[...]

Nuevamente se veía a si misma como aquella bebé que recientemente había quedado huérfana, sólo que está vez, era cargada por una Inkling color banco vestida de enfermera, mientras lloraba con fuerza.

Al cabo de unos minutos, aquella enfermera ingreso con ella en brazos a una habitación blanca donde habían más personas, no podía ver sus rostros, pero sabía que eran Inklings.

"El estado de está pequeña Octoling es normal, estará bien".

"Pero desde que llegamos no deja de llorar".

"Intentamos de todo para que se calmara pero es inútil".

"...Dejenmela a mi...creo tener la solución".

Acto seguido, la enfermera la acercó hacia una Inkling amarilla, quien la tomo con delicadeza para luego acariciar su pequeña cabeza.

"Calma pequeña Octoling...ya todo está bien...nadie volverá a lastimarte nunca más".

Al escuchar la suave voz de la chica Inkling, dejó de llorar y su vista se aclaró por unos segundos permitiendole ver su rostro, era Sakura mirandola con una sonrisa en el rostro, esa mirada llena de paz y serenidad fue suficiente para calmarla completamente, y lentamente empezó a cerrar sus ojitos para quedarse profundamente dormida.

[...]

Los rayos del sol que entraban por la ventana de la joven Octoling fueron suficientes para despertarla, se estiró dando un bostezo como de costumbre y se levantó en dirección a la cocina donde Sakura la estaba esperando.

.- Buenos días-. Saludo con algo de pereza.

.- ¡Feliz cumpleaños Uma-. Dijo alegremente la Inkling acercándose a ella.- Ya eres toda una jovencita de 15 años-. Dijo para luego entregarle una caja de regalo.

.- Oh vamos, no es para exagerar-. Comentó algo avergonzada, hasta que notó el regalo.- Mamá, no te hubieras molestado, suficiente es tener que aguantarme todos los días-. Dijo divertida ante su propio comentario.

.- Sabes que no es ninguna molestia Uma, sobre todo cuando se trata de consentirte-. Dijo riendo.- Anda, abrelo-.

Uma obedeció sin protestar y abrió su regalo, dentro de este había ropas que los Octarianos usaban para ir a sus misiones, además de Qué también incluía un Lanzatintas de edición limitada.

.- Ese es el uniforme que los Octarianos usaban cuando aún eran nuestros enemigos, pero como los conflictos terminaron hace mucho ahora es ropa que cualquiera puede usar, y el Lanzatintas es cortesía mia, los agentes del Comando Branquias tenemos ventaja a la hora de conseguir las mejores armas-. Comentó Sakura.

La pequeña Octoling no sabía que decir, estaba impresionada por todo lo que Sakura se esmero en ese regalo, por lo que instintivamente corrió a abrazarla con todas sus fuerzas.

.- ¡Muchas gracias! D-de verdad que esto es impresionante-.

.- No es nada, ve a prepararte, desayunaremos en la plaza y luego me iré con el resto del Escuadrón-.

.- Iré con Taka al Distrito Pulpo, Lily y Matt nos esperan para festejar mi cumpleaños ahí-.

.- Está bien, sólo no regreses tarde Uma-.

.- No lo haré, estaré en casa antes de las 8:00 p.m-.

Y tal como acordaron, ambas fueron a la plaza central de Inkopolis, luego de comprar un bocadillo en el puesto de Adolfrito, Uma se fue al metro junto a su amigo Taka, mientras que Sakura fue a buscar a Marie y Callie para ir juntas donde el resto de los agentes.

.- ¿Y cómo está Uma?-. Preguntó Marie curiosa.

.- Está bien, fue a celebrar su cumpleaños con unos amigos-. Respondió Sakura.

.- Debes sentirte orgullosa Agente 3, tú lograste que esa pequeña Octoling saliera adelante después de...bueno...tú ya sabes-. Comentó Callie un tanto nerviosa eso último.

.-....Le prometí que nadie le volvería a hacer daño...y pienso cumplir mi promesa...aún si tuviera que dar mi vida por eso-. Dijo Sakura con voz sería y apretando levemente sus puños.

Lo que el grupo de chicas no sospechaba era que una figura misteriosa las observaba desde lejos.

"Asi que...realmente estás dispuesto a morir por esa basura Octoling...bien eso puede arreglarse...".

"Agente 3".