Capítulo 6: "Un nuevo pacto"
Un joven cabello de flama se acomodaba su chaqueta, mientras pensaba: Un año, que rápido se pasa el tiempo, nunca pensé llegar a un año en una relación, pero contigo todo ha sido tan distinto, si distinto, diferente diría yo, me siento tan feliz a tú lado, tan feliz que a veces tanta felicidad me genera temor, temor a que esto tan bello que hemos construido acabe, y si eso llega a pasar yo no podría cuestionarte nada, nada, pues hicimos un trato al iniciar nuestra relación y tendremos que cumplirlo, pero no quiero pensar en cosas negativas hoy, no, no quiero ello, hoy todo debe ser alegría, todo debe seguir siendo alegría, como desde que empezamos nuestro noviazgo, contigo he hecho cosas que nunca pensé hacer en la vida pues consideraba ridículas, pero basta que me hables con esa voz tan sexy para que me convenzas y no me importe hacer el ridículo al cantar junto a ti en un karaoke, o patinar como dos adolescentes en una pista de hielo, o comer de una misma copa de helado. Antes para mí todo ello era ridiculez, pero contigo todo es diferente, no me importa nada, parece que anduviera en una burbuja en la cual solo tú y yo estamos, viviendo en nuestro mundo, viviendo de nuestra felicidad.
Él pensamiento del joven cabello de flama fue interrumpido por el sonido de la puerta de su habitación.
Toc toc toc
Toc toc toc
Hijo, escucho el joven de cabello de flama, seguido del sonido de la puerta.
Pasa madre, respondió Vegueta con calma.
Te traje esto, decía la señora Ouji, dándole una cajita a su hijo.
¿Qué es?, respondió intrigado Vegueta, mientras tomaba la cajita.
Es una pulsera, dijo la señora Ouji, con una sonrisa dibujada en su rostro.
¿Una pulsera?, respondió Vegueta intrigado.
Si hijo, una pulsera, era de la madre de tu padre, ella me la dio a mí y ahora yo quiero dártela a ti para que tú le des a esa chica con la andas saliendo, y no me la niegues, soy tu madre, sé que andas con una chica desde hace muchos meses atrás hijo..., decía la señora Ouji, fingiendo molestia.
Madre...., decía un apenado Vegueta.
Hijo, no tienes que sentir vergüenza, el amor no debe darte vergüenza, respondió la señora Ouji, haciendo una pausa para decir con calma: dáselo, si crees que es la indicada dáselo.
Vegueta no respondió nada solo miro la cajita, mientras una ligera sonrisa se plasmó en su rostro, mientras pensaba: Bulma Brief, ¿tú serás la indicada?
En tanto:
En una lujosa habitación una peli azul se miraba al espejo, mientras pensaba: Un año, un año junto al amor de mi vida, si, junto al amor de mi vida, porque Vegueta, es eso, el amor de mi vida, soy tan, tan feliz a su lado, que a veces creo que estoy soñando, pero no, no estoy soñando, lo que tengo con Vegueta es real, muy, muy real, solo que a veces me genera temor tanta felicidad, además está aquel pacto que hicimos, ese pacto muchas veces me genera tensión, yo, yo no podría soportar que Vegueta me diga que ya no me ama, que se enamoró de otra, ello me dolería mucho, pero por el pacto que hicimos tendré que aceptar el termino de nuestra relación y dejarlo ir aunque me duela. Yo, yo no quiero pensar en que ese momento llegue, yo no quiero pensar en ello, por eso día a día me esfuerzo más y más para enamorarlo más de mí, enamorarlo de la misma manera como yo lo estoy de él, con este amor tan fuerte, tan especial, tan diferente.
La peli azul, tomo un labial color rosa que estaba en su tocador, se lo paso en los labios, luego lo guardo en su cartera, se dio una última mirada en un gigantesco espejo para poder dar la aprobación a su trabajo concluido.
Ya estoy lista, creo que seguiré conquistando, él me dijo que le gustaba mucho mi manera sexy de vestir, y creo que quede lo suficientemente sexy, dijo Bulma dándose un último vistazo en el espejo, antes de tomar su cartera, para dirigirse a la puerta de salida de la habitación y abandonar la misma.
¿Saldrás hija?, pregunto una mujer rubia, que estaba en el pasillo junto a otra mujer más joven de cabello también rubia.
Si madre, saldré con mi novio, dijo Bulma con una sonrisa radiante en su rostro.
¿Novio?, respondió Tights enarcando una ceja, haciendo una pausa para decir: ¿Desde cuándo andas con novio?, ¿Nuestro padre ya sabe que andas de novia con alguien que nadie conoce en la familia?
No aun no, respondía nerviosa Bulma.
Ah, entonces no es nada serio, acoto Tights con una sonrisa irónica.
Claro que es serio, lo mío y lo de Vegueta es lo más serio y hermoso que he experimentado en la vida, es un sentimiento diferente, es amor de verdad, dijo Bulma con ojos soñadores y firmeza en la voz, a la vez que su rostro cobraba un brillo especial.
Que cursis palabras hermana, el amor verdadero no existe, las relaciones solo son pasatiempos, disfrute, es todo, aprovecha mientras te dure el amor, pues no creo que te dure tanto, en cuanto papá vuelva de su viaje y se entere que andas de novia sin su consentimiento, de seguro hará que acabes con tú estúpido romance, respondió la rubia con cierta ironía en su voz continuando su camino.
Tights, dijo con cierta nostalgia la peli azul.
No le hagas caso hija, Tights, sigue lastimada aun por todo lo que vivió, y por tú padre no te preocupes, yo hablaré con él, ese joven es de nuestra clase, no hay motivo para que tú padre se oponga a la relación que tienes con él, respondió la señora Brief con calma.
Lo sé madre, además, aunque no lo creas, yo comprendo a Tight, ella ha sufrido mucho por amor, dijo Bulma.
Bueno, ve con tu novio hija, no lo hagas esperar, acoto la señora Brief.
Sí, dijo Bulma.
En tanto: "En otro pueblo"
Un grupo de jóvenes platicaban mientras estaban sentados en el suelo del gimnasio donde entrenaban bebiendo unos refrescos.
La rutina que hicieron hoy, estuvo increíble, decía un joven de tres ojos mirando a un par de jóvenes.
Si es cierto, si ustedes algún día deciden alejarse de las artes marciales, podrían continuar como gimnastas, tienen mucha flexibilidad en su cuerpo, decía un joven de pañoleta mirando a un par de chicas.
Sí, yo pienso igual, acotaba un calvo, mientras un apuesto jovencito de cabello alborotado posaba su mirada en su novia.
Yo nunca me alejaría de las artes marciales, las amo, las amo tanto como a mi Gokú, respondió una jovencita pelinegra un tanto sonrojada, mientras posaba su mirada en su novio.
Yo también te amo, respondió Gokú mirando dulcemente a la pelinegra.
Bueno chicos, creo que ya estuvo bueno de pláticas, hay que seguir entrenando que el torneo en parejas ya está cerca y para algunos de nosotros está puede ser nuestra primera oportunidad para demostrar nuestro talento ganando ese torneo, decía un joven de cicatriz.
Cierto, a entrenar, acoto Dieciocho, mirando a un calvo.
Sí, mi rubiecita, dijo el calvo.
Vamos a practicar mi niña, decía Gokú poniéndose de pie, mientras miraba a su novia.
Sí, está es nuestra oportunidad para demostrar que tan buenos somos, respondió con una bella sonrisa la pelinegra.
Así es mi niña, acoto Gokú.
Capital Central:
Un par de jóvenes se encontraban en lo alto de un mirador, mirándose a los ojos, al tiempo que se tomaban de las manos.
¿Un regalo?, decía una peli azul.
Sí, es algo que pertenece a mis ancestros, y que quiero dártelo, respondió Vegueta, soltando las manos de la peli azul.
Bulma, no respondió nada, solo seguía con la mirada a su novio, quien sacaba un pequeño estuche del bolsillo de su chaqueta.
Es para ti, dijo Vegueta, entregándole la pequeña cajita a la peli azul.
¡Gracias¡ respondió una emocionada Bulma.
No quiero que te sientas comprometida por esto, quiero que sepas que el hecho que te de algo que es de mi familia no cambia en nada nuestro trato,....., decía Vegueta lo más calmado que podía, haciendo que la mirada de la peli azul pierda el brillo que segundos antes había tenido.
Claro, dijo Bulma tratando de sonar calmada, mientras sacaba la pulsera de la cajita.
Cuando tú sientas que lo nuestro no da para más solo tienes que decirlo, lo mismo haré yo,...., decía Vegueta.
Lo sé, cuando llegue el momento de ponerle el punto final a nuestra historia de amor, solo hay que decirlo, respondió Bulma, mirando con nostalgia la pulsera, que paradójicamente tenía una frase seguida de un punto.
Así es, dijo Vegueta.
Entonces está pulsera será la que cierre nuestra relación, si sentimos que no da para más, que el ciclo de nuestro amor acabo, respondió Bulma, con una ligera sonrisa en su rostro, mientras tomaba con una de sus manos la pulsera, al tiempo que el punto que cerraba la frase se salió de ella.
¿Qué?, dijo Vegueta.
Fin, un nuevo empezar, respondió Bulma, mostrándole la frase que decía en la pulsera.
Vaya, no sabía que decía ese mensaje, me imagino que con ello los miembros de mi familia, ponían fin a una relación de noviazgo para dar pase al compromiso y matrimonio, dijo Vegueta con calma.
Sí, eso debe ser, pero también puede significar el cierre de una relación, respondió Bulma, mirando el punto que tenía en su mano.
Sí, también, dijo Vegueta, lo más calmado que pudo.
Se le salió, respondió Bulma mostrándole a su novio el pequeño punto con la que se cerraba la frase.
Lo llevare a un joyero para que....., decía Vegueta.
No, mejor guárdalo tú, respondió Bulma.
¿Qué?, dijo Vegueta.
Yo tengo la frase aún no cerrada por ese punto, tú guarda el punto, cuando sintamos que lo nuestro no da para más simplemente sellamos la frase, respondió Bulma.
Me parece una buena idea, dijo Vegueta, recibiendo el punto en su mano.
Guárdalo, acoto Bulma.
Sí, respondió Vegueta, colocando el mismo en un pañuelo, para luego guardarlo en su chaqueta.
Me la pones, escucho el joven cabello de flama.
Sí, dijo Vegueta, tomando la pulsera para ponérsela a la peli azul.
Vamos a bailar, dijo Bulma.
Claro, pero cuando oscurezca más, primero vamos a comer algo, y no pensemos en el mañana, solo vivamos nuestro presente, respondió Vegueta, abrazando a la peli azul, para que ambos bajaran del mirador y así continuar con su cita.
Horas después: "Casa Ouji"
Vegueta, guardaba el punto que Bulma le había dado en un pequeño estuche de metal, mientras pensaba: Espero que cuando llegue a usarte sea para sellar nuestro noviazgo y dar paso a una relación de pareja, no para dar por terminado lo nuestro.
3 meses después:
Sobre una plataforma un par de jovencitos pelinegros, levantaban juntos un cinturón dorado, mientras sus amigos les aplaudían a radiar.
Son fantásticos, decía una rubia.
Sí, ambos son buenos para las artes marciales y su trabajo en equipo es sorprendente, acoto un calvo.
Si siguen así, su talento, será pronto reconocido, decía Piccolo, mientras veía al par de pelinegros abrazarse mientras sonreían.
Lo hicimos, lo hicimos, decía una pelinegra feliz.
Si mi niña, somos campeones, somos campeones del torneo en parejas, respondía Gokú feliz.
Capital Central:
Una peli azul le cantaba una canción de cumpleaños a su novio, mientras aplaudía, al tiempo que miraba a su novio sonreír mientras miraba el pastel que ella le había regalado.
Ahora si tienes que probarlo, decía Bulma tras terminar de cantar la canción.
¿Probarlo?, respondió Vegueta.
Si, dijo Bulma sonriendo, mientras tomaba el pequeño pastel en su mano.
No pensaras,...., decía Vegueta alarmado.
No, te pienso ensuciar el rostro, solo quiero que le des una probadita, respondía Bulma sonriendo.
Entonces, mejor, dámelo con un utensilio, dijo Vegueta.
Hay Vegui, no seas tan quisquilloso, respondía Bulma sonriendo, mientras acercaba el pastel a su novio, mientras a lo lejos una mujer de pañoleta y lentes oscuros miraba la escena con molestia.
Ja ja ja, reía Bulma tras haber colocado una porción de crema sobre la nariz de su novio.
Está me la pagas Brief, decía Vegueta riendo, mientras le devolvía la broma a su novia.
Ja ja ja Vegui, no seas vengativo, cariño, respondía Bulma, mientras abrazaba a su novio.
Solo te estoy devolviendo el jueguito, respondía Vegueta, antes de besar a su novia, bajo la mirada de molestia de la mujer de lentes oscuros.
Hay hermanita, disfruta lo que te queda de relación, pensaba la mujer, mientras miraba con molestia la escena.
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