Capítulo 20: "Amores distintos: Rayito de luz"
Un joven cabello de flama estaba sentado sobre el borde de su cama reflexionando sobre los sentimientos que estaba experimentando con la pelinegra y comparando los mismo con lo que alguna vez experimentó con la peli azul, cuando la conoció y tuvo una amistad con ella antes de hacerla su novia.
No, no, no son distintos no es igual lo que estoy experimentando ahora, si bien ambas son bellas, lo que Bulma despertaba en mí era algo más,...., más.....cómo describirlo.....pasional, si pasional, Bulma era una mujer alegre, inteligente y muy pasional incluso desde antes de hacernos novios, ella era muy coqueta y cariñosa conmigo, en cambio Milk, Milk despierta en mí, ternura, si Milk es una chica muy dulce y tierna, con ello no quiero decir que Bulma no lo haya sido, claro que también lo era, pero tal vez por los años que ella le lleva a Milk, era más pasional en su actuar, más atrevida por así decirlo, ella es tan aventurera, tan sensual, Milk por el contrario a pesar de su juventud, a pesar de ser una chica muy entusiasta es un tanto analítica, en ello me recuerda a mí, siempre pensando en todo antes de aceptar las cosas sin cuestionamientos, además con solo hablar con ella me da tanta tranquilidad, siempre que hablo con ella resultó aprendiendo algo, además es tan aguerrida, y trabajadora, ella tiene un sueño que piensa cumplir, hasta ahora no me ha aclarado bien ello, pero me imagino que es algo relacionado con las artes marciales, deporte que ama y que también amo la persona que fue su primer amor.
En realidad, cada una es tan distinta, pero a la vez igual, ambas creen en el amor, ambas han sufrido mucho por este sentimiento, a pesar de ello ambas se han repuesto, a ese primer amor que les trajo dolor, si dolor, ambas sufrieron mucho por ese primer amor, en el caso de Milk, el destino le arrebató a su primer amor para siempre, y ella a pesar de su juventud ha podido reponerse a esa pérdida y sigue adelante luchando por sus sueños, además no ha cerrado las puertas de su corazón al amor, y en el caso de Bulma, por mi inseguridad e inmadurez yo la aleje de mí, y todo por cumplir aquel estúpido pacto, de seguro ella sufrió tanto como yo tras nuestra ruptura, pues ella me amo, si me amo, yo podía sentir ese amor, amor que yo solito fui matando, yo fui el responsable de que otro la enamorara, ¿qué puedo reprocharle?, ahora me doy cuenta que nada, ella ya rehízo su vida, y es feliz, y bien por ella. Yo siempre la recordaré pues fue la primera que me enseñó sobre el amor y Milk me devolvió la fé cuando me sentí derrotado. Bulma y Milk, sin duda son dos mujeres muy bellas, que tienen una gran fortaleza, ambas lograron lo que yo jamás pensé que sentiría, enamorarme, si enamorarme, porque esa es la realidad, me he vuelto a enamorar, me enamore de Milk, de mi rayito de luz, de ese rayito de luz, que me ha hecho comprender que la vida es un constante ir y venir, que nada es eterno, que mientras se tenga a un ser querido hay que valorarlo, amarlo y disfrutar con esa persona cada segundo que la vida te regala, así cuando ello termine, no habrá dolor solo gratitud y buenos deseos. Milk siempre me dice que las cosas siempre tienen un "por qué en la vida", nada sucede sin un "porqué", nada sucede al azar, y ahora comprendo que por ese "porqué", ella apareció en mi vida, para darme ese rayito de luz que necesitaba en el momento que lo necesitaba, devolviéndole así la ilusión del amor a mi corazón,..., pensaba Vegueta, mientras una sonrisa se plasmaba en su rostro.
En tanto:
En otro lugar, una bella pelinegra se encontraba caminando presurosa por un largo pasillo, muy iluminado.
Pensé que se te olvido, decía un hombre que estaba en un sillón.
No, claro que no, aquí me tiene, es solo que tuve algunos percances, ¡disculpe mi retraso¡ ¡disculpe por favor¡......, respondió la pelinegra, bajando la cabeza.
No es necesario que pidas disculpas, mejor te diré algo, decía el hombre.
Bien, respondió la pelinegra.
En una habitación:
Una rubia platicaba por celular con su novio, mientras estaba sentada sobre una pequeña cama.
¿Por qué preguntas eso mi rubiecita hermosa?, ¿acaso has conocido a alguien que te está haciendo dudar de nuestro amor?, escuchaba la rubia de cabello corto.
Hay Krilín, te me pusiste celoso, decía sonriendo la rubia.
Claro que sí, escuchó la joven.
Pero...., dijo Dieciocho, siendo interrumpida por la voz de su novio.
Haber dime, ¿si yo te estuviera preguntando si creo que se puede sentir amores distintos?, ¿tú cómo lo tomarías?, decía una voz a través de la línea telefónica.
Pues con calma mi Krilín, con mucha calma, yo no creo haber dicho nada de malo con mi pregunta, ¿o tú crees que sí?, respondió Dieciocho sonriendo.
¿Dime quién me quiere robar tu amor mi rubiecita que ya te está confundiendo?, decía un calvo a través de la línea telefónica.
Nadie Krilín, nadie, yo solo quería saber tú opinión, era todo, respondió la rubia sonriendo, haciendo una pausa para decir: ¿Si algún día yo ya no soy parte de tu vida tú te volverías a enamorar?
No comprendo tú pregunta Dieciocho, respondió el calvo a través de la línea telefónica.
Solo respóndeme, ¿te volverías a enamorar?, dijo la rubia con calma.
No lo sé, no podría decirte, sí o no, no sabría decírtelo, solo sé que no experimentaría lo mismo que experimente contigo, que sería un enamoramiento diferente, escuchó la joven.
Si, tienes razón, no sería igual, sería diferente, dijo la rubia, haciendo una pausa para decir: ¿Krilín, qué novedades hay?
Ninguna mi rubiecita, ninguna, yo me comunique con los amigos en Paoz, y dicen que todo sigue igual, sin novedades, tal vez sea el momento de....., escuchaba la rubia.
No, eso no, aunque tal vez sea lo mejor, al menos para...., decía rubia.
Mejor háblame de ti, cuéntame cómo te va, ya sabes que ese tema me trae mucha nostalgia, escucho la rubia, interrumpiendo lo que iba a decir.
A mí también, dijo la rubia, al tiempo que veía a alguien dentro de su habitación.
Estás ocupada, decía una cabizbaja pelinegra.
No, no, ahora,....., respondía la rubia, tapando el auricular con una de sus manos.
No te preocupes, sigue hablando con Krilín, dijo la pelinegra, mientras se acercaba a la pequeña ventana de la habitación.
Rubiecita hermosa, escucho Dieciocho.
Disculpa Krilín, me distraje un poco, respondió la rubia.
No te preocupes cariño, escuchó la rubia.
Casa Ouji:
Un joven cabello de flama se levantaba de impulso sobre su cama tras el sueño que había tenido.
¿Qué fue ese sueño?, pareció tan real, Bulma lloraba y me dolía tanto ello, pero Milk, Milk también lloraba, y yo, y yo no sabía a quién de las dos consolar, ambas estaban tan vulnerables, su llanto era desgarrador, y de repente aquella luz, aquella luz que me cegó por completo, y ambas, y ambas desaparecieron, desaparecieron, luego, luego yo ya no estaba con ellas, yo,..., yo estaba solo, y caminaba por un frio pasillo, había mucho ruido a mi alrededor, ruido como de máquinas, y personas, muchas personas vestidas,....., hay no recuerdo como andaban vestidas, solo sé que luego, luego te volví a ver Milk, tú estabas allí regalándome aquella sonrisa que me tranquiliza, además me decías algo que no recuerdo tampoco, como tampoco recuerdo más de ese sueño,...., de seguro soñé con las dos pues estuve recordando como las conocía a ambas, si seguro ello debe ser, pensaba Vegueta, mientras se acostaba nuevamente en su cama.
En tanto:
Una rubia abrazaba a una pelinegra mientras le decía: No hay que rendirse, eso siempre me dices y también se lo dices a todos tus alumnos.
Si lo sé, pero a veces suceden situaciones que te hacen dudar de tu fé, decía Milk con nostalgia.
Lo sé, pero también sé la fortaleza que tienes, respondía la rubia, haciendo una pausa para decir: Sabes le pregunte a Krilín por novedades.
¿Y qué te dijo?, respondió la pelinegra con ligera ilusión en su voz.
Ninguna amiga, ninguna, dijo la rubia de cabello corto con nostalgia.
Fui con el superior, él me dijo que este es el camino, que siga adelante, respondió la pelinegra.
¿Y no te volvió a hacer la oferta?, dijo la rubia de cabello corto.
No, ya no, respondió la pelinegra.
Debiste tomarla en ese momento, dijo Dieciocho.
No, claro que no, ya lo hemos hablado, tú tampoco la hubieras tomado, respondió Milk, con calma.
Si tienes razón, dijo la rubia sonriendo.
Al día siguiente:
Un pensativo joven de gorra miraba el amanecer mientras estaba parado fuera de una casa.
Ya estoy aquí, vamos, dijo otro joven, sacando de sus pensamientos al joven de gorra.
Demoras más que chica al alistarte y eso que no es una cita con tu chica, respondió sonriendo el joven de gorra.
Muy gracioso, dijo el otro joven.
Hoy iremos donde quedamos primero y luego con Bulma, quede en que la acompañaremos a buscar unas piezas que necesita su padre para uno de sus inventos, respondió el joven de gorra.
A veces pienso que me llevas contigo para evitar que Bulma se confunda al pasar tanto tiempo contigo y se termine enamorando de ti, decía el otro joven.
¿Qué?, respondió el joven de gorra.
Es que eres muy apuesto amigo, y ella pues es muy bonita....., decía el otro joven.
No vuelvas a decir eso, lo que menos quiero es que Bulma malinterprete mi amistad, tú sabes perfectamente mis razones para estar cerca de ella, respondió el joven de gorra.
Lo sé amigo, y también sé porque yo también tengo que estar contigo, no te preocupes, solo bromeaba,...., mejor vamos a cumplir con lo que teníamos planeado para el día de hoy, dijo el otro joven.
Si, acoto, el joven de gorra.
En otro lugar:
Una pelinegra apagaba un equipo de sonido, al tiempo que daba por culminada la clase del día con su grupo.
¡Gracias maestra¡ decían sus alumnos, mientras se dirigían a tomar sus maletines para ir a las duchas.
La pelinegra solo asintió, al tiempo que miraba hacia el lugar donde estaba un pensativo joven cabello de flama.
¿Qué le pasa?, toda la clase estaba distraído, pensó la pelinegra, al tiempo que camino hacia este.
En un gigantesco edificio:
No joven no, como le digo, no tengo ese nombre registrado, decía una mujer de lentes.
¿Segura?, acotaba un joven de gorra.
Si, muy segura, ya revisé 3 veces ese nombre en el registro, y no figura, decía la mujer.
Bien, ¡gracias¡ decía el otro joven.
De nada, respondió la mujer.
No está aquí, decía el joven de gorra mientras caminaba junto al otro joven.
No, la verdad es extraño, tal vez entendiste mal amigo, respondía el otro joven.
No, no lo creo, el código que me dio fue ese, a pesar de ser como un acertijo yo logre descifrarlo, decía el joven de gorra.
¿Entonces por qué no está en el registro?, respondió el otro joven.
No lo sé, la verdad no lo sé, decía el joven de gorra, al tiempo que su celular empezó a sonar.
Ring ring ring
Es Bulma, dijo el joven al ver la persona que llamaba.
Pues contéstale, acoto el otro joven.
Mientras tanto:
Entonces no dormiste bien, decía una pelinegra, mientras tomaba asiento en una banca junto a un joven cabello de flama, haciendo que este empiece a experimentar aquella inquietud en su interior que la sola presencia de la joven despertaba en él.
No, respondió Vegueta bajando la mirada, debido a que se sintió un tanto nervioso.
¿Por qué?, ¿estuviste enfermo?, dijo Milk preocupada.
No linda, no, respondió Vegueta.
¿Entonces?, dijo Milk intrigada.
Un mal sueño, acoto el joven cabello de flama.
¡Ah¡ una pesadilla, dijo Milk, con calma.
No, claro que no, solo un mal sueño, no pudo ser una pesadilla pues estuviste tú, respondió Vegueta posando su mirada en la pelinegra, haciendo que la pelinegra se sienta extraña.
¿Yo?, dijo Milk nerviosa.
Si tú, en realidad fue un sueño bastante extraño, en este estuviste tú pero también mi ex, respondió Vegueta con calma.
Ah sí, dijo Milk intrigada, haciendo una pausa para decir: ¿Te gustaría platicarme sobre tu sueño?
Si, respondió Vegueta.
Parque:
Pensé que no vendrían, decía una peli azul tras saludar a sus amigos.
Nos demoramos un poco, ya sabes el trabajo, decía uno de ellos.
¿Y cómo va lo qué andan buscando?, ¿Ya tienen alguna pista más concreta?, respondió la peli azul.
No, respondió con pesadez el joven de gorra.
Bueno, solo puedo decirles paciencia, dijo Bulma.
Mejor vamos a ver lo que necesitas, acoto el otro joven.
Si, respondió la peli azul.
En tanto:
Pues solo fue un sueño Vegueta, no tienes que sentir ansiedad por este, que te parece si vamos por un refresco natural para que te relajes, decía Milk con calma.
Si, vamos por uno, y gracias Milk, el solo hecho de contarte mi sueño me hizo sentir bien, sin duda eres un rayito de luz para mi vida, respondió Vegueta, al tiempo que la pelinegra solo sonrió.
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