13. James.
6pm.
Me he reintegrado a las clases y en unos días empezaré con mi tesis. Tendré que encontrarme con mi compañero de vez en cuando para asegurarnos de que todo salga perfecto. Estoy ansiosa por terminar. ¿Crees que podamos comer algo más tarde? Sus palabras no salieron de mi cabeza durante toda la jornada. Mientras limpiaba las mesas pensaba en todas y cada una de las cosas que me habían pasado hasta ahora. Mi madre en la cárcel, mi hermano se irá de la ciudad, mi padre ausente (que ahora sé que existe) y mi extraña situación con Jack.
—Tierra llamando a Melanie. — Lisa me devuelve a la realidad.
—Perdón, estoy muy distraída. — sonrío.
—Adivina qué. Hablé con mi amigo, el forense del que te comenté ayer y me dijo que podías ir hoy mismo para hablar del trabajo. Necesita una asistente cuanto antes.
—¿Hoy?
—Sí, qué te parece si te llevo cuando salgamos.
—Por mí está bien pero no pensé que fuera tan pronto. Es que Judith y yo hicimos un trato y no me gustaría quedar mal con ella.
—No te preocupes por Judith, ella nunca se obsesiona con estas cosas. Si consigues un trabajo mejor y decides irte lo entenderá.
—¿Tú crees?
—Estoy segura. Me dolerá no tenerte aquí, pero es más importante verte salir adelante y sé que aquí no conseguirás todo lo que quieres. — coloca un mechón detrás de mi oreja.
—¿Y tú por qué sigues aquí? ¿Por qué no has tomado esta oportunidad para ti?
—Porque, por muy extraño que parezca, siento mucho cariño por este lugar. He estado aquí desde los 18 y se ha convertido en el hogar que nunca tuve. Si amas lo que haces, por más simple que sea, estás en el lugar correcto.
—Eso fue muy bonito.
—Sí. Ahora démonos prisa para no llegar tarde. Haré que consigas ese trabajo. — está incluso más emocionada que yo por esto.
7pm.
Hemos llegado un poco tarde. Es un lugar muy gris. Un guardia nos pregunta el motivo de nuestra visita y cuando le explicamos, nos coloca un carnet como visitantes y nos deja pasar. Lisa me lleva directamente a la oficina y ahí está. Tiene un conjunto de enfermero gris y el cabello peinado hacia atrás. Es lacio y brilloso. Se nota lo delicado que es.
—James, ella es una buena amiga, Melanie; Melanie, él es el forense James del que te hablaba. — Lisa nos presenta.
—Mucho gusto, señor James. — le extiendo mi mano y la estrecha con una sonrisa respetuosa.
—Solo dime James, me haces sentir viejo. — nos reímos — Siéntate por favor. — indica la silla y lo hago. Lisa se retira para dejarnos a solas. Estoy un poco nerviosa.
—Entonces, ¿de verdad estás interesada en este puesto? — junta sus manos sobre el escritorio.
—Sí. Siempre y cuando... el salario sea justo. — voy al grano.
—Tranquila, eso no es problema. El horario es muy exigente, ya que, aunque solo trabajaré 4 días a la semana, si te necesito a cualquier hora, debes estar activa y disponible. Ya sabes, a veces encuentran cuerpos y al que llaman es a mí. — voy entendiendo. — Tú trabajarías 3 días conmigo: dos en la mañana y otro en la madrugada, ¿crees que puedas con eso? — ¿en la madrugada? Al menos los días libres lo recompensarán.
—Sí, me parece... bien. El horario me favorece mucho, ya que también estudio.
—¡Ah! ¿Qué estudias?
—Administración de empresas. De hecho, estoy en mi última etapa.
— ¡Oh! Eso es perfecto. Si me das la talla podría hasta dejarte de regente en este lugar. — no sé si está bromeando, ya que se ríe al decirlo y hago lo mismo para disimular. — Tendrás una semana de entrenamiento para que aprendas cómo se maneja todo aquí. Son muchos detalles que hay que tener en cuenta, pero siento que los aprenderás rápido. Después de esa semana, si aún decides quedarte, empezarás a trabajar y te agregaré al sistema formalmente. Recibirás un sueldo de 2000 dólares quincenal y cuando tengas 6 meses, el sueldo irá subiendo. Todo depende de ti, ¿te parece bien? — incluso es más de lo que pensé. Mi cara de sorpresa debe de ser muy evidente. — El trabajo aquí es muy pesado. Cuando empieces te darás cuenta.
—Está bien, estoy segura de que podré con ello. ¿Cuándo empiezo y cuáles días tendré que trabajar? — vuelvo a preguntar. Estoy muy entusiasmada.
—Lunes, miércoles y viernes. Lunes y miércoles en la mañana; viernes en la madrugada hasta que salga el sol. Para el entrenamiento, tienes que venir justamente esos días por igual. Empezaremos la semana que viene. Así lo que queda de esta te sirve para acomodarte y pensarlo mejor. Se te proporcionará un uniforme como el mío y las medidas de cuidado necesarias.
—Perfecto. Muchas gracias por esta gran oportunidad, de verdad. — me levanto de la silla para irme.
—Gracias a ti. No muchos son valientes para hacer este trabajo. Además, si eres recomendada de mi querida Lisa, no tengo que pensarlo mucho. — responde con una sonrisa.
Se levanta y me acompaña hasta la puerta.
Después de todo, creo que la vida me está premiando. Siento que las cosas irán mejor a partir de ahora y espero que sea así. Visito a mi hermano a la ferretería y le cuento todas las novedades. Con el dinero que me había dado compro un par de cosas más (dentro de ellas un celular y objetos de uso personal) que necesitaba. La invitación de Jack aún sigue en mi cabeza y no sé qué hacer al respecto.
Luego de comer algo, lavo los trastes mientras escucho música de Sam Smith. El teléfono suena y detengo la música en mi laptop para contestar.
—¿Bueno?
—¿Melanie Cross?
—Sí, soy yo.
—La inspectora Adams solicita su presencia en el departamento federal, ¿cree que pueda venir ahora?
—¿Ahora? Sí, creo que puedo.
—La esperaremos entonces. — cuelga. ¿Y ahora para qué me necesitan? Me cambio de ropa, tomo un taxi y algunos minutos después, llego. Una agente me reconoce de inmediato y me lleva hasta el salón donde están todos (Eric, la inspectora Adams, Jimmy, otro señor en traje que no conozco y por supuesto, Jack).
—Melanie Cross. Hasta que tengo el placer de conocerte. — dice el señor trajeado y calvo. Bueno, realmente todos visten de traje aquí, menos algunos de servicio público. — Soy Simmons. El jefe de la jefa de tu agente protector. — se refiere a Jack.
—Mucho gusto, Simmons. — educada ante todo.
—El gusto es todo mío. Tu caso se ha convertido en una sensación en este edificio.
—Mi caso es una situación difícil, no un programa de televisión para que la gente se divierta. — no me gusta como entona sus palabras.
—No, tranquila. Nadie se está divirtiendo con esto, créeme.
—Te llamamos porque necesitamos hacerte un par de preguntas más. — dice la señora Adams. — Siéntate. — me indica la silla al lado de Jack. ¿Por qué algo tan simple como sentarme a su lado me resulta tan complicado?
Respiro hondo y lo hago.
—Como supongo que ya sabe, su caso aún no está cerrado, así que hemos seguido investigando. — Jimmy coloca muchas imágenes en la enorme pantalla que tenemos enfrente. — Encontramos que tu madre estuvo interna en el centro psiquiátrico del doctor Walter hace muchos años. Y con mucha coincidencia, en las fechas que salió, fueron las mismas en la que clausuraron el lugar porque al parecer, mantenían una relación más que de doctor a paciente. Esto en la facultad de salud mental tiene una grave penalización. — parece que Judith y Frank, tenían algo de razón después de todo.
—Padece del trastorno disociativo de personalidad. — muestra tres imágenes diferentes de mi madre. Tiene peinados y expresiones distintas en cada una de ellas y se ve más joven aún. Tiene sentido si todo esto es de hace 21 años atrás. — Lo poco que Jimmy pudo encontrar sobre estos informes, es que existen tres personalidades distintas dentro de ella. Pero es un caso particular porque todas tienen el mismo nombre y la misma historia, solo que cada una manipula su realidad de una manera diferente. — dice la inspectora.
—¿A qué se refiere? — intento entender.
—Los informes del doctor Walter decían que esta... — Jimmy señala a la Martha que lleva una coleta alta y una expresión seria. — Es la que se obsesiona con hombres peligrosos como mafiosos, criminales, políticos y demás. Es la personalidad que enfrenta la vida sexual. Esta...— señala a la Martha que lleva el pelo recogido en una media cola. — Es tu madre. La madre que ama y daría todo por sus hijos. La predominante del cuerpo. Pero esta... — señala la última fotografía, en la que lleva el cabello completamente suelto con una expresión más sádica. — Es la que es capaz de matar y hasta de quemar su propia casa. — sé que lo dice por lo que hizo con la nuestra. No puedo creer todo lo que estoy escuchando.
—También encontramos que trabajaba en el bar o mejor dicho, en el prostíbulo de Judith después de eso. Donde se le vio con dos hombres distintos: Bilson y Richard. Dos amigos que actualmente son criminales también, pero por alguna razón, hoy son enemigos. ¿Por qué será, me pregunto? — sigue explicando Adams. — Todas las evidencias indican que se acostaba con ambos hasta que quedó embarazada de uno de los dos. De nada más y nada menos que Richard Johnson.
—¿Embarazada de quién? ¿De Junior?
—No. De ti. — siento una horrible presión en el pecho. — Sabemos muy poco de lo que pasó en el transcurso de tu embarazo. Solo lo que hoy podemos deducir: Martha salió de su camino y decidió criarte lejos de él o... le ocultaba algo más. — cierro los ojos y respiro hondo para no desplomarme con tanta información.
—¿Recuerdas el hombre que nos ayudó frente al hotel? — suena la voz de Jack a mi lado. — Era protección de tu padre. — no sé si deba sentirme bien o mal al respecto.
—Eres hija de uno delos criminales más grandes de Estados Unidos, Melanie. — dice Simmons, dejándomeen completo y absoluto suspenso.
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