7. Apoyo anónimo.
9am.
Otro día más encerrados en este lugar. ¿Hasta cuándo será esto? No poder salir de aquí está comenzando a darme problemas. Connor no ha querido devolverme la laptop desde mis mensajes con Martha y no tengo nada más que esta libreta en blanco para dibujar. Camino por toda la casa y no lo veo por ninguna parte. ¿A dónde habrá ido este hombre? Cuando voy al frente, cubro mi boca con la mano tras ver a dos hombres muertos en el césped.
Jack está revisando sus identificaciones mientras los mueve a otro lugar.
—¿Qué es esto? ¿Qué sucedió? — me acerco un poco más.
—Intentaron entrar anoche. Estaban armados y preparados para un secuestro.
—¿Para un secuestro?
—Tenían esto es sus bolsillos. — sostiene dos lienzos con las manos enguantadas. — Es lo que usan para dormir a sus víctimas. — explica mientras los mete en una bolsa transparente. — Te querían secuestrar.
—¿Tú les disparaste?
—No, lo hizo la casa. — señala las letales armas que tiene cada cámara alrededor de toda la casa. — Este lugar ya no es seguro. Si estos supieron cómo llegar aquí pronto vendrán más y no correré ese riesgo. — entramos a la casa de nuevo.
—¿Y qué haremos?
—Por el momento, irnos de aquí. Ya veremos dónde nos quedaremos de camino. Empaca tus cosas rápido y vámonos.
—¿Y los cuerpos?
—Adams vendrá con un equipo y limpiarán la zona. Ellos se encargan del resto, tú y yo solo de sobrevivir. ¿Lo entiendes?
—Lo entiendo. — voy a mi habitación y meto todas mis cosas (no muchas, en realidad) en la mochila para subirme con él en su Cherokee. Creo que le cogí cariño a esta casa pero lamentablemente ya tenemos que irnos y no creo volverla a ver.
Enciende el vehículo y conduce lejos de aquí. Abre una llamada y la pone en alta voz.
—¿Qué tienes para mí? — pregunta mientras conduce.
—Los dos tipos que intentaron entrar no parecen tener ningún tipo de relación con Frank. Pudo haberles pagado sin problemas pero hasta ahora no hemos encontrado nada. Sus teléfonos tenían muchas fotografías de Melanie y Martha. Es como si les hubieran ordenado secuestrarlas específicamente. — contesta la voz de un chico por el teléfono. — Martha sigue en nuestras instalaciones, estará bien. Estoy enviando toda la información restante a tu teléfono.
—Bien. ¿Puedes darme algún lugar seguro al que ir?
—Hay un hotel a unos metros de ti, pero no es seguro. Te enviaré la ubicación.
—Perfecto. Gracias, Jimmy. — cuelga. Marca la dirección que le han enviado en el GPS y conduce hasta dicho hotel.
Deja el coche estacionado, me abre la puerta y me toma de la mano. ¿Por qué me toma de la mano? Solo me mira sin expresión y caminamos. Noto que hay tres hombres en una esquina viéndonos de manera sospechosa y creo que Jack también lo nota.
—No te apartes de mí. — me susurra. Intentamos llegar a la entrada pero al ver que un hombre más sale por la puerta con un arma, nos movemos rápidamente detrás de una fuente para salvarnos de los disparos.
Jack saca su arma y le dispara, matándolo instantáneamente.
Los otros tres de la esquina también se unen y nos atacan. ¿Serán hombres de Frank? La gente comienza a correr y nos ayuda para mezclarnos entre ellas y regresar a la Cherokee.
—Quédate aquí y no salgas, ¿de acuerdo? — me abrocha el cinturón.
—¿Qué piensas hacer? — nunca había sentido tanto miedo como en este momento.
—Matarlos. — responde, cierra la puerta y activa el seguro para que no pueda salir. Sabe que a veces suelo hacer todo lo contrario a lo que me dicen. Saca su arma y se acerca a ellos sin miedo alguno. Los ataca a todos simultáneamente. A uno le dispara, al otro lo noquea y al restante lo estrella contra el cristal de otro coche. Se nota que ha entrenado mucho o ya está muy acostumbrado a ser tan letal. Los hiere sin arrepentimiento alguno.
Otro sujeto se acerca a mí, pero antes de que intente cualquier cosa, alguien más le dispara y no se trata de Jack. Cuando cae, puedo ver a otro hombre apuntando desde la distancia. Tiene una peculiar barbilla y una gabardina negra. ¿Será compañero de Jack? Se queda viéndome sin expresión alguna y simplemente baja el arma, entra su auto clásico y se marcha. ¿Qué ha sido esto?
Jack corre hasta mí y también se queda viéndolo de manera sospechosa.
—¿Estás bien? — entra al coche conmigo.
—Sí, estoy bien. — trato de respirar hondo para calmar mis nervios. — ¿Quién era ese? ¿Es parte de tu equipo? — debe serlo, ya que me ha salvado.
—No tengo idea de quién es. — esto se vuelve confuso cada vez más.
Marca el número del tal Jimmy y lo coloca en altavoz mientras conduce lejos de esta zona. Está vuelta un caos.
—¿Qué fue eso? — pregunta inmediatamente.
—¿Te refieres al que los ayudó?
—¿Sabes quién es?
—Estoy escaneando su cara y no sale absolutamente nada. Es como si alguien protegiera su expediente.
—¿Y quién puede hacer eso?
—Me temo que alguien que tenga acceso y tenga el suficiente dinero para pagar por esto. — esto solo alimenta mis sospechas de que hay un traidor entre ellos.
—Si no es de nuestro equipo entonces quién es.
—Lo seguiré investigando.
—¿Dónde está Laura?
—Fue a la casa para recopilar más información. ¿A dónde irá ahora?
—Ya tengo un lugar en mente. Te llamaré más tarde. — responde y cuelga. Si Frank quiere matarme o secuestrarme, ese sujeto hizo todo lo contrario. Así que no creo que venga de parte de él. ¿Pero quién es? ¿Y por qué prácticamente nos ayudó? Si no es parte de la policía, ¿quién más querría protegerme?
Son muchas preguntas sin respuestas, de momento.
—¿A dónde vamos? — indago.
—A mi apartamento. — responde sin más.
...
Después de varios minutos conduciendo, aparentemente llegamos a su apartamento. Es una zona exclusiva y por fuera son es muy bonito. Deja el coche en el estacionamiento y subimos por un ascensor.
—Bienvenido, señor Connor. — dice el recepcionista con una sonrisa.
—Gracias. — al menos es educado con la gente. Poco a poco lo conozco más.
—¿Seguro que estaremos bien aquí? — le pregunto en voz baja mientras entramos en otro elevador. Presiona el botón 10, así que supongo que el suyo está en el último piso.
—Por una buena razón siendo agente federal vivo aquí. — entiendo lo que quiere decirme. — Estarás bien. — eso espero. Apenas vamos subiendo por el piso 5 y él no deja de mirarme. — ¿La balacera te puso nerviosa?
—Un poco, sí. Mi corazón quiere salirse del pecho. — está latiendo demasiado rápido.
—Ven, siente el mío. — se acerca, toma mi mano y la coloca en su pecho. — ¿Sientes mi corazón? — late con calma. — Concéntrate en eso y haz que lata junto al mío. — vuelve a mirarme a los ojos con esa intensidad. Aunque lleva ropa, siento que estoy tocando su corazón, al igual que él mi mano contra su pecho. Respiro hondo mientras lo miro a los ojos y me concentro en la calma que tiene su corazón aún después de todo lo que acaba de pasar. Poco a poco, los desenfrenados latidos del mío se van graduando con los suyos. No sé cómo está pasando esto, pero está ayudando.
Siento una extraña sensación cada que toca mi piel.
—¿Funciona?
—Sí, funciona. — sonrío ligeramente.
El ascensor se abre, hemos llegado al 10º piso.
Vuelve a tomarme de la mano mientras caminamos hasta su apartamento. No hay necesidad de que haga esto, pero creo que siente que en cualquier momento puedo escapar. Tal vez, con agarrarme de la mano se asegura de que eso no pase. Nos detenemos frente a una puerta, escanea la tarjeta y abre.
Las luces se encienden y observo el interior. Es muy bonito y elegante. Muy a su estilo. Tiene bonitos muebles, una pecera y un cálido ambiente.
—Dame tu abrigo. — me quita la gabardina y la coloca en un perchero junto a la suya. —¿Quieres algo? — se sirve un vaso con whisky.
—No, estoy bien. — sigo observando. — ¿Has vivido aquí siempre?
—Desde siempre no. Hace unos cuantos años sí. No soy de esta ciudad.
—¿Ah no?
—Soy de Filadelfia. — se bebe todo el whisky de un trago.
—¿Y qué te trajo aquí? — tengo curiosidad.
—Es una larga historia. — deja el vaso en la mesa. — Puedes tomar y comer lo que quieras. Ver televisión, usar el baño, lo que te apetezca. Te quedarás en esa habitación. — la señala. — ¿Bien?
—Sí.
—Saldré por algunos minutos, ¿crees que puedas quedarte aquí sin intentar escapar? — parece que todavía no confía del todo en mí.
—No me moveré de aquí, puedes estar tranquilo.
—Perfecto. No tardaré. Aquí estarás segura pero ni siquiera asomes la cabeza por las ventanas. Solo es por precaución. — carga su arma y la coloca en su espalda.
— Está bien.
—Bien. No tardo. — dice y se marcha.
Sigo observando todo el apartamento. Es muy bonito. Se nota que es un hombre organizado. Cuando me acerco a la cocina, noto que hay fotografías en el refrigerador. Son suyas al lado de una señora muy parecida a él. ¿Será su madre?
El teléfono suena.
¿Quién estaría llamando justo ahora? No sé si es correcto responderlo pero lo hago.
—¿Bueno?
—¿Hola? ¿Jack? — es la voz de una mujer.
—No, Jack no se encuentra. Soy Melanie.
—¿Melanie? ¿Qué haces en su departamento? ¿Acaso eres alguien que mi hijo se olvidó de presentarme?
—No. Solo soy...una persona a la que está ayudando con una situación. ¿Usted es su madre, cierto? — puedo intuirlo.
—Sí. ¿Está por ahí cerca?
—No. Salió hace unos minutos pero volverá pronto. ¿Quiere dejarle un mensaje?
—Solo dile que lo amo mucho y que espero poder conocerte algún día. — no lo creo pero es muy linda.
—Gracias, qué tierna.
—Llamaré más tarde. Que descanses. — dice y cuelga. Al menos ya sé que tiene una madre muy tierna y educada. Aunque no sé si puedo decir lo mismo de él. Se ha portado muy bien y respetuoso conmigo pero hay algo que todavía me hace dudar. Sigo husmeando entre sus cosas y sigo viendo sus fotografías. Era aún más hermoso de pequeño pero solamente los veo a ellos; a su madre y a él. ¿No habrá tenido un hermano? ¿Dónde estaba su padre?
Abro el refrigerador y como era de esperarse, solo tiene comida saludable. Todo balanceado y ni una comida chatarra que tenga el gusto de comer después de tantos días fuera de casa. Tomo un vaso de yogurt y sigo conociendo el departamento. Había recibido muchas medallas y trofeos por su buen trabajo como detective, agente, soldado y policía. ¿Cómo alguien tan joven podía ser tantas cosas a la vez? "Vivo solo desde los 9 años", sus palabras llegan a mi mente otra vez. Quizás esa sea la respuesta.
Veo un enorme libro sobre la mesa, al acercarme noto que es un testamento. Un gran testamento, ciertamente. Miro a la puerta y sé que no cruzará por ella en unos minutos así que me tomo el atrevimiento de abrirlo. "Testamento de Williams Connor", es lo primero que leo. Al menos ya sé que así se llama su padre y que falleció. Jack parece haber sido un niño que perdió todo antes de tenerlo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro