Jack Connor.

Inicio de flashback.

Después de rescatar a Melanie de las manos de Maicol en ese maldito disco, la he traído a mi nueva casa y hemos tenido un día muy agradable. Una de las noches siguientes, cuando voy de camino a su apartamento, la llamada entrante de un número privado me intriga.

La abro y la grabo (por costumbre).

— ¿Hola?

— ¡Agente Jack! ¡Qué gusto escuchar su voz! Es tal como me la imaginé. — ¿ahora este payaso quién es?

— ¿Quién eres y qué quieres? ¿Cómo conseguiste mi número?

—Déjame presentarme...soy Richard. Tu querido suegro. Creo que tenemos muchas cosas de que hablar. — sabía que este momento llegaría desde que metió a sus hombres en la misión para proteger a Melanie.

—No tengo nada que hablar contigo. — ha sido un problema para todo el departamento federal desde hace muchos años. Solo que hasta hace poco supimos que tenía una hija.

— ¡Amo ese carácter feroz que tienes! Por eso te estoy llamando. Por eso te necesito. — o se volvió loco o de verdad quiere morir.

— ¿Sabes que puedo rastrear tu llamada, cierto?

—Sí. De hecho, fue lo mismo que utilicé para encontrar a tu madre. — en el momento que la menciona detengo el coche en medio de la carretera y la piel se me congela. — Tengo ojos por todos lados, agente Connor. Lo sé todo sobre ti. La oscura vida que tuviste antes de convertirte en detective, agente, policía, lo que seas. Los secretos que oculta tu familia, ¿quieres saber cómo lo supe? Supongamos que alguna vez conocí a tu verdadero padre, no al impostor. Tengo tantas cosas con las cuales amenazarte, pero prefiero escoger la opción simple: tú haces lo que yo te pida, yo no le hago daño a tu madre. — mientras me va diciendo estas cosas, intento contactar con mi madre, pero no hay señales de ella.

¡Maldita sea!

— No voy a caer en tus juegos. — suenan los gritos de mi madre. No puedo soportar esto. La furia y el dolor se apoderan de mí. — ¡No le hagas daño! ¿Qué diablos quieres? — odio encontrarme en esta situación.

—No me gusta hablar estas cosas por teléfono. Hay una camioneta negra detrás de ti, síguela con cuidado y ven a mí. No te haré daño sino haces nada estúpido. Te estaré esperando. — cuelga. Observo la camioneta negra que ha mencionado a través del retrovisor. Adelanta para que la siga. No tiene matrícula ni nada con que la pueda identificar. No tengo más opción, así que los sigo. Me grabo bien el camino hasta que llegamos. Para ser uno de los mafiosos más peligrosos y astutos, se está comportando como un completo principiante.

Bajo del vehículo y uno de sus hombres me guía hasta la entrada. Veo todas las armas que tienen y fácilmente podría dispararles a todos ahora mismo, pero mi madre sigue en sus manos. No me arriesgaré tanto esta vez.

— ¿No me quitarán las armas? — saco mi arma de la espalda y se las muestro con ironía.

—Escucha amigo, hay cámaras por todos lados. En cuanto hagas un movimiento en falso, Richard le vuela la cabeza de un disparo a tu mamá, así que, no te hagas el listo. —responde uno de ellos. Tiene un bigote muy peculiar.

—Nunca me hago el listo, simplemente lo soy. Y una cosa más: no soy tu amigo. — le echo una mirada de muerte y entro por mi cuenta, dejándolos detrás. Es una casa muy ostentosa. No podía esperar menos de alguien que tiene tanto dinero sucio.

Nos detenemos frente a una enorme fuente de agua.

—Hasta que al fin llegas. ¡Qué gusto tener al mejor agente de la ciudad en mi casa! Me honras mucho con tu presencia. — con lo que ya sabía de él lo odiaba pero es mucho más irritante en persona.

Tengo la rabia a tope y estoy seguro de que en mi cara se refleja.

— ¿Dónde está mi madre? — voy al grano.

—En una habitación muy cómoda, pero con un guardia en la puerta esperando que diga: mátala, en cualquier momento. Solo quiero llegar a ciertos acuerdos contigo y todo por la paz. — apesta a tabaco. Al menos lleva un bonito traje de tres piezas. Quizás sea lo único que me agrade de él.

— ¿Qué quieres de mí? — intento no perder la paciencia. Tantos años buscándolo y ahora lo tengo de frente como si nada.

—Quiero que protejas a mi hija. — en el momento en que lo dice, suelto una carcajada.

—Sí, ya la estoy protegiendo, de ti. — mi falsa sonrisa se borra de inmediato.

—Pero sabes que los Bilson están en todas partes y tienen intención de vengarse de mí a través de ella. Sé que también los están investigando y puedo proporcionarte la información que sé si aceptas este trato. — la única razón por la que no les he disparado a todos es por mi madre y ya estoy empezando a cabrearme de mala manera.

— ¿Qué te hace pensar que aceptaré? Puedo sacar a mi madre de aquí fácilmente. Solo necesito un buen plan y se me dan muy bien esas cosas. — cruzo los brazos.

—¿Estás saliendo con mi hija, no? — camina a mi alrededor y no lo pierdo de vista ni un segundo. — Sé que todo esto es solo una pantalla. La estás engañando para conseguir más información sobre mí, ¿verdad? Porque, te he investigado y créeme cuando te digo que fue muy difícil conseguir tus datos, pero todo se puede cuando pagas una cantidad considerable de dinero y por esas cosas que sé que has hecho a lo largo de tu vida, me queda más que claro que no tienes la capacidad de estar con nadie por amor. Solo haces cualquier cosa por beneficios, sea de la manera que sea. Como con Laura, por ejemplo. — parece que tiene un buen informador.

Analizo todo por unos segundos.

—Con dinero sucio puedes comprar muchas cosas, ¿no? — lo fulmino con la mirada. — ¿Por qué quieres hacer esto? ¿Por qué yo y por qué ahora? Tengo entendido que ni siquiera sabe que existes. — lo cuestiono.

—Lo sabrá. Me encargaré de eso y de todo lo demás. Solo necesito que estés de mi lado y me des tiempo con la policía para acercarme a mi hija y me ayudes a eliminar a Bilson. Eres el mejor agente, el que hace el trabajo que nadie más podría hacer porque todo lo que sabes no te lo ha enseñado solo la policía y lo sabes. Esa versión es la que necesito ahora.

—¿Estar de tu lado? Ni en tus sueños.

—Veo que te falta algo de motivación. — frunzo el ceño. — Ve con su madre, hazla llorar. — le ordena a uno de sus hombres. Pero antes de que lo haga, le quito su arma y le apunto en la cabeza, cubriéndome detrás de él.

—Si se mueven, le disparo. — los amenazo.

—Ok, ok. Tranquilo, Connor. — dice el bastardo. — Nadie le hará daño a tu madre, lo prometo. Ahora, suéltalo.

—Diles a tus hombres que arrojen sus armas primero. — con una señal, lo hacen y solo así, libero al imbécil que tenía en manos.

—Muy bien. — en cuanto me aparto lo suficiente, le dispara él mismo. ¿Qué cojones? — No por nada estoy donde estoy. La clave del éxito es tener un corazón frío, pero tú...tú no tienes corazón y por eso eres el perfecto para todos los planes que tengo en mente. — guarda el arma y enciende un cigarrillo. Es un psicópata. — No creo que sea muy difícil para ti después de todo. En cuanto vi la trágica muerte de Frank y tu foto con mi hija en los periódicos, sabía lo que tenía que hacer.

—¿Y qué es lo que quieres hacer? — noto que uno de sus hombres está temblando a mi lado por el cadáver de su compañero. — ¿Quieres dejar de hacer eso? — me pone más nervioso él que el muerto. Richard le hace un movimiento con la cabeza para que entre a la casa y lo hace de inmediato.

—Estos son mis hombres de confianza, sobre todo él. — señala al del bigote — Es mi mano derecha. Se encarga de monitorear los pasos de Melanie y seguirla a todas partes por seguridad. Aquí somos una familia.

— ¿Familia? Debes estar bromeando. Tú no conoces lo que es el valor de la familia.

—Lo sé y justo por eso, tengo a tu madre encerrada aquí. Sé que es tu debilidad. Posiblemente, la única que tengas. — me muestra la transmisión de una cámara de seguridad donde la tienen amarrada a una silla con alguien apuntándole a la cabeza. La impotencia se apodera de mi cuerpo y aprieto la mandíbula para evitar hacer algo estúpido.

Me relajo y le sigo el juego.

— ¿Entonces...? — insiste.

—Muy bien. Haremos esto. Con dos condiciones. — respondo.

—Te escucho.

—Cuando elimines a los Bilson dejarás que te entregue a la policía sin protestar. No te meterás entre Melanie y yo, y no me importa que sea tu hija, no es de tu incumbencia. Y la segunda: le dejarás una parte del dinero limpio que has conseguido. Se lo merece. Tiene muchos sueños que cumplir y eso, podría recompensar tu abandono, aunque nunca su perdón. — me fulmina con la mirada.

Mira al del bigote y regresa su atención a mí.

—Muy bien, acepto. — todos sus hombres se impresionan y se miran entre sí, sobre todo el bigotes. Así lo llamaré a partir de ahora.

— ¿Qué está haciendo, señor? — lo cuestiona.

—De todas formas, son cosas que pensaba hacer en cualquier momento. Estoy cansado de huir. Todo terminará cuando los Bilson ya no sean un problema y de la única forma que no lo serán, es estando muertos. Jack Connor es el mejor agente de la ciudad y tenerlo de mi lado, es una oportunidad que no puedo desperdiciar. — aunque esté en contra de la policía, su objetivo es igual al nuestro, así que será fácil de manejar. Pero la mayor razón de que haga esto, es por mi madre.

—Si le encuentro un solo rasguño a mi madre, te lo cobraré doblemente. — sabe que no estoy jugando.

—Trato hecho. — me extiende su mano, pero no la estrecho. No por esto seremos amigos, las ganas de matarlo, siguen en mí, mucho más después de esto.

Fin de flashback.