5
—Claro que no.
Joder. Temblaba por dentro y no era para menos, Taehyung estaba a punto de descubrir que le gustaba Jungkook. Si eso pasaba, seguramente le contaría a Jungkook y cuando lo hiciera, Jungkook no volvería a verlo igual. Perdería a Jungkook hasta como amigo y eso era impensable.
Jungkook era su único amigo, era la única persona con la que se había encariñado en tantos años.
—Eso creí —dijo Taehyung, pero aunque sonara seguro había cierto tono de alivio también—. Acepta cenar conmigo, Hoseok. Prometo que cuidaré de ti.
Amplió sus ojos por completo cuando Taehyung extendió su mano hacia él de una forma que solo había visto en películas y que solían hacerlo para invitar a bailar a alguien.
¿Estaba... comenzando su cortejo? No sabía que hacer, estaba entrando en pánico ahí mismo, de pie frente a ese alfa que era pura elegancia.
—Yo...
—Solo será un momento —decía intentando convencerlo—. Si no te sientes cómodo, aceptaré cualquier decidieron o pedido que hagas. Tienes mi palabra, la palabra de un Kim es inquebrantable.
Un poco del pánico se había ido cuando sostuvo su mirada con firmeza. Hoseok comenzó a evaluar sus opciones y llegó a una conclusión muy rápida. Estaba en esto por Jungkook, debía terminarlo cuanto antes.
—Está bien —asintió pero sin moverse, aunque no hizo falta porque el alfa bajó la mano y tuyo la suya con una delicadeza que jamás nadie usó con él.
Aunque se volvió una bola de nervios, se dejó llevar por el alfa cuando éste tomó mejor su mano. No pudo evitar darse cuenta como de grande, al mismo tiempo que cálida, era la mano del alfa. No pudo evitar sentirse protegido por la forma en que lo sostenía.
Estaba confundido por todo lo que le hacía sentir el alfa. Debía caerle mal, por las actitudes que Jungkook le había contado que tenía, pero no le caía precisamente mal. Era una mezcla de muchas cosas. Y su lobo, que al principio había estado alerta, ahora estaba tranquilo y cómodo con esa cercanía. Era extraño.
Un beta de unos sesenta años estaba frente a un auto negro brillante, Hoseok se extrañó cuando Taehyung se acercó a aquel, pero no se sorprendió cuando los presentó. Era el conductor de alfa. Se sintió nuevamente inseguro porque eso solo le recordaba que Taehyung era de una familia con mucho dinero, tanto que tenía su propio conductor y quien sabe cuantos privilegios más.
El beta abrió la puerta para ambos pero Taehyung le dio lugar a que Hoseok entrara primero. Y volvió a sentirse incómodo al recordar que lo llevaría a un restaurante a elección suya.
—¿A dónde iremos? —preguntó sin querer verse tan inseguro como estaba. Taehyung se había sentado a su lado y no le dijo nada al beta en cuanto entró, él simplemente condujo como si ya supiera donde ir.
Tal vez ya estaba acostumbrado, probablemente Taehyung había hecho esto cientos de veces con otros omegas. No debía olvidar que era uno más del montón.
—Hay un restaurante en el centro que te gustara —respondió dándole toda su atención al girarse a él—. No te preocupes por nada, no tendrás que gastar ni un won ni siquiera al regreso. Te dejaré en tu casa.
—Volveré solo. —Eso no se discutía, no permitiría que aquel se acerca a su deplorable y pobre departamento jamás.
Taehyung lo miró en silencio y finalmente asintió, aunque no estaba seguro si estaba de acuerdo con eso o simplemente se lo estaba dejando pasar.
—Quiero conocerte. —Aquel cambió el tema rotundamente—. ¿Puedo hacerte preguntas cuando lleguemos?
Eso significa que es hoy, pensó cuando preguntó aquello. Hoy era el día que lo interrogaría y si las respuestas le gustaban, le propondría ser su pareja... corrección, su máquina de hacer cachorros.
—Bien —soltó y giró su vista a la ventana. Intentando mostrarse indiferente, aceptando que sería la última vez que lo vería una vez que lo escuchara.
El viaje fue corto y silencioso, sin mencionar la música baja de la radio del auto.
—Puedes dejar tus cosas aquí si lo deseas y sacarlas cuando salgamos. —Taehyung bajó primero, antes que su conductor, y mantuvo la puerta del auto abierto para él. Hoseok miró su viejo y gastado bolso, dudó que hacer un segundo pero decidió dejarlo al darse cuenta que él ya se veía lo suficientemente mal como para llevar también su triste bolso a un lugar caro.
Sacó su teléfono y dejó su bolso en el asiento antes de salir. Nuevamente Taehyung no le dijo a su conductor nada, pero este se fue en cuanto Hoseok ya estaba fuera del auto. ¿Tan seguido Taehyung invitaba a posibles parejas que el beta ya estaba acostumbrado?
—Vamos —dijo el alfa, tomándolo de la mano de pronto. Hoseok no lo alejó, estaba demasiado sorprendido mirando todo el lugar al que habían llegado.
La calle era ancha, llena de luces y edificios de lujo. Modernos. Todo se veía moderno y nuevo ahí. Por supuesto, era el centro, uno de los muchos lugares por donde solo había pasado en taxi y se detendría únicamente para sacar foto. Comprar algo ahí era imposible para alguien como él, una sola cena equivaldría a lo que ganaba en un mes y dudaba exagerar.
Se sentía fuera de lugar, estaba fuera de lugar. Taehyung se detuvo frente a un personal del restaurante y le habló sobre una reservación, el joven asintió y le pidió que lo siguiera. Hoseok apenas parpadeó y se dejó llevar dentro de aquel elegante lugar. ¿Tan seguro estaba que aceptaría que hasta había reservado una mesa? No podía enojarse sin embargo, o al menos no tanto, porque en cuanto su mirada bajó hacia su mano y la vio totalmente envuelta en la del alfa, una sensación extraña lo recorrió. Sus mejillas se ruborizaron de inmediato al saber que todas las personas elegantes cenando ahí al verlos pensarían que ellos eran algo más.
¿Que dirían al ver a alguien como él ahí? ¿Qué dirían a ver a uno de los suyos con un omega tan lamentable como él? ¿Creerían que es por lástima? Nadie podía negar que Hoseok no pertenecía a ese ambiente. ¿Taehyung no se daba cuenta de eso? ¿No le avergonzaba tomar de la mano a alguien como él en un lugar qué tal vez algún conocido suyo pudiese estar y verlo?
Llegaron a una mesa y Taehyung movió su silla hacia él, indicándole que se sentará. Hoseok se sentía sumamente extraño, solo aceptó sentarse porque era mejor que seguir de pie y sentir miradas de reojo. Frente suyo se sentó el alfa y le dijo que eligiera lo que quisiera para comer, mientras que el chico que los había llevado a la mesa estaba pacientemente esperándolos.
—Cualquier cosa está bien por mi —dijo Hoseok, dejándole a Taehyung que eligiera. Él lo hizo sin dudar y mesero asintió con la orden antes de irse.
Intentaba no mirar a su alrededor por lo avergonzado que se sentía rodeado de tanto lujo y gente que parecía importante.
—¿Estás bien? —Taehyung preguntó luciendo preocupado.
—Si. —Tenía que superarlo, no era un adolescente. No era momento de sentirse cohibido, menos frente a un alfa como Taehyung. No era momento de ser inseguro, era un omega fuerte e independiente. Nadie debía hacerlo sentir inferior.
—Bien —dijo Taehyung y sonrió—. Entonces, comencemos con las preguntas.
Preguntas, cierto, estaban ahí por eso. Estaba ahí por Jungkook. Hoseok asintió y Taehyung comenzó con preguntas simples como su nombre completo, sus pasatiempos y hasta en que consistía su trabajo. Estaba esperando el momento en que mencionara algo sobre tener cachorros o casarse, pero ninguna pregunta siquiera se acercaba a eso. Ni siquiera cuando la comida llegó.
—Oh, gracias. —Taehyung agradeció de nuevo cuando el mesero volvió pero esta vez con una cajita negra—. Esto es para ti —agregó dándosela a Hoseok.
Recibió la cajita de forma automática antes de pensarlo bien y solo la abrió, pero con mucho cuidado cuando el alfa dijo que era un regalo que le hacía. Quedó enmudecido al ver una pulsera plateada y fina dentro. Se veía tan delicada como costosa.
—¿Te gusta? —Aunque estaba algo inseguro de que decir o cómo reaccionar frente a él, sintió la necesidad de asentir. Le gustaba, de eso no había dudas—. Entonces, permíteme. —Hoseok miró con grandes ojos a Taehyung ponerse de pie y sentarse en la silla a su lado. Quedó muy quieto cuando Taehyung sacó la pulsera de la cajita y la envolvió colocó en la muñeca de su mano que aún sostenía la caja—. Sabía que se vería perfecta en ti. —agregó y volvió a su lugar.
Estaba enmudecido, cerró la cajita dejándola a un lado y miró la pulsera como si pudiera tener alguna respuesta a sus preguntas no dichas. ¿Era que quería tanto algo con él para comprarle algo así de caro o es que tenía suficiente dinero para gastar en lo que sea? Probablemente la segunda opción era la respuesta. De todas formas, no pudo evitar agradecer y Taehyung sonrió ampliamente asintiendo para luegoc decir que comieran antes que se enfríe la cena.
—He terminado con mis preguntas por hoy —anunció Taehyung, con la misma calma—. Puedes hacerme las que quieras ahora.
Oh. Por su mente no había pasado que le diría algo como eso, creyó que Taehyung seguiría con sus preguntas hasta entrar en el tema que realmente quería que eran los cachorros y la familia. ¿A todas sus citas les permitía lo mismo? ¿Conocerlo también?
—No tengo ninguna pregunta. —Era verdad, pero al mismo tiempo quería dejarle en claro que un regalo no lo haría cambiar su forma de tratarlo. Si había intentado comprarlo, falló.
—Bueno, eso no es un problema. Puedo contarte de mi —dijo tranquilamente y luego comenzó a hablar de él. Desde su nombre, cantidad de hermanos hasta sus pasatiempos.
Hoseok había quedado mudo al saber que era dos años menor que él, sobre todo porque cuando él le dijo su edad Taehyung no había dicho nada al respecto. Era raro. A la mayoría de los alfas no les gusta salir con personas mayores que ellos, en su naturaleza estaba el buscar a alguien menor y frágil, necesitaban sentirse útiles y protectores. No al revés.
—Eres sensible al alcohol —repitió lo que dijo cuando notó que había tomado casi dos copas de vino desde que lo había pedido. Taehyung sonrió.
—No te preocupes, este es mi límite.
No podía imaginarse cómo sería el alfa si se pasaba de ese límite. ¿Sería mas descarado de lo que ya era? Tenía curiosidad por alguna razón.
La cena terminó siendo cómoda. Tal vez porque Taehyung no mencionó lo de los cachorros, tal vez por el regalo o tal vez porque había conocido detalles de él que lo habían hecho sentir más humano. No estaba seguro, pero no le importó mucho y esta vez cuando tomó su mano luego de pagar la cuenta, no se sintió incómodo o extraño mal. Era de alguna forma un sentimiento agradable.
—Si no quieres que te llevemos a tu casa, podemos dejarte cerca. Ya Es muy tarde.
Quería protestar y decir que era fuerte o lo suficientemente valiente como para volver solo a esas horas pero, lamentablemente seguía siendo un omega, débil ante los ojos de los demás. Débil ante cualquier ataque de algún alfa peligroso que anduviera por ahí.
—Está bien —aceptó y entró en el auto seguido de él. Le dio una dirección cercana al barrio en el que vivía al conductor de Taehyung pero lo suficientemente lejos para que no supiera que alquilaba una habitación en decadencia.
Pensó en cómo se despidiera luego, antes de llegar. Había sido una noche muy diferente a cualquier noche que hubiese vivido, la cajita de la costosa pulsera ya estaba en su bolso y la pulsera seguía en su muñeca, había comido bien gracias al alfa y, no podía dejar de contar que, a pesar al principio fue incómodo estar rodeado de tanto lujo, se había sentido cómodo por cómo Taehyung lo había tratado y hablado. Había sido una noche buena, hasta su lobo había bajado la guardia y estaba tranquilo en su interior.
Había sido tan buena que cuando bajaron del auto y Taehyung no mencionó nada sobre volver a verlo, se sintió decepcionado. Supuso que había hecho algo que no le gustó al alfa, algo que le hizo perder su interés por él.
No importa, ¿por que importaría si ya no quiere verte? Se preguntó molesto consigo mismo por el extraño sentimiento y tomó su bolso con firmeza ya fuera del auto.
—Adiós. Gracias por el regalo y lo de hoy. —Hoseok era bueno actuando indiferente. Aunque no estaba actuando, a Hoseok no le importa, no importa que no le diga nada de volver a verse. Por supuesto que no. No estaba su lobo cabizbajo. Estaba todo bien.
—Hoseok —habló Taehyung antes que se fuera, lo miró con extraña emoción creciendo dentro suyo sin poder evitarlo—, tienes mi número. Pero yo no tengo el tuyo... ¿crees que lo de hoy puede hacerme ganar el tenerlo?
Su corazón se agitó de alguna forma extraña, al mismo tiempo que su lobo se puso inquieto corriendo en todas las direcciones y creyó escucharlo hablar.
Acepta. Dile que si.
Y Hoseok hizo eso, aceptó darle su número de celular a Taehyung.
Preparaos para lo que se viene...
–Dualitymask.
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