—Eramos vecinas… — Finalmente empezaba a contarme. —De hecho fuimos mejores amigas desde pequeñas— Añadió, empezando a recordarme algo. — ¿Siempre supiste que te gustaban las mujeres? — Cuestioné yo, negando ella. —De hecho es algo raro que pase aún— Explicó, acercándome un poco y recostando mi cabeza en su regazo.

—Ella fué la que dió el primer paso en todo lo referente— Empezó a meter su mano en mi cabello.

—Como amigas no tenía tanto problema en que fuéramos competitivas— Me sonaba otro poco eso.

—Pero cuando empezamos a ser novias a los catorce, empezaba a ser muy molesto, era peor porque ella era la que siempre ganaba— Añadió.

—No tengo una historia muy trágica sobre por lo cual quería entrar en el cuerpo de defensa— Pese a mi posición, podía ver algunos de sus gestos, aunque estuviera viendo a otro lado.

—De hecho que recuerde, un tío que nunca conocí fué el único en morir por Kaijuu— Recordó. —Así es mejor, yo lo perdí todo por los Kaijuu, tú solo tienes buen sentido de proteger, yo siempre me moví por el odio— Expuse mi punto, asintiendo un poco ella.

—Ambas tomamos el examen de la reserva a los dieciséis, pero solo quedó ella— Siguió narrando. —Para el siguiente año ella ya estaba al nivel de un teniente, yo tampoco entré, no habría sido tan malo si no se hubiera dedicado a presumirlo cada que podía— Podía ver como iba viendo a algún que otro lado, principalmente recordando.

Si bien, lo mio con Mina fué por sentirme tan inútil, en Tzuyu, se sentía igual de feo.

—Cuando me reprobaron esa vez, empecé a estudiar japones, quería venir, alejarme de ella, también terminamos ese año por obvias razones— Relató. — ¿Ella no quedó satisfecha con eso? — Pregunté. —Los primeros meses si— Me corrigió.

—Intenté relacionarme con más personas, pero para cuando cambió de opinión, ser la prodigio y de las más fuertes del país asustaba a todos— Añadió.

Hoy día no podría darme más igual si es fuerte o no, por mi como si fuera la humana más fuerte del mundo, no me llegaría a las tobillos siquiera, eso si, de ser humana, me daría pánico juntarme con Tzuyu, así que entendía su historia.

—Tomaste buenas decisiones incluso antes de que se volviera una rara, aunque si no es por mi forma de Kaijuu le tendría miedo— Aclaré. —Después de un tiempo quería entrar al cuerpo para ser fuerte y que ella no fuera un limitante, aunque ya no lo necesito— Alzó sus hombros.

—Incluso es mejor así, no eres intimidante en lo más mínimo y no puedo imaginarme algo más fuerte que tú— Aclaró ella. —No olvides lo linda— La hice reír.

—Pensaba que tenias baja autoestima— Dijo sonriendo viéndome ahora. —No te confundas, mi depresión y baja autoestima venia por lo inútil que era, muchas veces en la calle me pedían el número o querían contratar agencias de modelos— Le aclaré.