerlos así!
No sabia hasta cuándo se iría este efecto en mi, me empezaba a asustar.
—Ven. —John me habló y me hizo señas de seguirlo.
Lo seguí con Paul detrás mío.
Llegamos a lo que parecía ser la sala.
—¡Chicos vengan!
Oh, no. ¿Esos chicos me sacarían a patadas de aquí? Seguro eran sus guardias.
Se escucharon los pasos y dos chicos a los que ya conocía perfectamente llegaron a nosotros.
Estaba viendo a George Harrison y Ringo Starr frente a frente.
—¿La conocen? —John preguntó.
Y los chicos negaron. Empecé a morder mis uñas, no sabia que haría John.
—Bueno, apareció en la cama de McCartney sin saber cómo. Ni ella ni Paul saben. —Continuó — Y dice que no es una puta.
George tenia rato mirándome, hasta que se me acercó.
—¿Por qué vistes así?—Preguntó señalando mi vestido y mis zapatos.
—Es... La moda.
—¿Moda de dónde? Porque aquí eso que traes tú no es la moda.
—Es mi moda.
—Pues vistes muy provocativa. —Dijo John. —Está horrendo.
—No seas grosero, John. —Por primera vez, Ringo habló. —¿Cómo te llamas?
—Polly.
—¿Polly…?
—Wilson. Polly Wilson.
—Es un bonito nombre.
Traté de contener el grito que amenazaba por salir, no podia ponerme a gritar, saltar, llorar y bailar sólo porque Ringo Starr habia dicho que mi nombre era bonito.
Tranquila, Polly. Lo harás cuando estés sola.
—Gracias.
—¡Ringo, por favor! —John alzó la voz. —Ella se metió a nuestra casa y le dices que su nombre es bonito?
—Oye...
—No sabemos ni siquiera quién diablos es y probablemente ahora tendrá algo de nuestras pertenencias escondidas en ese vestido.
Jamás imaginé decir esto pero, John Lennon me habia hartado.
Sin más, me puse en frente de él con mi mirada llena de enojo y mi puño fue a dar hasta la cara de John.
—¡He dicho que yo no me metí, estúpido! —Le grité. — Mi vestido no es horrendo y —Me metí las manos al único bolso que tenia el vestido. —Aquí no hay nada. —Para mi suerte, mi vestido tenia el cierre en frente. Abarcaba desde mis pechos hasta el estómago. —¡Y acá tampoco!
Sí, había bajado el cierre de mi vestido exponiéndome ante ellos. Me había pasado un poco, pero qué más da. Además, no iba a permitir que me tratara de ladrona. Los cuatro pares de ojos me miraban sorprendidos. Y Ringo tenia la boca abierta.
—Disculpen el haber aparecido por aquí. —Caminé hasta la puerta y salí.
Me senté en las escaleras y bufé.
—Ya basta de soñar.
Cerré los ojos fuertemente intentando regresar a mi realidad. Pero nada.
—¡Quiero despertar ya!
Volví a hacer lo mismo repetidas veces pero yo seguía ahí en las escaleras de la entrada a la casa de Los Beatles.
Asustada, me tomé el brazo y me di un pellizcón. Pero nada pasó.
No podía ser cierto. Simplemente no.
Esto tenia que ser un sueño sí o sí, nadie podía viajar al futuro, mucho menos al pasado que es el doble de complicado. Según leí, para hacer tal cosa se necesitaba de una velocidad más rápida que la luz y la máquina en ningún momento llegó a una velocidad monstruosa. Si esto era verdad, entonces tenia que buscar la forma de volver a mi presente. O buscar a mis padres.
Cierto, mis padres nacieron entre los 80s, así que descarte esa idea de buscar a mis padres sin nacer. Tampoco podría encontrar a mis abuelos, porque ellos tendrían algunos 15 años aquí. Y tal vez ni siquiera se han conocido.
Como sea, tengo que irme de este lugar. Me hubiese gustado quedarme más tiempo con mi banda favorita pero con el golpe que le he puesto a John no creo que me quieran ahí. Pero no iba a permitir que me siguiera faltando el respeto por muy mi ídolo que sea.
Cuando estaba por retomar el camino para irme de aquí, sentí un horrible dolor de cabeza. Como si alguien estuviese clavándome agujas. Me sostengo de la pared e intento controlar mi respiración y vuelvo a retomar el paso pero de nuevo me da ese dolor y todo comienza a verse negro.
2
Comienzo a abrir mis ojos lentamente, pero siento como estos me pesan y los vuelvo a cerrar. Me pesan igual o incluso más que aquella vez en la que no había podido dormir durante tres días seguidos a causa de los exámenes, tareas y proyectos.
Nuevamente hago el esfuerzo por abrir mis ojos y esta vez lo logro.
—Despertaste.
Paul estaba frente a mi en un sofá. Di una mirada a mi alrededor y noté que de nuevo estaba en una habitación, no era de hospital y tampoco era la de Paul.
—¿En dónde estoy?
—En el cuarto de Ringo.
—¿Qué pasó?
—George salió y te encontró tirada en la entrada. Te trajo al cuarto de Ringo porque era el más cercano.
—Oh.
—Un doctor vendrá a verte.
—No es necesario. Ya estoy bien y puedo irme.
—No, no puedes.
—A John no le gustará que me quede aquí.
—Sobre John, ya está más tranquilo. Y está muy avergonzado por la forma en que te trató. —Dijo. —Es un imbécil.
—Lo sé.
Paul rió.
—Oye, yo... Lamento el aparecer en tu habitación.—Murmuré.
—No te preocupes. Tal vez y sí te traje yo.
—¿Por qué lo dices?
—Pues ayer tomé mucho, me metí varias cosas así que lo más seguro es que se me haya olvidado cuando te traje y eso. Lo mismo contigo.
No, yo sabía que no era eso. Pero tendría que mentir, no podría contarle que vengo del futuro. Me trataría de loca.
—¡Claro! Debió ser eso.
—Aunque no creo que hayamos hecho algo, sabes. Yo traía ropa y tú también.
—Sí, eso es...
—Una lástima.
¿Había escuchado bien? ¿Paul realmente dijo eso?
Un calor inmundo en toda mi cara, seguramente ya estaba toda roja. Que vergüenza...
La puerta se abrió de golpe y entraron George, Ringo y John.
—¡Despertaste! ¿Cómo te sientes?
—Me siento mejor.
—John tiene que decirte algo. —George dijo y él junto con Ringo y Paul salió de la habitación dejándonos sólo a John y a mí.
—Yo lo siento. No debí hablarte de esa forma. Disculpame.
Bueno, si me ponía en el lugar de John, creo que hubiese hecho algo parecido a lo que él hizo conmigo.
—Descuida, yo hubiesen relacionado igual, creo. Disculpame tú también por el golpe que te di...
—¿Estamos a mano? —Preguntó dándole su mano.
—Lo estamos. —Estreché mi mano con la de John, haciendo contacto.
3
—Chicos, gracias por preocuparse por mí pero no puedo quedarme más. Yo me siento muy bien y ya no es necesario que me revise el médico, creo que ya me puedo ir.
—¡No puedes irte! Tienes que quedarte reposando.
—No, en serio, no quiero molestar.
—Bueno, entonces danos la dirección de tu casa para llevarte y descanses allá.
"La direcciones de tu casa"
Rayos, lo había olvidado.
Aquí no tenia casa, ¿en dónde viviría mientras tanto? ¿Con qué me mantendría? Ya extrañaba a mis padres y hasta a los odiosos de mis hermanos. A mis amigos, y lo peor es que no sabría si algún día los volvería a ver.
¡Quiero regresar con mi familia! ¡A mi casa del 2018!
—¿Polly? ... ¿Polly?—Una mano con anillos me tomó por los hombros sacándome de mis pensamientos. —¿Qué pasó? ¿Por qué lloras?
Con las yemas de mis dedos toqué por debajo de mis ojos y efectivamente estaba llorando. No me di cuenta cuando comencé a hacerlo.
¿Tenia que contarle la verdad?
Sí, creo que después de todo, necesitaría de la ayuda de los Beatles para sobrevivir aquí.
† † †
HOLAAA
Si les ésta gustando esto, voten y comenten.
De ante mano, gracias<3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro