20. Richard.
6pm.
No he podido estar muy tranquila que digamos después de visitar a Martha. Cada vez que la veo solo deja más dudas y estrés en mí. Me he entretenido con la tesis y con algunas cosas que tengo que preparar para mis últimos días de trabajo en el bar y mi comienzo en la morgue de James.
Llamada entrante de Jack.
—Jack. — contesto.
— Melanie, ¿cómo estás?
—Bien... ¿y tú? — ando muy desanimada y se refleja en mi voz.
—Si tú estás bien, yo también. — sonrío. Es el único que me hace sonreír en un momento como este. — ¿Estás bien?
—Sí. Estoy bien, solo ando...algo estresada. — intento relajarme.
—¿Estresada por qué? ¿Hay algo que tengas que decirme?
— ¿Cómo qué?
—No sé. ¿No has experimentado cosas extrañas los últimos días?
— ¿Debería haber experimentado algo extraño? — de hecho sí, como lo de la nota, por ejemplo, pero sí él sabe algo tendrá que decírmelo.
—Solo tengo un mal presentimiento.
—Yo también lo tengo, pero la tesis requiere toda mi atención. — intento convencerme a mí misma.
—Por cierto, ¿cómo vas con eso?
—Bien. Creo que en una semana más la termino. Estoy muy emocionada por graduarme.
—Lo lograrás. Ya verás. Eres la mejor. — me anima.
—Gracias por todo tu apoyo. En verdad que lo necesito. — lo valoro bastante.
Un sonido extraño en la cocina me asusta y llama mi atención.
—¿Qué fue eso? — vuelve a preguntar. Lo ha escuchado también.
—No lo sé. Algo debió de caerse. — me levanto sigilosamente de la cama y salgo de la habitación para revisar.
— ¿Melanie? Mejor no salgas. Quédate ahí. Voy para allá. — insiste.
—No exageres, nadie puede entrar aquí de cualquier forma. — llego a la cocina y no hay nada. Solo fue una cuchara. Respiro profundo por alivio y justo cuando intento explicarle que todo está bien, alguien me sujeta fuertemente por detrás, tira mi celular al suelo y me coloca un pañuelo en la boca por varios segundos. Pataleo e intento de todas las formas posibles quitármelo de encima, pero no puedo. Tiene más fuerza que yo, por lo que deduzco que es un hombre. Me sujeta con tanta fuerza hasta que poco a poco cierro los ojos y caigo en una profunda oscuridad.
...
Abro los ojos lentamente. Me siento muy mareada. Tengo las manos atadas y estoy recostada sobre un mueble. Cuando mi vista se aclara, me doy cuenta de que hay un señor sentado frente a mí. Me asusto y trato de quitarme las cuerdas.
—Tranquila, no te haré daño. — dice mientras pone el tabaco que fumaba en el cenicero.
—¿Quién eres y qué quieres? — pregunto.
Estoy muy nerviosa. Quiero irme de aquí.
—Soy Richard. — se presenta y algo intolerable sacude toda mi alma.
—¿Quién? ¿Qué Richard? No te conozco.
—Richard Johnson. Tu padre, hija.
—No vuelvas a llamarme así. Mi padre no existe.
—Sí existe y ese soy yo. Te lo puedo mostrar. — uno de sus guardias me corta las cuerdas de las manos y me obliga a caminar detrás de él. Debería aprovechar este momento para salir corriendo pero el lugar está lleno de hombres armados, sobre todo el que tengo detrás de mí. Así que debo ser más astuta.
Entramos en una habitación donde solo hay fotografías mías y de Martha cuando era más pequeña. ¿Qué es esto? Tiene fotos mías de bebé y las demás son como si hubiera contratado a alguien para fotografiarme en todos lados. Al menos a los pocos lugares a los que recurría.
No puedo creerlo. Ni siquiera quiero imaginarlo. Esto no pude ser cierto.
—Soy tu padre, Melanie. — confiesa. Siento cómo algo dentro de mí se derrumba. De repente siento ese nudo común en mi garganta y ese ardor en mi estómago.
— ¡Tú no puedes ser mi padre! ¡No tengo padre!
—Sí lo tienes y ese, como ya te dije, soy yo. — lo miro a los ojos por largos segundos. ¿Este hombre que va de traje y fuma tabaco es mi padre? Esto debe ser una mentira, todo esto debe ser una pesadilla. Vuelvo a mirar las fotografías y no hay manera de que pueda estar mintiendo. Hay fotos suyas con mi madre donde se ven muy felices.
¿Qué demonios? ¿Qué clase de familia me tocó?
—¡Tú! — empiezo a asimilarlo. — ¡¿Cómo pudiste dejarme sola?! ¿Sabes todo el daño que me ha hecho solo por ser mi madre? ¿Por qué me abandonaste? — le grito, golpeando su torso hacia atrás, sin evitar que las lágrimas salgan de mis ojos.
—Tu madre se encargó de alejarte de mí. No tienes idea de lo que es capaz de hacer con tal de salirse con la suya y eso ya te ha quedado más que claro. — se acerca a mí, pero me aparto de inmediato. — Me amenazaba con delatarme ante la policía para que me arrestaran por toda la eternidad si me acercaba a ti. Le mandaba dinero para cubrir tus gastos, pero creo que nunca te los dio. Apenas la obligué a dejarte estudiar cómodamente. — esto es demasiado difícil de procesar, pero trato de mantener la cordura.
— ¿Entonces la persona extraña que aparecía misteriosamente en todas partes era uno de tus peones? ¿La nota, fuiste tú? — me estoy asfixiando.
—No. Eso es cosa de Bilson. Mi enemigo. El jefe de Frank. Tuvimos problemas en el pasado y terminamos odiándonos a muerte. Después de la muerte de Frank, las cosas se pondrán peor y por eso estoy aquí, dándote la cara, aunque me odies por el resto de tu vida. — veo sinceridad en sus ojos azules. Muy parecido a los míos. — Lo entiendo. Quizás no puse todo de mi parte, pero consideré que allá estarías más a salvo que aquí conmigo. Recuerda las cosas que Martha y él te dijeron, podrás armar perfectamente el rompecabezas.
— ¿Y qué pretendes hacer ahora? ¿Encerrarme en este lugar como una marioneta? ¿Eso quieres?
—Por supuesto que no. — me quedo en silencio. — Supe todo lo que pasó con tu madre.
—¿Qué más sabes de ella? ¿Cómo...cómo es que está pasando todo esto?
—Sabía lo de su trastorno. Pero nunca imaginé que sería el detonante de toda esta guerra. — se sienta en un sillón. — Cuando supo que estaba embarazada huyó de mí. Me di cuenta por las pruebas positivas tiradas en la basura. Quise buscarla y ahí empezaron sus amenazas. Era una Martha completamente diferente. Le ayudé a controlarlo por mucho tiempo hasta que se enteró que llevaba una vida en su vientre, supongo. Martha es demasiado difícil de entender.
—¿Por qué Bilson es tu enemigo? — estoy más calmada.
—También se enamoró de ella pero como corrió a mis brazos eso lastimó su ego. Algo infantil que creó una guerra interminable.
—¿Y si mi madre tanto te amaba por qué busca vengarse de ti a través de asquerosos como ellos?
—No siempre fui un buen hombre con ella. Estábamos en un círculo muy tóxico y ciertas veces fui muy posesivo. — me dan ganas de golpearlo. — No estuve en los nueve meses, ni en el parto ni en los primeros años pero no porque no lo quisiera, sino porque no tuve de otra. Peter, mi hombre de confianza... — señala al que me cortó las cuerdas de las manos. — Es el que se ha encargado de vigilarte y darme la información que necesito para mantenerte a salvo. — todo esto es demasiado. Mi mente está sobrecargada.
No sé qué decirle.
—No estoy buscando tu perdón, porque sé que eso no se consigue de la noche a la mañana. Tampoco que me llames o me trates como tu padre. Eso requerirá más tiempo. El que posiblemente no tengo. — suelta una risa nerviosa. — Solo quiero que me permitas conocerte y protegerte de mi enemigo. Un enemigo del que soy el único responsable. Ahora que sabe que eres mi hija, intentará hacerme daño a través de ti porque sabe lo mucho que significas para este viejo y estúpido padre criminal. — se refiere a sí mismo.
—No sé qué hacer. — se supone que los padres tienen que ser nuestro fuerte en momentos difíciles, pero en mi caso todo parece ser al revés.
—No tienes que hacer nada, solo dejarme hacer mi parte. Solo hasta que Bilson ya no sea un problema. — tengo un terrible dolor de cabeza. — Pero necesito solo un pequeño favor a cambio. — ¿de verdad cree que está en posición de pedirme favores? — La policía, ninguno de tus amiguitos puede saber de este encuentro ni mucho menos que conoces mi cara. Explicarte las razones creo que estaría demás.
—No diré nada, puedes estar tranquilo. — limpio las lágrimas de mis ojos.
— Háblame de tu relación con ese policía...Jack, creo que se llama. — cambia de tema de repente. No me gusta que lo meta en esto.
—No tengo nada que decirte sobre él.
—Yo creo que sí. Mis detectives los han visto muy unidos últimamente. Tampoco me quiero meter en tu vida personal, descuida. Sé que ya eres adulta y sabes lo que haces, pero deberías tener más cuidado de a quien llevas a tu cama.
—Entonces cumple lo que dices y no te metas. No es de tu incumbencia.
—No, no tienes ni idea. — sus palabras me dejan muy confundida. ¿A qué viene el tema de Jack? — Regresarás a casa, pero recuerda que mis hombres te estarán siguiendo a todas partes. No porque desconfíe de ti, sino por seguridad. Todo esto terminará cuando la muerte de Bilson sea un hecho. — ya no sé cómo sentirme. 21 años creyendo que no tengo padre, que probablemente se había muerto, que quizás ni siquiera sabía quién era y ahora aparece de la nada con intención de "protegerme" de un enemigo que se ha ganado él.
Quiero llorar, quiero llorar, pero no puedo (no lo permito), menos delante de él.
— ¿Qué te asegura que voy a hacer lo que me pides?
—Porque sé que no confías en nadie al igual que yo. — y tiene toda la razón. Si no me hará daño, no tengo de qué preocuparme.
—Ya quiero irme a casa. — solo quiero salir de aquí. Estar frente a él me asfixia y también me da cierta repulsión.
Le ordena a Peter dejarme en casa y así sucede.
No cruzo una sola palabra con él en todo el camino. Aún no me siento segura teniéndolo a mi lado. Cuando finalmente estoy de regreso, me encuentro a Jack en mi habitación. Al parecer estaba montando toda una investigación en mi apartamento después de lo que pasó en la llamada.
— ¡Melanie! — corre hacia mí y me abraza fuertemente. En sus brazos no puedo ser fuerte, así que saco toda esa angustia de mi pecho con un par de ardientes lágrimas.
Horas después.
Le he explicado lo del "secuestro" diciéndole que pude escapar, que solo fue para asustarme y hacerme pasar un mal rato, cuando es claro que no es así. Lo que me extraña un poco es que acepta mi versión sin hacer muchas preguntas. Conociéndolo, no me dejaría en paz hasta saber todos los detalles pero, por otro lado, me conviene que sea así. Quiero ocultarle esto, porque, aunque lo quiero mucho, no quiero involucrarlo más en mis problemas familiares.
—Estaba a punto de avisarle a la policía. ¿Ahora entiendes por qué soy tan protector? Si algo te llega a pasar, jamás me lo voy a perdonar. — me acaricia el cabello.
Estoy recostada sobre su torso.
—No te preocupes. Estoy segura de que ya no pasará otra vez.
—Este lugar ya no es seguro. — me mira a los ojos, como si estuviera pensando en algo. — Quiero que te mudes a mi casa hasta que resolvamos esto. Quien sea que te haya hecho esto, lo hará de nuevo y es mejor prevenir. — lo que me acaba de proponer, me impresiona.
¿Mudarme con él?
— ¿Mudarme contigo? ¿Estás seguro?
—Por supuesto. ¿Qué dices? — no sé qué decir. — Sé que es muy pronto, pero será por tema de seguridad. Para proteger tu vida. Los Bilson y Richard siguen ahí afuera. Y mientras eso siga así, estás en peligro. Después de lo que acaba de pasar es imposible que te vuelva a dejar sola en este lugar. — no tengo palabras para responderle más que un delicioso beso lleno de amor.
—Tengo que pensarlo. — en verdad debo hacerlo.
—Hazlo entonces, pero que sea pronto. Solo será por una temporada. Hasta que ya no estés en peligro. — parece que trata de recordarme que se trata de su deber como policía y no como solo como mi novio. Lo que mata parte de mi ilusión.
Al menos sé que Richard quiere protegerme, ya que solo quieren matarme por ser su hija. Es injusto. Parece que esta noche se quedará a dormir conmigo y así me siento más segura. Así que pongo mi mente en blanco para poder descansar.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro