Jack Connor.

«Me levanto muy preocupado y sé que algo malo le ha pasado. Cojo mi arma y antes de que pueda salir, Simmons me detiene.

— ¡Quítate de mi camino! Melanie está en peligro — le advierto.

—Él la tendrá. — su voz tan calmada me hace enojar más.

— ¿Él quién? — estoy muy furioso.

—Richard.

—Con más razón necesito ir con ella.

—La dejaremos ir con él, así tendremos su dirección. Tengo un dron y unos agentes especializados detrás de ellos. Todo estará bien. Ahora, acompáñame a la sala de cámaras, desde ahí monitorearemos todo. — su idea no parece tan descabellada después de todo.

Intento calmar mi ira y lo sigo.

Después de tardar una hora obteniendo información, pudimos conseguir muchos datos útiles para nuestros próximos movimientos.

—Ya Melanie va encamino, es hora de que hagas tu parte. — me indica Simmons y lo hago.»

9am.

— ¡Baja del coche! — le ordeno a un delincuente que hemos atrapado antes de que se llevara el dinero que acaban de robar en una tienda. Tenemos todas las calles bloqueadas, así que no les queda de otra que salir. Los esposamos y dejamos que los demás oficiales lo trasladen a la estación más cercana para ser procesados.

Nos quedamos despejando el área.

—¿Cuándo pensabas decírmelo? — pregunta Eric mientras revisamos la camioneta en donde iban los ladrones.

—¿Decirte qué? — reviso algunos papeles insignificantes que había en los cajones con guantes puestos.

—Sobre lo tuyo con Melanie. — se queda viéndome.

—No es algo que tenga que decirte, basta con que te des cuenta y ya.

—Lo hice desde el momento en el que me miraste con malos ojos cuando regresé con ella y le compré ese chocolate caliente. — frunzo el ceño. — Desde entonces estabas muriéndote de celos.

—Deja de decir tonterías ¿quieres?

—Amo decir tonterías pero en este caso no lo es. Quedaste flechado por ella desde el primer momento. Por eso no protesté en el cambio de asignación. De todos modos sabía que la protegerías mejor que yo.

—Parece que bebiste mucho anoche. ¿Sigues en tus cincos sentidos? — meto todas las posibles evidencias en una bolsa transparente y se las entrego a los demás agentes para que se lo lleven también.

—Tranquilo, sé que tampoco lo admitirás. Pero debo hacerte una pregunta antes... ¿va enserio? — lo veo a la cara. — Melanie es una buena chica. No me gustaría que la lastimes.

—¿Por qué piensas que voy a lastimarla? — me quito los guantes y voy de regreso a mi jeep.

—Porque tú no eres de los que van de novios a menos que se trate de una misión. — me quedo en silencio. Hay cosas que solo sé yo. — Porque esto no es parte de una misión, ¿cierto? — me mira con sospechas. — ¿Jack?

—Nunca le haría daño. Es demasiado...importante para mí.

—Bien, con eso es suficiente. — la grúa ha llegado para llevarse la camioneta y nosotros también nos vamos.

Melanie Cross.

Después de un intenso día de trabajo, hoy sí pude aceptar la invitación de James a comer y aquí estamos, en un restaurante sencillo y muy acogedor. Ya hemos pedido lo que queremos de comer y en cuestión de minutos, nos lo traen.

—Me gustaría saber más de ti. No me cabe duda de que seguirás trabajando como mi asistente hasta que decidas retirarte tú, por consiguiente, me gustaría conocer a mi asistente mejor. — dice mientras comemos.

—Me parece bien. ¿Qué quiere saber sobre mí?

—Háblame de tus padres, de tu vida social, tus hábitos favoritos y ese tipo de cosas. — podría decirle "mi vida es una mierda" pero no quiero asustarlo.

—Mi familia es una catástrofe, es todo lo que puedo decirle y en este momento, no están presentes para mí. Apenas mi hermano. Mi vida social es lamentable, apenas tengo como solo tres buenos amigos en total y me gusta mucho la creatividad, la moda, dibujar y ese tipo de cosas. La mayor parte del tiempo libre, lo uso para pasar horas y horas viendo diseños de ropa en línea que quizás ni pueda comprar. — suelto una carcajada.

Su mirada gris me intimida un poco.

— ¿Eres amante a la moda?

—Algo así.

— ¿No has pensado en diseñar tus propios estilos, marcas y demás, en un futuro?

—Ciertamente no pero no estaría nada mal. Es una buena idea.

—Lo es. Deberías organizarte mejor. No quiero pensar que te estás preparando solo para recibir un título y no saber cómo ejercerlo.

—Tiene razón. A partir de ahora pensaré más en un futuro como administradora de empresas. — me hago ilusiones y sonrío.

— ¿Y tienes pareja? ¿Algún enamorado por ahí? — presentía que esta pregunta no podía faltar.

—Sí, de hecho, sí tengo. Creo que me mudaré con él esta noche. — ataca los ojos con sorpresa. —Pero no es en plan...amor. Es solo por un tema de seguridad. — aclaro.

— ¿Seguridad? ¿Corres algún peligro?

—Pasé por una situación de la cual no me gustaría hablar y me temo que dejó...consecuencias.

—Entiendo. ¿Y llevan mucho tiempo juntos?

— No. Apenas unas semanas, pero hay mucha confianza entre nosotros.

—¿No crees que es muy pronto? Deberías...no sé, conocerlo mejor antes de dar un paso como ese. — me incomoda un poco. — Pero me alegro mucho por ustedes, mucho más cuando se trata de protegerte. Eso significa que tiene...sentimientos fuertes hacia ti. — trata de arreglarlo.

—Se lo agradezco mucho. — mantengo la cordura. — ¿Y usted? No me ha dicho nada sobre su vida personal. — cambio de tema.

Inhala.

—Pues, tengo un pequeñín de 5 años que lo cuida mi madre mientras trabajo. Estoy divorciado desde hace 3 años y gané la custodia del bebé. Desde entonces, estoy soltero hasta que llegue la indicada para mí. — responde. — Quiero una mujer que sea lo suficientemente madura para entender que también tengo un niño que cuidar y un trabajo bastante estricto que ejercer. Por ahora, no he tenido suerte con ello.

—Comprendo. Pero descuide, algún día llegará. — le animo, apretándole la mano sobre la mesa (la que retiro de inmediato al ver que da a entender otra cosa). No quiero que haya confusiones entre nosotros. Estoy con Jack y no quiero problemas.

—Eso espero, porque la verdad ya me hace falta algo de compañía. Ya sabes a lo que me refiero. — a tener relaciones sexuales, sé que a eso se refiere.

Horas más tarde.

Cuando llego a mi apartamento, Junior también viene para despedirse de mí. Ya se irá de ciudad esta noche para terminar su carrera de contabilidad. Estoy muy orgullosa de él. Justo antes de irse, Jack llega en su Cherokee.

—¿Y este, quién es? — me pregunta Junior en voz baja. Jack se desmonta y se acerca a nosotros.

—Buenas noches. — saluda.

—Buenas noches. Él es mi hermano, Junior. — los presento. — Junior, él es Jack Connor, un amigo. — veo la frustración en su rostro cuando solo digo "amigo". — Fue el agente que me protegió después de lo que pasó.

—Oh, encantado de conocerlo. — se estrechan las manos. — Muchas gracias por cuidar de mi hermana.

—No tiene nada que agradecer. Solo hacía mi trabajo y ahora somos muy buenos...amigos. — hace más énfasis en "amigos". Parece que lo he ofendido.

—Bueno, yo ya me voy. Te extrañaré mucho. — me abraza.

—Yo también.

—Mantenme informado si algo pasa, ¿de acuerdo?

—De acuerdo. — rompemos el abrazo y lo veo irse en su camioneta.

Que tengas buen viaje, hermanito.

—¿Ya tomó una decisión, mi querida amiga? — Jack me pregunta en cuanto Junior desparece junto a su camioneta de la carretera.

—Perdón, no quería darle más dolores de cabeza segundos antes de irse de la ciudad. Quiero que se vaya tranquilo. Si sabe que ya tengo novio se desmayaría. — le explico mientras volvemos adentro.

—¿Entonces? — lo miro a los ojos unos segundos.

—No. La respuesta es no. Me costó mucho independizarme y ahora que lo estoy, quiero mantener mi línea e ir a mi propio ritmo.

—Que te quedes en mi casa no hará ninguna diferencia.

—Para mí sí. Me gustaría quedarme aquí hasta que termine el tiempo acordado.

—Creo que estás confundiendo las cosas, esto no se trata de...

—Es solo por seguridad, lo sé. — me acerco. — Y justo por eso quiero que llevemos las cosas despacio. Más a mi ritmo. ¿Crees que puedas? — sostengo sus mejillas en mis manos.

—Okey. Haremos las cosas a tu manera. — le doy un beso.

—¿Cocinamos algo para cenar?

—Me parece perfecto. — contesta con una sonrisa.

9pm.

— ¿Y cómo va la tesis? — pregunta mientras cenamos. He preparado una rica pasta para los dos.

—Va bien. Mañana tengo que reunirme con mi compañero y arreglar algunas cosas.

— ¿Y el trabajo?

—Bien. Todavía no dejo del todo el bar pero supongo que Lisa ya le dijo algo sobre el tema. Por el momento solo están entrenándome. No es tan difícil y él es un buen hombre. Es muy amable conmigo. — puedo ver cómo los celos le suben a la cabeza.

— ¿Quién es? — indaga.

—James Miller. Su familia es dueña de la morgue. — noto su cara de inquietud. — No te preocupes, solo es trabajo. Es muy profesional en lo que hace.

—En ti confío, en él, no. En nadie, ciertamente. — toma un poco de agua.

—Si noto algo extraño, seré la primera en decírtelo, lo prometo. Pero hasta ahora, todo va de maravilla. Es muy respetuoso.

—Las personas no tienden a mostrarse cómo son realmente, Melanie. — lo noto algo molesto.

— ¿Y tú? ¿Te muestras como eres realmente? — uso sus palabras y mantenemos contacto visual por largos segundos.

Le cuesta responder.

—Todos somos diferentes, Melanie. — no sé cómo tomar su respuesta, pero no quiero comenzar a discutir en este momento.

—Si todos fuésemos iguales, qué aburrido sería el mundo ¿no? — lo dejo en silencio. — Creo que me daré un baño. He tenido un día de locos últimamente. — me levanto de la mesa y voy hasta mi habitación para quitarme la ropa y darme una refrescante ducha.

Sé que viene detrás de mí.

Siento su presencia detrás de mí mientras dejo que el agua de la regadera moje todo mi cuerpo. Con sus manos acaricia toda mi piel y desciende a mi vagina para masajearla y excitarme. ¿Debería detenerlo? No lo sé. De todos modos no puedo hacerlo.

Me dejo caer en su torso desnudo mientras me muerde las orejas y dejo que toque todo lo que quiera. El agua moja todo mi cabello al igual que a él. Volteo y lo beso. Aprieto su cabello y me aferro de su cuello mientras el agua nos cae y toco su pene para sentirlo y excitarlo cada vez más. Recuerdo lo que una vez Martha me dijo en la cena con Frank y me atreveré a hacerlo.

Le doy una mirada seductora y me arrodillo.

Tomo su gran erección en mis manos y la meto en mi boca. Se siente extraño pero me gusta. Me cuesta parar y sigo lamiéndolo y chupándolo por todas partes desde dentro hacia afuera. Echa la cabeza hacia atrás y gime de placer. Parece que le está gustando y eso me motiva a seguir.

Minutos después me levanta y enredo mis piernas en sus caderas. Me presiona contra la pared y seguimos besándonos con mucha intensidad. El agua cae sobre nosotros mientras nos consumimos de placer. Entra en mí y dejo salir un intenso gemido. Esta vez no es tan romántico y dócil como la primera vez. Es más rudo y salvaje. Entra y sale de mí brusca y rápidamente mientras cierro los ojos y aprieto su cabello.

Hunde su cara en mi cuello y sigue haciéndome suya una y otra vez sin parar.

—¡Jack! — no sé si estoy implorando que siga o que pare. Me gusta pero me duele a la vez. Supongo que soy algo masoquista en esta parte. Seguimos moviéndonos dentro del baño pero no ha salido de mí ni una sola vez. Está siendo rudo conmigo.

Vuelve a besarme y me muerde el labio inferior. ¡Esto es demasiado! Me correré en cualquier momento. Un intenso escalofrío recorre todo mi interior y empiezo a temblar.

—¡Ah! — muerdo mi mano y me vengo sobre él. Nos quedamos quietos mientras tratamos de recuperar el aliento. Sonreímos. Tiene una sonrisa tan hermosa que me vuelve loca. Todo de él me vuelve loca. Es imposible no caer en sus muchos encantos.

11pm.

Jack termina de hacer una llamada después de habernos dado un baño y ponernos pijamas. A este paso creo que el que tendrá que mudarse aquí conmigo, es él.

—¿Qué sucede? — pregunto cuando regresa.

—Ordené una búsqueda para saber quiénes entraron aquí.

—Ya te expliqué. No es necesario. Solo fue...una confusión.

—Confusión o no, sigue siendo un intento de secuestro y entraron a una propiedad privada. — se sienta en la cama conmigo.

—Está bien, tienes razón. — me da miedo que descubra que ha sido mi propio padre y no he tenido el valor de contarle nada. Es el hombre con el que estoy saliendo pero sigue siendo policía y mi padre un criminal. Estoy entre la espada y la pared, y aún hay muchas cosas que tengo que esclarecer en mi familia.

—¿Viste algo que nos pueda ayudar con la búsqueda? ¿Alguna matrícula?

—No. Estaba mareada, no pude ver gran cosa. — no pude ver nada hasta despertar en esa casa pero tampoco se lo diré. No quiero que sospeche.

—Está bien. Ya nos encargaremos de seguir buscando. — asiento con la cabeza. — ¿Tú nunca me ocultarías algo, cierto? — en cuanto hace la pregunta, una horrible sensación encoge mi pecho. Me duele tener que hacer esto. Tener que mentirle y ocultarle cosas al hombre que ha dado todo para mantenerme a salvo.

—Nunca. — tengo el descaro de mentir.