Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

11. La carpeta roja.

Como Eric dijo, el ministro me ha dado un nuevo lugar donde vivir por haber colaborado con la misión de atrapar a Frank. Pero circunstancialmente tendré que buscar trabajo para sostenerme cuando se termine la despensa. Ahora que lo recuerdo, mañana recibo mi último examen y en un mes más, después que termine mi tesis, podré graduarme. Antes al menos contaba con la ayuda económica de Martha, pero ahora tendré que ganar lo suficiente para pagar la universidad y todo lo que la tesis conlleva.

—Tendrás todo lo que necesitas por ahora y dos agentes estarán abajo por tu seguridad. Son de confianza. — Eric me ayuda a abrir la puerta. — ¿Estarás bien?

—Sí, estaré bien. Gracias por todo. — sonrío.

—No agradezcas. Ya me iré para que puedas descansar. Te lo mereces. — sonrío y cuando se marcha, cierro la puerta con seguro. El departamento es muy acogedor. Un poco pequeño, pero es más de lo que esperaba. Tiene una mezcla de colores grises, blancos y rosado pastel que hacen que se vea aún más bonito y coqueto. Me gusta. Apenas tengo la mochila con la que salí de casa el primer día. Solo tiene la laptop, ropa cómoda, cepillos de dientes y cosas así.

Los ordeno, me doy un baño, me pongo cómoda y preparo algo de cenar.

Abro la laptop para distraerme al menos en redes sociales. Quizás encuentre algo de mi hermano por allí. Jack. No volví a verlo después de llegar al departamento federal y estoy algo...ni siquiera sé cómo describirlo.

Cierro la laptop y enciendo el televisor.

—Esta noche el departamento federal de Washington atrapó a uno de los criminales más buscados, acusado de varios delitos junto a demás asociados. Su nombre era Frank G, dueño de varias tierras y propiedades...— dice la reportera, pero la apago para no seguir escuchando. Voy a mi cama y por primera vez, siento la tranquilidad de la noche.

El teléfono suena antes de que pueda pegar el ojo. ¿Quién tendrá este número?

—¿Bueno? — contesta.

—¿Melanie? — reconozco esa voz. — Soy yo, Jack. ¿Ya estás acostada? — me levanto de la cama de inmediato.

—No, acababa de...comer algo. ¿Por qué...sucede algo?

—No, todo está bien, de momento. Solo llamaba para...saber si estabas bien. Pasaron muchas cosas en una sola noche.

—Lo sé, pero estoy bien. Estoy acostumbrada al estrés. Sé manejarlo.

—Aun así, sé que es difícil para ti. No deberías normalizarlo, no lo mereces. — me quedo en silencio, el timbre suena y me horrorizo. ¿Quién más podría saber que estoy aquí y venir a estas horas?

— Hay alguien tocando mi puerta. — digo por teléfono mientras me acerco a la puerta. Jack no responde y hace que me sienta más asustada. Me acerco lentamente y cuando la abro un poco, dejo salir todo ese miedo con una exhalación al ver que es él. Jack Connor.

—Jack. — verlo y tenerlo aquí me hace sentir segura. Sonríe y colgamos el teléfono a la vez.

—Hola. — dice. Lo noto muy tranquilo.

— ¿Dónde estabas? Desde que me llevaste al departamento no volví a verte. — lleva una linda chaqueta de cuero negra sobre una camisa del mismo color. Es la ropa más casual con la que lo he visto desde que lo conocí.

—Estaba resolviendo algunas cosas para poder estar...tranquilo. — me quedo en silencio. — ¿Me dejas pasar?

—Sí, claro. Disculpa. — me he quedado en la puerta sin dejarlo entrar todo este rato. Me aparto y lo dejo pasar. Tiene dos cajas enormes encima, lo que supongo que, por el aroma, es pizza. Las coloca en la meseta de la cocina y explora el lugar.

— ¿Te sientes cómoda aquí? — pregunta.

—Sí. Un poco rara, pero es porque no estoy acostumbrada a vivir sola. — abro la pizza y el aroma me despierta el hambre. Saco dos platillos mientras me ayuda a cortar los pedazos a la perfección.

—Te acostumbrarás. — sonríe. Que esté aquí, también es un poco extraño.

—Pensé que solo comías verduras. ¿Qué cambió?

—No ha cambiado nada, solo pensé que te caería bien comerlas esta noche.

—Pensaste bien. — sonreímos. — Pero...ahora estoy más confundida.

—¿Por qué? — frunce el ceño mientras come de las uvas en el masetero.

—No entiendo qué haces aquí. Tu trabajo terminó, ¿no? — recuerdo aquellas palabras que me dijo en la caravana.

—Todavía no cierran el caso por completo, pero podemos ser amigos, ¿no te parece?

—¿Amigos? Perdón, pero no pareces ser el tipo de hombre que le guste hacer amigos.

—¿Tan mala persona crees que soy?

—Aunque hemos estado juntos desde hace días, no sé nada de ti. No te conozco.

—¿Qué más quieres saber de mí?

—Bueno, si quieres que seamos amigos, al menos dime la razón. ¿Por qué un hombre como tú querría tener a una amiga como yo?

—Porque quiero protegerte.

—¿Protegerme de qué? Frank ya está muerto. — se queda en silencio. — Y mi madre irá a la cárcel pronto.

—¿Y qué hay de tu padre? Por las cosas que dijo Frank parece que sabía cosas que nosotros no.

—Estoy consciente de eso, pero no tengo cabeza para preocuparme por un padre que hasta hoy no sabía que existía. — me acomodo en el taburete de la mesa.

—Lo entiendo, créeme.

—La señora Adams también se portó raro conmigo hace unas horas. — Jack frunce el ceño. — Me dijo cosas inapropiadas de ti.

—¿Qué fue lo que te dijo? — parece estar molesto.

—Básicamente se puede resumir en que no puedo confiar en ti. Habló como si...ustedes hubiesen estado juntos. — lo miro y me evade, como si le costara hablar del tema.

—Adams no es importante para mí y tampoco debería serlo para ti. — ahora parece tener rabia. — Creo que hice mal en venir. Entiendo que necesitas tu espacio y.... la verdad es que no sé qué estoy haciendo.

—Hablé con tu mamá por teléfono. — creo que intento evitar que se vaya. — Cuando estuve en tu apartamento. Dudé mucho en contestar, pero lo hice. Espero que no te moleste. Dijo que te amaba mucho. Se me olvidó darte el mensaje antes. Es muy linda. Sentí su alegría a través de su voz.

—Sí, ella...ella es así. — empieza a relajarse nuevamente.

—Nunca me cansaré de agradecerte todo lo que has hecho por mí. Sé que es tu trabajo pero aun así, gracias. — me acerco. — Pensé que estabas molesto conmigo después de sacarme de las carreteras.

—No, acompañé a la grúa a transportar el Audi al taller. — ¡demonios! Se me había olvidado de que estrellé su auto con el de Frank y casi queda destruido.

—¡Santo cielo! El Audi. Yo...voy a pagar los daños. No sé cómo, pero lo haré.

—Tranquila Melanie, no importa.

—Claro que importa. Es un auto muy costoso y lo tomé sin tu permiso.

—Lo hiciste para salvar tu vida. Eso es lo único que importa ahora. — toca mi mano con suavidad. — No dejaré que nada malo te vuelvo a pasar, pero para que eso suceda debes confiar en mí. — envuelve mis manos en las suyas.

—Ya lo hago. — lo miro a los ojos y por un momento, tengo deseos de tomarlo del cuello y besarlo. — Confío en ti, Jack. — llamarlo solamente por su nombre me hacía sentir que lo conocía.

—Me alegra saberlo. — coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja. "No existe nada entre él y yo", jamás terminará de convencerme de ello. Sus labios casi chocan con los míos, pero me aparto instintivamente.

—Intentemos no cruzar la línea, por favor. — le pido, aunque no sea lo que realmente quiera.

—Está bien. Será como tú quieras. — se aparta. — Aquí tienes mi número de teléfono... por si me necesitas. — coloca su tarjeta sobre la mesa. — Llama cuando quieras. Que descanses. — dice con una corta sonrisa, camina hasta la puerta y se va.

Recupero el aliento y me siento.

Ni siquiera pudo comerse la pizza que compró ni yo tampoco. Las palabras de la señora Adams no salían de mi mente y era lo que me mantenía al margen, pero mi acercamiento con Jack no era mi problema principal ahora. Está el misterio de mi padre, el destino incierto de mi madre, todas las piezas sueltas que las palabras de Frank dejaron y reencontrarme con mi hermano. ¿Seré capaz de contarle toda la verdad? Sin lugar a dudas lo peor empieza a partir de ahora. Mañana recogeré todas las piezas rotas de mi vida.

Jack Connor.

Pensé que con la muerte de Frank todo estaría claro, que me quitaría un gran peso de encima pero no es así, ahora me siento peor, me siento más preocupado. De toda la mierda que dijo, lo que dejó bastante claro es que solo era un peón de algo más grande que está por venir, ¿a qué diablos se refería? Mi cabeza está vuelta un caos. Caos, que no durará mucho tiempo. Laura. Laura es otro problema que no me deja en paz. Después de tanto tiempo cree que tiene el derecho de meterse en mi vida sin abstenerse a las consecuencias. Le tengo mucho respeto y por ser mi superior, debo tener cuidado con ella en la mayoría de las veces, pero no dejaré que esto se extienda más de lo que debe.

Y por eso estoy aquí, frente a su departamento. Cuando abre, entro y cierro la puerta de golpe detrás de nosotros. Se espanta y me mira con preocupación.

—Escucha Jack, antes de que digas cualquier cosa...

— ¡No te atrevas a abrir la boca y escucha atentamente lo que te voy a decir! ¡No quiero verte cerca de mí, no quiero verte cerca de Melanie a menos que sea algo que la beneficie! ¡No quiero que te metas más en mis asuntos y quiero que recuerdes cada mañana como recuerdas llevar el arma y la placa que no tenemos absolutamente nada más que trabajo! — la interrumpo pegándola del cuello contra la pared. No quiero hacerle daño, ni lo haré, pero he llegado a mi límite. — ¿Lo entiendes?

—¡Suéltame! ¡Me estás lastimando! — me empuja y me aparto. — ¡No tienes derecho a hablarme en ese tono! — intenta recuperar el aliento.

—¿Y tú sí tienes el derecho de ahuyentar a las personas de mi vida? — estoy muy enfadado.

—Solo le dije la verdad. Pero si se aleja por unas simples palabras te darás cuenta de que no vale la pena luchar por ella.

—¿Y por quién sí vale la pena? ¿Por ti? — intento mantener la calma.

—¿Qué significa ella para ti? ¿Qué tiene ella que yo no? ¿Es porque es más joven, es por eso? — cierro los ojos y paso la mano por mi cara para controlar mi ira. — ¿Por qué muestras tanto interés?

—¡Ya basta Laura! ¡Ya basta! — alzo la voz. — ¿Sabes qué pasaría si Simmons se entera de esto? ¿No puedes quererte un poquito más?

—Te amo Jack. Y no importa lo que pase, seguiré aquí esperando por ti. Ella no es buena para ti, su vida tiene mucha tragedia y tú no necesitas eso. — intenta tocar mi cara, pero la detengo.

—Diga lo que diga, jamás entrarás en razón. Así que no tengo nada más que hablar contigo. — me acerco a la puerta. — Mañana será un largo día. Espero que en la oficina no digas algo de lo que te puedas arrepentir. — salgo de su casa y me marcho a la mía.

Mucho tránsito después, llego a mi apartamento. Logro reconocer la camioneta de Simmons en el estacionamiento así que me acerco a él. Toco su cristal y lo baja. ¿Qué hace aquí a estas horas?

—Simmons. — saludo cortantemente.

—Está de sobra felicitarte por tu excelente trabajo, ya es costumbre. Me enorgullece tenerte en el equipo. Cuando estás dentro, es una victoria asegurada. — dice con una sonrisa. Simmons siempre lleva traje, es uno de esos hombres de piel oscura con mucha elegancia y al único que he respetado considerablemente. Le debo mucho a él. Tenemos una historia.

—Se lo agradezco mucho, pero si me lo permite, quiero alejarme de estos casos, al menos por un tiempo. — estoy cansado.

—¿Sientes que se llevan una parte de ti, cierto?

—Esta vez es diferente. Esa chica me importa más de lo que debería y...no quiero que se repita la historia. No quiero lastimar a nadie más. — estoy siendo más honesto de lo que jamás pensé acerca de mis sentimientos. Que aún claro no los tengo.

—Este caso aún no termina Jack. Esto es más grande de lo que crees. — sale de la camioneta.

— ¿A qué se refiere? — frunzo el ceño. — Frank es un mentiroso de primera, no pensará caer en sus juegos aun después de muerto, ¿o sí?

—Tú y yo tenemos la suficiente experiencia para saber que esto fue demasiado sencillo cuando se supone que era uno de los más "peligrosos" de la ciudad. ¿No notaste que estaba tan tranquilo ante la situación, aún más cuando él mismo se quitó la vida? Todo eso concuerda con mis investigaciones.

—¿Qué investigaciones? — estoy muy intrigado.

—Dentro de este folder está todo lo que necesitas saber. Léelo cuanto antes sin que nadie se entere. Ni siquiera Adams, ¿entendido? — tomo el folder en mis manos y guardo silencio. — No podemos confiar en nadie, ni siquiera en la propia Melanie Cross... ¿cuento contigo? — la carpeta tiene muchas hojas, por lo que supongo que son evidencias e informaciones de las cosas que me acaba de decir.

—Cuente conmigo. — asiento y se marcha contento. Si ni siquiera Adams puede saber de esto, es porque es más complejo de lo que podría imaginarme. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro