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32. El último baile.

—¡Por Dios! ¿Qué rayos tiene esta ropa? ¿Oro? — pregunta Lisa tras ver el precio de un vestido. Estamos en una tienda, comprando ropa adecuada para la fiesta de gala de esta noche. Es una fiesta pública que hacen para recaudar fondos con personas importantes, después de contarle todo a Lisa, me convenció de ir.

—Quizás debemos ir a otra tienda.

—Ni hablar. Esta es la mejor tienda de vestidos elegantes así que...encontraremos el adecuado. — seguimos midiéndonos vestidos hasta que creo que encontramos los correctos. Algo elevados de precio para mi presupuesto pero valdrá la pena.

Me he preparado mentalmente todo el día para bailar con mi padre y dejar que la policía se haga cargo de él. Es lo justo. Cumplir la condena es mejor que la muerte así que será lo más apropiado. Mañana regreso al trabajo, así que espero que James esté de mejor humor. Junior volverá pronto. No quiso decirme el día porque quiere darme la sorpresa pero intuyo que será más pronto que lo que podría pensar.

Cae la noche.

Eric nos ha traído a Lisa y a mí al baile. Ella lleva un hermoso vestido azul y yo uno dorado. La tela es muy cómoda a pesar de ser ajustado.

—¡Este lugar es hermoso! Es como en las películas. — comenta Lisa.

—¿Eso significa que alguien dejará el zapato en los escalones esta noche? — Eric bromea.

—¡Deja de decir tonterías!

—¿Ustedes dos parecen llevarse muy bien, no? — con tantas cosas, no he podido hablar con ella de la noche que los escuchamos en aquel baño.

Se ponen nerviosos.

—Bueno, creo que después de tantas cosas nos hemos convertido en buenos amigos. — Lisa responde.

—Sí, somos muy buenos amigos. — Eric le ayuda.

—Sí, cómo no. — si ellos no lo admiten, no les diré nada más. No presionaré.

Cuando entramos, hay muchas personas elegantes dentro del salón. Todo el interior está decorado con toques del color de mi vestido, una enorme lámpara de cristales en el centro de la pista de baile, una orquesta y meseros sirviendo copas por doquier. Todo está muy hermoso.

Eric nos lleva hasta Jack y Simmons, quienes tienen dos copas en las manos.

—¡Vaya! Melanie Cross. Que gusto tenerla por aquí. — Simmons me dice.

—No puedo decirle lo mismo. — le doy una sonrisa sarcástica.

—Veo que me odias. Está bien. Yo solo estoy cumpliendo con mi trabajo.

—Me parece que trabaja de una manera muy sucia. No lo quiero volver a ver cerca de mí, ni de mi hermano, ni de mi madre.

—Está bien, está bien. — levanta las manos al aire como idiota. — De todas formas no creo que te vuelva a ver. Tu padre caerá esta noche. — sigue bebiendo de su copa y se aleja de nosotros. Es tan irritante.

—¿Y este calvo qué se cree? — creo que a Lisa también le ha caído mal. El maestro de ceremonia da sus palabras de bienvenida y agradece a los fundadores principales por los cuales esta actividad se está llevando a cabo. Dentro de ellos: Jack. Otra cosa que no sabía de él.

—No sabía que también eres fundador. — acepto la copa que me ha ofrecido.

—Sí, lo soy. De varias instituciones, en realidad. — me quedo en blanco. — Sí, así es señorita Cross. También puedo ser generoso algunas veces. — pongo los ojos en blanco y sonrío.

Suena una canción y todos van a la pista de baile.

—¿Bailas conmigo? — me extiende su mano. Miro su mano y luego sus ojos. ¿Cómo podría negarle un baile si me mira de esa manera? Coloco mi mano sobre la suya, dejo la copa en la barra y vamos al centro de la pista.

Pone su mano en mi cintura y nos balanceamos al ritmo de la canción.

—¿Mi padre ya está aquí? — intento no mirarlo a los ojos. De todos modos casi no puedo, es mucho más alto que yo.

—Todavía no, pero casi llega.

—¿Cómo lo sabrán?

—Tenemos francotiradores en todos lados, Jimmy está monitoreando las cámaras y estamos conectados a los auriculares. — da toquecitos en su oreja.

—¿Por qué necesitan todo eso si se entregará él mismo?

—No podemos confiarnos. Tu padre es peligroso y algo mañoso. — recuesto mi cabeza en su torso. — ¿Estás lista para este momento? No quiero que sufras. Puedes irte si así lo prefieres. — acaricia mi espalda mientras bailamos.

—Estoy bien. Solo intento sentar cabeza y no provocarme más problemas. Además, tenías mucha razón con lo que me dijiste anoche.

—¿Tú reconociendo que tengo razón en algo? Definitivamente estos son mis últimos días. — bromea.

—Sé que soy algo terca muchas veces pero... intento actuar de la mejor manera. Estoy muy cansada. — cierro los ojos y dejo caer todo el peso de mi cabeza en su pecho.

—Eres la mujer más fuerte que he conocido. Y está bien que a veces no lo seas. No te presiones a enfrentar cosas que no puedes. — acaricia mi cabello. — Te lo repetiré una vez más: ¿de verdad estás lista para esto? — me da una vuelta y me regresa a él.

—Estoy lista. Después de esto, estaré tranquila.

—No me alejarás de ti, ¿verdad?

—No, pero eso no significa que tengamos algo. Solo seremos amigos, de momento.

—¿Amigos? Para mí es imposible verte como una simple amiga.

—Es eso o nada. Tú eliges. — nos miramos a los ojos.

La canción termina y vamos con los demás. Tomo mi copa pero antes de que pueda seguir bebiendo, Jack me la quita de las manos y me da una nueva. Entiendo por qué lo hace y por eso no digo nada. Es tan atento y protector, y por eso siento que estaré a salvo cada que lo que tenga cerca. Sea la situación que sea.

—Richard está aquí. — dice en voz baja mientras lo vemos entrar y dirigirse a nosotros.

—¿Ese quién es? — me pregunta Lisa.

—Mi padre, del que te hablé.

—¿Qué? ¿Richard Johnson? ¿El mafioso? — se exalta.

—No puedo creer que finalmente te tengo cara a cara. — Simmons le dice.

—Soy un hombre de palabra. — cuando me mira, desvío la vista hacia otro lado. — Espero que usted también cumpla la suya.

—Por supuesto. — siento cómo se acerca a mí.

—¿Me concederías este último baile, hija? — que me llame hija delante de todos me estremece, pero saber lo que pasará después, me angustia.

Solo lo miro por unos segundos y acepto.

Coloco mi mano sobre la suya y algo extraño pasa dentro de mí. Estoy empezando a sentir esa conexión de padre e hija que nunca pensé experimentar. Es la misma sensación de protección que siento con Jack, solo que esta es distinta, porque es mi padre. Incluso en la forma que me toca, puedo sentir su respeto.

La música es muy lenta y tensa, así que nos balanceamos igual. Este momento es muy incómodo, pero poco a poco voy tomando más confianza y apegándome más a él.

—Lo siento mucho, Melanie. Por todo lo que no hice por ti durante todos estos años. — ni siquiera puedo mirarlo a la cara. — Pero me iré contento. Los Bilson ya no volverán a tocarte un pelo, Martha está encerrada y el policía, Jack...sé que te protegerá con su vida y no porque se lo pida, sino porque te ama. — que me diga él estas cosas me estremecen todo el cuerpo.

Alzo la mirada.

—¿Qué sabes tú de amor?

—Mucho más de lo que te podrías imaginar. Te amo a ti y una vez también amé a tu madre. — ¿qué clase de amor es este? — Quiero que te mantengas alejada de ella. Es demasiado peligrosa.

—He vivido 21 años con ella y jamás me hizo daño. Excepto por esa noche que ya no quiero recordar.

—No entiendes nada. No entiendes esta enfermedad. Martha debe de estar encerrada, no importa si sea en la cárcel o en un manicomio, es lo más sano tanto para ella como para todos los que la rodean.

—No la abandonaré cuando más me necesita.

—Ella solo necesita cumplir sus condenas y ayuda profesional.

—Estuvo recibiendo ayuda por mucho tiempo y no funcionó. A estas alturas ya no tiene caso, pero sigue siendo mi madre. La que nos ha sacado adelante sola.

—Y lo entiendo, pero aun así es mejor que siempre estés atenta. Incluso si de tu madre se trata. — me quedo en silencio, ya no quiero hablar más con él sobre ella. — Me hubiera encantado bailar contigo así antes. — cambia de tema.

—Admito que bailas muy bien. — su sonrisa es muy parecida a la mía.

—Tú también. Parece que lo has sacado de mí.

—No lo creo. Jack me ayudó con eso. — lo miramos. Está al fondo del salón, hablando de algo con Eric y Lisa.

—Admito que a pesar de nuestras oposiciones y de nuestra incompatibilidad, es un buen hombre. — lo vuelvo a mirar. Está frunciendo el ceño mientras escucha a Eric con atención y Lisa come aceitunas. — Mira el lado bueno de todo esto, te ha dejado buenos amigos.

—Sí, creo que es lo único por lo que puedo agradecer.

—¿Cómo va tu trabajo? ¿Te pagan bien?

—Sí. James es un jefe muy responsable.

—Pero aun así mereces estar en mejores condiciones. Por eso te compré una casa, te dejé un coche y mucho dinero a tu nombre.

—No lo quiero, gracias.

—No es dinero sucio, lo prometo. Mis abogados podrán demostrártelo. Tienes todo el derecho de tomar lo que quieras viniendo de tu propio padre. También he cambiado tu nombre, pero por respeto a tu madre, decidí dejar el Cross delante. Además, suena mejor.

—No tenías que hacer eso.

—Sí. Tenía que. Piensa en tu hermano, sé que se está esforzando mucho para ayudarte cuando regrese y con todo el dinero que te dejaré, tendrán más comodidad. — tiene razón. Si acepto esto podré ayudarlo y salir adelante juntos.

Jack Connor.

—¿Por qué comes tantas aceitunas? — le pregunto a Lisa. Eric está hablando con Simmons y preparando la furgoneta en donde trasladarán a Richard.

—Son ricas. Son la mejor parte de los Martini.

—Claro, estoy hablando con una barista. Nadie podría saberlo mejor. — digo irónicamente.

—¿No te has parado a pensar las vueltas extrañas que da la vida? Me refiero a que...nos conocemos hace muchos años pero nunca habíamos estado tan unidos como ahora. Eric ni siquiera conocía mi cara. — le quito la copa de aceitunas de las manos.

—Te dará malestar estomacal si sigues comiendo eso. Y no, no me he puesto a pensar en ello. Quizás porque nosotros íbamos a distraernos y tú a trabajar.

—Supongo que Melanie cambió eso. Estoy muy feliz de tenerla en mi vida. Es una gran amiga.

—Y una gran mujer. — vuelvo a verla. Se ve tan contenta mientras baila con su padre. Parece que las perezas se están limando entre ellos.

—Ella duda de tus sentimientos. Cree que no es real. Y la verdad es que si no sabes lo que quieres, no la arrastres contigo. No solo porque sea su amiga, sino porque cualquier persona con sentido común que conozca su historia, lo último que haría es hacerle más daño de lo ya lo ha hecho su propia familia.

—No sé cómo llamarles a todas las cosas que me hace sentir, pero es real. Es de lo único que estoy seguro.

—Entonces no la lastimes. Sé que nadie podrá protegerla mejor que tú pero eso no servirá de nada si le rompes el corazón después.

—No lo haré. Puedes estar tranquila.

—Ok, entonces...si me disculpas, seguiré disfrutando de la fiesta. — vuelve a coger la copa con aceitunas y se va a otro lado. Si más tarde se enferma, no haré nada por ella.

Noto un movimiento extraño en unos de los invitados. Está mirando de manera sospechosa todo su alrededor, como si supiera lo que está pasando aquí.

—¿Quién es el sujeto de traje negro con rayas verdes? — presiono uno de mis auriculares para que puedan escucharme.

—Estoy escaneando su cara, señor. — responde Jimmy.

Melanie y Richard siguen bailando y al terminar la canción, se quedan en el mismo lugar. Parece estar diciéndole algo que la hace reír. Cuando vuelvo a mirar, el chico de traje con rayas verdes ya no está. No me gusta esto. Observo a todas partes para encontrarlo pero no hay señales de él.

—Identifiqué al sujeto. Su nombre es Jason. Tiene muchos antecedentes y se le ha visto en algunas cámaras de seguridad con nada más y nada menos que...Bilson. Parece que quedaron algunos cavos sueltos. — revela, pero mis ojos se congelan al ver a Laura con mal apariencia en el balcón de los escalones. ¿Qué hace aquí?

Sus ojos están inyectados en sangre, así que supongo que ha bebido demasiado. Me mira y puedo percibir la rabia y la sed de venganza que lleva. ¿Qué hace ahí arriba? Mira las cadenas que sostienen la enorme lámpara de cristal y cuando veo que Richard y Melanie están justamente debajo, descifro sus intenciones.

¡No! ¡No puede ser!

—¡No! — grito y corro hacia ellos.

Suenan tres disparos y los empujo hacia otro lado, justo antes de que la lámpara se derrumbe desde esa altura hasta el suelo del salón. Las demás personas se asustan y logran reaccionar a tiempo para alejarse lo suficiente. Sostengo a Melanie para que no se haga daño al caer y en su lugar, siento que me golpeo con algo en la espalda.

—¿Estás bien? —toco su cara con desesperación.

—Sí, sí, estoy bien. ¿Y tú? — solo asiento con la cabeza y beso su frente.

Eric y los demás agentes corren detrás de Laura con armas en manos.

—¿Creyeron que tendrían un buen final? — dice el mismo hombre de traje negro y rayas verdes. Jason. Nos apunta con su arma y me coloco frente a Melanie, intentado sacar mi arma disimuladamente. — Esto es por toda la familia Bilson. — aprieta el gatillo pero alguien se interpone entre nosotros. Richard. Ha recibido el disparo que iba para mí y cae de rodillas al suelo mientras se desangra. El imbécil vuelve a apuntarme pero antes de que logre hacerlo, le disparo dos veces en el pecho.

Me acerco a su cuerpo para quitarle el arma y verifico su pulso. Está muerto.

—¡Pidan una ambulancia! — grito y uno de los agentes lo hace. Me acerco a Richard y presiono su herida con un pañuelo que cojo de una de las mesas.

—Hija mía... — apenas le sale la voz. Está perdiendo mucha sangre. — Perdóname por todas las cosas que te he hecho pasar. Sé que no he sido un buen padre, pero hice todo lo que estuvo en mis manos para protegerte de mí pasado. — Melanie deja salir las lágrimas sin decir una palabra.

—No hables, resiste. Pronto llegará la ambulancia. — sostiene una de sus manos.

La familia, sin importar las cosas que hayas hecho, es primero.

—Sabía que solo entregarme a la policía sería muy simple.

—Fue Laura. Ella hizo esto. Es su manera de vengarse. — sigo presionando su herida con fuerza para detener el sangrado.

—Tiene sentido. Sé fuerte, hija. Estas tormentas nunca dejarán de perseguirte. — toca su mejilla y seca una de sus lágrimas. — Si eres capaz de perdonarme a mí después de todo lo que no he hecho por ti, considera hacer lo mismo con Connor. Está muy enamorado de ti. Lo veo en sus ojos. — junta nuestras manos. Este momento es demasiado sentimental para mi poca sensibilidad. —Sean felices y protéjanse unos a otros, sin importar lo lejos que estén. Tienen mi bendición. — ni siquiera sé qué decir.

Veo el dolor de Melanie en su rostro.

—Te perdono...te perdono papá. — estas palabras han salido de su corazón. Richard le sonríe hasta que ya no parpadea más.

— ¡Papá! ¡No! ¡Despierta! ¡Richard! — le grita golpeando su torso, pero no sirve de nada. Ha muerto. — ¡Papá! — sigue golpeando su torso y sujeto sus manos para detenerla. Rompe en llanto y dejo que recueste su cabeza sobre mí mientras llora sin parar.

Lo que pensábamos que sería más pacífico, acabó siendo una tragedia.

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