— ¿Cómo te sientes ya? — Preguntó Jihyo al empezar a caminar. —Es un secreto— Le indiqué, viendo como las zonas donde antes había peleado estaban más parecidas a la normalidad que al apocalipsis en el que me convertí.

—Te lo diré luego de nuestra cita hoy— Remarqué. — ¿Entonces tengo la responsabilidad de alegrarte? — Preguntó tomando mi mano y siguiéndome el juego, asintiendo yo. —Al menos no estás tan deprimida— Me analizó. —No te quita la responsabilidad que me pusiste, tienes que ser la que más me alegre— Le indiqué.

— ¿Qué quieres entonces? — Paró, dando un paso más rápido y luego volteandose, pegándose mucho a mi. — ¿Un beso? — Preguntó juguetonamente. — ¿Una noche conmigo? — Añadió. — ¿Que nos casemos? — Finalizó.

—Es un secreto— Nuevamente le seguí el juego, tomando sus mejillas y despegandome. —Es inútil que quieras guardar secretos conmigo, soy quien más te conoce— Indicó.

—Físicamente, no mentalmente— Especifiqué. —Aunque espero que te guste lo que hayas conocido hasta el momento— Me di la vuelta, pensando en qué haríamos, dado que ella solo me pidió vernos en pleno Tokyo.

—Me has sorprendido para bien… — Tomó mi brazo, arropandolo con su cuerpo. —Espero que no sea solo con lo referente a lo Kaijuu— Señalé, negando ella. —Ya eras una caja de sorpresas siendo humana— Añadió, empezando a cruzar ambas la calle.

—Hoy quiero hacer solo cosas que te gusten a ti— Indicó. —No puedo solo conocer a la princesa sin ropa— Añadió, dándome un poco de risa.

—Soy más aburrida y tranquila de lo que puedas pensar, soy más animada y aleatoria con personas— Aclaré. —Me tienes a mi, no vas a estar sola— Le quitó importancia, sonriendo, quizá por tomármelo demasiado profundo.

— ¿Por cuanto tiempo? — Cuestioné. —No lo sé, el que tu quieras, la princesa aquí eres tú, suelen estar muy ocupadas— En parte sentía una indirecta en eso.

— ¿Entonces estás celosa? — Me paré, preguntadolo riendo uh poco.

Cuando abrió su boca, esperaba lo que iba a decir, pero solo escuché un pitido fuerte en mis oídos y un golpe en mi cabeza, empujandome dos pasos hacia adelante, seguido de un fuerte dolor de cabeza.

— ¿Tienes un ibuprofeno? — Pregunté. —Tengo dolor de cabeza… — Volteé a ver a Jihyo, estando sorprendida, tocándome en donde había sentido el golpe, notando algo metálico en mi cabello.

— ¿No se suponía que eso la iba a desmayar? — Escuché recién recobré el sentido de la audición, teniendo un hombre una pistola, discutiendo con otro. —En Internet le decían la <mata policías> por la penetración— Le señaló el otro, volteandome a ver una vez se dieron cuenta de mi atención, sintiendo un fuerte impacto en el estómago, el cual me mandó a volar, estrellandome con algo.

Eso último definitivamente no fué humano.